Advertencias: Spoiler 1x22-1x23 y creo que era el tomo 8 (?)
Nota: Hecho para la ficathon 08 de Piffle Fanfic. Me gustó mucho como quedó.
Promt: Watanuki y la Dama que perdió a su hijo, manos frías.
Palabras: 427.
Para: Yaired.

Disfruten la lectura.


Un sentimiento confuso

Se ha sentido cansado, más débil de lo que podría llegar a considerar. Su rostro esta pálido y su voz suena débil. Aún así, nunca falta a su cita. Siempre llega puntual y nunca se olvida de sonreír al verla. Sabe muy bien que ella esta preocupada, que comprende el porque su estado actual y que parece no entender porque él sigue yendo. Pero Watanuki no puede faltar, no se lo permite.

Ha pasado mucho, demasiado tiempo sin sentirse querido, al menos de esa forma. Para él, ella es una grata compañía, como si le diera algo que siempre ha querido pero que no puede tener, sea cual sea la razón. Esta decidido a estar a su lado, a no perder aquella relación tal valiosa y no le importa el precio o lo que tenga que dar a cambio.

Ella sonríe de manera tierna, a pesar de que sus ojos muestran algo de tristeza siente alegría porque él siga viniendo. Platican de todo y de nada al mismo tiempo. Esta segura de que sabe más cosas sobre él de lo que nadie llegó a saber. Y se siente viva otra vez. Verlo contengo, a gusto con su compañía hacen que el sentimiento de culpa se desvanezca momentáneamente, hasta el momento en que tose y la fiebre le regresa.

Toma las manos de él entre las suyas, tratando de aliviarle un poco el dolor. Es en esas ocasiones cuando él la mira, como confundido, pero nunca dice nada.

Watanuki, desde el comienzo, se ha hecho la ilusión de que ella es una persona común y corriente. Una Dama que ha perdido un hijo y tiene mucho cariño para dar. Él ha perdido a su madre y necesita afecto. Por eso no puede odiarla, porque ella esta dispuesta a dárselo. Pero siempre que aquellas manos frías lo tocan, el pensamiento de que si esta haciendo lo correcto lo inunda. Recuerda las miradas preocupadas de Maru y Moro. Le atormenta el enojo en Doumeki cuando ella sale a relucir entre sus platicar. La opresión en su pecho aumenta con cada segundo que esta con ella. Sabe que le hace daño, esta conciente de eso. Y, aún así, no puede dejarla. No puede apartarse de su lado o dejar de ir a aquellas citas. Él la hace feliz a ella, pero lo más importante es que ella también le hace feliz.

De todos modos, un sólo pensamiento le alivia y logra apartar aquella confusión que insiste en mantenerse en su mente. Y es que ¿a quién le importaría que él desapareciera?

Fin de la historia.


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