Después de cien años sin publicar vuelvo. ¡Hola! Es mi primer fic de Glee, además de estar centrado en mi ídola Lea Michele. ¡I LOVE LEA! Espero que les guste. Comenten por favor, ya que tomo parte de mi tiempo para dedicarme a escribir, que es lo que más me gusta hacer y quisiera por lo menos que comenten dándome su visto, bueno o malo, acerca de mi trabajo. Bueno, sin más los dejo para que lean. Bye!
Le había enternecido tanto. Tenerla en sus brazos, sentir su cuerpecito, frágil y calentito le hizo reflexionar. Todo, a pesar de no haber sido planeado, era perfecto. No podía arrepentirse de lo que había hecho, porque aquel había sido el mejor de sus errores.
Había hecho el amor con la persona que amaba más que a nada ni nadie en el mundo. Había sido su primera vez y había sido con Finn, aquel chico que la había usado para darle celos a su ex novia, aquel que le había dicho que la amaba para luego dejarla sola, pero a ella no le importaba porque lo había hecho por amor. Un amor puro e inocente que la había llevado a cometer semejante pecado. Pero aquello no podía llamarse pecado, porque de ese amor que ella profesaba había nacido la más bella criatura que habían visto sus ojos cafés.
Tenía miedo, mucho más miedo del que había sentido cuando se entero que estaba embarazada. ¿Cómo seguir adelante? Todo, sus planes de vida, estudiar en NYADA, sus sueños de cantar en Broadway e interpretar algún papel de Barbra, todo se había reducido a cenizas. Podía arrepentirse como había querido hacia tiempo, pero sabía que era inútil. Era cobarde, de verdad había sido tan ingenua como para creer en promesas vacías.
Tener a su bebe en brazos le había despertado unas inmensas ganas de llamar a Kurt y decirle que tenia con ella a la personita más bella del mundo. Pero, ni Kurt ni sus compañeros de Nuevas Direcciones sabían que ella había estado embarazada, que durante nueve meses había llevado en su vientre al fruto de su amor por Finn. Seguro que todos la criticarían e incluso la mirarían de mala manera. En esos momentos miles de preguntas surcaban por su mente, no se imaginaba cómo había sobrellevado aquello Queen. Ella no podía dejar de atemorizarse, pero lo que nunca haría seria abandonar a aquella niña. Era hermosa, lo más bello que podría tocar o desear alguna vez. No, no haría lo que su madre había hecho con ella. No podía negar que ella había tenido mucha suerte al tener dos padres como Hiram y LeRoy, pero tampoco podía asegurar que a aquella pequeñita le tocaría su misma suerte.
Beso incontables veces la manito de la bebe. La contemplo con orgullo y de pronto, poco a poco sintió como algo dentro de ella, muy, muy dentro, se rompía pedazo por pedazo. Dolía tanto y no podía evitar dejar salir las lágrimas que había callado hacia mucho tiempo. Sola como si el mundo se destruyera a su alrededor y una inmensa manta negra la cubriera para desaparecer, hasta volverse diminuta ante todo.
Mi pequeña Caroline, pensó mentalmente besando la manita de la niña, mientras una lágrima resbalaba por sus hermosas mejillas sonrojadas.
