One Piece no es mío.


Lilas


Luffy miro a su hermano, que en esos momentos le estaba atando los cordones de los zapatos deportivos con un doble nudo para que no fueran a soltarse y causarle problemas durante la carrera.

─Oye, Sabo ─su hermano levantó la cabeza para mirarlo.

─¿Que ocurre, Luffy?

─Si gano, ¿me darán un premio? ─Sabo sonrió y termino de abrochar la cinta.

─Claro que sí. Te daremos lo que quieras ─prometió colocando una mano sobre la cabeza del menor.

─¿De verdad?

─Sí.

Con una enorme sonrisa, Luffy abrazo a su hermano por el cuello mientras decía que era el mejor del mundo antes de irse corriendo a la pista para ocupar su lugar mientras Sabo se ponía de pie y lo miraba. Seguro le pediría que lo llevara a comer carne, siempre era lo mismo. No había mejor regalo para el pelinegro que comer carne hasta saciarse. Era un glotón de primera.

─Cielos, si no fuera tu hermano, me sentiría sumamente celoso de ese chiquillo ─dijo una voz tras él.

─Tu siempre sientes celos de todos, Ace ─dijo mirando a su novio que le pasaba un refresco─. No sabía que fueras tan posesivo ─el chico junto a él esbozo una sonrisa.

─Soy posesivo con las personas que quiero. No me gusta compartir. Ni siquiera con hermanitos.

Sabo suspiro y acepto el refresco con una leve sonrisa en el rostro. Conocía a Ace desde pequeño, se conocieron en la guardería donde su madre lo dejaba antes de asistir a alguna de sus típicas reuniones. Se habían hecho amigos desde entonces y cuando crecieron su amistad se convirtió en otra cosa. Ace se le declaro en secundaria, tenía la cara roja pero una mirada determinada, Sabo acepto iniciar una relación pero debían tener cuidado, él no estaba listo para decirle al mundo que era gay, su padre lo mataría. A diferencia de Ace que no tenía nada que perder, él venía de una familia prestigiosa que se preocupaba por su alto status y esas cosas. Lo más loco que había hecho alguna vez fue cuando invitó al pecoso a ir a vivir a su casa tras la muerte de su madre por lo que tuvo que dejar la escuela y trabajaba para mantenerse, pero el pecoso se negó.

No puedo vivir al lado de mi novia, no llegaría virgen al altar ─dijo cuándo se lo ofreció.

Ace podía llegar a ser un descarado, aun así lo adoraba con todo su corazón. Aquella era su vida perfecta, a sus 16 años tenía todo lo que podía desear, a su hermanito que lo admiraba como a una especie de dios y aquel chico moreno con el rostro lleno de pecas que lo amaba más que a nada en el mundo. Tomo a Ace del brazo y lo arrastro a las gradas para buscar un lugar donde pudieran ver la carrera tranquilamente.

La carrera comenzó a la hora programa, el balazo resonó cuando las nubes cubrían el cielo, los niños salieron disparados desde sus posiciones. Ace contemplaba todo aquello con aburrimiento, había esperado poder pasar un tiempo a solas con su novio pero Sabo insistió en que fueran al festival escolar de su hermanito. Vaya, podía pensar en mejores formas de pasar el domingo que viendo a un montón de chiquillos correr de un lado a otro, se cubrió la boca mientras bostezaba.

A diferencia de Sabo él no tenía hermanos, o tal vez sí, no lo sabía. Su madre había sido el amorío de un hombre desvergonzado que cuando supo que estaba embarazada no dudo en abandonarla a su suerte. Ace no lo conocía, ni quería hacerlo, había visto cuanto sufrió su madre por él, incluso antes de morir siguió llamándolo. Aquello solo lo hizo odiarlo aún más. Pero de eso hacía mucho tiempo, desde que estaba con Sabo muchas cosas habían cambiado, el rubio le había ayudado al ver el mundo de forma diferente y por estar a su lado era capaz de tolerar a aquel molesto mocoso.

Luffy no era de su agrado, demasiado mimado y llorón. Resultaba molesto pero Sabo lo adoraba así que se había abstenido de hacer algún comentario.

─Luffy ganara ─declaró Sabo al ver que su hermano iba primero.

Claro que ganaría, pese a todo el pequeño era hábil en los deportes, igual que Sabo. Aun cuando Ace siempre le ganaba al rubio había tenido que usar toda su habilidad para hacerlo. La carrera obviamente termino con el chiquillo en primer lugar.

─¡Felicidades, Luffy! ─Sabo abrazo a su hermano mientras Ace sostenía la mochila del menor tras él─ Y bien, ¿qué quieres?

Luffy miro a su hermano y luego a Ace quien estaba bostezando de nueva cuenta.

─¿De verdad puedo pedir lo que quiera? ─volvió a preguntar mirando a su hermano.

─Claro ─traía suficiente dinero para alimentar un regimiento ─ ¿Qué es lo que quieres? ─Luffy apretó el borde de su camiseta y bajo la mirada.

─Quie… quiero besar a Ace.

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─Cierra los ojos ─pidió el menor sin mirarlo siquiera, Ace arqueó una ceja mientras se preguntaba donde había escuchado aquel chiquillo una frase como esa. Al final ambos terminaron en la habitación de Sabo, más específicamente sobre la cama de dos plazas del rubio. Ace con la espalda apoyada en la cabeza y el menor entre sus piernas frente a él.

Luffy toco la cara del mayor de forma titubeante cuando este cerrará los ojos. Había visto como su hermano y Ace se besaban, y él quería hacerlo también porque su hermano parecía disfrutarlo bastante. Con el rostro rojo se fue acercando a la boca del pecoso. Cerró los ojos apretándolos con fuerza, Zoro le había dicho que aquello era una mala idea, no solo porque apenas tenían 7 años sino porque el padre de su amigo le había dicho que no debían hacer esas cosas porque la boca de las personas estaba llena de bacterias y podía contraer alguna enfermedad o algo, pero estaba bien, su hermano solía besar a Ace muy seguido así y hasta ahora no le había pasado nada malo así que no debía haber ningún problema. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho unió sus labios con los del pecoso.

Ace no sabía cómo fue que Sabo término convenciéndolo de hacer eso, ¿Por qué rayos tenía que dejar que un mocoso que aun necesitaba dormir con la luz encendida lo besara? Sabo era su novio no debería estar de acuerdo con algo así. Abrió los ojos al sentir que aquel "beso" había durado demasiado y se encontró con el rostro rojo de aquel niño desagradable, ¿Qué era eso? Eso no era un beso, solo había pegado sus labios a los de él. Era un niño sin duda alguna, un niño jugando a ser un adulto. Una idea maliciosa se formó en su cabeza, en un rápido movimiento abrió sus labios y metido la lengua en la boca del menor, los ojos de Luffy se abrieron horrorizados y no supo que hacer por lo que Ace se adelantó hacia él y enlazo ambas lenguas, la experta de el con la pequeña de Luffy. El menor gimió y se aferró a su camisa, pero no se apartó. El beso se prolongó hasta que Ace se apartó no sin antes lamer los labios del menor quien estaba en shock. Su rostro lucía horrible, tenía los ojos desorbitados, las lágrimas corrían por sus mejillas, los mocos colgaban de su nariz y la saliva escurría por un lado de su boca.

─Eso es un beso, mocoso.

Luffy estaba temblando, sin poder evitarlo gritó y salió corriendo dejándolo solo.

─¿Qué hiciste? ─pregunto Sabo entrando mientras Ace se sentaba en el borde de la cama.

─Nada, solo lo bese ─dijo limpiándose la boca sin mirar al otro, estaba molesto por lo que Sabo le obligó hacer.

Sabo lo miro inquisidor unos momentos antes de suspirar derrotado. En primer lugar era su culpa por permitir tal cosa. Con una sonrisa condescendiente se acercó y se sentó a horcajadas sobre el moreno quien lo miro confundido.

─Me siento responsable por lo que sucedió ─Ace esbozo una sonrisa.

─Lo eres, ¿planeas disculparte conmigo?

─Si tú quieres.

Claro que quería, Sabo le acaricio el rostro y lo tumbo en la cama, Ace rápidamente invirtió sus posiciones, Sabo sonrió, Ace lo imito y se inclinó para degustar aquellos labios.

Sabo frunció el entrecejo al notar un ligero sabor a nieve de fresa, Luffy había comido nieve de fresa mientras que Ace se contentó con un café, frunció el entrecejo al sentir aquellos dos sabores mezclados. Tras terminar el festival, había llevado a su hermano a comer en un intento porque se olvidará del asunto del beso, Luffy devoró toda la carne y dos litros completos de helado pero al finalizar insistió en que quería su premio. Molesto aparto el rostro.

─¿Qué ocurre? ─pregunto Ace confundido.

─Lávate la boca ─ordenó con molestia.

─¿Qué!

─No me gusta el sabor que tienes ahora, si no te la lavas no haremos nada ─dictamino apartándolo.

Ace se quedó de piedra, ¿Qué rayos era eso? De cuando acá Sabo era tan remilgado, una vez lo habían hecho después de comer pescado y no se quejó. Suspiro y se bajó de la cama.

─Usare tu pasta ─Sabo asintió sin verlo.

Sabía que estaba siendo irracional pero, el saber que su hermanito había besado a Ace lo hizo sentir furioso y más al detectar aquel sabor en la boca del pecoso. Fue el quien inicio aquello pero ahora, al saborear a otro en la boca de su novio estaba celoso. A diferencia suya que se besó con varias chicas antes se salir con él, Ace solo lo había besado a él y saber que ahora otros labios lo había besado era demasiado. Molesto se llevó las manos a la cara. ¿Cómo podía estar celoso de su propio hermano?

Cuando Ace volvió su boca sabia a pasta, era mucho mejor. Ambos cayeron en la cama y se entregaron a su amor.

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Le ardían los labios, le ardía toda la boca. Luffy abrazo sus rodillas pegándolas aún más contra su pecho, oculto dentro de su armario el chiquillo estaba tratando de entender que acababa de pasar. Ace parecía estar hecho de fuego. ¡Aquello no fue bonito! No era como los besos que vio en la escuela en aquella película que Boa les mostró. ¡Tonto Ace! Había arruinado su primer beso, inflo las mejillas en un puchero y apoyo la cabeza en sus rodillas.

No era como los besos que sus padres se daban. Su corazón seguía latiendo con fuerza y su rostro se ponía cada vez más rojo al recordar la sonrisa ladina del pecoso. Ace se había burlado de él, como siempre hacia. Fue un error pedirle aquel beso, debió besar a Boa, seguro habría sido más bonito, igual no creía que su compañera fuera a pegarle alguna rara enfermedad tampoco.

Su estómago gruño indicando que tenía hambre, aquel llamado era algo que no podía ignorar. Abrió la puerta y espió un poco, tenía miedo que el pecoso estuviera acechando en una esquina pero no había nadie, más seguro abandono su refugio y salió de la habitación.

Iría a la cocina y buscaría algo en la nevera para comer antes de que alguien lo viera, decidió, confiado avanzo por el pasillo con una sonrisa pero cuando paso por el cuarto de su hermano se detuvo, se oían ruidos, ¿gemidos? Abrió la puerta pero se encontró con una escena extraña, su hermano y Ace estaban sobre la cama, desnudos, parecían estar jugando pero ¿Qué clase de juego era aquel?, Sabo estaba bajo el pecoso y este parecía estar empujando algo dentro de él, algo que le dolía porque tenía la cara roja y con una mueca de dolor, el rostro de Ace también tenía una expresión extraña.

─Ace... ─la voz de Sabo se escuchaba bastante extraña, no sonaba como siempre─ ya no pudo...

─Vente para mí, amor ─su voz también sonaba ronca y gutural, a Luffy le recordó a un animal.

Se quedó de piedra en el umbral de la puerta ante aquella escena, su hermano se arqueo y Ace levanto la cabeza mientras ambos soltaban un gemido, como animales heridos, para después caer rendidos en la cama. Luffy no sabía que hacer así que solo retrocedió y se ocultó al lado de la habitación. ¿Qué era eso? Era como cuando sus padres estaban solos, pero Sabo y Ace eran hombres no podía ser lo mismo, ¿o sí?

Confundido fue a la cocina, aún tenía hambre pero cuando saco el pollo se quedó con la vasija en las manos. No entendía nada de lo que estaba pasando. Regreso a su cuarto confundido seguro de que no debía contarle a nadie lo que acababa de ver. Se preguntó si Zoro sabría que era aquello ¿Debía preguntarle? ¿O alguien le explicaría que era todo eso cuando creciera?

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La invitación estaba tirada en la mesa de forma descuidada, los nombres grabados en ella brillaban en dorado burlándose de él, Koala y Sabo. Era la invitación para su boda, la boda de su novio con su mejor amiga. Ace esbozo una sonrisa torcida, si hubiera sabido que su amigo terminaría enamorándose de aquella chica jamás se la hubiera presentado. Apretó la copa en su mano, el maldito había seguido saliendo con el todo el año que estuvo cortejando a la castaña sin decirle nada.

Ambos sabíamos que este día llegaría ─dijo Sabo sin el menor asomo de tristeza─, simplemente sucedió Ace. Te amo pero quiero una familia, mis padres esperan que la tenga.

Claro, Sabo no era como él. El rubio había tomado su corazón y hecho papiroflexia con él. Lo curioso era que de alguna forma enferma había terminado siendo invitado a la boda como el padrino de argollas. ¡Qué hipócrita! Cuando Koala se lo pidió quiso gritarle la verdad pero al ver su rostro radiante, con aquella sonrisa idiota de cualquier novia que se creía la mujer más feliz del mundo, solo pudo bajar la cabeza y asentir.

Al final, Sabo fue a rogarle que no dijera nada sobre aquel "desliz" de juventud. ¿Cómo podía creerlo tan ruin? Nunca lo haría, primero porque Koala era inocente y no se merecía aquello y segundo porque seguía amándolo y no le gustaría que la gente le diera la espalda. Suspiro y miro la caja que sostenía en sus manos donde dos preciosas argollas brillaban. Tomó la que le correspondía a Sabo y la apretó mientras trataba de retener las lágrimas.

Era un idiota sin remedio.

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Luffy dejo las maletas en el piso y se arrojó a los brazos de su hermano.

─¡Sabo!

─Luffy, has crecido mucho.

Ambos hermanos se abrazaron con cariño un largo rato antes se separarse. Luffy ya era un chico de 18 años, sus padres lo mandaron a un internado en Mariejois cuando cumplió los 8, llevaban 10 años sin verse. Era demasiado tiempo.

─¡Ah! ¡Me alegra tanto estar en casa! ─exclamó el menor con una sonrisa─. ¿Y donde está tu novia? ¡Mi futura cuñada!

─Ultimando detalles ─la sonrisa de Sabo se borró y tomo a su hermano del brazo─. ¿Luffy recuerdas a Ace? ─el chiquillo lo miro confundido.

─¿Ace? ¿Tu amigo de la infancia?

─Si, veras recuerdas que él y yo éramos... Tú sabes, amigos.

─¿Eh? Si eran amigos que tiene eso de malo. ¿No dijiste que él te presento a Koala?

─Si bueno... ─parecía que su hermano no recordaba nada, sonrió─. Olvídalo, vamos a tu habitación.

─¡Sí!

Sabo sonrió aliviado, su hermanito siempre había sido muy imprudente y el rubio había tenido miedo que dijera algo comprometedor de Ace y él. Después de todo Luffy había descubierto la relación que sostuviera con el pecoso tiempo atrás pero ahora que lo pensaba era ilógico, su hermano aún era muy pequeño en aquel tiempo, seguro nunca entendió lo que pasaba entre ellos.

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Una vez en su habitación Luffy se dejó caer en la cama, mañana su hermano se casaría y él vería a Ace de nuevo. Aquel chico con la cara llena de pecas nunca desapareció de sus pensamientos. Recordaba haber espiado a su hermano cuando estaba con él. Al principio no entendía que era aquel extraño juego que hacían cuando nadie los veía pero su corazón se aceleraba cada vez que los veía, fue hasta que cumplió 12 años y estando en su nueva escuela que comprendió que era aquello, su maestro favorito Shanks le explicó todo.

Ace comenzó a aparecer en sus sueños, al principio solo soñaba que ambos se besaban pero después se veía a sí mismo y al pecoso en la misma situación en que solían estar con su hermano, con la diferencia de que en su mente era él quien estaba sobre Ace, era él quien lo hacía gemir su nombre de la misma forma que Sabo había dicho el del pecoso.

Se tocó los labios, seguía sintiendo el fuego se Ace en ellos. Iba a mostrarle que ya no era un niño, iba a hacerlo gemir su nombre hasta que olvidara el de su hermano, empezaría despacio hasta robarle el corazón por completo.

Ace seria suyo, su padre se había enterado de sus gustos, él mismo se lo dijo cuando cumplió 8 años, único que consiguió fue que lo mandarán lejos pero no podían mantenerlo lejos por siempre y menos ahora que Ace estaba tan disponible, no podía permitir que alguien más se lo ganara.

No podía creer que su hermano fuera capaz de renunciar a él, únicamente para complacer a sus padres. Sabo era un idiota pero estaba bien, habría sido un poco desagradable enfrentarse a su hermano por el pecoso.

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La boda fue hermosa, Koala lo obligo a aparecer en todas la fotos. Ace se sentía incomodo, como no ver al novio y recordar que un mes atrás compartían cama.

Así que cuando Ace pudo alejarse se refugió en la fuente de bebidas, en un rincón haciéndose el desentendido con el vaso que uno de los meseros le sirvió de inmediato, no quería beber demasiado o podía terminar hablando de más, nunca fue bueno con la bebida.

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Luffy distinguió la figura del pecoso sentado en la barra de bebidas, era un lugar discreto y alejado de los ojos de todos, ¡Perfecto!

─Hola, Ace ─saludó alegremente─. Tanto tiempo sin vernos.

El chico pecoso lo miró ligeramente confundido, ¿no se acordaba de él? No importaba, le refrescaría la memoria dentro de poco. Miro la bebida en la mano del pecoso, solo un somnífero y un leve relajante muscular que no tardarían en hacer efecto, el primero le permitiría llevar al pecoso a su habitación en el hotel para hablar y el segundo, bueno el segundo era para que el mayor no pudiera defenderse de él.

¡Oh sí! Ace no tenía idea de lo que había despertado en él aquella tarde. No sabía que aquel beso había sellado su destino.

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Fin.


Espero este pequeño OneShot haya sido de su agrado.

Si alguien gusta dejar un comentario, me haría muy feliz. Sino, pues simplemente disfruten en esta historia :D

¡Feliz Año Nuevo!