Disclaimer: esta es una historia que se basa en uno de los mejores personajes creados por la adorada J.K. Rowling. No, no es Harry Potter, es Severus Snape. (ojala Rowling me lo regalara. Jeje.)
Aclaraciones: es un fic que comienza romántico y algo lento para luego haber situaciones bien explicitas. Así que quedan advertidos. Puede haber ocasionales escenas de torturas y violaciones, por lo tanto esta clasificado para mayores de 18.
Los pensamientos van entre comillas.
Pareja principal: Severus Snape y Selena
Otros personajes importantes: Lucius Malfoy, McGonagall, Dumbledore.
El verdadero amor de Severus Snape.
Capítulo 1: conocimiento
Era la mañana del primero de julio. Una niña de once años dormía placidamente, sin saber que pronto, su vida cambiaría para siempre.
Selena se levantó temprano esa mañana cuando escuchó la voz de su madre llamándola
- Selena querida ya es hora de levantarse.-
- Un minuto más.-
La pequeña se quedó en su cama recordando el sueño de la noche pasada. Como la mayoría de sus sueños, este había sido raro. Estaba en la cueva de un dragón que dormía profundamente y de sus fosas nasales salían columnas de humo.
En su mano derecha llevaba fuertemente apretada una ramita. Pero no era una simple rama, era una varita mágica. Siempre soñaba con esa varita, pero nunca recordaba donde la había encontrado.
Su madre apareció en la habitación. -Vas a quedarte dormida otra vez, vamos levántate.-
La niña con mucho sueño se levantó por fin."otro loco sueño, ¿estaré loca? ¿por qué será que siempre sueño con magia, dragones y demás cosas raras?"
El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos. Su madre salió presurosa para atender el llamado. Mientras tanto Selena se vestía y escuchaba a su madre hablar con el recién llegado. Era la voz de un hombre. Una voz que a Selena le encantó, era como una melodía, un susurro, y se preguntó quien podía ser. Se quedó escuchando desde su habitación y reconoció la voz de su padre, que se dirigía al desconocido -¿cómo dijo usted que se llama ?
Y el hombre misterioso contestó: - Severus Snape, soy profesor en la escuela de Hogwarts de magia y hechicería.-
A continuación se produjo un silencio, Selena no podía creer lo que acababa de escuchar y a juzgar por el silencio que reinaba en la otra habitación, sus padres tampoco.
-¿esto es una broma?¿ a que ha venido usted aquí?
- el ministerio de magia ha detectado que aquí vive una bruja, y el colegio Hogwarts le ofrece un lugar para su educación.-
-¿ una bruja?, que falta de respeto, ¿ que quiere decir usted?, ¿a quien se refiere?- preguntó la mujer.
Snape miro a ambos padres, tomó aire y contestó - a su hija, por supuesto, no es ninguna falta de respeto, verán yo soy mago, y a las mujeres con magia se les llama brujas.-
Los padres de Selena se quedaron atónitos. -eso es imposible, la magia no existe y nuestra hija es normal.- decía el padre de la niña.
Snape sacó su varita mágica, hizo unos movimientos en el aire y apareció de la nada unas pequeñas aves que volaban por la habitación, de nuevo hizo otro movimiento y desaparecieron. Sin hacer caso, a la expresión en los rostros de los adultos que estaban frente a él, pidió hablar con la pequeña.
Los padres de la niña se miraron uno al otro, la madre de Selena se levantó y se dirigió a buscar a su hija. La niña estaba cerca. Había estado escuchando todo lo que sucedía sin poder creerlo, pero algo en su corazón le decía que era verdad, que no estaba soñando. Al ver a su madre se acercó a ella y sin mediar palabras la siguió hasta la otra habitación. Al entrar miró al hombre sentado en un sillón. Vestía una capa negra sobre un traje también negro, tan negro como sus ojos y su pelo grasiento, tenía una nariz ganchuda y una piel cetrina. A primera vista daba miedo y repulsión, pero al mirarlo a los ojos Selena se sintió muy extraña, como si ellos fueran los únicos en la habitación, una gran calidez abrumó su corazón y se sonrojó. Severus Snape, también había parecido caer bajo un embrujo, no podía apartar sus ojos de los de la niña que estaba parada frente a él mirándolo con curiosidad.
Parecía que habían pasado horas mirándose mutuamente cuando el padre de la niña, dijo: -esta es mi hija Selena-
y la niña se acercó al hombre y le dio un beso en la mejilla, como era su costumbre, ambos se sonrojaron.
El morocho se presentó- Soy Severus Snape, soy mago y vengo a informarle a usted y su familia que es una bruja.-
La niña lo seguía mirando perdida en sus pensamientos y en sus emociones, de pronto dijo: - pero yo no tengo ningún poder mágico-
- Probablemente no seas consciente de lo que puedes hacer.-
Continuaron hablando, hasta que el padre perdió la poca paciencia que tenía.
- ¡¡Basta!! todo esto es una locura, mi hija ya esta en una escuela muy respetada y continuará mis pasos el día de mañana, estudiará para ser una abogada y eso es todo.-
Snape lo miró sorprendido. - Pero su hija es una bruja y no puede negarle una educación adecuada, debería preguntarle por lo menos que es lo que ella desea.-
El padre de Selena estaba furioso, su familia ya había decidido el futuro de su hija y no permitiría que un extraño le ponga ideas raras en la cabeza. Estaba seguro de que la niña prefería ser abogada. - Selena, querida, ¿qué es lo que quieres hacer?-
La niña aún miraba a Severus Snape. -Quiero ser bruja.- No había estado consciente de haber dicho esas palabras en voz alta. Más bien se le habían escapado, pero pronto descubrió que las había pronunciado, al escuchar los gritos de sus padres.
-¿cómo has dicho?, ¡desagradecida!- le gritó su madre.
- no puede ser posible con todo lo que hemos hecho por ti.- gritaba su padre.
Selena se asustó, y comprendió que no debería haber dicho nada. Con lagrimas en los ojos miró nuevamente al hombre con capa y notó que éste miraba a sus padres con mirada seria y furiosa, casi asesina.
Severus le devolvió la mirada. -¿puedo hablar con tus padres a solas?─ le preguntó amablemente.
La niña asintió, se levanto con las lagrimas corriéndole por sus mejillas y se retiró de la habitación. Los padres de Selena siempre habían sido muy anticuados y estrictos, nada que ver con los padres de sus compañeras de escuela. Probablemente eso se debía a que eran mucho mayor que los demás padres, y tenían una educación más rígida. La niña no sabía como iba a terminar la situación. No creía que ese hombre fuera capaz de convencerlos. Media hora después su madre fue a buscarla, la miró con despreció y le hizo un gesto de que la siguiera. Entraron nuevamente en la habitación.
-¿de verdad que quieres ser… bueno…, una bruja? ─ Preguntó su padre.
Selena asintió, sus padres se levantaron hechos una furia. -Entonces ya no tenemos ninguna hija, agarra tus cosas y vete de aquí.- le dijo su madre con desprecio en la voz.
Selena se quedo de piedra, no podía creer lo que acababa de escuchar. Sus padres la estaban echando, quiso decir algo pero las palabras no salían de su boca. Su padre exclamó -vete pequeña desagradecida y no vuelvas nunca más, esta ya no es tu casa y nosotros no somos tus padres.-
Selena sin saber bien lo que hacia, se dirigió a su habitación tomó varias de sus cosas más queridas, algo de ropa, su diario, un osito de peluche y otras cosas más. Guardó todo en un gran bolso y en una mochila. Se dirigió nuevamente hacia donde se encontraban sus padres y el hombre misterioso, mirándose de forma venenosa unos a otros . Severus le extendió la mano, ella miró a sus padres quienes le dieron vuelta la cara y sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Snape. De pronto, sintió que la jalaban en todas direcciones. Se sentía mareada, no entendía que estaba sucediendo cuando se tambaleo y chocó contra el piso duro, el hombre junto a ella la ayudo a levantarse. La acercó a una silla y le dijo que esperara.
Selena miró alrededor y se dio cuenta de que se encontraba en un bar, las paredes y el piso eran de piedra. Había varias personas en el lugar vestidas con capas y sombreros con forma de conos, entonces comprendió de que se trataban de magos. Al cabo de un momento regresó Snape a su lado -estamos en el caldero chorreante, un lugar donde los magos pueden reunirse y alquilar una habitación. Debido a lo que ha sucedido debes quedarte aquí, hasta que halla solucionado tu situación. Ahora es mejor que descanses. Tom el dueño del lugar te acompañará hasta tu habitación. En cuanto tenga noticias volveré- y dicho esto, el hombre desapareció con un estruendo, dejando a la pobre niña completamente sola y asustada.
La morocha tenía millones de preguntas en su cabeza, que pasaría con ella, donde viviría, como iba a pagar la habitación, el colegio y todo lo demás. Tendría que ir a un orfanato, ¿existiría uno en el mundo mágico?, ¿en donde estaba ahora?. Con todas esas preguntas rondándole y a las cuales no podía encontrar respuestas, siguió al cantinero por una estrecha escalera hasta el segundo piso. Entró en una de las habitaciones, el hombre que la había acompañado se dio media vuelta y se marchó. Selena se acostó sobre la cama, confundida y asustada quedándose profundamente dormida.
No sabía cuanto tiempo había pasado, cuando escuchó los golpes en la puerta. El sol comenzaba a descender creando varias sombras dentro de la habitación. Selena se acercó a la puerta y la abrió. Allí de pie, estaba Severus, la niña lo dejó entrar.
-supongo que tendrás muchas preguntas para hacerme.-
La niña asintió. -¿qué va a pasar ahora conmigo? ¿A donde iré?-
-su situación se ha complicado bastante. Yo era el encargado de comunicarle que había un lugar para usted en la escuela Hogwart y que las clases comenzarían el primero de septiembre. Todo lo que ha ocurrido, ha sido imprevisto. Y como ha sido mi culpa ponerla en esta incomoda situación estoy haciendo lo necesario para solucionarla. Por lo pronto, usted se quedará hospedada en este lugar, no debe preocuparse por ello de momento. Mañana ha primera hora debo regresar al ministerio de magia y seguir trabajando en su caso. El ministerio deberá encontrar un tutor legal para usted y luego vivirá con esa persona.-
Selena lo miraba asustada y llena de tristeza, nuevamente sus ojos se encontraron y ambos se quedaron mirando uno al otro en silencio.
- ¿aún podré ir a ese colegio?- preguntó la niña rompiendo el mágico momento.
Severus asintió. - No ha comido nada en todo el día ¿verdad?, es mejor que bajemos, la acompañaré a cenar.- Dicho esto ambos se levantaron y fueron al salón. Tom el cantinero se acerco a ellos, Severus le pidió que trajera algunas cosas. Selena no le estaba prestando atención, las ideas aún revoloteaban en su cabeza.
-¿usted trabaja para el ministerio de magia?-
-no, soy profesor en Hogwarts, enseño pociones.-
-¿cómo es Hogwarts?-
-es un enorme castillo con 7 pisos y varias torres, hay un bosque en los alrededores y un gran lago. A cada estudiante al ingresar en Hogwarts se lo coloca en una casa, existen cuatro casas en total: Slytherin, Hufflepuff, Ravenclaw y Gryffindor.-
- ¿cómo se determina en que casa debemos estar?-
- Eso solo lo podrás saber una vez que hallas llegado al colegio.-
En ese momento llegó el cantinero con la cena. Al terminar, Snape se levantó y se despidió. Selena regreso a su habitación incapaz de creer todo lo que le había sucedido ese día.
Nota de la autora:
He modificado un poco este capítulo, más que nada la forma en que lo había redactado. La historia sigue igual.
Espero que me dejen algún comentario, críticas, sugerencias, lo que quieran, para ver si vale la pena seguir escribiéndolo.
Quiero dar las gracias a dulceysnape por dejarme un comentario y espero que el próximo capítulo te guste.
Besos.
Miaka Snape.
