¡Hola! Esta historia se me ocurrió de un momento a otro XD. No quiero decir mucho para no arruinarles la sorpresa. Solo decir que los capitulos serán bastante largos, por lo que me demoraré en actualizar. En fin, espero que lo disfruten y dejen su opinion en un Review :)
Disclaimer:Big Time Rush no me pertenece. Yo solo uso a los personajes para satisfacer a mi mente retorcida o.X.
Quiero ser tu luz
Capítulo 1: La oscuridad
Era una noche oscura y lluviosa en la agitada ciudad de los ángeles. Kendall Knight, miembro del célebre trío Big Time Rush caminaba por las intrincadas calles a altas horas de la noche. Una fiesta en casa de uno amigos se había prolongado mucho más de lo esperado y Carlos y James habían partido antes que él, quién se había quedado intentando conquistar a una bella chica rubia.
Afianzó el agarre en el paraguas que lo protegía de la lluvia. Las calles de Los Ángeles no eran de por si seguras de día y definitivamente no lo eran a altas horas de la madrugada. Pasaba al lado de una callejuela cuando escuchó un quejido quedo. De inmediato detuvo su marcha y agudizó el oído, otro quejido idéntico al anterior e pudo escuchar.
Pensó que era una jugarreta del Alcohol consumido, la misma razón por la cual regresaba caminando a casa, pero otro quejido algo más sonoro volvió a escucharse. Se internó en la callejuela y pudo divisar a una figura apoyada en el muro. Sacó su celular y la luz del pequeño aparato le permitió distinguir la figura del muro del callejón. Un joven casi de su edad, con la ropa maltratada y sucia, con moretones en varias partes de su cara, su pelo era negro y su piel era pálida, o quizás era a causa del frio de la lluvia que caía con fuerza.
El rubio cantante se quedó observando al joven, por su ropa parecía alguien de clase media alta, bueno, obviando el hecho de que estas se encontraban prácticamente destruidas. Apuntó con la luz de su celular directamente a los ojos cerrados del desconocido, este dejó escapar otro quejido pero no los abrió.
Kendall se acercó y doblando una rodilla quedó a la altura del joven, cubriéndolo con su paraguas. Al notar que la lluvia ya no lo mojaba el desconocido levantó la cabeza levemente, dejando escapar otro quejido en el proceso.
—¿Qué pasó?—Preguntó Kendall tomando su mano con suavidad.
El cuerpo del otro se estremeció ante el toque del rubio. Pero ninguna palabra escapó de aquellos labios agrietados. Quizás estaba en estado de Shock.
Kendall analizó las posibilidades. Y sin pensarlo demasiado depositó su paraguas en la mano del ahora inconsciente joven, para luego pasar su brazo alrededor del torso del pelinegro y haciendo acopio de sus fuerzas lo levantó y lo colocó sobre uno de sus hombros.
Al parecer a nadie le pareció extraño ver a un rubio cargando a un joven inconsciente a las 5 de la mañana. Bueno, era Los Ángeles.
El rubio observó al inconsciente que ahora dormía en una cama en la habitación de huéspedes de su casa. Bueno, si a una estructura de 3 pisos con piscina, jardín y entrada de autos ubicada en el barrio alto de Los Ángeles se le podía calificar como casa. Allí vivía con sus amigos Carlos y James , los otros dos integrantes del trio Big Time Rush. Vivian solos ya que sus padres estaban en Minnesota, y al ya tener ellos casi 18 años consideraron que eran capaces de cuidarse solos.
Big Time Rush era una de las bandas más famosas del momento, su fama se había mantenido a través de los años y ahora contaban con una gran fortuna, pero los tres chicos de Minnesota seguían siendo humildes.
El pelinegro en la cama dejó escapar un quejido. Estaba vestido con la misma ropa con la que Kendall lo encontró en aquel callejón. El rubio miró su reloj; 6 am. Todavía faltaba una hora para poder llamar al médico. El desconocido le causaba una extraña sensación, además de curiosidad, había algo en su expresión atormentada que lo impulsaba a protegerlo.
—Pase—Dijo al escuchar unos golpes en la puerta. Por ella entraron Carlos y James, ambos con muestras de cansancio en sus rostros.
—¿Quién es él?—Preguntó Carlos al ver al joven dormido.
—No me digas que hora te gusta secuestrar personas—Dijo James en tono burlón.
Kendall sonrió y dejó escapar una risilla.
—No sé quién es. Y no, no lo secuestré. Es solo que estaba solo y semi inconsciente en un callejón.
—Claro. Y él es Carlitos mi amigo mitad perro que me encontré colgando de un edificio hace un rato—Dijo James.
—¡Oye! A quién le dices perro—Carlitos le dio un golpe suave en el brazo y James y después hizo un puchero.
—Les pido que no griten—Pidió Kendall. El chico en la cama se removió un poco, causando que otro quejido abandonara su boca.
—De acuerdo. Lo sentimos—Dijeron al unísono el castaño y el moreno.
Como una respuesta Kendall les dedicó una sonrisa y los dos dejaron la habitación cerrando la puerta tras de ellos.
—De verdad quiero saber quién eres—Dijo Kendall en voz baja, para luego dirigirse a la puerta, miró por última vez a aquel joven y salió de la habitación, él también tenía mucho sueño.
El doctor miró con preocupación al pelinegro. Ya eran las 8 de la mañana, estaban en la habitación; El doctor, Kendall y Carlos y James quienes estaban en el fondo, dejando escapar un bostezo de cuando en cuando.
—Por lo que veo tiene signos claro de haber sido golpeado repetidas y veces, y por más de una persona—Habló el doctor en tono profesional. Acercó su mano al rostro dormido, pero al tocarlo el desconocido abrió los ojos de golpe. Kendall pudo notar unos ojos color chocolate que lo hipnotizaron por una décima de segundo, pero algo parecía estar mal con ellos.
—¡Malditos!—El desconocido se agitó en la cama, retorciéndose e intentando escapar, pero por alguna razón movía sus manos erráticamente—¿Qué le hicieron a mis ojos? ¡No puedo ver nada!—Kendall abrió mucho los ojos ante la furiosa declaración del recién despertado.
Se acercó a él y le tocó el hombro, pero esto solo causo que se agitara aún más, lanzando golpes y patadas a diestra y siniestra. Hizo falta que Carlos y James lo sujetaran junto con Kendall para que el doctor fuera capaz de aplicarle un sedante, a los pocos minutos el desconocido dejó de retorcerse y cayó profundamente dormido, nuevamente.
El doctor pidió que lo dejaran solo con el paciente y los chicos obedecieron, quedándose en el pasillo.
El rubio caminaba de un lado hacia el otro, mordiéndose las uñas. Carlos y James lo observaban divertidos, pero luego de un rato dejó de serlo.
—¡Tranquilízate!—Dijo James tomándolo por los hombros.
—No, no puedo, no sé porque—Contestó Kendall.
—Quizás necesitas dormir un poco, solo has dormido dos horas—Acotó Carlos bostezando.
—No puedo dormir. Tengo que esperar lo que dice el médico.
James y Carlos intercambiaron miradas cómplices.
—¿Qué?—Preguntó el de ojos verdes intrigado.
—¿Por qué te preocupas tanto por aquel chico?—Preguntó James, con un obvio doble sentido.
—Por nada en especial, es solo lo que cualquier persona haría—Contestó con naturalidad.
—Si, pero podrías simplemente haberlo llevado a un hospital y deshacerte de él—Insistió el castaño.
—Sí, pero en cambio lo trajiste a casa—Acotó Carlos.
—No lo sé—Admitió el rubio levantando los brazos—Es solo que…hay algo con este chico que me atrapa—Dijo agachando la mirada.
En ese momento se escuchó el sonido de la puerta y por ella salió el doctor.
—Bien. De acuerdo a lo que pude observar el paciente tiene múltiples traumas en todo el cuerpo, pero la mayoría son superficiales, así que limpié las heridas y las vendé, así que con eso debería ser suficiente por ahora. Además se puede ver que presenta un obvio cuadro de stress pos-traumático, por lo que les aconsejo tener mucho cuidado cuando despierta, ya que cualquier sobresalto podría provocarle una crisis de pánico.
—¿Qué hay con su ceguera?—Preguntó Kendall quien había estado atento al diagnóstico del doctor.
—Bueno , respecto a eso. En el examen preliminar no encontré huellas de golpes cerca de los ojos o en ellos, además de que tampoco presenta algún trauma en el cráneo, así que lo más probable es que la ceguera sea causada por el cuadro traumático.
—¿Qué?—Preguntó el rubio levantando una ceja.
—Hay ocasiones donde se produce algo denominado "Conversión" donde el cerebro "convierte" dolor psicológico en afecciones físicas. Por lo tanto su ceguera podría durar por un plazo indefinido. Recomiendo que una vez que se encuentre en mejores condiciones lo lleven al hospital para realizar estudios más a fondo. —El hombre se llevó una mano a la garganta y tosió levemente.
—Muchas gracias Doctor Collins.
Kendall pagó la cuenta del Doctor y luego lo acompañó a la puerta, agradeciéndole por haber ido tan temprano en la mañana.
Regresó al segundo piso y notó que sus amigos no estaban, lo más probable es que estuvieran durmiendo. Bostezó ruidosamente y se dirigió a su habitación. Sin cambiarse ropa siquiera se lanzó a su cama, con la imagen de los desorientados ojos color chocolate del chico desconocido en su mente.
