Esta es una traducción con el permiso del autor original: The Manwell
Notas: Punto de Vista de Duo.
Notas II: Los títulos y subtítulos son del álbum Infinity on High por Fall Out Boy.
CAPITULO 1: LONG LIVE THE CAR CRASH HEARTS
Algunas veces tomamos oportunidades, otras tomamos pastillas….
"Buenos días, Señor Maxwell."
"Hey, Bret," le dije, sonriéndole ampliamente al guardia de seguridad que manejaba la estación de recepción del lobby, "¿Cachaste algo el fin de semana?"
"Nah," contestó el hombre de mediana edad, "Pero atrapé un par de monstruos de lago"
Solté una risa aun cuando mis dedos inconscientemente se acercaban al nudo alrededor de mi cuello. Como odio las corbatas y los cuellos abotonados tiesos por el almidón. Uno pensaría que, después de todo este tiempo, me habría acostumbrado a ellos. "Tú y tus historias de pesca, hombre" le dije molestándolo, Bret era el único hombre en todo este edificio con un arma de electrochoques y sentido del humor. "Estoy bastante seguro que me estás engañando"
Él sonrió.
"Voy a querer ver fotos de ese monstruo, amigo"
"Veré que puedo hacer" prometió e hice mi camino hacia los elevadores. No tuve que esperar por el ascensor ya que el lobby se encontraba desierto. Llegué tarde otra vez y al diablo a quien quiera regañarme. No tenía nada más que tiempo y realmente, ¿Qué me iban a hacer? ¿Mandarme un reporte? ¿Recortarme la paga? ¿Despedirme?
Dios. Ojalá.
El elevador anunció su llegada con un sereno ¡Ping! y entré, presioné el botón de mi piso y me despedí de Bret Anders. En el instante en que las puertas se cerraron, mi sonrisa se evaporó. Diablos, no solo fruncí el ceño, estaba gruñéndole a las puertas brillantes de metal.
Los elevadores no me ponían de tan mal humor. Dada mi experiencia con ellos en los últimos cuatro años, era casi inevitable que comenzara a odiar a estos mierda. Vi como la luz se iluminaba a medida que pasábamos de pisos: Primer Piso – Recepción, alberca motriz y varias oportunidades de escape que parecían eludirme. Segundo Piso – Almacén de suministros y bastardos malévolos de seguridad; Tercer Piso – Los Dioses de conectividad e IT; Cuarto Piso – Investigación y Desarrollo (Estaba bastante seguro que solo se sentaban por ahí a jugar con Legos y juguetes para armar); Quinto Piso – Ventas y Mercadeo (Oh, como envidiaba la atadura al mundo exterior que les daba su trabajo)... Solo podía imaginar cómo sería la vida en alguno de esos pisos. Mi tarjeta de acceso solo me dejaba entrar a seis puertas en total en todo el universo, una que era la más cercana, Empresas Winner Inc. Octavo Piso y hogar del Departamento de Administración chupa almas y el eterno sufrimiento.
Tomé un respiro profundo intentando calmar el asqueroso revoloteo en mis entrañas, me pegué una sonrisa digna de vomitar en mi cara y me forcé a mí mismo a dejar el elevador cuando las puertas se abrieran. Claro que estaba tentado en bajar hasta el lobby y sonreírle y saludar a Bret otra vez... y otra vez... y otra vez, pero seguridad desaprobaba que pasara gran parte de mi mañana haciendo exactamente eso un par de meses después de que había sido chupado en la línea de embalaje de papelería que es Empresas Winner. Después de eso, los nerds de IT habían modificado mi tarjeta de acceso y ahora solo se me permitía en el elevador una vez en la mañana y una vez por la tarde. Jesús. ¿Dónde diablos escondieron el Departamento del Sentido del Humor? ¡Me gustaría saber!
Estirando mis piernas con un pícaro humor, caminé hacia lo que parecía un cubículo al azar, sonriendo. La sonrisa era necesaria. Si no sonreía, creo que estaría lanzando teléfonos meticulosamente por el espacio de la oficina... por la segunda vez en seis meses. Los teléfonos eran caros o eso me decían, por la pantalla de video. Mi sonrisa se amplió aún más con ese pensamiento.
"Maxwell, llegas tarde."
Pausé y me incliné hacia la derecha a la orilla del cubículo. Sonreí hacia el hombre que le fruncía a su pantalla de computadora. "Aw, ¡Lo notaste!"
Wufei me lanzó una mirada asesina. Era un triste, triste comentario en mi vida de que irritarlo sería probablemente el punto más alto de mi día. "Ponte a trabajar."
Oblígame, quería decir, pero realmente no me sentía de humor para otra pelea con los cabeza de mierda sin humor que son los de seguridad. Tal vez después del almuerzo.
"Estoy trabajando" le dije, luego procedí a mirarlo detenidamente como si fuera el antiguo Gundam de Heero, Wing, y estuviese planeando en disecarlo por partes.
Wufei gruñó, "no soy uno de tus casos de caridad."
Solté una risa, "Despierta y huele el encarcelamiento, Chang. Todos somos casos de caridad."
Me miró y le guiñé el ojo solo porque sabría que lo enojaría. Seguí con mi camino antes de que pudiera decirme algo.
Tome la ruta escénica hacia mi escritorio, golpeando con mis nudillos la puerta del cuarto de mantenimiento mientras pasaba, sacudiendo mi trasero y haciendo un pequeño baile con mis zapatos formales boleados y "regulados"... los cuales odiaba con cada latido de mi corazón.
La puerta se abrió y le sonreí al conserje. Viendo los adentros del pequeño y abarrotado closet, podía escuchar el agua gotear en lo que sonaba una tina llena de agua. O tal vez solo lo estaba imaginando: una gota del sarcasmo de Duo en el enorme océano sin esperanza. "Hey, Tro, hice una rima"
Él parpadeó. Una vez.
Mi sonrisa se amplió.
"Oh, ¿Eso es lo que era?" dijo inexpresivo.
Solté una risa, "¿Estás listo para otro glorioso día en esta agujero?"
"Yo no soy el que trabaja en PR" dijo suavemente, el único ojo verde que podía ver por la caída de su cabello tenía un brillo momentáneo de alegría.
"¿Qué significa eso como quiera?" me pregunté, apoyándome sobre la pared como si no tuviera un mejor lugar en donde estar. El cual, en mi opinión, era precisamente el caso. "¿Propaganda Retrasada?"
"Tu sabrías" me retó en lugar de ordenarme en ponerme a trabajar como los demás que se mantendrán sin nombre.
"De hecho, mi voto está en Plástico Rústico," le dije con confianza después de mirar rápidamente arriba y abajo del pasillo. Claro que todos podían escuchar cada mugre palabra que decía; solo estaban sentados a un metro de distancia en sus elegantes pequeños cubículos grises.
"Preciosamente Ridículo." murmuró él.
"Positivamente Rancio."
Él soltó una pequeña risa y después tomó el trapeador y carrito con la tina. "Porfavor Retírese" continuó, rodando la cosa por la puerta abierta.
"Ooh, tú y tu sexy trapeador. Te tengo envidia."
"Deberías. Está completamente hecho de madera." Y con eso, la esquina de su boca se arqueó y se retiró con el carrito rechinante hacia la oficina para comenzar su trabajo.
Me quedé observándolo un momento, con una risa atorada en el pecho. Wow. Una insinuación sexual de Tro-bot. ¿Quién lo pensaría? No yo, de todas maneras. Nunca ni en un millón de años.
Este día estaba mejorando – aún no me habían forzado a sentarme en mi escritorio o si quisiera ponerme a verificar la bandeja de entrada del correo electrónico de la compañía – así que, por supuesto, el humor estaba destinado a hundirse y hundirse fuerte. Intenté no mirar, realmente lo intenté, pero era como un choque de trenes. Me revolvía el estómago.
Mientras pasaba por la puerta abierta de la oficina del CEO, miré hacia arriba. Detrás del enorme escritorio, Quatre tenía sus codos apoyados sobre los papeles, sus manos en su cabello. Un reporte gigante parecía estar desparramado frente a él, pero no creo que lo estuviera leyendo. Más bien ahogándose en él. No tenía que esperar a que me volteara a ver para saber que había ojeras bajo sus ojos rojos. Sí, me han dado el lujo de ver otra maravillosa vista pero oscurecida por otra.
"¿Qué estás haciendo ahí?"
Mis pies se dejaron de mover mientras le contestaba al asistente personal de Quatre. "Solo saludando" murmuré patéticamente. Uno pensaría que al salvar la Tierra de enormes pedazos de metal espacial le habrían ganado algún punto extra en el Tribunal de Guerra. Pero, estarías equivocado. Él estaba aquí como todos nosotros, sirviendo su sentencia.
Heero se quedó mirándome. No había ninguna señal de irritación en sus ojos como los de Wufei, pero tampoco había un brillo de camaradería como los de Trowa. Había... nada.
Casi me vomito aquí mismo en la entrada de la oficina de Quatre.
"Ve a trabajar"
"Y si no, ¿Qué? ¿Vas a hacer que los trolls de Recursos Humanos me escriban un reporte?"
Heero suspiró y repitió huecamente, "Ve a trabajar, Duo." No era una orden. Eso, al menos, hubiera sido algo. No, era resignación. Pura resignación. Heero Yui se había dado por vencido.
Mierda.
"Heero..." Comencé, sin estar realmente seguro que lo que podía decir traería de regreso el brillo de vida a él, no estaba seguro que algo pudiese salvarlo de la nada.
"Sólo cállate, Duo" Se volteó hacia a su computadora, "Nosotros causamos esto,"
No me quede para una segunda perla de sabiduría. Era suficientemente malo que me aventase la primera. Sin aire y sin lluvia, caminé hacia mi cubículo. Ignorando las miradas de mi supervisor y hundí mi trasero en la silla.
Odiaba mi vida.
No, esperen; Odio la vida. Punto.
Realmente intenté no culpar a Quatre. Había hecho lo mejor que podía, después de todo. Pero en su mayoría, culpaba a los bastardos creídos que se sentaban en sus gordos, pomposos traseros en el Tribunal de Guerra con sus sillas acojinadas con soporte lumbar. Yo no tenía una silla acojinada y el soporte lumbar era un chiste por aquí. Yo solo fui suertudo que no tuviera resortes picándome en el trasero. Pero, una vez más, todos mis resortes eran metafóricos.
Suspirando fuerte y por mucho tiempo, encendí mi computadora e intenté no mirar la cantidad de mensajes que esperaban mi detenida atención.
257.
Joder. Saben, es difícil llevar una vida con sentido cuando tu mayor contribución diaria es dar click al botón del mouse.
Esta mañana, o lo que quedaba de ella – estaba básicamente en piloto automático. (Hablando de, Dios... ¡pilotear! Lo que sentía al pensar en ello no era tanto un dolor sino más bien una agonía. Era como ver tu propia pierna ser cortada sin el uso de anestésicos.) Di click por el sin fin de correos, mandando las peticiones legitimas a donaciones caritativas al departamento Legal para verificación. Algunas veces tenía mi barbilla en mi mano y algunas veces me recargaba en mi silla rechinándola, ponía mis pies sobre el escritorio y continuaba con mis clickity-clicks. Estaba casi seguro que estaba medio dormido, así que cuando escanee el correo numero ochenta y tres y parpadee un par de veces, quien me estuviera viendo probablemente se había dado cuenta que estaba intentando no quedarme dormido.
Pero no lo estaba. Estaba intentando reprimir un grito de pura felicidad.
Escanee el correo e intenté lo mejor que pude de mantener la sonrisa alejada de mi rostro a pesar de lo mucho que me alegraba. Las palabras código brincaban hacia mí y sabía que por fin lo había logrado. Mi viejo amigo Howard me había encontrado – a nosotros – una oportunidad de oro. Solo le había tomado cerca de cuatro años en hacerlo.
Cuando noté a Trowa regresando por el pasillo entre los cubículos con su carro de basura, tomé un pedazo de papel donde estaba dibujando, lo arrugué, giré mi silla y lo arrojé el bote que pasaba.
"Buen tiro" comentó Trowa.
"Una en un millón" le contesté.
Sentí su mirada – probablemente una pequeña a través de la caída de su cabello – pero no se detuvo y no lo seguí viendo mientras continuaba con su camino.
Pero si me entretuve imaginándomelo. Además de la envidia hacia el trapeador, yo al parecer también tenía un creciente caso de envidia hacia los pantalones caqui. También tenía una idea del demonio que no podía esperar a compartir.
Me quedé con esos pensamientos. En su lugar, me pregunté si podía poner el mouse en el piso y dar click con mis dedos del pie sin que mi jefe se diera cuenta. Archivé ese pensamiento para después y me concentré en no verme tan esperanzado y alegre, al menos hasta que fuera casi la hora de salir. Para no levantar sospechas.
Sufrí hasta la hora de la comida. Agonicé hasta la hora del café. Prácticamente me retorcí en mi estúpida silla que no paraba de rechinar hasta las grandes 5 de la tarde – hora de salir. A pesar del dolor de mantener las noticias solo para mí, tenía el adorable efecto secundario de forzarme a refinar mis planeas, cocinarlos hasta que hice mi camino hacia el techo del condominio de al lado con dos palabras en mi lengua.
Si, solo eran dos palabras, pero estaba bastante seguro que cambiarían mi vida. Diablos, cambiarían la vida de los cinco de nosotros, aunque no espero un gracias por ello. Quatre nunca parecía irritarse por el peso que tenía encima. De hecho, parece que le gustaba de una manera perversa. Wufei había tardado un poco en doblegarse, pero eventualmente su sentido de justicia había sido dañado y su espíritu se había desangrado hasta que se había ido a otro código postal a sanar heridas. Cuando por fin se había dado cuenta el fuego en sus ojos se habían fijado en sí mismo sabía que él estaba perdido; y que para continuar, se había culpado. Algunas veces lo envidiaba por ello. Diablos, si pudiese encontrar en mí en sentirme culpable, creo que sería más... dócil sobre toda la situación. Aun así, nunca esperé que Heero fuese el siguiente. Parecía que había tomado el mismo seminario de fin de semana que Wufei.
"Nosotros hicimos esto"
Fruncí mis cejas ante la memoria. Dios como quería argumentar con él. Aun quiero, pero mis esperanzas no eran muy altas no creo que hubiera podido obtener algo de ello. Era perfectamente testarudo, el bastardo. No, yo sabía que – y quien – era mi mejor y único tiro ahora. Lo único que tenía que hacer era hacer contacto, poner la carnada y atraerlo.
Me senté donde estoy ahora, dejando que el aire me lleve y que el sol me quemara a un bello café dorado mientras esperaba. Y mientras esperaba, consideré la frase que tenía el potencial de patear serios traseros.
Dos palabras. Yo probablemente nunca las hubiera pensado en lo absoluto si Trowa no estuviera alardeando sobre su madera hoy y me llevara a pensar. Pensé sobre el brillo de humor en sus ojos y la gracia que aún mantenía. Tal vez era algo sobre acróbatas.
Con dos palabras, sabría. Si me arriesgaba. Pero no tenía que pensar en eso, claro que me arriesgaría. Aún ahora, mis planes sin usar que habían crecido en lo más recóndito de mi mente de pronto veían la luz del día gracias al tan esperado corto mensaje de Howard. Sonreí mientras corrí la secuencia de la misión nuevamente, buscando desventajas. Mm, no había nada que un compañero no pudiese manejar, estaba seguro.
Maldita sea, Yo – nosotros – teníamos una buena oportunidad. Bueno, tal vez. Todo dependía en el único hombre con el que nunca me imaginé unirme.
No se acercó a mí desde atrás. No, el maldito engreído caminó hacia mí, silenciosamente por la barda del techo del edificio. Pausó a menos de cuatro centímetros de mí y se sentó en un fluido y confiable movimiento. Definitivamente una cosa de acróbatas.
Se sentó igual que yo, con los pies hacia fuera del edificio sobre el abismo entre la oficina del otro lado de la avenida y el condominio residencial bajo nuestros traseros. Cada edificio solo era de ocho pisos pero esto era lo más cercano que se podía sentir a estar volando. Bueno, sin contar el hecho de balancearse hacia la orilla. Que patético.
No comenté nada sobre la presencia de Trowa. Aquí estaba, así que debió entender mi mensaje que le había arrojado.
"Heero se ha rendido" le remarqué mientras esas palabras seguían sonando en mi cabeza, sonando, sonando, sonando como campanas. Casi me rio en voz alta pero este no era el momento para hacerlo.
Trowa asintió, sin sorprenderse mucho o tal vez ya se había dado cuenta de la deserción de Heero de nuestra hermandad de rebeldes.
Solo quedamos tú y yo ahora, no comenté nada. Trowa estaría de acuerdo con eso, también. Las observaciones son pequeñas cosas necesarias pero solo hasta cierto punto. En lugar de eso, vi mi reloj en mi muñeca. Era temprano; las noticias de la tarde estarían terminando pronto.
"Te estás perdiendo del reporte del clima," le dije.
Trowa encogió los hombros. "No es como que alguno de los dos le saca provecho"
Muy cierto.
"Así que, ¿Qué hay de nuevo y emocionante en este mundo?" pregunté, trabajando la oferta que estaba planeando en hacerle. Me saltaría las noticias hoy. Sabía que no debía, pero estaba bastante seguro de que no me podría concentrar. Supongo que el sentido de libertad me daba ansiedad o algo.
Trowa tomó un respiro profundo y dijo, "La reconstrucción de la colonia L5 comenzó hoy. Están pasando otra vez ese discurso"
El Discurso. Me burlé suavemente. "Dilo con letras capitales, hombre," Dios, ese estúpido discurso. Yo no hubiese podido sin vomitar, tampoco. Ignoremos el hecho que había sido lo único que dejaba nuestros traseros de ser encarcelados en confinamiento solitario por el resto de nuestras vidas naturales, y aun así no podía encontrar ni un grano de agradecimiento en mí. Diablos, casi todos los días, deseaba que nuestra amiga Relena – recientemente promovida a ministro - no se hubiera metido cuando el Tribunal de Guerra comenzó en seriamente considerar la ejecución de nosotros cinco. Oh, discúlpenme: no ejecución, era eutanasia. Ven, ahora todos somos civilizados.
Ni que me importara.
Aun así había sido un jodido y amargo shock el saber que había sido Quatre quien literalmente había comprado nuestros futuros... sea como sea fueran estos. Mierda, todo lo que tuve que hacer era permitirme recordar la conferencia de prensa y escucharía la voz de Q otra vez, suave con resignación pero firme con convicción.
"... No hay absolutamente nada que podamos hacer para cambiar el pasado, pero es nuestro deber reconstruir y contribuir al futuro de la paz entre la Tierra y las colonias. Hasta ese final, los cinco de nosotros elegimos dedicar nuestras vidas a enderecer cualquier error que podamos con la ayuda de los amplios recursos que Winner Inc es capaz de proveer..."
Me mantuve detrás, con la cabeza baja de arrepentimiento mientras Quatre ofrecía la compañía de su familia – un mega conglomerado previamente privado – en cambio por nuestras vidas. Había prometido servir a la paz al dar todas las ganancias de WEI al nuevo Gobierno Unido. Ahora trabajábamos hasta que nuestros cerebros se atrofiaran para que esos bastardos políticos pudiesen tener sus sillas de oficina cómodas. Oh, bueno supongo que algún bien salió de todo esto: la colonia en L5 que se había autodestruido durante la guerra estaba siendo reconstruida. Pero mayormente, solo odiaba mi servidumbre. Ninguno de nosotros recibía un salario, un carro, o una vida. Estábamos atascados aquí en este compuesto por el resto de nuestras patéticas vidas. Aquí, donde podíamos ser útiles en lugar de succionar el dinero de los contribuyentes en alguna celda de prisión en algún lado. Casi deseaba estar sentado con mi trasero en una celda de concreto; deseaba que pudiese sacar solo un poco de sangre de los bastardos hipócritas que nos habían condenado. Habíamos salvado a la tierra y las colonias y aun así de alguna manera eso nos había hecho demasiado peligrosos para permitirnos derechos humanos básicos y libertad. Siempre he sabido que la vida no era justa, pero eso se había llevado el maldito pastel. Aun ahora me siento gritar. Diablos, pero siento que he querido gritar desde que Quatre había dado El Discurso.
"Si veo esa maldita cosa una vez más, golpearé la pantalla de video" predije oscuramente.
"Yo primero" Trowa respondió sencillamente.
Eso no puede continuar así, no dije nada. No tenía porque. En lugar de eso dije, "Esto no puede durar para siempre." Mi tono suave pero determinado. Ciertamente. Era lo mejor que podía hacer para que Trowa supiera que realmente había luz al final del túnel y que podía verlo.
Trowa se movió al lado mío y sacó una pequeña libreta de papel de su bolsillo. Lo reconocí que era donde había hecho un dibujo pequeño de los dos de nosotros sentados aquí en el atardecer.
"Dime" me dijo presionándome y aun así me relajé. Si, sabía que tenía un plan. Durante la guerra, los planes de Trowa habían sido bastante buenos con su personalidad tipo camaleón. Nunca estuve seguro de parte de quien estaba hasta que la mierda golpeó el techo. Solo entonces él se arriesgaría en sacrificar todo su trabajo por el bien de la misión y las colonias.
Él dependía de obvia infiltración, algunas veces bajo una identidad falsa y algunas veces como él mismo. Él siempre había sido el maestro de ser el tipo que estaba justo frente a tu nariz pero completamente invisible al ser tan mundano. ¿Yo? Yo venía en dos sabores: indetectable y habilidoso. En mi opinión nuestro rango de habilidad por si solas nos hacía un buen equipo. Y además, él al ser un ex-acróbata y yo al ser ex-ladrón eran unos hermosos bonos. Nuestros bonos estaban hechos el uno para el otro – bueno no exactamente pero era más que nada la necesidad. Especialmente desde que recientemente perdimos a nuestro tercer piloto.
Las dos palabras que habían venido a mí antes, estaban sonando nuevamente. Sonriendo irónicamente, volteé a ver a Trowa; estudiándolo, preguntándome si lo haría. Si no, estaba bastante seguro que tomaría más de una lucha para convencerlo. Aun así, creo que tenía una buena oportunidad. Después de todo, Trowa había hecho mucho más por el bien de una misión antes. Bueno, estaba bastante seguro que aguantar a Une había sido significantemente peor que lo estaba a punto de sugerir.
Hablando de, era hora de escupirlo antes de que Trowa comenzara a irritarse conmigo por traerlo hasta aquí.
Así que dije esas dos palabras suavemente pero bastante alto: "Privilegio Conyugal."
El aire voló su cabello hacia un lado y alcancé a ver una mirada verde especulativa. No estaba seguro que me sorprendió más: que no estaba tan en shock o que en serio parecía estarlo considerando. "¿Te estás proponiendo?" murmuró.
"Sip," le dije brillantemente. "Cásate conmigo y es todo tuyo."
"¿Todo mío?" tanteó, volteándome a verme y miré como me estudiaba de la cabeza a los pies.
Sonreí. "Vamos, Tro. No puedo solo regalarlo."
Su boca se crispó, como si realmente fuera a sonreír. "¿Y soy conocido por un salto de fé?"
"Tú eres el acróbata."
"Y tú el ladrón."
No lo negué. En lugar de eso, dije, "Aun así no miento." Y eso incluía los votos matrimoniales.
Él no me recordó que él al menos sí podía mentirme. Sabía que tenía seis maneras de engañarme hasta el domingo. No necesitaba un recordatorio de que todas esas veces durante la guerra donde jugó con su papel como enemigo era demasiado convincente.
Le di sonrisa, "Funcionará," le prometí. El correo de Howard había sido completamente confiable y sabía que el viejo no sería tan cruel como para darme falsas esperanzas. "¿Me vas a decir que no?"
Él me estudió por un largo tiempo. Puede que haya intentado en endulzar el plan – Si, maldita sea, lo necesitaba demasiado para que esto pudiese funcionar – pero el viento sopló nuevamente y vi un brillo de hambre en sus ojos. Él también quería su libertar tanto como yo. Podía verlo.
Tal vez es porque lo había visto, y él no intentó negarlo. "¿Cuándo?"
"Pronto," le dije, sonando mis dedos deliberadamente contra la barda y el espacio entre nosotros cinco veces con mi pulgar. Hoy era martes. Lo que significaba que teníamos hasta el domingo para engancharnos, cinco días a partir de hoy.
"Mmm," fue todo lo que me dijo. "¿Vamos a mantenerlo en secreto?"
"Podríamos." admití. "Con que sea público debería de ser suficiente..." encogí mis hombros. No estaba a punto de preguntarle a un hombre que se me acercara a la oficina. No que haya notado alguna indicación de que Trowa se limitara cuando se trataba de una misión durante la guerra pero aun así...
Cálidos dedos rozaron contra los míos. Brinque un poco, pensando dos veces al sentir sus callos. Yo había perdido los míos hace tiempo pero parecía que el trabajo de mantenimiento había permitido que Trowa se quedara con los suyos. Tal vez por eso su espirítu no había sido derrotado como el de Heero; Trowa aún tenía evidencia física de lo que él era capaz de hacer.
"Duo," dijo firmemente y el tono de su voz era otro shock. Lo volteé a ver, mi barbilla automáticamente alzándose y me encontré cara a cara con él. El viento sopló fuerte, revelando y ocultando sus ojos. Y después se acercó y me besó.
No era mi primer beso, no técnicamente. Pero, de alguna manera, si lo era. La última vez que me habían besado era en mi colonia, antes de que me convirtiera en Shinigami. Solo era un niño entonces y también la niña. Pero ahora... ahora era un hombre adulto y estaba siendo besado por otro hombre. Me forcé a no tensarme y cuando Trowa cerró sus ojos, también cerré los míos.
El beso consistió de solo una presión suave de labios cálidos contra los míos. Un simple toque. Podía hacer esto, me calmé a mí mismo, luchando contra el rubor que podía sentir estaba hirviendo desde dentro. Y luego se movió, rozando su boca contra la mía. La fricción hizo mi corazón acelerarse y sentí mi boca abrirse por una reacción o por la presión. No estaba seguro por cual. De pronto, estábamos mezclando nuestros alientos juntos. Me acerqué a él, mi mente apresurándose y tambaleando en sus botas figurativas hacia algún lado del cinturón de asteroides. Intenté no pensar en lo que estaba haciendo – en lo que estábamos a punto de hacer. El joderjoderjoderjoderjoder estaba ahí, aun, al acecho al fondo esperando a que mi mente regresara e hiciera una aparición.
Y el besó cambió nuevamente. Trowa mordisqueó insistentemente mis labios, pero no fue hasta que llevó mi labio inferior a su boca que el calor que se estaba acumulando saliera volando y gemí. Mis ojos se abrieron al sentir la suave succión y poco a poco él se inclinó hacia atrás.
Me preparé para la reacción retardada que sabía venía en camino. Supuse que tenía al menos dos segundos antes de que empezara a asustarme sobre besar a otro hombre y que tal vez – más o menos me gustara. Hoy en día y a esta edad, las parejas del mismo sexo no eran tan extrañas, solo que nunca pensé que me agradara... o más bien, siempre asumí que prefería besar, ya saben, mujeres.
Tal vez aun me gustaba.
Y con ese pensamiento, vino la tan esperada calma. Tenía veinte años, aproximadamente, y no había besado a nadie desde que era un niño, nunca me habían tocado íntimamente en mi corta vida. Que gracioso que venganza, el entrenamiento MS, luchar en la guerra, y luego servir una sentencia de prisión glorificada se entrometía en hacer mierda como esta. Así que esto... sea lo que sea solo estaba sintiendo una respuesta hormonal al interactuar con otro cálido cuerpo. No significaba nada profundo o importante. ¿Y que si Trowa me excitaba? Diablos, probablemente tendría la misma reacción al ser tocado por quien sea en quien confiara. No podía evitarlo.
Un poco más calmado, dejé abrir mis ojos. Era hora de encarar la música.
Los ojos de Trowa, cuando los pude ver gracias al viento, estaban oscurecidos y pesados. Bajo mi mano, que estaba apretando fuertemente el frente de su camisa (aunque no podría decirte cuando había hecho esto), su corazón estaba latiendo calmadamente. Me miró de regreso, jadeando un poco mientras veía mi boca.
Mierda.
Supongo no era el único teniendo un momento hormonal.
Ni siquiera se me ocurrió que tenía que reprimir un brinco cuando sus nudillos rozaron bajo mi barbilla, indicándome que debía cerrar mi aún abierta boca. Estaba tentado a sacudirme el shock pero no. No, si íbamos a hacer esto, tenía que verse genuino.
Me sentí ruborizarme y solo seguí la corriente. Al diablo. Si alguien tenía puesto sus ojos en nosotros, haría que el beso se viera en serio. El pensamiento de los imbéciles de seguridad viéndonos me atrajo a la realidad de aquí y ahora. Mis dedos se contrajeron y me di cuenta que aún estaba apretando su camisa. Me sentía nervioso e inquieto pero no quité mi mano completamente. Solté la tela y, antes de que pudiese decidir qué hacer conmigo mismo, la otra mano de Trowa presionó mi palma contra su pecho.
Aun me sostenía la barbilla así que no brinqué cuando rozó su pulgar sobre mi labio interior. Pero casi lo hacía. Aun así me asustaba que él no tuviera problema con este pretexto y yo estaba completamente asustado. Mierda. Otra vez.
Pero supongo que pase la prueba, su boca se arqueó en una sonrisa satisfactoria. "Si," me dijo y, Dios ayúdame, ni siquiera recordaba cual había sido la pregunta original.
"¿Si?" pregunté.
Se acercó hacia mi hasta que su boca estuviera justo al lado de mi oído, "Me casaré contigo."
Bueno, diablos.
Debería estar emocionado – esto era lo que quería después de todo – pero en lugar de eso, me sentía... congelado. Y si, había un buen pedazo de pánico en la receta. Lo ahogué y lo moldeé a anticipación. Tenía un compañero ahora. Trowa tenía mi espalda y yo la suya. Mi plan iba a funcionar.
"No te arrepentirás" le prometí y él tembló. Lo sentí contra mi palma que aún sostenía firmemente contra su pecho.
No hizo ningún movimiento para apartarse así que levanté mi mano libre y pase mis dedos por su cabello, sosteniéndolo. El viento sopló alrededor de nosotros pero podía sentir su cálida respiración contra mi mejilla.
Dios mío, ¿En qué nos estaba metiendo?
Libertad, me recordé a mí mismo y eso me centró. Podía jugar a la casita con Trowa para verlo. Había cinco vidas – cinco futuros – viajando en este avión hecho basura. Era hora de ponerse serio.
Me volteé hacia el oído de Trowa y lo acaricié con los labios. Yo mismo estaba un poco sorprendido porque tan bien olía, como jabón y su piel era suave y cálida. Como fuerza y paciencia. Si es que esas dos cosas podían olerse. "Me puedes emboscar mañana cuando me detenga a decirte hola," le dije, mi voz ronca.
"Será un placer" me dijo básicamente ronroneando, sus dedos pasando sobre mi mano y me tuve que preguntar sobre su habilidad de actuación. El hombre merecía un maldito Oscar.
"Estoy seguro de ello," le dije, respirando profundamente me alejé y él me dejó ir. Bueno, en su mayoría. Soltó mi barbilla y dejó ir mi mano de donde aún estaba aprisionada en su pecho pero sus dedos se entrelazaron con los mios en la orilla de la barda cerca de nuestras piernas. Me pareció extrañamente cómodo que no atrapara completamente mi mano, en lugar de eso, mi mano descansaba sobre la suya.
Si, hice una buena elección con Trowa. Wufei jamás hubiera seguido mi plan, probablemente me hubiera acusado de intentar engañar a la justicia. Quatre honestamente pensaba que esto era lo que nos merecíamos, ser tratados como esclavos de cuello blanco. Heero tal vez hubiese dicho que si a la actuación antes de que se resignara a su destino, pero hubiera insistido completamente en manejar cada aspecto de la misión. Con Trowa, nada de eso me tenía que preocupar. Aún tenía su espíritu, aún ansiaba la libertar, y estaba dispuesto a seguir mi mandato para obtenerlo. Tal vez va a terminar dándome un golpe como cuando se infiltró en Oz pero, Dios, él no me negaría este rol. De alguna manera, solo lo sabía.
Sí, maldita sea, ¡Esto iba a funcionar!
Le di a Trowa una sonrisa, que para mí shock, respondió también. Maldición, creo que jamás he visto ver a este hombre producir tan honesta y hermoso sonrisa en los cinco años que lo he conocido. Honestamente, no sabía qué hacer con esta nueva información.
"Vamos," le dije, saltando de la barda. "Te encaminaré a tu departamento. Está haciendo frío."
Sus labios dieron una divertida sonrisa mientras se levantaba. No intentó soltar mi mano y yo no podía soltarla tampoco. Sería incómodo si lo hiciera.
"Estoy seguro que podría encontrar mi puerta yo solo," dijo burlonamente.
"Si," le contesté, "pero muchas cosas son más divertidas entre dos."
Me miró de lado y diablos, el hombre era una tentación. "Te lo recordaré para después."
Y sí que lo hizo. Cinco minutos después, estaba presionando su espalda contra la aún cerrada puerta de su departamento, besándolo justo ahí en plena vista de cualquiera que pasara por el pasillo. No había nadie, ¡pero aun así!
Yo lo mordisqué esta vez, empujando y rozando. Sus jadeos mandaban un hormigueo hacia mi estómago. Decidí que estaba bien. Trataría todos estos momentos como si fueran un sueño y los sueños no tienen que hacer sentido. Seguí la corriente.
Y también Trowa, sus manos pasaron por el frente mi camiseta negra que estaba usando y sentí sus dedos entrelazarse por mi nuca. Sus pulgares se movieron masajeando detrás de mis orejas.
Me apoyé sobre la puerta con una mano y la otra se deslizó hacia su cadera. Se alejó, y recargando su cabeza contra la puerta me miró a través de sus pestañas. Trowa era significativamente más alto que yo, más amplio de los hombros también, pero reconocía la sumisión cuando la veía. Aun me sorprendía demasiado.
"¿Vas a entrar?" me preguntó, su tono más ronco de lo que jamás he oído.
Gentilmente jalé su cadera hacia mí mientras negaba con mi cabeza. "No," le susurré mientras acercaba su cabeza hacia mí para dejarle un pequeño beso en la orilla de su boca. "¡Un buen chico católico nunca podría...!" le dije.
Trowa me lanzó una mirada escéptica. Su mano derecha acarició mi pecho hasta que sintió con sus dedos la cruz que aún usaba bajo mi camiseta. "Un muy buen chico católico," me respondió, sus labios con una sonrisa burlona que hacían que le respondiera con algo en tono de venganza.
Sonriendo malignamente, bajé mi mano atrevidamente hacia su bolsillo trasero. Jadeó fuerte, sus caderas arqueándose hacia mí, pero no me detuve. Mis dedos tomaron lo que querían y sin una palabra más, saqué la tarjeta de acceso de Trowa para que él la viera.
"No me tientes" me gruñó.
"Créelo."
Me empujó bien de los hombros antes de que se volteara para presionar su palma en escáner al lado de la puerta. Estaba parado detrás de él, sin tocarlo pero aun así podía sentir el calor que emanaba de él. Diablos.
Trowa me hecho un vistazo sobre sus hombros, intensa, paciente y bastante depredador. Tragando fuerte, pasé la tarjeta por el lector. La luz se encendió y la puerta se abrió. Regresé la tarjeta a su bolsillo mientras entraba.
Se volteó rápidamente, sus brazos apoyándose en la entrada a lo alto y me miró. "Haz eso otra vez y asumiré que lo dices en serio."
"Intentaré recordarlo para la próxima vez," le conteste, apoyándome sobre mis tobillos para darle un beso rápido, "Buenas noches, Trowa."
"Te veré mañana, Duo." Y qué bueno que estaba certero que podía confiar en Trowa porque eso sonaba a casi una amenaza.
No dormí bien esa noche. Pero, hey creo que eso iba a ser más que obvio. Aún me sentía asustado de que Trowa me hubiese besado en primer lugar. Claro, tal vez estaba examinando mi plan, empujándome y ver qué tan preparado estaba para mi propia misión, dándome la oportunidad de una prueba de manejo ante la idea de estar en una relación con él antes de que la cagara y nos matara a los dos.
Podía razonar eso. Sin problema.
Lo que no me dejaba tener mi sueño de belleza era algo más perturbador. Me seguía cuestionando porque había sido yo en lanzarme contra a él en su puerta. Mierda, con solo acordarme sentía un hormigueo dentro de mí y con un jadeo exasperado, crucé mis brazos sobre mi cabeza sosteniendo fuertemente mi almohada para evitar acomodar ciertas cosas al sur. No me iba a masturbar con los pensamientos de su rendición, su maldito ronroneo y maldito olor.
No va a pasar.
Puede que haga mi vida más fácil si simplemente me entrego a esto, si pero... maldición, no podía. No era un camaleón como Trowa. No podía empezar a mentirme a mí mismo, convenciéndome de que lo quería. La misión era la prioridad principal. Necesitaba aclarar mi cabeza y limpiar todos los compartimentos que estaré usando las siguientes semanas: infiltración, hackeo, destrucción y un consorcio que pareciera un matrimonio normal. No me hubiera molestado con esto último si pudiese contar con Heero, Quatre y Wufei para cuidarme la espalda, para jugar el juego. Maldije silenciosamente a Howard por haberse esperado hasta hoy para mandar el correo.
Suspiré. Al menos lo había mandado. Ahora lo único que tenía que hacer era atraer a 3 tipos, que estarían gritando y pateando todo el camino, a aceptar la absolución. Que divertido.
Bueno, nada de esto iba a pasar si no me mantenía descansado. Así que apagué todos mis pensamientos sobre Trowa, misiones, una región en específica de mis pantalones que parecía tener cero gravedades... y solo cerré mis malditos ojos. Eventualmente, me quedaré dormido y cuando el alegre evento ocurra, estaré listo para ello.
NOTAS ORIGINALES DE THE MANWELL
"Tro-bot" es de la tercera parte de Avarice's Appearances series titulado Armchair Psychology.
"Un buen chico católico" es de un fic de Lone Wolf's AU 1x2 con el mismo nombre.
Una metáfora de pescar me recuerda "The Right Bait" de Shenlong y "Just My Luck" por Kwycksylver.
Háganme saber si tienen alguna pregunta sobre mis referencias a las series y/o a los días antes de ser pilotos de los personajes. Estoy intentando quedarme en el reino del canon, aquí.
