Hola a todos! Aquí traigo un three-shot dedicado a aquellos/as que votaron por la pareja de Sakura en mi nuevo fic. En esta primera entrega, se lo dedico a Xellas Metallium quien me pidió esta pareja XD


Mis perversiones: Hidan y Deidara


Al fin había ahorrado lo suficiente para poder comprarme la casa de la cual me había enamorado en cuanto había puesto mis ojos en ella. Era algo antigua pero aún mantenía algunos detalles históricos como viñetas, algunas gárgolas en el techo y cierto aire de las primeras décadas de los años 90, lo cual me encantaba ya que siempre me había fascinado todo lo que tenía que ver con esa época y eso se lo debía a mi abuela Tsunade quien me había contado sus grandes hazañas por ser una mujer feminista en esos años donde el machismo predominaba. Ella había sido mi ejemplo a seguir ya que prácticamente había vivido con ella desde que mi madre se había ido con su nuevo novio, cuando apenas yo tenía unos tres años de vida. De ahí nunca más la volví a ver pero no me importaba; siempre tuve a mi abuela conmigo y ella se encargó de cubrir todas mis necesidades y darme todo el cariño que mi madre nunca me pudo dar. Mi abuelo había fallecido durante uno de los viajes por América así que no llegué a conocerlo más que por medio de las historias que mi abuela me contaba sobre él.

Muchas veces solía imaginarme cada una de las cosas que ella había hecho, como había desafiado muchas normas morales así como había participado con el abuelo en varias protestas; sus viajes por el mundo conociendo diversas culturas y ayudando en los cuerpos de paz; sin duda que admiraba a la abuela, y ella había sabido arreglárselas con una pequeña niña a la edad de 60 años. Ella había sido actríz de teatro cuando terminó su educación (un internado que le habían dejado pagos sus padres antes de fallecer) y de ahí había pasado enseguida al teatro; allí era donde había conocido al abuelo Jirayia, pues era el productor de la obra de teatro en la cual había quedado seleccionada. Estuvieron juntos un par de años hasta que se casaron y cuando mi abuela cumplió los 25 años se fueron de viaje por el mundo en los cuerpos de paz. Ambos siempre habían sido unos visionarios y muy idealistas así que dejaron todo lo que poseían para lanzarse a la aventura. Cinco años despues se establecieron finalmente pues mi abuela estaba embarazada de mi madre, aunque mi abuelo siguió viajando ocasionalmente y fue que de uno de esos viajes no volvió más. Según le dijeron a la abuela había quedado atrapado en un fuego cruzado y una bomba había estallado cerca de él por lo que lo único que se había logrado recuperar fue una vasija con sus restos incinerados (cenizas); ese viaje en que había ido a ayudar a una gente que era sometida por la guerrilla en Centroamérica había significado el último para él, y una nueva etapa para la abuela; quien comenzó a beber y apostar, y descuidó a mi madre, quien si bien ya era adolescente pasó sus duros momentos sola.

Pasaron los años y recién fue cuando yo nací que la abuela volvió a enderezar su vida, dedicándose a mí bienestar ya que mi madre siempre me dejaba sola; hasta que un día ella ya no volvió más, al igual que el abuelo en aquella ocasión. La carta que encontramos después en su tocador nos decía que se iba a vivir su vida con su nuevo novio, a viajar por el mundo y disfrutar, que nos quería pero que la vida en familia no era para ella. Y esa fue la última vez que tuvimos noticias de ella.

Yo seguí con mi vida, me gradué del colegio y seguí los pasos de la abuela, me puse a estudiar teatro con un talento nato para eso. Así que en mi primer año de estudio debuté en una obra que tuvo muy buena acogida por el público y fue donde conocí a Hidan. Era un actor en ascenso, pelo color platino y ojos grises, quien cuidaba mucho su aspecto físico y pertenecía a algún tipo de culto o secta algo extraña en donde adoraban a un tal Jashin-sama, pero su actitud ante la vida siempre era positiva; él fue el co-protagonista de la obra y debido a varias de las escenas que tuvimos que interpretar es que nos volvimos íntimos. Salíamos a fiestas juntos aunque algunas eran un tanto extrañas, ya que la gente con la que él se relacionaba estaba en su misma secta y ninguno se veía como personas normales, pero al menos me divertía y eso era lo importante.

El sexo con Hidan era duro y fuerte, siempre parecía inagotable y podía estarme embistiendo por horas y horas antes de mostrar siquiera un atisbo de cansancio. Siempre que comenzábamos con al ronda de besos se ponía duro al instante, cosa que me encantaba porque nuestros sexos se frotaban contra sí y finalmente siempre me terminaba prácticamente arrancando la ropa y cogiéndome en cualquier lugar en el que estuviéramos, hubiera público de por medio o no. Gracias a él fui conociendo diversas formas de mantener relaciones sexuales, con él practiqué algunos tipos de sexo masoquista y/o sadomasoquista, como la asfixia o la dominación, así como el ser dominante en algunas situaciones y debo admitir que ese tipo de práctica te abre la mente a un mundo de placer diferente pero igualmente disfrutable. Incluso llegué a hacer un trío con Hidan y un amigo suyo que era bisexual y se llamaba Deidara, un tipo muy apuesto rubio y de pelo largo, quien cuidaba mucho su piel. Tenía un problema en uno de sus ojos pero de todas maneras el aire de belleza y misterio que le rodeaba atraía como un imán. Ese día que estuvimos juntos los tres experimenté el sexo anal y no puedo decirles cuantos orgasmos tuve esa noche. Hasta ahora ha sido una de las más placenteras noches de mi vida.

Lo que teníamos con Hidan era una atracción muy grande, cada vez que estábamos juntos teníamos sexo como conejos y nos reíamos mucho por las ocurrencias de él o mías. Aunque de vez en cuando alguno de nosotros tenía algún desliz con alguna otra persona; como me pasó con Deidara, a quien me encontré en una fiesta que fui con mi amiga Ino, a quien conocía desde el colegio, esa noche terminamos teniendo sexo en el baño del local donde era la fiesta. Deidara no era tan potente ni salvaje o grande como Hidan pero si que sabía moverla, parecía que estaba en todas partes de mi cuerpo, y puedo decirles que tenía también una buena resistencia. Me hizo tener un orgasmo esa noche sólo con su mano y luego me lo hizo por mi trasero logrando que llegara al clímax una vez más. Otra vez me lo había encontrado en los pasillos de un teatro, pues él había conseguido un papel de reparto en la obra que se presentaba después que la nuestra y habíamos terminado en el camerino que yo tenía designado teniendo sexo rápido ya que no teníamos demasiado tiempo, lo importante es que ese chico siempre cumplía en dejarlo satisfecho a uno. Siempre te mantenía disfrutando por la forma en que te penetraba, con movimientos certeros y con sus manos suaves que te acariciaban de una manera única.


Lo de Hidan y yo duró casi un año sin interrupciones que fue el tiempo que duraron las dos obras en las que ambos estuvimos como protagonistas debido a la química que teníamos en el escenario. Estando en ambas obras recorrimos el país presentando la misma y llevando a cada rincón nuestra representación. Cuando las obras se dieron por finalizadas tuvimos un mes de licencia para todos por lo que cada uno se fue por su lado, ya que ambos teníamos planes de por medio.

Yo me fui de vacaciones a la playa con mi amiga Ino y unos amigos de ella; Hinata, quien era algo tímida y estaba de novia con un rubio apuesto llamado Naruto; Kiba y Shino, Shikamaru y Temari, quienes también estaban de novios, aunque su relación era algo extraña ya que eran totalmente opuestos en personalidades. Pasamos muy bien todos juntos, me integré de maravillas con los amigos de Ino. Hicimos fogatas en la arena, competencias, nos fuimos de parranda en varias ocasiones y nos contamos historias familiares llegando a conocernos más de esa manera, afianzándose así el lazo de la amistad entre nosotros.

Una vez que yo me fui, Hidan ingresó a trabajar en otra obra enseguida que las obras en que ambos participamos terminaran, la cual tuvo un rotundo éxito, y su nombre se dio a conocer inmediatamente en los medios. Me enteré de eso por medio de los periódicos donde las críticas de su actuación eran sobresalientes. Me alegré por él ya que sabía que su trabajo era su obsesión, aparte de su Dios Jashin-sama, y una vez regresé de mis vacaciones fui a ver la obra esa en la cual él se presentaba. Y tenían toda la razón al decir que ese hombre brillaba en el escenario, sin duda que se había metido en la piel del protagonista. Al final de la obra, le esperé en los camerinos para darle una sorpresa. Y sí que se sorprendió cuando entró y me vio allí en una pose sexi sobre el sillón del camerino, completamente desnuda.

Con su típica sonrisa se acercó a mí sacándose la ropa en el camino, luego de poner el seguro en la puerta y una vez estando junto a mí se arrodilló a mi lado y comenzó a tocarme en mi centro, el cual estaba húmedo por la expectación de tener sexo luego de casi un mes de abstinencia. Movió sus dedos en mi interior mientras yo me arqueaba al sentirlo tan íntimamente, él sólo me miraba con una sonrisa pícara en la cara disfrutando de eso que hacía y observando mis expresiones. Llegué a mi orgasmo un tiempo después y en ese momento me movió de lugar dejándome sentada en el sillón, enterró su cara entre mis muslos y se bebió los jugos de mi excitación pasando su lengua por cada parte haciendo que pequeños escalofríos me recorrieran.

Me puso en el sillón de espaldas a él, arrodillada y él se colocó detrás de mí también arrodillado y me penetró de una estocada en mi intimidad mojada. Comenzó a moverse fuerte, entrando y saliendo mientras sus brazos se afirmaban a ambos lados de mi cuerpo al respaldo del sillón dejándome acorralada contra el mismo. Besó mi espalda y devoró mi cuello dejando allí una marca que se tardó días en irse. Siguió cogiéndome con ansias y fervor hasta que me sentí llegar a la cumbre del momento, sentí esa sensación aglomerarse en mi bajo vientre para luego estallar en un orgasmo que me hizo gemir muy fuerte. Hidan me apretó las nalgas con las manos y mordió mi hombro bastante fuerte cuando se vino un poco después, enterrándose con más fuerza que con la que me embestía.

Una vez que controlamos nuestra respiración, Hidan comenzó a besarme nuevamente en el cuello y yo me di la vuelta y enredé mis brazos en su cuello quedando ambos muy juntos, con nuestros cuerpos desnudos y sudados friccionándose, las hormonas nuevamente volvían a hacerse presente en esa habitación. Le sentí la erección sobre mi vientre de nuevo y jadeé cuando sus labios succionaron mi cuello y sus manos apretaban mis senos. Ambos seguíamos arrodillados en sillón, comenzó a frotar su pierna sobre mi intimidad, de la cual se escapaba su semen, y eso volvió a encenderme. Me apoyó la espalda en el respaldo del sillón y enredé mis piernas en su cintura mientras una vez más se iba adentrando en mí con su glande completamente preparado para hacerme gemir. Y así fue como una vez más sus estocadas me hicieron temblar al llegar al orgasmo, aferrándome y rasguñando su espalda mientras él gruñía excitado ante mis acciones. Seguimos de esa manera un par de horas más hasta que finalmente nos golpearon la puerta del camerino avisándonos que el teatro iba a cerrar para su sesión de mantenimiento, por lo que deberíamos irnos.

Nos vestimos y usamos el servicio (baño) antes de salir de allí e irnos caminando por las calles casi vacías por el frío que comenzaba a hacerse presente a esas altas horas de la noche. Hidan y yo no éramos de tener extensas o serias conversaciones por lo que el silencio que siempre nos envolvía estando juntos era sumamente cómodo, y estaba más que acostumbrada a él.

- Ahora que mi carrera va en ascenso no creo que tenga demasiado tiempo para una relación – soltó el peliplateado de una. Yo lo miré y asentí.

- Estoy de acuerdo... entiendo lo que dices... – contesté yo, y ambos volvimos a sumirnos en silencio por un rato más, hasta que llegamos a un esquina en que cada cual seguiría su camino hasta su casa. Hidan no era un caballero y no esperaba nunca que me acompañara hasta mi portal, aparte que yo era ya lo bastante grandecita para defenderme sola, no en vano era cinta negra en kung-fu.

- Bueno... – comenzó él intentando encontrar alguna palabra adecuada para despedirse sin sonar demasiado cursi.

- Supongo que aquí nos despedimos... – terminé diciendo yo. El asintió – La pasé muy bien el tiempo que estuvimos juntos... Cuídate, ¿si? Y no te olvides de los que te apoyamos cuando seas una gran estrella... – el asintió.

- Eres una gran chica Sakura... yo también la pasé muy bien contigo... – ambos sonreímos – le pediré a Jashin-sama que cuide de ti...

- De acuerdo... – le respondí, él siempre salía con alguna frase de esas. Sin duda le echaría de menos – Te extrañaré... a ti y a tu Jashin-sama... – el rió sinceramente y sin más rozó mis labios con los de él.

- Yo también voy a extrañarte Saku... – me contestó en un tono serio mirándome a los ojos y por un momento me sorprendí de la sinceridad que veía en ellos. Nunca había visto a Hidan tan serio o decir tan en serio algo, me sonrojé un poco y el sonrió enternecido – Eres tan linda pelirrosa – agregó acariciando mis labios con su pulgar. "¿Acaso este es el Hidan que conozco?" pensé yo al estar descubriendo esta nueva faceta de mi ahora ex –¿amante? Bueno, mi ex algo seguro.

- Gracias... – agradecí. Rió un poco más y se separó de mí, me miró unos segundos y negó con la cabeza como acordándose de algo.

- Cuídate linda... – me dijo yéndose por su camino. Yo lo seguí con la mirada un rato más hasta que le vi perderse en la otra esquina. Sonreí.

- Adiós Hidan... – susurré y dando media vuelta me encaminé a mi casa, donde mi abuela ya se encontraba dormida.


Hasta aquí el capi, espero que te haya gustado a tí en especial Xellas, (muchas gracias por siempre dejarme tu RR) y a los demás que lo lean, bendito momento de inspiración XD

Matta ne!

Juli