¡Hola!

¿Me extrañaron?

Bueno, pues heme aquí con otra historia. Lo se, yo creo que de este año no paso antes de terminar en un manicomio o algo por el estilo. Pero no lo puedo evtar: mientras me alisto para salir de mi casa, mientras camino, cuando estoy en el metro, en mis momentos de mal viaje mientras no tengo que pensar en la escuela y el hospital, siempre pienso en las historias en las que escribo y otras mas que salen de la nada. Tuerzo y amazo nuevas ideas para escribir mas fic y he aqui el resultado.

Una forma distinta de escribir un fic, jajaja

Capitulo 1. Feliz cumpleaños

Era viernes en la mañana. En el ambiente se respiraba los frescos olores de primavera, los tiernos rayos de sol comenzaban como cada día a despuntar entre las montañas de la Capital del Oeste. La dicha seria perfecta para sus habitantes si no fuera por un pequeño inconveniente. Era día de clases y de hecho, faltaba menos de una hora para que iniciaran.

En uno de los tantos suburbios, una chica de pelo dorado bajaba corriendo las escaleras de su casa. Con prisas formo dos coletas con unas ligas que encontró en su saquito escolar, agarró un par de rebanadas de pan que había en la despensa y las acompaño con una taza de café recién preparado. Solo le tomó dos minutos engullir su improvisado desayuno antes de dejar la cocina. Estaba a punto de dejar la estancia cuando una nota en la tabla de avisos llamo su atención.

-Marron, feliz cumpleaños…-leyó con alegría-lamento no felicitarte pero voy tarde, te dejo café en la cafetera, ten un buen día. Tío Juunana…

La rubia dobló la nota y la metió en su mochila. Se dirigió al vestíbulo y se cambio sus pantuflas por un par de patines. Debía darse prisa si no se le haría más tarde de lo que ya era. Cuando hubo terminado de acomodarse el resto del equipo, abrió la puerta y patinando se dirigió a la calle. Del lado derecho saco un pequeña libreta con notas escolares y mientras patinaba por la avenida iba repasando sus notas. Estaba a punto de cruzar una avenida contraria cuando un sonido familiar la hizo frenar.

-Hola Goten…-saludo la chica con alegría

-Hola Marron, ¿Qué tal esta la cumpleañera?-preguntó mientras le brindaba un abrazo y se acomodaba a su lado.

-Supongo que bien…-le respondió está volviendo a sus apuntes-y supongo que en esa mochila tuya tienes mi regalo…

Goten sonrió mientras se llevaba una mano detrás de la nuca y con la otra controlaba su bicicleta.

-Lo siento Marron, pero lo he olvidado en mi casa…-le dijo a modo de disculpa, la rubia solo lo vio con sospecha-pero te prometo que en la tarde te lo llevo personalmente a tu casa…

-Solo si no se te olvida ir…

-¿Cómo crees que se me olvidaría ir?-preguntó con sorpresa, por la cara de la chica era obvia la respuesta-Bien, la agendare en mi celular y así no se me olvidara ir…

-Supongo que eso está mejor…-le dijo Marron con una sonrisa-ahora debemos apurarnos o llegaremos tarde…

Goten asintió con la cabeza y ambos se dirigieron a la universidad de Orange.

Marron Jinzo Ningen, era una joven que apenas el día de hoy había cumplido diecinueve años. Como toda chica de su edad, ella asistía a la universidad de Orange, una escuela exclusiva en la ciudad de la Capital del Oeste. Cuando Marron tenía nueve años sus padres sufrieron un accidente, en el cual, desafortunadamente fallecieron, desde entonces, su Tío Juuhachigou se había hecho cargo de ella. Debido a que su tutor no tenía un empleo con un sueldo extravagante, Marron había sacado una beca para poder continuar con sus estudios.

A pesar de que ella era físicamente un modelo exacto de "rubias de televisión", su intelecto iba más allá, pues a pesar de no ser un genio andando, sus calificaciones siempre habían estado entre las primeras tres de toda la universidad. Marron tenía todo lo que se necesitaba para ser un modelo a seguir en su escuela: simpatía, belleza e inteligencia, dones que haría a más de un chico estar detrás de ella. La realidad era, que ninguno se acercaba a menos de un metro de la rubia. La ojiazul nunca había podido entender el por qué de su mala suerte con los chicos, desde que recordaba, nunca había mantenido una plática decente con el sexo opuesto sin que salieran corriendo. Miles de veces se había tenido que auto convencerse de que no era ella el problema, lo único malo de todo, es que al perecer si lo era, aunque todavía no sabía qué era lo que hacía para que casi todo el género masculino la obviara. Y era casi todo, porque el único chico que había estado con ella desde la secundaria era Goten, su mejor amigo. Su tortura andante.

¿Tortura? Si, él era eso para ella, o al menos la mayor parte del tiempo. No era que él chico fuera un patan o algo por el estilo, al contrario, era lindo y dulce, tanto o más que un caramelo, y si a eso le sumaba lo extremadamente guapo que era, se volvía en su dolor de cabeza. Él era el centro de atención y de deseo por parte de las mujeres, en cambio, ella era lo mismo, pero a la inversa, así como a él lo adoraban las chicas, a ella, los chicos la ignoraban al casi al cien por ciento.

No iba a negar que una vez Goten había sido su amor de secundaria, el problema fue que al confesárselo, el pobre casi se atraganto con la comida que engullía. Goten le dijo que le quería, pero claro, como su mejor amiga y que no sentía nada más allá que un profundo cariño fraternal. Marron obvió el hecho de que esté la mirara como si ella se hubiera vuelto loca, fue un duro golpe, pero al menos agradecía que él siguiera a su lado. Pues al parecer, era el único contacto masculino de su edad que tenia. Era como si el mismo cosmos se hubiera confabulado para dejarle sola.

Después de las primeras dos clases, ambos se encontraban en la cafetería de la universidad.

-Pide un deseo…-le dijo Goten mientras sostenía un pequeño pastelito con una sola vela en su centro- y si quieres puedes decírmelo, pero no te aseguro que se cumpla si lo haces…

-No importa de todos modos…-le dijo mientras miraba fijamente la luz de la vela-no creo que se cumpla…

-¿Tan pesimista?-le preguntó con alegría el chico, ella solo le respondió con una sonrisa

-Deseo que el hombre de mi vida llegue a mí…-susurró mientras apagaba la pequeña flama. Miro a Goten y esté le ofreció el resto del pastelito, ella lo acepto gustosa y comenzó a comérselo por pedacitos. Estaba absorta mirando a la nada hasta que una idea se le cruzo por la mente-Sabes algo Goten…

-¿Tiene que ver con chicos…?-le pregunto con desaire, ella asintió-Bien, dispara…

-Siempre he querido salir con un chico guapo y popular…-le dijo Marron-y creo que ese es mi problema, de ahora en adelante solo quiero uno lindo…

-¿Lindo?

-Aja, ves a ese chico moreno sentado en la tercera mesa…-le dijo mientras señalaba al susodicho

-¿Al de pelo raro?

-Sí, creo que su nombre es Ubb…-le informo con alegría-es lindo, va en el mismo semestre que nosotros, así que iré con él y le invitare a salir…

-Marron…

-No, Goten…-le corto la chica-ya estuvo bien de ser la solterona de la escuela, no soy una nerd, ni nada por el estilo, ni tengo braquets o enormes lentes como fondos de botellas, y como no soy un adefesio, solo quiero una oportunidad de saber que no soy un caso perdido…

-Eres bonita Marron…-le recordó su amigo

-Sí, pero con una suerte de la patada…-le recordó esta-así que deséame suerte…

Marron se levanto de su lugar y camino hacia el chico, no bien había dado un paso fuera de la mesa, cuando la alarma de incendio se activo y una ligera pero constante llovizna mojó a todos los presentes. La rubia solo se quedo en su lugar entre sorprendida y confundida por su irremediable mala suerte. Mientras los alumnos salían corriendo de la cafetería, Marron solo observo como Oob acompañaba al resto de la multitud y se perdía en ella.

La rubia giro sobre sus talones, tomo su bolsa escolar y salió corriendo del lugar, obviando la voz de su mejor amigo que le gritaba que le esperara. Solo pudo avanzar un par de metros más antes de que Goten la alcanzara.

-¿Estás bien?-le pregunto preocupado. Marron mantenía la mirada en el piso y no respondió su pregunta-Vamos Marron, si quieres nos saltamos la última clase…

La chica asintió y se dejo llevar por Goten entre los pasillos hasta que salieron de la Universidad. Marron caminaba cabizbaja, cuando una lagrima recorrió su mejilla fue el momento en que Goten paro su marcha.

-¿Qué tienes?

-Nada

-No me puedes engañar, lo sabes…-le contradijo el chico

-Es algo estúpido, no tiene importancia…-minimizó la rubia ladeando su rostro al lado contrario

-Marron…

-Es que ya estoy harta, Goten…-le dijo con voz neutra- siempre que intento acercarme a un chico, el mundo se pone en mi contra…

-Tranquila….-Goten la tomo por los hombros y le tranquilizó- veras que mañana todo va a estar mejor

-¿Me lo prometes?

-Claro, mañana, veras al mundo de diferente forma…-le dijo con un brillo en los ojos que ella falló en identificar-ahora, que tal si vamos a comer, me muero de hambre.

Cuatro horas después, Marron se encontraba en su habitación dando los últimos retoques a un trabajo que debía entregar para el día siguiente. Como cada cumpleaños, ella iba con su tío Juunanagou y con Goten al "Paoz" un restaurante que estaba en el centro de la capital. Marron nunca había tenido muchos amigas y qué decir de los amigos, por eso agradecía a kamisama que Goten estuviera con ella, pues era el único amigo sincero que tenia.

Cuando escucho abrirse la puerta principal, ella salió de su habitación y bajo corriendo las escaleras.

-¡Tío Juunana!-le saludo mientras le abrazaba-por fin llegaste

-Hey, que gusto verte…-le dijo correspondiendo al abrazo-¿Qué tal mi cumpleañera favorita?

-Bien, ¿listo para irnos…?-le peguntó

-Claro, solo deja y llevo estos documento al despacho y nos vamos…-le dijo mientras subía las escaleras-¿ya le avisaste a Goten?

-Si, a estas horas ya ha de estarnos esperando en el restaurante…-le comento divertida-sabes que él piensa con el estomago…

-Tienes razón…-le aseveró Juunana- si gustas puedes subirte de una vez al auto y esperarme ahí, no tardo…

-Está bien…-Marron tomó un pequeño bolso, las llaves de la charola y salió directo al garaje. Se sentó en el asiento del copiloto, y encendió la radio. Tarareaba una canción cuando el ojiazul llego y partieron directo al restaurante.

-Mira tío, ahí está Goten…-La rubia prácticamente arrastro al pelinegro hasta la meso donde su mejor amigo estaba sentado.

-Buenas tardes, señor Jinzo…-saludó el chico-hola de nuevo Marron, lamento no haberlos esperado pero es que estar cerca de comida me provoca hambre.

-No te preocupes, Goten. Eso ya lo sabemos…-le respondió su amiga

Después de que se sentaron y pidieron sus respectivas ordenes. Goten como era su costumbre desde que Marron lo conocía, excusaba a sus padres, ya que estos se encontraban fuera de la Capital, a decir verdad, ellos vivían prácticamente fuera de la Capital, la rubia solo los había visto un par de veces desde que se había hecho amiga del chico.

La comida paso sin mayores contratiempos. Entre ellos hablaban de trivialidades; cosas de la escuela, sobre futuras vacaciones y demás cosas. Mientras más disfrutaban su conversación, mas tarde se iba haciendo, hasta tal punto que Goten se disculpo, ya que tenía que regresar a casa. Juunana pagó la comida-cena y le ofreció llevarlo a su casa.

-Hey Marron…-le dijo su mejor amigo sacando de su mochila un pequeño obsequio-antes de que se me olvide, toma, tu regalo…

-Gracias, Goten…-Marron lo tomó con alegría

-Una cosa, no lo abras hasta la media noche…-la rubia lo miro con sospecha por lo que había dicho. Juunana solo se limito a observarla a través del retrovisor sin mencionar ninguna palabra-Es una sorpresa…

-Goten…

-Promételo…-le dijo este

-Bueno, lo prometo…-después de que Goten se aseguro de que la rubia le fuera a ser caso, se bajo del automóvil y entro a su casa.

-¿No crees que lo que me pidió Goten fue extraño?-le cuestionó a su tío

-Bueno, ya sabes que él es extraño…-le comentó divertido el pelinegro. Marron asintió y guardo la cajita en su bolso-mañana te puedo llevar al centro comercial para que escojas tu regalo…

-Suena bien…-le dijo mientras veía por la ventana-¿seguro que tu tarjeta tiene suficientes fondos?

-Ah, mientras no rebote, creo que si…

Marron rió con melancolía, los comentarios graciosos de Juunana siempre le robaban más de una sonrisa. Él había le ayudado desde niña, sobre todo desde que sus padres murieron y la dejaron sola. Juunana era su tío, su padre, su tutor y su amigo.

Faltaban un par de minutos para que fuera media noche cuando termino por fin su trabajo escolar. Miro por el rabillo del ojo la cajita que Goten le había regalado y fue por ella.

-Supongo que ahora si puedo abrirlo…

Desenredo el listón color rosa pálido y tomo la tapa entre sus manos. Marron dejo escapar un sonido de asombro al contemplar un collar de oro en su interior, con cuidado lo saco y su asombro fue en aumento, si el collar era hermoso, el dije que tenía esté era exquisito. Aunque la forma de esté le era desconocida, no pudo ignorar el hecho de que tenia ciertas incrustaciones de piedras preciosas en él.

-Supongo que son de fantasía, si fuera de verdad valdría cien veces mi casa…-dijo la chica con una sonrisa. Trato de identificar el diseño del dije, pero solo pudo compararlo con una especie de ancla con tres extrañas extremidades-lo ha de haber conseguido con los hippies, esta vez sí que Goten se lleva mis aplausos…

Desvió la vista del collar para fijarla en la nota que su amigo había escrito. Con tinta negra y con la caligrafía inconfundible del pelinegro estaba escrito "léelo en voz alta".

-¿En voz alta?-repitió la chica, se encogió en hombros y comenzó a leer la pequeña nota que Goten había anexado- "Cuando el destino te ponga en mi camino, iré por ti. Los dioses lo escribieron con tinta que ningún mortal podrá borrar, tu vida me pertenece, tu alma siempre ha sido mía y hoy vendré a reclamarla, reina mía…"

Marron solo había terminado de leer la última frase cuando el dije se torno color rojo fuego y un dolor en su palma hizo que la rubia soltara el collar. Con un pequeño sollozo, se aventuro a ver su mano, con sorpresa vio que nada le había pasado a pesar de que sintió que el dije había quemado la piel.

-Eres de lo peor…-susurro la chica refiriéndose al mal chiste que le había jugado su amigo.

Apenas y se había levantado cuando una punzada en su baja espalda hizo que se encorvara con dolor. Era como si la piel de su espalda estuviera siendo atravesada por un cuchillo. Tomando todo la fuerza que tenia se dirigió al espejo para ver la causa de su dolor, pero para su completo asombro, vio reflejada en su espalda la imagen a carne viva del dije que Goten le había regalado. Con rapidez busco la nota que el pelinegro le había escrito pero cuando encontró el papel, nada tenía escrito en él.

-¿Qué demonios está pasando?-susurro con miedo

-"Cuando el destino te ponga en mi camino, iré por ti"-escuchó a lo lejos. De repente un miedo se coló por los poros de la piel y se quedo petrificada en su lugar. Una ventisca golpeo con rudeza su ventana abriéndola de golpe, con horror vio como una nube oscura se colaba en su habitación. Ella cayó al suelo y a pesar de que grito como nunca lo había hecho, su tío nunca llego para ayudarla. Trato de huir de ahí como le fuera posible, pero por el miedo solo pudo arrastrase de espaladas al suelo y hacerse ovillo cerca de su cama.

-"Los dioses lo escribieron con tinta que ningún mortal podrá borrar, tu vida me pertenece, tu alma siempre ha sido mía y hoy vendré a reclamarla…"

De la neblina negra emergió una figura oscura que destilaba terror por todas partes. Lo único que Marron pudo ver antes de embriagarse en la oscuridad de su habitación, fueron unos penetrantes ojos azules que la veían con detenimiento.

-"Reina mía…"-escuchó por última vez antes de perderse en la inconsciencia.

Cuando el sonido del despertador interrumpió la paz de su sueño, Marron se despertó con sobresalto, un escalofrío le recorrió el cuerpo al recordar la sensación de esos ojos azules atravesando su alma y paralizando su cuerpo.

-Fue solo una pesadilla…-suspiró aliviada, se dejo caer sobre la almohada y se cubrió los ojos con las sabanas-no fue real…

-Soy real…-le dijo una grave voz al pie de su cama.

Las manos de la rubia se congelaron apretando la tela, no quería ver lo que fuera que estuviera del otro lado de la sabana. Cerró los ojos con fuerza "esto no está pasando" le grito su mente con desesperación. Tal vez se había golpeado la cabeza cuando salió del baño el día anterior, o tal vez todavía no despertaba o tal vez se estaba volviendo loca y nadie le había dicho antes.

El sonido metálico sobre su cabeza la volvió a la realidad. Con temor se asomó sobre las sabanas y vio de reojo el collar que Goten le había regalado oscilando libremente sobre ella. Cerró con mayor fuerza sus ojos al imaginarse un monstruo que sostuviera el collar listo para saltar sobre ella y matarla en el proceso. Un ser deforme con dientes enormes que desgarrarían su piel y que haría que ella muriera desangrándose en su propia habitación, ya que al parecer su querido tío estaba en un estado comatoso pues no había ido a verla. Justo cuando necesitaba de su ayuda.

-Las sabanas no son un buen lugar para esconderse, ¿lo sabes?-Bueno, Marron debía admitir que para ser un monstruo deforme tenia la voz más hermosa que hubiera escuchado antes, tan cálida, tan exquisita. Pero podría ser un truco, tal vez solo quería verla a la cara para disfrutar su crimen, ¿Por qué le pasaba semejante cosa apenas cumplidos sus diecinueve años?-tiraste esto…

Ella sabía que él se refería al collar de Goten, pero la rubia estaba muerta de miedo como para tomarlo.

-No me hagas daño…-susurró con miedo. Era la primera palabra que le decía al intruso.

-No lo hare, confía en mi…-Su suave y hermosa voz se coló por sus oídos, dándole un puñado de de valor. La ojiazul se deshizo lentamente de las sabanas, y con precaución observo el collar, el oro parecía brillar con intensidad y las piedras incrustadas le invitaban a tomarlo. Hipnotizada por la visión, ascendió la vista hacia la mano que lo sostenía, con sorpresa observo que la forma era humana, aumento su exploratorio y vio unos firmes brazos que se extendían hacia ella, unos hombros fuertes, una espalda bien trabajada y lo que siguió después le robo el aliento. No había un ser deforme sentado en su cama, había un hombre que no podría llevarle más de cinco años, moreno y con una belleza que se desbordaba por cada uno de sus poros. Simplemente, era el sueño guajiro de toda mujer en el mundo.

-¿E-eres real…?-tartamudeó la rubia, había olvidado por completo el miedo con el que se había escondido bajo las sabanas, ahora solo trataba de no babear su cama, cosa que le estaba resultando muy difícil

-Lo soy…-el moreno sonrió y provoco que ella sonriera también-y esto, es tuyo…

El chico la rodeo con los brazos colocando el collar en su cuello, ella jadeo al sentir su cercanía. Eso no podía ser cierto, debía estar soñando. Tan hipnotizada estaba en sus ojos que falló al ver el brillo en los ojos del moreno al contemplar el dije haciendo contraste en su blanca piel.

-Y tú me perteneces…-como si de repente toda la magia desapareciera. Marron recordó lo sucedido la noche anterior. El collar quemando su piel y tatuándose en su baja espalda, el miedo al ver aparecer la cortina de humo, la oscuridad. Y viéndolo de nuevo, pudo ver su mirada tornearse maligna, unas alas negras aparecieron detrás de él dándole un aire siniestro, y con mucha vergüenza vio su perfecto cuerpo desnudo acercándose al suyo.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhh…-gritó la rubia mientras salía corriendo de su habitación. Nunca en su vida había visto a un hombre desnudo, mucho menos a uno tan bello como él, y el hecho de que pareciera un demonio le hizo volver el pánico a su mente. Marron corrió escaleras abajo, dispuesta a salir a la calle y escapar de su propia casa. Solo había avanzado un par de pasos cuando chocó contra algo duro que la hizo caer de bruces.

-Marron, ¿estás bien?-la voz de Goten la hizo volver en sí y abrazarlo desesperadamente

-Goten, que bueno que llegaste, hay algo en mi casa que quiere hacerme daño…-confesó asustada

-¿Estás segura…?-ella asintió. El pelinegro le dijo que se quedara en su lugar y él se adentro a la residencia de su amiga. Marron los siguió hasta la estancia y allí se quedo, pues le daba miedo subir las escaleras. Miró con descuido la tabla de avisos y observó una nota color verde que tenía grabado "Me levante temprano, voy a correr y por unas donas y café para el desayuno. Llego a las 9. Tío Juunana".

Por primera vez en años, la rubia maldijo que su tío nunca la despertara cuando él salía. Su tutor bien podría haberla ayudado y evitar que ella corriera como maniática por la casa en busca de una salida. Con frustración la chica se sentó un taburete cerca de la puerta y con impaciencia espero a que su amigo pelinegro bajara.

Por su lado, Goten abrió la puerta de la recamara de la ojiazul y pudo ver un par de alas negras darle la espalda. Con cuidado, el pelinegro cerró la puerta y avanzó un par de pasos hacia el hombre que observaba con detenimiento por la ventana.

-Está asustada ¿cierto?-pronunció el ser con alas de murciélago.

-Casi le da un infarto…-comentó serio Goten, su voz plana no mostraba los característicos matices alegres que solía utilizar a diario.

-No fue mi intención…-El hombre se dio la vuelta encarando a Goten, él pelinegro al ver que el ser con ojos azules se dirigía a él, se arrodillo apoyándose en su rodilla izquierda, colocó su brazo derecho sobre el piso y el izquierdo descansando sobre su rodilla-debiste haberle dicho…

-Lo sé, majestad…-el ojinegro bajo la mirada al piso y comenzó con su explicación-pero no pude cumplir tu mandato, el rey Vegeta fue especifico con su orden, ella no debía saber nada hasta cumplir los diecinueve años.

-Mi abuelo sigue tratándome como si fuera un crio…-susurro con frustración-puedes levantarte Goten, no estamos en el palacio para que hagas tanto formalismo…

-Lo siento, es solo que fueron muchos años sin verle príncipe…-comentó con alegría- uno pierde la costumbre…

El moreno rió por el comentario de Goten.

-Se me olvidaba…-el ojinegro se saco la mochila y de ella extrajo una muda de ropa. Cuando termino de sacar todo lo necesario se la tendió a recién llegado-Toma, los habitantes de este mundo suelen usar esta vestimenta. Deberías ponértela, Marron no está acostumbrada a ver hombres desnudos…

-Yo no quise llegar sin atuendos a aquí…-renegó el ojiazul-tu padre nunca me dijo que al viajar por primera vez a otro mundo, la tela se desintegraría…

-Suele pasar…-le dijo Goten con tranquilidad. Se dio media vuelta dispuesto a salir- Marron esta haya abajo, debes hablar con ella y explicarle, yo estaré ahí para que no intente escapar…

-Goten…-le llamo antes de que saliera por la puerta

-¿Si?

-Gracias por aceptar la misión…-le dijo el ser con alas.

-Es lo mínimo que se puede hacer por un amigo…-sus facciones se relajaron y le brindo una sonrisa- Te espero haya abajo…Trunks

Continuará…

¿Les gusto?

Pues deganmelo y dejenme un review.

Este fic, sera muy al estilo anime, con su toque de irrealidad que tanto me gusta, jajaja. Un mundo totalmente diferente para ustedes. Pero no quiero arrunar la sorpresa y mejor se los explico en el siguiente capitulo.

Claro si no me bloqueo antes, jajaja.

Bye, bye

Adickdelta