Esto es un Ameripan visto desde la perspectiva de Okinawa –Mayumi Honda- que se me ocurrió cuando… no se, solo se me ocurrió
Espero que les guste…
En una casa aparentemente vacía, con todas las luces apagadas, dentro de una modesta habitación, las caricias y los besos se volvían cada vez mas apasionados, los gemidos llenaban la habitación mientras dos amantes que antes habían sido dos personas se volvían uno solo, no era solo lujuria y pasión, sino amor, se amaban, ambos lo sabían, se entregaban el uno al otro extasiándose con las sensaciones nuevas en ambos, ya que si bien esta no era la primera vez que intimaban con alguien, al estar juntos se sentían como primerizos.
Escondiéndose en la obscuridad de la habitación, escasamente iluminada por la luz de la luna que se colaba a través de las cortinas, unos ojos azules eran unos meros espectadores del acto que se llevaba a cabo en esas cuatro paredes, no quería mirar, sin embargo le era imposible apartar la mirada, no era por morbo o perversión sino por felicidad, una amarga felicidad, el verlos juntos la hacia sentirse feliz puesto que sabia que solo uno podía hacer feliz al otro, pero era doloroso, y mientras las lagrimas empezaban a caer por sus mejillas, deseaba nunca haberse topado con esa escena, ella deseaba poder guardar la ilusión de que su amor fuera correspondido, pero era demasiado tarde, se había dado cuenta, desde hace mucho que el no estaba hecho para ella, no porque fuera su hermano, eso realmente no le importaba, sino por que sabia que nunca podría llenar el vacio que había en su alma, aun en su inocencia se había dado cuenta, y ahora lo confirmaba, el nunca le pertenecería, había entregado su corazón a alguien mas, y ese alguien le correspondía.
Hipnótico era lo que pensaba al verlos, era realmente bella la escena que tenia al frente, estaba plenamente consiente que muchas personas confundía el amor con sus bajos instintos, pero los tres podían asegurar que esos "te amo" entrecortados que podían oírse entre cada gemido, jadeo, suspiro, eran reales, genuinos, y eso dolía, pero la hacia feliz, que felicidad tan triste, mientras ambos cuerpos perlados por el sudor llegaban al clímax, juntos, perfectamente sincronizados como si de verdad fueran uno solo, no, realmente lo eran, la chica soltaba un pequeño gemido involuntario debido al llanto el cual era opacado por los gemidos de placer de los hombres frente a ella.
Cuando ambos cayeron en un profundo sueño debido al cansancio, Mayumi salió de su improvisado escondite en el armario y abandono la habitación de su hermano mayor sumida en un silencioso llanto, ella ya no era mas una niña, y ahora tenia que hacerse responsable por la decisión que acababa de tomar, y lloro, lloro hasta quedar dormida, no por haber perdido la ilusión de su primer amor, sino por el hecho que solo ahora entendía lo que significaba ser adulta, no sabia si había tomado una buena decisión pero haría todo lo posible por la felicidad de su hermano, aun si era doloroso, ya mañana seria otro día.
- Buenos días hermano, el desayuno esta listo – y en su rostro se dibujo una bella sonrisa, su hermano mayor era feliz junto a Alfred y eso la hacia feliz a ella, una hermosa y triste felicidad…
esto, por si no entendieron, Okinawa es la hermana menor de Japon
Como siempre se aceptan comentarios, sugerencias y esas cosas
sin mas que agregar me despido
Atentamente,
Khemia Mustang
