Esta es la traducción de una historia maravillosa escrita por 13pens.
Como dije, la historia no me pertenece, yo solamente hago la humilde traducción. Y OUAT y sus personajes no me pertenecen ni a mi ni a 13pens. O esta historia seria parte del canon.
Prólogo
La pelea se siente como si hubiera durado horas. Ya ha perdido al bebé y el resto de sus ingredientes, alejados del campo de batalla por el Príncipe Idiota y el Capitán Delineador, y ya nada tiene sentido ahora que el granero ha sido reducido a cenizas y astillas. Ha durado tanto, tanto tiempo, ni siquiera se da cuenta de cuanta de su sangre ha manchado las pilas de heno, cuanto su cuerpo está a punto de colapsar de dolor. Solo sigue luchando. Mantiene a Rumple luchando. Arrojando a Regina al suelo con ruidos sordos, y sigue levantándose cada vez que Regina hace lo mismo. Tal vez una o dos veces Emma tiene la suerte suficiente como para disparar su arma en su dirección general y Zelena es lo suficientemente habilidosa para evadirla. Pero en algún momento ella logra asestar una bala en el brazo que sostiene la daga, una vez que esta cae, y está en manos de Regina, sabe que está acabada.
Ya ni siquiera sabe que es lo que está diciendo. Continua vociferando acerca del destino y que esto es lo que somos, hermana, acéptalo ya. Y luego algo cambia. Regina le entrega la daga a Emma, y la nube púrpura que rodea sus manos es remplazada por un blanco fulgor, iluminando su cara y haciendo brillar sus humedecidos, fuertes, ojos marrones, clavados en los de Zelena.
Aún esta consciente cuando Regina da la estocada final, con magia saturada de luz; una vez que siente el lazo de su colgante aflojarse, el mundo se le vuelve oscuro y frío.
-Acaba con ella- Oye decir a Rumple, distante, amargo, cruel. Pero Regina está llorando y la pesada cabeza de Zelena está acunada en la curva de su brazo.
-No- Dice -Ya no más. Fue suficiente. Ya no más.
Todo se vuelve negro.
El negro es ahora verde. La ausencia de sonido es reemplazada por su propia respiración, cada click de sus zapatos haciendo eco en el aire, retumbando contra las columnas de mármol, el roce de sus ropas. La silueta del Mago ante ella, presentándosele en el vestíbulo tibio como la sangre, como las sensaciones. El le muestra un rostro, dulce y suave, con ojos achinados para acompañar esa acogedora, casi ingenua sonrisa.
-¿Quién es esa?- Suena tan lejana de sí misma, como si la voz no fuese de ella.
-Tu hermana, Regina.
Y por un momento, una muy, muy pequeña llama se enciende -¿Tengo una hermana?
