Buen Trabajo, Castle
"Beckett" le llamó Esposito, esta no levantó la vista del archivo. Tenía el entrecejo ligeramente fruncido y sus ojos se movían de un lado a otro conforme avanzaba con la lectura. Habían fotos y papeles esparcidos por toda la mesa, dos tazas de café se encontraban vacías a su lado y en la pizarra se podía ver el nombre de Johanna Beckett escrito en mayúsculas y con una elegante caligrafía que trataba de brindarle el mayor respeto a su memoria.
Esposito suspiró "Beckett"
Kate levantó la mirada (y él pudo notar que dos sombras moradas se empezaban a formar bajo sus ojos) y enarcó una ceja dándole a entender que no tenía tiempo para entablar conversación.
"Ya es hora de irnos" le dijo mientras acomodaba unos papeles en su escritorio. Desde que Castle le había confesado a Beckett lo de su madre esta no había hecho mas que trabajar (Ryan le había contado que tenía días de dormir en la comisaría) y a pesar de seguir siendo la misma de siempre habían días donde parecía que se iba a venir abajo y sabían que, aunque ella nunca lo admitiera, también le afectaba no hablarle a Castle. Y solo él, como buen observador que era, había notado que en vez de tomarse tres tazas de café como era costumbre ahora se tomaba seis y que cuando no obtenía una respuesta golpeaba el escritorio repetidamente con su bolígrafo, cosa que antes no hacía.
"¿Ya?" preguntó mientras miraba la hora en su reloj y levantaba las cejas con sorpresa al ver que, efectivamente, ya era hora de regresar a casa "Vete tú, yo termino unas cosas aquí y me voy."
Esposito supo que estaba mintiendo y que seguramente se quedaría en la comisaría hasta la medianoche pero él también estaba agotado y había tenido un mal día, así que, por primera vez, decidió no decir nada.
Se colocó su abrigo y apagó la lámpara que tenía en el escritorio "Buenas noches, jefa."
"Buenas noches, cuídate." respondió Beckett mientras se dirigía a la pizarra para anotar algún dato nuevo.
Esposito la observó por unos momentos mientras esperaba a que se abrieran las puertas del elevador y suspiró de nuevo.
"Buen trabajo, Castle" pensó con amargura.
