Entiendo que es un principio largo, puede parecer aburrido pero es necesario para que la historia cobre sentido, este es un fic en honor a Grimmjow de Bleach, me encanta este personaje y disfruté haciendo esta historia y me encantara seguir escribiéndola, gracias por leerla y si se les facilita usar wattpad pues ahí esta publicada la historia también. Gracias a los que lean.
Desde incontables generaciones los sueños han sido motivo de grandes controversias por sus cualidades proféticas y predictivas para muchas personas, incluso tienen connotaciones espirituales, permitiéndoles a una mínima cantidad de personas comunicarse con el más allá…
Fue curioso que justo haya sido el caso de alguien que había dejado de creer en el aspecto espiritual de la vida, por ninguna razón en especial, quizá por eso había dejado de creer, por el vacío que crecía en su interior; en una noche invernal de noviembre, mientras todos dormían una chica, una joven estudiante yacía dormida tranquilamente en su cama, su habitación en silencio, cubierta por una gruesa y cálida colcha, su cuerpo quieto y silencioso no reflejaba lo que acontecía en su mente y alma, poco a poco adentrándose en sus sueños más profundos, algo la llamaba…
-Rozmarie… Rozmarie mira… –Un susurro misterioso se escuchaba haciendo eco en el oído de la joven. –
-¿Quién eres? –Preguntó Rozmarie con voz calmada y casi anestesiada por la irrealidad del sueño. –Todo está oscuro… no veo nada. –
-Mira… mira, por favor. – ¿Acaso era el susurro de un niño… una niña tal vez? –Búscalo, si es que quieres la verdad. –La voz se alejaba poco a poco, nada iluminaba… ¿Qué era el sentimiento que brotaba en su interior? –
-No veo nada, ¿Porqué te alejas? ¿Qué debo ver? –Se sentía pesada, sabía que era un sueño más empezaba a sentir frio y desesperación. ¿Por qué? ¿Qué se suponía que debía ver en esa inmensa oscuridad? –
-Búscalo… Debes hacerlo. –Dicho esto la voz se desvaneció y la oscuridad se empezó a iluminar más y más, hasta que... –
~He was a boy. She was a girl. Can I make it any more obvious…~ *alarma 6:30 A.M*
La alarma empezó a sonar, Rozmarie despertó, se levantó con pereza para darse cuenta de la razón por la que tenía frio mientras dormía.
-Así que esto era… rayos. –La colcha estaba abajo, ella debió haberla apartado mientras dormía. –Bien, otro día ha comenzado. –Se levantó con frio, se abrazó a si misma mientras caminaba fuera de la habitación y se dirigía al baño, se quitó la liga de su cabello y los desamarró, luego se desvistió para entrar a la ducha y poder relajarse con el agua caliente…–
Por otro lado su padre ya estaba vestido y listo para ir a trabajar, bajo los escalones y se dirigió a la salida, no acostumbraba a despedirse de su hija casi nunca y ese era uno de esos días, tenía prisa y solo le dejo el desayuno y su almuerzo listo, subió a su auto y se fue al trabajo.
Al salir del baño después de la ducha, Rozmarie entro a su habitación y se vistió con el uniforme de la secundaria de Karakura, era su tercer año de secundaria, luego iría a la preparatoria y luego a la universidad, ese era su plan y el de su padre, a ella le bastaba, pues se consideraba lo normal y lo mejor a lo que se podía aspirar.
Viéndose en el espejo, arreglaba su cabello largo y castaño y el moño de su uniforme, hecho esto tomo su mochila y un suéter y salió de su habitación, las clases estaban terminando, pronto sería navidad y había mucho movimiento en la ciudad. Empezaba a desayunar y su mirada se detuvo un momento, viendo a un punto de su plato, recordando esa voz de sus sueños… No era la primera vez que ella experimentaba ese tipo de sueños o que escuchaba esa voz, ¿Por qué pasaría eso? Pensó en eso por un momento, luego saco su celular del bolsillo y miró la hora, ya era un poco más tarde de lo que acostumbraba a irse a la escuela, inmediatamente se termino de tomar su jugo, dio un par de leves golpesitos en su pecho, guardó su celular y tomo su mochila y abrigo y se apresuró a la salida, asegurando la puerta tras ella.
-Está bien, llegaré a tiempo, no hay problema. –Se dijo a sí misma tranquilizándose mientras apresuraba el paso. Caminaba entre la gente, esquivándola y alentando el paso cuando era necesario, los adornos navideños ya se veían en muchos locales y el invierno se sentía cada vez más presente en la ciudad, Rozmarie veía alrededor tratando de no distraerse y caer o chocar con alguien, logró llegar a la estación de buses y subió justo a tiempo, durante el camino Rozmarie veía el cielo, nublado y frio. El bus hizo otra de sus tantas paradas y un tipo raro y un poco subido de peso se subió, Rozmarie lo visualizó, sabían que habían asientos libres y por un momento lo ignoró y continúo viendo las calles de la ciudad, pero el pasajero decidió sentarse a su lado.
-*Genial, de todos los asientos tenías que escoger el que está a mi lado.*- Pensó Rozmarie. –
Rozmarie lo miró de reojo y este hombre la estaba viendo y sonriendo como todo un pervertido, llevaba una camiseta verde con un dibujo animado en ella, pantaloncillos cortos de muy mal gusto y tenis y calcetines…
-*¿Qué no puedes ni disimular? Enserio, genial comienzo de día. Y ¿Quién viste así entrando el invierno? ¿Acaso está loco? Aparte de que es un horrible conjunto para un hombre de su edad* –Pensaba esto mientras trataba de no molestarse demasiado, al menos así sentía que se podía desahogar al menos en su mente, no es que a ella le molestara que la miraran o se sentaran cerca de ella, lo que no toleraba es que ni siquiera se molestaran en disimular, como si las mujeres fuesen incapaces de distinguir una mirada de amabilidad y cortesía, de una pervertida e irrespetuosa. Idiotas.
Llegando a su destino Rozmarie se levantó, evadió lo mejor posible a ese pasajero y bajo del auto bus, se apresuro a entrar al edificio y se dirigió a su salón de clases. Había llegado con tiempo de sobra, coloco sus pertenencias en su asiento que era uno de los primeros de las filas; camino hasta las ventanas y miro hacia afuera, primero dirigió su mirada abajo, viendo a los alumnos que llegaban o que se sentaban en las bancas de la escuela y luego levantó su mirada hasta el cielo aun nublado, no podía dejar de contemplarlo…
-*Encontrar paz viendo al cielo… este clima, el cielo nublado… siempre me hace sentir nostalgia, es triste y a la vez hermoso ¿Realmente algo tan trivial como el clima puede despertar tantas emociones en un corazón?* –Pensaba esto mientras comenzaban a llegar sus compañeros de clases, quienes no le prestaron mucha atención. –*Quisiera tener… un amigo con quien charlar… Pero por más que ha pasado el tiempo parece que no encuentro el valor para acercarme lo suficiente a nadie* –Sus pensamientos se estaban volviendo algo sombríos y ella lo sabía, así que decidió dejar de sobre pensar eso y volvió a ver atraves de la ventana, las clases pronto empezarían y ella no tendría que pensar en todo eso. –
Las clases comenzaron normalmente, el día transcurrió como estaba escrita la rutina de su vida, nada raro, nada nuevo, nada especial.
Al finalizar las clases como de costumbre Rozmarie se despedía del último catedrático, tomaba sus cosas y se marchaba, sin prisa pero sin detenerse, se colocó su abrigo, se estiró un poco, dio un suspiro y salió del instituto, llevaba un paso lento mientras atardecía más.
-Búscalo… Rozmarie. –
-¡¿Qué…?! –Rozmarie dio un pequeño brinco al escuchar nuevamente esa voz y miró detrás de ella inmediatamente bastante asustada. –No hay nadie. –Se dijo a sí misma mientras continuaba examinando a su alrededor, sentía como los cabellos de su nuca se erizaban y un escalofrío invadía su espalda. –No… no estoy soñando. –Miró sus manos al decir esto y dio media vuelta y rápidamente corrió en dirección a su casa. –
-Mira… Búscalo… Debes hacerlo. –La voz regresó. Estaba en su cabeza, Rozmarie lo sabía pero estaba asustada pensando solamente en que quería estar en casa. –
Después de un momento ella se detuvo, no estaba segura del porqué pero dejo de correr y solo caminaba calmadamente, casi como si no fuera ella misma. Se convenció de que ella había imaginado todo eso, puesto que lo contrario solo podía significar que estaba volviéndose loca.
Caminando por la ciudad que empezaba a encenderse en miles de luces hermosas y entretenidas recordó que su padre llegaría tarde esa noche, decidió ir de compras para hacerle la cena. En lo que entraba a una tienda de comestibles veía su alrededor y miraba muchas filas en las cajas, eso la desmotivo un poco, dio un suspiro y decidió ir a otra tienda. Visitó varias hasta que decidió que si continuaba abandonándolas no avanzaría en lo que quería hacer, entro a otra tienda, tomó una canasta y empezó a caminar por los pasillos tomando los ingredientes que necesitaba, a la vez que veía los productos con detenimiento su mente comenzó a divagar en lo que había soñado y lo que había escuchado y sentido hace un rato.
-*¿Cómo puede ser? ¿Fue real o fue un producto de mi imaginación realmente?* –Se cuestionó, pero tenía muchas más dudas acerca de ello, como… Si era real y enserio debía obedecer a sus sueños, instintos o lo que fuera que le había hablado… ¿Qué era lo que tenía que buscar? ¿Qué debía ver? Y ¿Por qué? Eran dudas esenciales en su mente, que la torturaban un poco. Mientras hacía la fila en la caja, esperando su turno comenzó a pensar en qué pasaría si lo que debía buscar no era un qué, sino un quien. –
Rozmarie llegó a casa y comenzó a hacer la cena, mientras la hacía algo empezó a pasar en el cielo de la ciudad, Rozmarie estaba en la cocina muy concentrada en lo que hacía pero no pudo evitar notar el gran relámpago que se vio, la luz fue increíble y el estruendo escandaloso que lo sguió fue aun más perturbador.
-Oh Dios mío. –Dijo mientras se acercaba a la ventana que estaba sobre el lavaplatos, para ver al cielo. –Papá… –Articulo esta palabra con preocupación y terror. –
El celular de Rozmarie comenzó a sonar, mas la tormenta y los truenos eran tales que ella no lo notó hasta que volteó la mirada y vio la luz encendida de su celular, inmediatamente tomó el teléfono, era una llamada de su padre, rápidamente contestó.
-¿Estás bien? –Fue lo primero que pudo preguntar al contestar. –
/Estoy bien. No te preocupes. Y tú ¿Ya estás en casa no?/
-Estoy en casa. Estoy bien. ¿Podrás llegar o es peligroso? –
/Llegaré, quizás más tarde de lo planeado pero llegaré. OK. No salgas Rozmarie. /
Ella sabía que esa era una orden que debía obedecer.
-No saldré, te esperaré papá. –
/No te duermas demasiado tarde por esperarme. /
-Bien. Cuídate mucho por favor. –
/Lo haré, tú también hazlo. /
Rozmarie dejo su celular a un lado y continúo cocinando, manteniéndose optimista con la llegada temprana de su padre.
Hbía pasado casi media hora desde la llamada de su padre y ella comía sola esa noche, estaba algo decepcionada pero igual estaba decidida a esperar a su padre.
-Rozmarie… –
-Tiene que ser una broma. ¡¿Quieres que me vuelva loca?! ¡¿O tratas de decirme que estoy loca?! –A un paso de la locura Rozmarie estaba molesta por estos ataques raros de su propia mente, parecían tan reales, como si alguien estuviera ahí hablándole al oído, eso perturbaría a cualquiera. –
Pasaron horas sin que volviera a escuchar a esa voz o recibir una llamada de su padre, Roz colocó los platos sucios en el lavaplatos y se dirigió al sofá para seguir esperándolo mientras la noche se hacía cada vez más fría, Rozmarie empezaba a caer en los brazos de Morfeo y mientras lo hacía la voz empezó a escucharse nuevamente pero con una diferencia, entre la realidad y los sueños un escenario empezó a dibujarse, uno desértico y oscuro pero a la vez ella podía ver y distinguir todo lo que la rodeaba, la arena blanca, el cielo oscuro, la luna menguante y brillante, los árboles secos, parecían muertos, todo parecía muerto.
-¿Qué es esto…? –
-Este es el lugar de las almas perdidas, donde yacen las penas de lo que alguna vez fue una vida, donde se deforman y nacen los demonios... –
Rozmarie miro a su alrededor pero no vio a nadie y tampoco distinguió el lugar de donde provenía la voz que escuchaba.
-¿Estás aquí? ¿Quién eres? ¿Por qué no puedo verte? ¿Por qué estoy aquí? –
-La elección del destino es mucho más fuerte de lo que crees, estas aquí, puede que sea tú futuro. –
-Mi futuro está en un desierto. Súper. –Roz miró a todos lados y comenzó a caminar para explorar sus propios sueños. –Vaya… es un lugar enorme, feo y enorme... ¿Qué es eso? –Vio una especie de luz peculiar que estaba a un lado en la distancia y corrió hacia ella para ver de qué se trataba. Cuando llegó a su destino quedó sorprendida al ver una figura humana suspendida en el aire, entre la luz que parecía un campo electricidad que protegía a quien estaba adentro de él. –Un hombre… ¿Cómo puede estar así? –Cuestiono lo que veía aun impresionada, quiso acercarse más y ver que sucedía si intentaba tocarlo… pero justo cuando estaba a punto de hacerlo ella comenzó a desvanecerse, viendo sus manos notó que era constante, dio unos pasos hacia atrás mientras veía a la persona que estaba suspendida en el aire entre luces se dio cuenta de que la imagen se volvía cada vez más borrosa, hasta que volvió a la realidad, se dio cuenta de que su padre había regresado a casa y la cargaba en sus brazos llevándola hasta su habitación, dejándola en la cama y cubriéndola con las cobijas le dio un pequeño beso en la frente y se retiró. –
Al amanecer del día siguiente sonó la alarma nuevamente y la rutina la llamo. Como siempre su padre se iba primero y ella se encaminaba a la escuela después y tomaba el autobús, pero ese día no iba a ser igual a otros y pronto se daría cuenta.
-Hueco mundo. –Balbuceo para sí. – ¿Qué es eso? –Se preguntaba a sí misma entre clases y luego pensó -*¿Para qué sirven estas cosas después de todo?*. –Refiriéndose al celular, el cual sacó inmediatamente y comenzó a hacer una búsqueda intensa de lo que era "Hueco mundo" lastimosamente su búsqueda no tuvo los resultados que ella buscaba, dejando su celular sobre el pupitre poso su mandíbula sobre su mano y miro hacia afuera vencida por su ignorancia. –
Pasó el día otro día frio en la ciudad, de regreso a casa Rozmarie decidió tomar el camino largo, por el parque, ya era un poco tarde y el clima era frio, no era de sorprender que no hubiera muchas personas pasando por ahí. Caminando tranquilamente vio un poco a lo lejos de la acera algo… o mejor dicho a alguien, recostado en el suelo a lado de un árbol, lo cual era raro precisamente por el clima y porque ya estaba anocheciendo, ella caminaba sin dejar de ver a esa persona que creyó era un vagabundo o un borracho pero viendo bien y más detenidamente se dio cuenta de que era un joven y uno muy peculiar, cabello azulado, se veía alto, corpulento, su ropa era diferente… parecía cansado, obviamente. Pero algo le llamo la atención y no pudo evitar acercarse a él y cuanto más se acercaba más notaba sus peculiaridades, como la cicatriz en su pecho y el hecho de que su pecho estuviera al descubierto, era muy extraño, quiso ser una buena persona y ayudar un poco, llevarlo a un refugio, un hospital o algo por el estilo, se acerco sigilosamente y se arrodillo a su lado, toco su hombro intentando sacudirlo y despertarlo pero no funcionó, intento hacerlo nuevamente y nuevamente fallo.
-¿Qué te pasa?... ¿Estás enfermo? –Rozmarie estaba empezando a preocuparse mucho más, tuvo miedo de que el joven tuviera hipotermia por la exposición prolongada al frio de la noche y las tormentas que últimamente se estaban dando. –Despierta por favor. –Continúo sacudiéndolo e intentó levantarlo por su cuenta, pero no pudo moverlo demasiado. –Tendré que llamar a emergencias. –Dijo algo frustrada mientras comenzaba a buscar su celular en la mochila, pero el joven empezaba a despertarse, solamente se sintió perturbado y algo adolorido, sin quejarse abrió los ojos lentamente y miró un cielo nublado y un árbol que perdía sus hojas pero luego algo se interpuso en su vista, alguien, una chica de cabellos largos, por un momento pensó en alguien pero rápidamente abandonó ese pensamiento al escuchar su voz preguntándole si necesitaría ir a un hospital o algo así, no prestaba mucha atención ni contestaba.
-¿Acaso tienes una contusión? ¿Alguien te golpeo? –
Esa última pregunta pareció tener un cierto efecto de desagrado en el, hizo una mueca de desaprobación y Rozmarie suspiró, no sabía qué hacer en esa situación.
-Necesitas descansar en un lugar que no sea un parque abandonado y no en un clima tan frio como este, puedes enfermarte o creo que ya lo estas. –
-Eso no te importa. Lárgate. –Fríamente rechazó la ayuda que le proporcionaban, no parecía para nada agradecido, más bien parecía molesto por eso. –
Duras palabras que enserio hirieron el orgullo y el sentido de amabilidad de Rozmarie, usualmente siempre usaba su cara de póquer, sin darle importancia a las cosas, pero esta vez ella resintió el rechazo y su faceta amable se convirtió en una estricta y directa.
-Trato de ayudarte. No deberías ser grosero estando abandonado aquí en un clima tan hostil. Deberías ser más agradecido. –Tratando de presionarlo y mostrar su fuerza ayudándolo a levantarse, Rozmarie lo tomo del brazo y se esforzó por hacerlo, a lo que el joven respondió simplemente tirando de su brazo para apartarla, eso en cambio hizo que ella quedara casi encima de él, pero él tampoco presto atención a esto y con sus propias fuerzas la aparto y se levantó débilmente, Rozmarie lo imito para ayudarlo a seguir en pie, pero él volvió a mostrar rechazo. –
-Déjame. –
-No, no lo haré, estas mal, no me importa que pienses tú, necesitas ayuda. Permíteme ayudarte. –La faceta fría de Roz volvió a desvanecerse al ver la debilidad del joven. – ¿Quién eres? ¿Tienes familia? ¿Necesitas que llamé a alguien? –
-No te importa, no y no. Lárgate. –
-Por favor, déjate ayudar. – ¿Acaso era tan orgulloso? –
-No necesito ayuda. –
Dicho esto él comenzó a caminar por su cuenta alejándose de ella, entonces Rozmarie entendió algo, algo que había aprendido cuando era niña con su padre, un hombre orgulloso no dejara de serlo pero en tiempos de necesidad hay que saber convencerlos para que te ayuden a ayudarlo, como si estuviera haciéndote un favor a ti por hacerle un favor a él y decidió emplear esta idea, ya iba un poco lejos y ella camino tras él, tomo impulso y corrió un poco y cuando estaba casi a su lado fingió caer.
-Auch… enserio dolió. –Con actuada aflicción miro hacia el joven y solo alcanzo a escuchar un frio…. –
-Idiota. –
Continúo caminando y ella quedó impresionada por la indiferencia de este muchacho.
-¡Eres increíble! Me caí y lejos de ayudarme… ¿Me insultas? –
-Que te hayas caído no es mi problema. Déjame en paz. –
-¿Qué pasa con el caballerismo? –
-… -
Rozmarie lo siguió, y camino a su lado siendo ignorada por él.
-Oye. –Roz trato de llamar su atención pero no lo consiguió entonces se paro frente a él impidiéndole el paso. –Escúchame, te dejaré de molestar si me acompañas a mi casa y te recuperas ahí. Ya que obviamente no aceptaras más ayuda. No te molestaré, solo te cuidare. –Casi suplico por esto, ella estaba muy preocupada y consternada por esta persona, no sabía quién era, pero tanto rechazo hizo que se diera cuenta que se trataba de algo más que un simple criminal o vagabundo. –
-Grimmjow Jaegerjaquez. –
-¿Cómo?
-No lo repetiré. Llévame a tú casa –Ordeno sin más, no estaba de humor para dar vueltas al asunto y él sabía cómo se sentía y ella no lo conocía así que no le dio mucha importancia al asunto y aprovecho la oportunidad, ya que cuando él se recuperara haría lo que él quisiera. –
-Es- esta… bien. –Lo tomó del brazo lo cual lo incomodo pero ella no lo soltó, llegó a la conclusión que eso tan raro que había dicho era su nombre, Grimmjow… muy raro. –
Continuará…
