¡Hola! Primero que nada es mi primer fic, sé que está muy pero muy corto. No se preocupen, solo es el prólogo.
Ahora….
Disclaimer ON.
Shibuya no Tsu
Prólogo
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-Siguiente.
Voces y más voces hacían eco en el deplorable lugar. Ahogó un siseo de dolor cuando un desconsiderado hombre la había empujado cuando llegó su turno.
-¿Nombre?- el tono de hosco de aquella mujer de cabello ébano le devolvió los pies a la tierra.- Niña, ¿Estás muda? Habla rápido pierdo el tiempo de mi almuerzo.
-Hyuga Hinata.
- A partir de hoy no te llamarás más así, serás "23549".-La señora acomodó sus lentes con parsimonia, sin siquiera dedicarle una mirada consoladora o de lástima. Con una mueca de disgusto le indicó que pusiera el dedo índice en un pequeño carboncillo y lo aplastara contra una hoja con sus datos recién ingresados.
A continuación, le explicó que hiciera parte de la extensa fila al otro lado de la estancia. Con resignación se dirigió hacia su destino, mirando con disimulo a muchas mujeres que se dedicaban a vender sus cuerpos por dinero y necesidad. Suspiró y fijó la vista hacia el frente.
La pequeña estación de Shibuya no Tsu estaba a reventar de gente, prisioneros de guerra. Ella hacía parte de ellos ahora.
No importaba cuantas veces gritó y suplicó, igualmente la alejaron de sus padres, cuyas almas habían abandonado sus cuerpos para reunirse en un paraíso, distante del dolor y la amargura del mundo de los vivos. No quiso revivir los agónicos momentos en Oto.
Ahora 23549 se preparaba para abordar un tren, que la llevaría hacía los enredos que el destino le deparaba, mientras era ignorante del peligro que correrían ella y los Aliados.
Se despidió de todo lo bueno que vivió, al momento de subir. Nada sería igual a partir de ahora. Cuánta razón tenía.
Tomó asiento rápidamente junto a una rubia de bonitos ojos azules, opacados por la tristeza, que ella sentía y compartía. Se hallaba tan perdida en sus lamentos que se sobresaltó cuando una mano se posó confianzudamente en su antebrazo.
-Soy Ino Yamana…..disculpa. Soy 22654, un gusto.
Le tendió una mano, blanca y suave a la vista. Titubeó un poco, pero al final aceptó con un gesto tímido su inocente ofrecimiento.
-23549. U-un placer.
La 22654 detalló con curiosidad a la chica. Era bajita y con el cabello bien cuidado y unos ojos perlados realmente fascinantes. Súbitamente detuvo su escaneo cuando la puerta del vagón se abrió con rapidez. Dos esbeltas figuras aparecieron.
-Buenas noches.
Quien había hablado era una muchacha castaña, de bonitos ojos pardos y dos pequeños chonguitos decorando su cabeza. Su tono apagado le recordó la situación.
La otra, sin embargo, era rubia y de chispeantes ojos verdes, llenos de indignación. Ambas se sentaron frente a ellas con naturalidad y se dispusieron a entablar conversación con Ino, quien había hecho las presentaciones. Hinata por otro lado quiso reflexionar; al final, decidió que su futuro dependía mucho sobre lo que pasaría mañana al llegar a los campos de concentración.
Miró sus manos y resolvió dormirse apoyando la cabeza en la ventana, que vibraba por el traqueteo del tren. Afuera, Japón pasaba a toda velocidad.
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Bueno, eso es todo por ahora, recuerden que solo es el prólogo. No se desesperen. Soy primeriza en estas cosas así que disculpen por las faltas ortográficas.
Si les gustó me haría muy feliz saberlo, muchísimas gracias.
Nos vemos en la próxima actualización.
Besos.
