Tu Pirata…
Por Nep
Esta es una historia en un universo alterno… ¿Piratas?... Claro… con situaciones completamente distintas a la original pero tratando de mantener la esencia de los personajes, y dado que este tipo de historias están resurgiendo en el Cine y TV, ¿Por qué no?... espero que la disfruten… ;-P
¿Quién será el pirata?
Capítulo 1
La Misteriosa Prometida de Sir William
LONDRES
Unos suaves golpes en su puerta se escucharon… Las campanadas de la iglesia del colegio, no se hicieron esperar… "Un poco más, por favor… un poco más… aun no…" pensó mientras miraba con nostalgia su habitación. Debía apresurarse a asistir a la misa de la mañana antes de desayunar. Por suerte, su equipaje ya estaba hecho desde la noche anterior con la ayuda de sus amigas, su padre iría a recogerla… toda una aventura para ella, pronto cruzaría el mar por primera vez en su vida, hacia el nuevo mundo: América.
- Annie… - susurró alguien entrando.- Apresúrate o La Hermana Grey nos retará por llegar tarde…
- Paty… - La miró con lágrimas en los ojos.
- Lo sé… también te extrañaré…- Se acercó la chica a abrazar a su amiga.- ¡Que envidia! ¡Irás a América!…- Ambas chicas rieron.
- ¿Y Candy?- Preguntó de pronto Annie preocupada.
- ¿Aun no ha venido?
- Esta vez si la retará la Hermana Grey…- Dijo Annie mientras iba a la habitación de Candy. Llamaron a su puerta pero nadie contestaba. Abrieron, al entrar empezaron a sentir una corriente de aire frío, encontraron la habitación vacía y la ventana del balcón abierta.
Comenzó a escribir, las lágrimas empezaban a manchar la página, "9 de Mayo de 1658… Annie se va a América, su padre fue nombrado Gobernador de Port Royal… toda una aventura, conocerá el nuevo mundo, lo que daría por poderla acompañar… y yo… ¿A quién quiero engañar?... No puedo… no debería llorar, estoy feliz… muy feliz… así que no seas tonta Candy, muestra tu mejor sonrisa" se decía mientras dejaba a un lado la pluma, miraba desde la colina, Londres al amanecer. Se había despertado desde muy temprano… "¿La envidio?... Tal vez un poco… quisiera estar junto a mis padres como ella… hemos estado juntas desde pequeñas… Paty también es mi mejor amiga… pero Annie es casi como mi hermana… sólo ella conoce mi historia… y ahora se irá"… Sacudió la cabeza con desesperación al escuchar las campanadas, suspiró con resignación, tenía que llegar antes para sorprenderlas, así que recogió rápidamente su diario, el tintero y la pluma.
No lo podían creer, al ver a Candice White Ardley temprano en la capilla, La Hermana Grey estaba muy complacida, después de todo ese tiempo en el Colegio al parecer Lady Britter había influido notablemente en la rubia. Las demás alumnas estaban llegando en silencio, después del servicio todas se reunieron en el comedor del Real Colegio San Pablo, uno de los pocos que sobrevivió a las reformas hechas en contra de la Iglesia Católica, gracias a la influencia y poder del Duque de Grandchester. El silencio era absoluto entre las comensales, mientras la Madre Superiora leía en voz alta un pasaje de la Biblia. En cuanto terminaron las demás alumnas se retiraron a sus habitaciones, era fin de semana, por lo que Lady Ardley y Lady O'Brien tenían un permiso especial para salir. Los padres de Annie las esperaban a la salida. Como siempre, la madre de Annie tenía que disimular su disgusto por la rubia, que a diferencia de Lord Britter, estaba muy agradecido por haber ayudado a su hija a ser más abierta y sonriente. Mientras el barco era cargado con las provisiones, las jóvenes caminaban por los muelles acompañadas por la dama de compañía de Annie.
- Como quisiera poder ir…- Dijo Candy con cierta nostalgia al ver un bergantín de La Marina Real Inglesa.- Quisiera conocer más cosas… Ser Libre... (pensó con pesar).
- Candy… no te preocupes escribiré de nuevo a tu Tía Abuela solicitándole que te de permiso de venir a visitarme… ya lo verás… sabes que puedo lograr convencerla y…
- Pero es que ella… - Comenzó a decir Candy.- Ella…- No podía decirlo.
- Por favor… no creo que sea tan cabeza dura…
- ¡¡¡ANNIE!!!.- Exclamó sorprendida Paty.
- Es la verdad… ¿Por qué no querría hacerlo?
- Es porque pronto… pronto conoceré al Tío Abuelo William…
- ¿Y qué con eso? Si es la persona que tanto describes, no creo que se niegue a dejarte venir… Tal vez él y mi padre se conozcan y no lo sabemos… - Annie sonreía feliz porque a sí pudiera ser.- E incluso te acompañe a visitarme… - "Te acompañe…" esas palabras resonaron en su mente, por lo que Candy desvió la mirada hacia el mar. Recordó la conversación que tuvo con la anciana la tarde anterior que la visitó.
Flash Back
Con una última mirada a su atuendo, salió corriendo de su habitación llena de nerviosismo rumbo al despacho de la Madre Superiora, cuidando de que las hermanas no la vieran. La Tía Abuela Elroy detestaba esperar. Al llegar al despacho esperó un momento para recuperar la respiración o la retarían. Después de llamar cuidadosamente a la puerta pudo entrar, no comprendía la mirada de satisfacción de la religiosa al salir.
- ¿Cómo está usted… Madame? - Saludó haciendo una reverencia, una vez a solas, pues siempre se tenía que dirigir a ella de esa forma.
- Candice, veo que estar en este colegio ha logrado hacer de ti toda una dama…- Comenzó a hablar con su tono ceremonioso de siempre. - William estará muy satisfecho… acércate... - Ella con temor lo hizo. La anciana la examinaba detenidamente mientras caminaba a su alrededor, Candy se sentía apenada.- Ya eres toda una mujer… Tan pronto como William regrese de Escocia, prepararemos todo y…
- ¡Por favor Madame!...- No pudo más y comenzó a llorar.- No lo haga… yo… yo aun no estoy lista… ¡Se lo suplico!… solo… sólo déme 2 años más…
- ¡¡¡CANDICE WHITE!!! TIENES QUE OBEDECER LA ÓRDENES DE WILLIAM… ¿ES ASÍ COMO AGRADECES LO QUE SE HA HECHO POR TI TODO ESTE TIEMPO? ¿HAS OLVIDADO DE DÓNDE PROVIENES?- La joven no pudo más mostrarse sumisa ante las crueles palabras de la anciana.
- CÓMO OLVIDARLO SI USTED SIEMPRE SE EMPEÑA EN RECODÁRMELO CADA VEZ QUE NOS VEMOS – No pudo evitar contestarle con dureza.
- ¡¡¡¿Y CREES QUE ALGUIEN COMO TÚ PUEDE ASPIRAR A ALGO MÁS?!!! DA GRACIAS A QUE EL TIO ABUELO WILLIAM SE HA FIJADO EN TI, TE HA PROTEGIDO TODO ESTE TIEMPO… HACIENDO TODO LO POSIBLE PARA QUE SEAS DIGNA DE ÉL… DÁNDOTE EL PRIBILEGIO DE SER SU ESPOSA Y NO SU…- La Anciana terminó la frase con un gesto despectivo para evitar decir más. - PARA SER ALGUIEN CON TU PASADO...
- NO PUEDO CREER QUE ÉL SEA TAN CRUEL CONMIGO DESPUES DE TODO ESTE TIEMPO… - La interrumpió sin poder contenerse.- ¡¡¡¿QUÉ HE HECHO?!!!.- Casi gritó llorando, mientras la miraba desafiante.- ¡¡¡¿POR QUÉ AHORA HA DECIDIDO DESPOSARME CONTRA MI VOLUNTAD?!!!
- ¡¡¡TE PROHIBO QUE ME VUELVAS A HABLAR Y A MIRAR DE ESTA FORMA!!!... SABÍA YO QUE ERA UNA LOCURA QUE WILLIAM SE HICIERA CARGO DE TI… SIN SABER DE TUS ORÍGENES… UNA VULGAR CAMPESINA… -La miró de forma despectiva al tomar un rizo entre sus dedos. Lo peor para Candy fue escuchar las palabras que siguieron. – PERO… SIENDO HOMBRE… ¿QUÉ PODRÍA ESPERAR DE ÉL?... CON SOLO VERTE, SOSPECHO LA RAZÓN… ENCAPRICHADO POR LA "BELLEZA POCO COMÚN" DE ALGUIEN TAN INSIGNIFICANTE COMO TÚ. - La tomó fuertemente del brazo sacudiéndola, para mirarla más cerca. -¡¡¡AUN NO PUEDO COMPRENDERLO!!!... ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE LE HICISTE A WILLIAM CHIQUILLA DEL DEMONIO?!!!
- ¡¡¡Ya se lo he dicho: jamás lo he visto!!!… nunca había oído de él hasta que…
- ¡¡¡MIENTES!!!... Y MIENTRAS AUN NO SEA TU ESPOSO, EN MI PRESENCIA TE REFERIRÁS A ÉL COMO SIR WILLIAM… ¿QUEDÓ CLARO?
- Si… yo lo lamento… Por favor, créame que nunca antes había visto a Sir William… ni aun ahora…¡¡¡¿CÓMO PODRÍA HACERLO SI SIEMPRE ME HA MANTENIDO ENCERRADA EN ESTE LUGAR?!!! - La anciana le dio una fuerte bofetada, Candy rápidamente se cubrió.
- ¡¡¡CALLATE DE UNA BUENA VEZ Y ESCUCHA: HOY CUMPLISTE 18 AÑOS, LA ÚLTIMA VEZ QUE NOS VIMOS, TÚ MISMA PUSISTE EL LÍMITE… AHORA DEBES CUMPLIR TU PROMESA!!!.- Candy desvió la mirada, se sentía avergonzada.
- Lo sé Madame… pero yo… yo quisiera continuar con mi educación…
- NO TIENES NADA MÁS QUE SABER… MAS ALLÁ DE LOS DEBERES DE ESPOSA Y MADRE, NO ES COSA DE MUJERES…- Candy ahora estaba más furiosa que nunca, pero sabía que haciendo enojar a la matriarca de Los Ardley no lograría nada, así que tuvo que aguantar su coraje.
- Y-Yo… Q-Quiero ser la mejor dama y la mejor esposa que Sir William pueda tener… - Comenzó a decir suavizando su voz.- … por favor Madame… yo aún no me siento preparada para ello… si usted pudiera… darme un poco más de tiempo… por favor…
- HABLARÉ CON WILLIAM… PERO NO ESPERAREMOS MÁS… SABES PERFECTAMENTE LO QUE SE ESPERA DE ÉL ¿NO ES ASÍ?- La miraba de forma penetrante.
- Si…- Suspiró recordando cada palabra cuidadosamente.- Tiene que asegurarse de que se mantenga unido el Clan Ardley para procurar el bienestar de todos sus miembros… es tiempo de que tenga un heredero… y continuar con las tradiciones…
- Bien… veo que no lo has olvidado.
- ¿Es todo… Madame?.- Preguntó esperando que mostrara un poco de indulgencia hacia ella por ese día…
- En unos días serás presentada a los miembros más cercanos de la familia… Después serás presentada a todo el Clan como la prometida de William… Por lo pronto, te mandaré a llamar en cuanto sepa que todos "tus primos más cercanos" hayan llegado a Londres. Puedes retirarte. - Sin más la despidió con su usual frialdad.
Fin del Flash Back
- ¡¡¡Candy!!!
- Ha…
- ¿En qué estabas pensando?- Preguntó con curiosidad Paty.
- En nada…
- Te quedaste callada…- Dijo Annie intrigada.- ¿Qué pasa contigo? Aun no me has contado Qué te dijo tu Tía Abuela en su visita.- Insistió.
- Nada importante… solo quería felicitarme…
- Pero saliste muy triste… - Dijo Paty.
- Saben como es ella… no es una mujer emotiva… creo que esperaba que lo fuera… por esta vez…
- Es cierto.- Dijeron ambas chicas mientras miraban a los marineros subir costales y barriles, quedándose por un momento calladas.
- Es apuesto… - Murmuró Annie después de suspirar.
- ¿Quién? - Preguntó Paty mirando disimuladamente alrededor.
- El joven que está junto al capitán…- Dijo haciendo un gesto con la cabeza. Ambas chicas dirigieron la mirada hacia el puente, un joven de cabello castaño claro y alto; de verdad era apuesto y sus ademanes muy elegantes para ser alguien común y corriente.- Espero que vaya con nosotros…- Dijo con voz soñadora, Candy y Paty se miraron y comenzaron a reír.
- Hija… ¿Estás lista?- Preguntó Lord Britter bajando del bergantín.
- ¿Tan pronto?
- Si, si queremos aprovechar la marea… el capitán dice que el viento es propicio…
- ¿Y mi madre?
- Ella no soporta el sol…- la disculpó el padre de Annie con las chicas.- ya subió… me pidió que la disculpara con ustedes y me despidiera en su nombre…
- Annie… te extrañaremos…- Dijo Paty comenzando a llorar.
- Yo también…
- ¿Nos volveremos a ver?- Preguntó Candy conteniendo las lágrimas.
- Claro que sí… jamás digas nunca…- Dijo mientras la abrazaba.- Verás que pronto podremos volver a vernos…
- De acuerdo…- Dijo mientras recordaba todos los momentos felices con su amiga. Un último abrazo y Annie comenzó a subir a la embarcación. Ella y su padre subieron al puente, para tener una mejor vista de sus amigas. Los marineros soltaron las amarras del muelle y el bergantín comenzó a moverse. Candy no soportó más y comenzó a correr hasta el final del muelle mientras llamaba a su amiga. Se sentía sola y no podía dejar de llorar mientras miraba la embarcación alejarse. Lamentaba el no haber sido sincera con ella y decirle sobre su conversación con "La Tía Abuela Elroy". Se detuvo abruptamente a la orilla del muelle, quería ir tras ella, escapar de ese lugar con su amiga sin importarle nada.
- Pequeña pecosa… no llores… - Ella se pasaba la mano por los ojos, en un vano intento por contener las lágrimas.
- Sabes: eres más bonita cuando ríes que cuando lloras... - Ella se sorprendió al oí esa frase. En alguna ocasión, hace mucho tiempo le pareció escuchar algo similar. "¿Será posible que…" Levantó la vista. Un joven rubio, sin sombrero pero con el uniforme de la Marina Real Inglesa le ofrecía un pañuelo.
- Yo… lo siento. – Dijo mientras tomaba agradecida el pañuelo.- G-gracias…
- Te estuve observando…
- ¿Qué dice usted?- Dijo finalmente sin comprender, por lo que se fingió ofendida.
- Lo siento… - Se disculpó el joven con una sonrisa amable.- Sé que estás pasando un mal rato, pero no podía evitarlo… también vine a despedir a alguien… uno de mis primos es parte de ese bergantín que acaba de zarpar… Era el joven que le agradó a tu amiga…
- Pero ¿Cómo te atreves a escuchar una conversación privada?- Él comenzó a reír.
- Lo siento, no me pude resistir a los encantos de jóvenes tan lindas… Permítame presentarme Milady: Soy Anthony Brown A…
- ¡¡¡Candy!!!.- La llamó Paty mientras se acercaba algo sofocada.- La Hermana Margaret acaba de llegar por nosotras… - Paty miraba a ambos chicos con suspicacia.
- Paty te presento al Sr.…
- Soy 1er. Oficial Anthony Brown… - Dijo el joven tomando su mano para besarla respetuosamente.
- Mu-Mucho gusto…- Titubeó sonrojada la chica.
- ¡Patricia O' Brien… Candice White Ardley!.- Las llamó la hermana Margaret al llegar junto a ellos.- Las he estado llamando ¿Es que quieren recibir un castigo?
- Discúlpeme hermana por mi intromisión, yo entretuve a las damas…- Dijo Anthony haciendo una reverencia.- No se preocupe, no ha pasado nada.
- Muchas gracias por sus atenciones, pero tenemos que irnos…- Dijo la Hermana Margaret. Mientras ambas chicas hacían una reverencia despidiéndose, Candy no lo dejaba de mirar hasta que subieron al carruaje.
"Esa chica se apellida Ardley… ¿Quién podrá ser?". Pensaba mientras se dirigía al cuartel, para alcanzar a su primo Alistair.
- Anthony… recibimos carta de la Tía Abuela. - Le dijo un joven de cabello castaño oscuro, cuando lo vio mientras agitaba un sobre lacrado con el escudo familiar.- Lástima que Archie no esté aquí… eso retrasará sus planes…- Dijo con una amplia sonrisa. - Ya quiero ver la cara que ponga en cuanto lo sepa… Es que no entiende que ya no somos unos niños a los que tienen que imponerles los deberes familiares…
- ¿Qué es lo que dice?- Dijo Anthony con desgano, mientras comenzaba a revisar su espada.
- Quiere que nos reunamos para darnos una importante noticia…
- Siempre es importante todo lo que tenga que ver con los Ardley… mas allá de eso, no es importante…
- Anthony… ¿Tú… revelándote contra ella?- Preguntó burlón Stear.
- Estoy aburrido de tanto protocolo… quiero más… quiero ver el mundo… y no estúpidas reuniones sociales y cortesanas…
- ¿Archie ya se marchó?- Preguntó Stear para cambiar de tema.
- Si… lo envidio… pero conocí a dos jóvenes muy lindas en el muelle…
- ¿Y seguramente las impresionaste?- Preguntó burlándose su primo. El rubio lo miró de reojo, le ignoró para decirle:
- Pues claro… aunque me impresioné demasiado con la rubia de ojos verdes…
- Vaya, vaya… ¿Quién lo diría?... y por lo menos ¿Esta vez sabes su nombre? O te quedaste mudo como siempre…- Anthony lo miró seriamente.
- Se apellida Ardley… y tal parece que está en un colegio de monjas…
- Ardley… ¿Será alguien más del Clan?- Anthony suspiró.
- No lo sé… no pudimos hablar más tiempo, la monja que fue a buscarlas, nos interrumpió… Espero volver a verla…- Susurro lo último mientras recordaba a la dulce chica pecosa.
Pasó el tiempo, aunque siempre estaba sonriente, Paty sabía que algo tenía su amiga, y no solo era que extrañara a Annie, era algo que la hacía sobresaltarse cada vez que alguna de las monjas la llamaba por su nombre completo. Había notado que sus salidas nocturnas eran más frecuentes.
Una tarde, mientras estaban en los jardines, Paty le hablaba animadamente mientras ella miraba a algún punto fijo en el horizonte.
- Candy… ¿Qué es lo que te pasa?
- …
- Sé que extrañas mucho a Annie… yo también… pero ánimo, verás que algún día podremos volver a verla… Por favor, no estés triste…
- No es eso… es… es algo… complicado…
- ¿Tiene que ver con la visita de tu Tía Abuela?- Candy dejó de ver a la distancia, para forzar una sonrisa. – Candy, no puedes engañarme… debió ser algo malo para que cambiaras tanto…- La rubia no pudo contener el llanto, Paty asustada se acercó a abrazarla.
- ¡¡¡CANDY!!!. – Se asustó, pues siempre que la había visto llorar era de alegría. "¿Que puede ser como para que se ponga así?"
- Es muy complicado… y lamento mucho no habérselos contado antes… No quería que Annie se entristeciera más el día de su partida…es… solo que pensé que si lo sabías… no querrías estar cerca de alguien como yo… - Soltó por fin mientras lloraba.
- Candy… no importa nada… Eres una amiga muy especial, me has ayudado mucho y no dejaré de ser tu amiga jamás…
- Es… es que La Tía Abuela… siempre… hablando de la importancia de la familia… del apellido… nunca me importó… hasta que…
- Candy… me sorprende que tú te fijes en esas cosas…
- Lo siento Paty… es que no sabes toda mi historia…
- Tenemos mucho tiempo… cuéntame todo… verás que pronto te sentirás mejor…- Ambas se dirigieron a sus habitaciones.
La noche era muy fría y la neblina espesa, pero no le importaba, después de todo tendría que estar de guardia hasta el amanecer. Unos hermosos ojos verdes lo habían mantenido en vela desde ese encuentro en los muelles, lo que lo mantenía más intrigado era que perteneciera a Los Ardley y ellos jamás la hubieran visto o sabido de ella, en cuanto tuviera oportunidad de ver a la Tía Abuela le preguntaría directamente, después de todo era su nieto favorito y no se negaría a decirle las cosas. Esa misma semana Stear se había embarcado rumbo a Irlanda, por lo que él fue el encargado de comunicarle las noticias por carta a La Tía Abuela, quien le contestó que pronto llegaría a Londres junto con los Ligan… Los Ligan… como detestaba a sus primos, especialmente a Eliza que siempre lo acorralaba, aun cuando él había sido claro de que no le interesaba en lo más mínimo, y su primo Neil, un cobarde y bueno para nada que siempre trató de meterlo en problemas junto con Stear y Archie. Un extraño movimiento por los muelles lo sacó de sus pensamientos. Se acercó con cautela, empuñó el rifle y habló a las sombras.
- Identifíquese o dispararé...- Solo podía distinguir extraños movimientos entre las sombras.
- L-lo siento... yo… yo no quería… - Dijo una suave voz que creyó reconocer.
- Acérquese a la luz. - Ordenó. La figura se fue acercando poco a poco hasta la antorcha, se sintió feliz de ver de nuevo a la rubia pecosa, aunque iba vestida como hombre.
- Milady… ¿Qué hace usted aquí… a estas horas?
- Yo…
- Debo llevarla a su casa… su familia se preocupará… - El pretexto perfecto para saber un poco más sobre ella.
- Yo… no vivo en mi casa… vivo por el momento en el Real Colegio San Pablo…
- Con mayor razón debo llevarla… La madre superiora se preocuparía… si se enteraran que no se encuentra ahí… podría pasarle algo…
- Pero es que yo…
- No es bueno que ande por aquí a estas horas…- Insistió el joven.- Permítame escoltarla… Por favor…- Ella lo miró a los ojos "Son iguales a… esa mirada…". Resignada aceptó. "No puedo hacer nada por el momento. No quiero dar explicaciones. ¡Rayos! Es más difícil de lo que yo creía escabullirme en un barco". Finalmente aceptó.
- De acuerdo…
- Permítame un momento… no se mueva de aquí…- Anthony regresó a su puesto justo a tiempo para ser relevado, por lo que pidió permiso para acompañar a la joven.
- Listo… Milady…
- Por favor, llámeme Candy…
- De acuerdo Candy… si me llamas sólo Anthony…
- De acuerdo.- Le sonrió, el joven se sintió en las nubes.- Bien, dime ¿Hacia dónde vamos?- Y Así caminaron conversando de diferentes cosas, cuando se sintió en confianza estuvo a punto de preguntarle su relación con los Ardley, cuando fueron interrumpidos.
- ¿Candy? ¿Eres tú?- Un hombre se les acercó. Anthony sacó la pistola y apuntó hacia el desconocido, cubriendo a Candy.
- Alto ahí… se lo advierto. - Candy miraba en dirección al extraño.
- Cómo ha pasado el tiempo… ¿Es que ya no me reconoces?- dijo el hombre con las manos en alto, aproximándose a la luz de la antorcha donde estaban ambos. – Soy yo… Albert…
- ¿Albert?- Preguntó ella con cautela, separándose un poco de Anthony. Al verlo bien saltó de alegría - ¡¡¡Albert!!!... ¡Que bueno que estás bien!… Ha pasado mucho desde la última vez que te vi… - Corrió a abrazarlo.- Hay algo diferente en ti…
- Pequeña… a mi también me da mucho gusto de verte… mira lo mucho que has crecido… casi no te podía reconocer…
- Y yo a ti… -Tomó su rostro entre sus manos.- Tu barba… te vez mucho mejor sin la barba… más joven… y apuesto…
- ¿Insinúas que parecía un anciano?… pues no lo soy… - Dijo riendo Albert al separarse de la joven, Anthony miraba la escena mudo. Observaba detenidamente al hombre… le parecía conocido.
- Albert, permíteme presentarte al 1er. Oficial de la Marina Real Inglesa, Anthony Brown... - Dijo mientras llamaba al joven.- Él me acompañaba de regreso al Colegio…- Dijo ella avergonzada.- Anthony, el es mi gran amigo Albert…
- Mucho gusto Oficial… - Dijo al extender su mano para estrechar la del joven.- Así que te escapaste de nuevo… pequeña bribona…
- Albert… tú no entiendes…
- Creo… creo que es mejor que me retire… ustedes tienen muchas cosas de que hablar…- Comenzó a decir Anthony un poco contrariado al ver como el vagabundo acaparaba por completo la atención de la joven.- Yo no puedo estar mucho tiempo lejos de mi puesto…
- Lo entiendo, muchas gracias por escoltar a esta pequeña traviesa… yo la llevaré hasta el Colegio, no se preocupe.
- Siendo así, buenas noches.- Hizo una reverencia a ambos, Candy le ofreció su mano, y él la tomó delicadamente para besarla con brevedad.- Milady... Candy, fue un placer verla de nuevo.
- Espero volver a verlo… Anthony…- Ambos se sonrieron, y él dio media vuelta para regresar al cuartel.
- Milady… tiene muchas cosas que explicarme… - Escuchó Anthony a sus espaldas que decía con seriedad Albert, pero en el fondo sonaba divertido por ver a la chica con semejantes ocurrencias.
"Señorita Candice White Ardley… es usted todo un misterio," pensaba el joven mientras se dirigía al cuartel, al pasar por los muelles se detuvo justo donde la encontró, le intrigó que ella anduviera por esos lugares a esas horas y vestida de esa forma… "¿A caso pensaba escaparse en alguno de los barcos?... Pero, ¿Por qué?..." se acercó al muelle donde había muchas cosas, y unos civiles se encargaban de llevarse la preciada carga de especias, sedas y oro, mientras que algunos guardias reales protegían la carga principal, unos enormes cofres. "Seguramente esto es de algun Corsario…" Miró detenidamente escondiéndose tras algunos bultos, "¿No había desaparecido?"... Vio a unos hombres conocidos que trabajaban para alguien muy importante, sonrió amargamente… "Después de todo siempre hay alguien protegiéndole… Si es él... ¿Cuándo y a qué hora habrá llegado?... Por suerte, así como llegó debió haberse ido… no estaba por aquí… siempre ocultándose… ¡MALDITO COBARDE!... es un cretino… afortunadamente no la vio aquí… o alguno de sus hombre… si ella hubiera abordado a su barco por error, ¿Qué le hubiera pasado si ese desgraciado la hubiera encontrado?". Siguió su camino sin dejar de pensar en la pecosa y su amigo vagabundo.
Desde la ventana de su estudio observaba el Támesis, estaba amaneciendo pero podía ver con satisfacción, las barcazas que descargaban lo traído por el barco… aunque fuera muy duro, no quería reconocer que fuera el causante de todo… no quería admitir sus errores y menos ante los descendientes de su linaje… "Fue por su bien…"
- Milord… alguien quiere verlo…- Anunció el mayordomo.
- ¿Es alguien importante?- Preguntó sin siquiera mirar al hombre, mientras se servía un Wiskey.
- No sabría decirlo Milord… es una mujer… no quiso dar su nombre…
- ¡¡¡CONOCIÉNDOTE NO ESTABA SEGURA DE QUE ME RECIBIRÍAS!!!… - Dijo entrando intempestivamente.
- ¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?!!!...- Exclamó furioso aun sin atreverse a girarse a mirarla. El Mayordomo suponiendo que era un asunto privado se retiro discretamente.
- A mi también me da gusto verte…
- Eleanor… te dije que jamás me vinieras a ver…
- NO ME IMPORTA LO QUE EL TODO PODEROSO DUQUE DE GRANDCHESTER HAYA ORDENADO… SOLO QUIERO SABER ¿QUÉ ES LO QUE HAS HECHO ESTA VEZ? ¿QUÉ HA PASADO CON…?
- ¡¡¡¿DE QUE DEMONIOS ESTÁS HABLANDO?!!!.- Fingiendo que no sabía de lo que hablaba, mientras la examinaba discretamente a través del reflejo de la ventana.
- Por favor… no te hagas el inocente… sé que tú estás detrás de todo… Me lo quitaste ¿Ya lo olvidaste?... Por eso hiciste que me alejara ¿Verdad? Sólo te importa tu buen nombre… y tus sucios negocios tras el… - Él no pudo evitar sonreír.
- Bueno, era lo mejor que podía hacer… dadas las circunstancias…
- ¿Qué fue lo que le dijiste que ahora no desea verme?
- Yo nada… solo debió sacar sus conclusiones…- Dijo dándole un sorbo a su copa.
- ERES UN SER REPUGNANTE, ¿LO SABÍAS?
- Pero así me amas…- Dijo dejando la copa sobre el escritorio mientras se acercaba a ella peligrosamente, quien lo miró de la forma más fría que pudo.
- Y maldigo el día en que te conocí…
- Amas a nuestro hijo… eso quiere decir que me amas también… - Susurró mientras la tomaba entre sus brazos, ella trató de liberarse.
- ¡¡¡SUÉLTAME!!!... - Finalmente se liberó de él al abofetearlo. - ¡¡¡FUE LO ÚNICO BUENO QUE PUDO HABER ENTRE NOSOTROS… Y TE ODIO POR HABER DESTROZADO TODO!!!…
- Sabes por qué lo hice…- Dijo mientras la miraba desafiante, a pesar de sentir el fuerte ardor, no quiso tocarse la mejilla.
- Dudo mucho que con la reputación que se ha ganado por TÚ culpa, pueda llegar a ser TU sucesor… ¿A caso tu esposa no te ha dado hijos?...- La expresión de él se endureció.- ¿Por qué?… él es ilegítimo… él no puede…
- Eso lo arreglaré a su debido tiempo…
- ¡¡¡CLARO!!!... Mientras esté llenándote los bolsillos… no te importa lo que le pase… ¡¡¡JAMÁS TE IMPORTÓ!!!
- ESO NO ES CIERTO… ESTO ES POR SU BIEN… NO SABES NADA…
- ¡¡¡CLARO!!!... OBLIGADO POR TI… SI SOLO LO HUBIERAS DEJADO CONMIGO…
- ¡¡¡ÉL DECIDIÓ SU VIDA!!!
- QUÉ CONVENIENTE PARA TI… - Dijo Ella con un tono tan ácido que el Duque se enfureció sin medir sus palabras…
- SERÍA UN BASTARDO MÁS… UN SIMPLE PLEBEYO… - Dijo enojado.
- ¡¡¡¿QUÉ IMPORTANCIA TENDRÍA?!!! ¿A CASO ES MÁS "HONORABLE" EN LO QUE SE HA CONVERTIDO?... Pero fuiste implacable al perseguirnos… HUBIÉRAMOS DESAPARECIDO DE TU VIDA PARA SIEMPRE… ÉL SERÍA FELIZ… - El Duque le dio la espalda. Ella pudo comprender mejor. - ESO ES LO QUE TE DUELE ¿NO ES ASÍ?... CONMIGO SERÍA FELIZ… MIENTRAS QUE TU LO HAS OBLIGADO CON TANTAS CANALLADAS… CREYENDO QUE TE AMARÍA… - Había puesto el dedo en la llaga.
- ¡¡¡TU NO ENTIENDES!!! A LA LARGA SERÁ BUENO PARA ÉL…
- ¡¡¡TIENES RAZÓN: NO LO ENTIENDO!!! JAMÁS HE PODIDO ENTENDER TU MALDITO EGOÍSMO Y TU ESTÚPIDO RAZONAMIENTO… LO ÚNICO QUE HA HECHO ES DESTRUIR MI VIDA Y LA VIDA DE MI HIJO… Y AHORA YA ES TARDE… ES... ES TODO LOQUE QUERÍA DECIRLE... ESPERO JAMÁS VOLVERLO A VER MILORD GRANDCHESTER…- Dijo mientras salía del despacho. Él quiso ir tras ella… pero como siempre, pudo más su orgullo… Richard Grandchester jamás se rebajaría ante una plebeya… aunque la amara con pasión…
"¿Qué demonios estarán tramando? ¿Por qué quieren obligarla? Debo averiguar con mucho cuidado las cosas… Candy sería incapaz de mentirme…" Pensaba mientras miraba el río, cerca de donde los pescadores preparaban sus redes… "No puedo creer que exista tanta crueldad… me niego a creer que sea verdad… jamás dejaré que le hagan daño… y mucho menos de la forma en que lo están haciendo". Después de convencer a Candy de que siempre que lo necesitara estaría cerca y ayudarla a trepar el muro para volver al Colegio, caminó toda la noche meditando las cosas. "No… ella no sería capaz de…" se sentía intranquilo… ¿Cómo podría ayudar a Candy? Esta vez si se la habían hecho buena, aprovecharon su ausencia, estaba atado. Ya había sido advertido, pero él no quiso hacer caso, simplemente no podía creer lo que a sus espaldas estaba sucediendo. Recordó lo sucedido hace muchos años. Debía de cumplir su palabra…
Habían pasado meses. Estaba furiosa. Desde un principio se había negado rotundamente a que los hermanos Cornwell y Anthony se unieran como simples plebeyos a la Marina Inglesa. Eso no era digno de los aristocráticos Ardley. Especialmente porque no podía hacer que ellos acataran su voluntad. Tendría que esperar un par de meses más hasta que todos estuvieran reunidos… Detestaba que William escapara de sus obligaciones para mantener el honor del Clan Ardley. Mientras él estaba ausente pudo mantener a todos bajo su control y nadie podía negarse, pero ahora que pronto se daría a conocer y todo el monopolio de los Ardley finalmente estaría en sus manos, ella volvería a estar a la sombra como lo estuvo mientras vivía el padre de William y eso jamás le había gustado. Y el haberse hecho cargo de esa chiquilla mal educada sin que ella lo hubiera aprobado, era lo peor ya que lo había hecho por medio del consejero de su hermano, George. Supuso que el motivo para hacerlo era porque desposaría a esa chiquilla insoportable sólo por lástima, y ella debía aceptar, tenía que hacerlo, después de haberla mandado al colegio para su educación. "Pudiendo escoger a alguien mejor de algún otro Clan… Es necesario casarla con él… debe ser para restituir el poco honor que esa chiquilla tenga… seguramente esa advenediza lo sedujo… por eso está tan encaprichado con ella como para permitirle tantas libertades, tal vez lo ha estado viendo a escondidas desde que es parte de la familia… seguramente de forma poco… decorosa…" fue la queja final de la Tía Abuela ante George al terminar de leer la carta que enviaba William.
- Sir William no se ha presentado aun ante Lady Candice. – La interrumpió el hombre algo molesto por las crueles palabras de la anciana. – Yo puedo dar fe de que es cierto.- Continuó diciendo el hombre al notar la mirada de la Sra.- Todo este tiempo hemos estado haciendo negocios en Venecia.- Aclaró.- Él opina que debe de viajar un poco antes de…
- ¿Y por qué no pudo venir personalmente y decírmelo?
- Sir William está buscando la forma de ampliar sus negocios mientras espera ser presentado formalmente ante los Ardley… él quiere demostrar de lo que es capaz a su edad…
- ¿Entonces quiere que Candice se reúna con él... sola? ¡Esto es inconcebible!…- Dijo golpeando el escritorio con el puño.
- Veo que no comprende lo que Sir William quiere decir…- Dijo George pacientemente.- Él desea que Lady Candice pueda visitar a su amiga en Port Royal… tal vez un cambio de aires le hagan bien antes de que acepte finalmente su destino…
- ¿Qué es lo que dice que quiere William?... ¿Cómo puede siquiera en pensar en mandarla sola a… al otro extremo del mundo… un mundo lleno de bárbaros…
- No irá sola, ha pedido que Dorothy la acompañe…
- ¡¿ESTÁ LOCO?!... ¿SOLO LA SIRVIENTA? ¿Y POR QUÉ ELLA?... ¡NO!… NO LO PERMITIRÉ… YO DEBO IR CON ELLA… AUNQUE NO ME AGRADE, SOY RESPONSABLE DE ESA CHIQUILLA CAPRICHOSA… DEBO CUIDAR EL HONOR DE LOS ARDLEY…
- Sir William la necesita aquí, Madame… Él continuará viajando hasta el momento de su presentación… por lo que la necesita aquí para mantener sus intereses…
- ¡¡¡¿PERO QUIÉN SE CREE QUE ES PARA DARME ÓRDENES A MÍ?!!!
- Si me permite, Madame, él es…
- Olvídate de los discursos…- Dijo con fastidio mientras se levantaba del asiento tras el escritorio. - De acuerdo… pero alguien más debe ir con ella, Dorothy aun es joven…
- Podría pedirle a la Hermana María que la acompañe, no le molestaría… y le ha tomado cierto cariño en el colegio… aunque siempre es muy estricta con Lady Candice…
- De acuerdo George… Pero primero necesito presentarla ante los jóvenes Ardley… después de todo ella y William…
- Dentro de dos semanas llegará el Joven Archibald… - Quiso ganar tiempo el hombre.
- Que mal informado está George, esta mañana llegó… Así que avisaré al Real Colegio San Pablo que se requiere de la presencia de Candice en la Mansión Ardley… Ten todo preparado para mañana…- dijo mientras salía del despacho sin permitirle decir más al hombre.
Era la 5ª vez que se picaba con la aguja mientras estaban en la clase de bordado esa tarde en el Colegio, y sin quejarse volvía a intentar de nuevo a comenzar. Paty la había observado después de que fuera llamada por la Madre Superiora. Estaba muy distraída… "Así que será pronto…" pensó al suponer lo que había puesto tan nerviosa a su amiga. Al finalizar la clase, la Hermana María llamó a parte a Candy, Paty la quiso esperar pero ella le dijo que estaría bien. Al anochecer se escabulló a su habitación, tocó suavemente, al no obtener respuesta tomó el picaporte y entró.
- Candy… ¿Estás bien?...- Escuchó que lloraba, se apresuró a acercarse a ella.- Candy… por favor… ¿Qué es lo que te pasa?
- Paty… discúlpame… no te escuché…
- No te fijes… me tenías muy preocupada…- Se acercó lentamente a su cama. Candy se incorporó limpiando su cara. - Estabas tan distraída… ¿Qué pasó?
- Sor María me llamó la atención por…
- No me refiero a eso… ¿Para qué te llamó la Hermana Grey?- Candy guardó silencio, Paty lo comprendió.
- ¿Lo verás pronto?...- Candy asintió.
- Supongo que será mañana… - Contestó sin emoción.- Yo quisiera poder escapar de esto… para... para saber más de mi familia… me niego a creer que esto sea deseo del Tío Abuelo William… quiero oír de él mismo que… es su voluntad… desposarme…
- Quisiera poder ayudarte…- Suspiró Paty sintiéndose impotente.
- No te preocupes… lo haces… me escuchas…
- Pero no es mucho…
- Por lo pronto, mañana tengo que asistir a la mansión… Conoceré a mis primos…
- Bueno, por suerte solo será eso…
- Sólo espero que El Tío Abuelo no asista… que aún continúe de viaje…
- Tú confía en que así será…
- Pero…
- Por el momento… - Dijo Paty sonriéndole para infundirle ánimos.- No te preocupes podremos idear algo para ayudarte…
- Paty… gracias por escucharme.- Abrazó a su amiga en agradecimiento.
Aún no era medio día cuando un carruaje fue por Candy al Colegio, por suerte, George iba por ella y no la Tía Abuela como había creído. El caballero decidió llevarla a dar una vuelta por Londres, pues desde su llegada de Escocia hacía tan sólo 5 años, no se le permitía salir a menos que fuera una reunión muy importante. Ella sonreía por la preocupación del hombre por darle ánimos (Después de todo, se dio cuente de que tampoco le agradaba la matriarca), lo que nadie sabía era que algunas veces por las noches, le gustaba salir del colegio disfrazada de chico, de no haber sido así hubiera enloquecido en ese lugar con las estrictas normas... como extrañaba a su nana Pony. Siempre se preguntaba que habrá sido de ella después de que se la llevaron de Escocia. Aprovechó que daban un paseo por un parque para preguntarle.
- George…
- Si Milady…
- Por favor, ¿Cuántas veces le he pedido que no sea tan formal conmigo?
- Lo siento… - Le sonrió con simpatía.- ¿Puedo ayudarla en algo Candy?
- ¿Qué ha sido… de mi nana?- Preguntó desviando la vista. El caballero le sonrió.
- Se encuentra muy bien… de hecho está como ama de llaves en Escocia, en la Villa de los Ardley… ¿No lo sabía? - Ella negó con la cabeza. George hizo un extraño gesto.
- ¿Por qué no me ha escrito?...- Preguntó de nuevo Candy conteniendo las lágrimas.
- ¿Cómo dice? - Preguntó el hombre asombrado.
- En todo este tiempo… no he recibido ninguna carta de mis amigos en Escocia, ni de ella… yo… creí que ella… que ella había…
- ¿Por qué no me lo había dicho?- Preguntó con preocupación George.
- Su… supongo que porque siempre estaba presente la Tía Abuela… y ella jamás ha querido hablar nada que no sea respecto a los Ardley… De hecho jamás quiere hablar conmigo… de nada… me odia… y no sé porqué... - Él le sonrió nuevamente.
- Supongo que por eso ha estado tan triste… por su última visita, ¿Verdad? - Se sentaron en una banca a la sombra de un gran árbol.- La veo muy desmejorada.
- Nada es lo que esperaba… todo ha sido incómodo… sin comunicación con nadie fuera del colegio… sin conocer al Tío Abuelo William… y sus razones por las que se ha hecho cargo de mí… - Continuó hablando.
- No se preocupe… pronto lo sabrá…
- ¿Por qué ahora quiere desposarme? – No pudo esconder el dolor que sentía al hacer la pregunta.
- No se preocupe, él no hará nada en contra de su voluntad.
- Pero… la Tía Abuela dijo…
- No tiene nada de qué preocuparse… ¿De acuerdo?- Dijo sonriéndole con simpatía.
- Trataré.- Dijo ella mientras esbozaba una sonrisa.
- Por cierto, olvidaba que Sir William me pidió que le diera un obsequio de su parte, por su cumpleaños… aunque un poco tarde… - Dijo mientras se alejaban rumbo al carruaje. Emocionada Candy no dejaba de interrogar al hombre.
- Por favor George… déme aunque sea una pequeña pista….
- Cierre sus ojos… Sin hacer trampa Milady, la conozco muy bien… - Dijo mientras le hacía una seña al cochero para que le entregara una canasta.- Extienda sus manos por favor…- Ella con gusto lo hizo. Sintió un poco de pánico al sentir algo peludo, abrió los ojos y se sorprendió al ver a un pequeño mapache, ella comenzó a reír muy emocionada.
- ¡¡¡George!!!… es hermoso… ¡¡¡Muchas gracias!!!…- Decía mientras reía emocionada abrazando al animalito.
- Sir William sabía que le gustaría.- Ella se detuvo abruptamente.
- ¿Cómo lo supo?… si no le conozco en persona… - El hombre titubeó.
- Bueno… él sabe que usted es una joven muy inquieta… y que necesitaba algo que le animara… - Candy lo miró con perspicacia, pero ya estaba pensando en la forma en que lo metería al colegio o si no tendría problemas. "Este hombre es imposible… ¿Y si lo sobornara?... No… es demasiado fiel al Tío Abuelo".
- ¿Por qué nunca me quiere decir algo sobre el Tío Abuelo?...
- Por el momento no puedo… es muy importante para él mantenerse en el anonimato…
- ¿De verdad… él quiere desposarme?- Se aventuró a preguntar nuevamente, aunque no pudo evitar decirlo con tristeza.
- Lo siento Milady… aún cuando esté siempre cerca de él… no sé cuales son sus planes… hasta que él decide comunicármelos… - Dijo él moviendo la cabeza, gesto que Candy no supo como interpretar.- Lo que más le interesa de usted en estos momentos es que se eduque… y que viaje un poco… - Al oír esto último no supo como interpretarlo.
- ¿Qué fue lo que dijo George?
- Él está de acuerdo en que salga del Colegio por un tiempo… a conocer un poco del mundo… tal vez quiera viajar a Port Royal… - Candy no podía creerlo. "¿Cómo lo supo?".- ¿Qué es lo que dice?
- Que La Tía Abuela ha accedido a que viaje a Port Royal por órdenes de Sir William… Candy, ¿No desea volver a ver a su amiga?
- ¡¡¡Claro que si!!!... Muchas gracias George…- Y sin más besó al hombre en la mejilla, azorándolo por completo.
- Y tal vez a su regreso, quiera ir a Escocia…
- ¿Es… es en serio?...- Dijo incrédula mientras jugueteaba con el mapache. George asintió.- En ese caso… si El Tío Abuelo William lo permite… iré… - Comenzó a reír muy emocionada, girando de alegría.- Gracias… Muchas gracias…
- Bien, Milady… en estos momentos debo llevarla a la mansión de los Ardley… ya es hora…- Dijo mientras la ayudaba a abordar el carruaje. Ella suspiró con resignación.
- Si no queda de otra. – Comenzó a acariciar al animalillo que con gusto se echó sobre sus piernas.
Tres jóvenes se dirigían a la mansión Ardley portando con elegancia y orgullo su uniforme, pero en cuanto los vio la Tía Abuela, comenzó a retarlos mandándolos a sus habitaciones para que vistieran de acuerdo a la ocasión.
- ¿Y se puede saber por qué tanto protocolo?- Preguntó molesto Archie.
- Archibald Cornwell, te prohíbo que uses ese tipo de tono… limítense a obedecer que pronto llegaran los demás invitados… Les pido que se comporten. Como los Ardley que son. - Archie iba a replicar, pero Stear y Anthony lo detuvieron. Sin decir más subieron las escaleras.
Hacía horas que Candy había llegado a la mansión y era atendida por Dorothy, quien había llegado junto con los Ligan y comenzó a ponerla al tanto de sus amigos en Escocia, se sentía más tranquila al saber que su nana estaba muy bien de salud, a pesar de que la extrañaba mucho. Por ella supo que había sido el Tío Abuelo William quien ordenó que la acompañara a Port Royal, pero tampoco lo había visto allá.
- Es muy extraño… se comporta como si fuera "Dios"… decidiendo sobre nuestras vidas…
- Candy… No digas eso…
- Es la verdad Dorothy… Estoy harta de que decidan sobre mi vida como si fuera un objeto… - Dijo molesta mientras salía de la tina para que Dorothy la cubriera.
- Pues yo no me quejaría…- Dijo al tiempo que abría el ropero y le mostraba los hermosos vestidos.- Fueron traídos esta mañana… los envía desde Venecia…
- Yo no vestiré eso…- Dijo con obstinación mientras tocaba las finas telas.
- No puedes negarte… - Tomó uno verde oscuro.- Creo que este es perfecto… y combina con tus ojos…- Candy lo miró detenidamente, estaba bordado con piedras preciosas.
- Preferiría vestir algo más sencillo… como lo que visto en el San Pablo…
- No harás eso… Madame Elroy se enfadaría…
- Tal vez me castigue y así evitaría ir a esa ridícula cena…
- Es importante que le muestres lo que has aprendido…
- Pero estoy harta de esta vida…- Se sentó mientras la ayudaba a vestir la sirvienta.- Desearía estar de nuevo en Escocia… junto a mis padres…
- Pero estás aquí… sé que duele, pero debes superarlo…
- Me hubiera gustado mucho que ellos aún vivieran… - Se miró al espejo mientras Dorothy la peinaba. – Detesto tanto ser parte de esta familia…
- No te preocupes… tal vez pronto las cosas lleguen a cambiar.
- No lo sé… he dejado de pensar que puedan mejorar…
- Candy… me preocupa lo que estás diciendo…- Dijo Dorothy dejando de arreglarla para hacerla que la mirara de frente.- ¿Dónde está la pequeña traviesa de Escocia?
- Tal vez se quedó allá… hace 5 años… - Dijo suspirando con tristeza.
En el gran comedor el ambiente no era tan agradable, ya que los tres primos se sentían muy inquietos, La Tía Abuela parecía estar esperando algo, mientras los Ligan observaban. Neil, el hijo mayor del matrimonio, no paraba de hacer comentarios provocativos hacia sus primos, mientras que su hermana, Eliza trataba de coquetear con Anthony. Las puertas se abrieron, todos miraron en su dirección, Anthony no podía creerlo quedándose boquiabierto: la rubia pecosa estaba entrando del brazo de George. Archie se quedó igual y Stear parpadeaba atónito.
- Buenas Noches a todos.- Comenzó a hablar George.- Disculpen la tardanza…
- Permítanme presentarles a Candice White Ardley…- Habló por fin La Tía Abuela con tono ceremonioso. La tía Sara la examinaba cuidadosamente, mientras que Eliza la miraba como si fuera inferior a ella. Candy los miraba nerviosa. Dorothy entró y con una seña le dio ánimos. La Tía Abuela carraspeó para que Candy hablara.
- Mucho gusto en conocerlos…- Dijo mientras hacía una reverencia. – Espero que su estancia aquí, sea placentera…
- Lamento que el Tío Abuelo William no se encuentre esta noche entre nosotros, pues se ausentará nuevamente por negocios… - Miró a todos de forma extraña.- Así que haré el siguiente anuncio en su nombre: Lady Candice es la prometida del Tío Abuelo William.- Dijo sin más la anciana. Todos, incluyendo a Candy, la miraron con sorpresa. Ella continuó sin inmutarse. - Quien ha de viajar un poco antes de reunirse con él para la celebración de su matrimonio. – La Tía Abuela ignoró la mirada de sorpresa de todos. "¿Cómo pudo hacerme esto?... ¿Por qué no lo vi venir?" Pensaba desesperada Candy al notar la mirada de Anthony. El joven sintió un gran vacío al escuchar las palabras de la anciana y al mirar a la chica se dio cuenta de que ella estaba tan sorprendida como los demás, no se veía feliz por el anuncio, lo que lo mantenía intrigado. – Quería que la conocieran esta noche ya que dentro de unos días partirá a…
- ¿Dónde está el Tío Abuelo?- Preguntó de forma impertinente Eliza.
- Eso es algo que no te interesa… es de mala educación que cuestiones a tus mayores cuando éstos tienen la palabra.- Contestó tajantemente La Tía Abuela. El tenso silencio duró poco ya que la anciana se aclaró la garganta y continuó. - Como estaba diciendo partirá… rumbo a Escocia, en lo que inician los preparativos para su matrimonio.- Candy se preguntaba porqué había omitido decir que viajaría a Port Royal.
- Felicidades Milady… - Dijo Lord Ligan sacándola de sus pensamientos. Candy al notar la mirada retadora de la Tía Abuela tuvo que contestar con una sonrisa fingida.
- G-gracias… Milord. - Respondió finalmente.
- Has el favor de sentarte Candice. – Indicó un lugar La Tía Abuela al lado de Eliza.
Una vez que la vio en su lugar, dio la orden de que se sirviera la cena. Eliza no resistía que la chica a su lado hubiera atraído las miradas de sus primos, especialmente la de Anthony y que trajera mejores vestidos que los suyos. La Cena transcurrió en un incómodo silencio, interrumpido solo por la conversación que la anciana sostenía con Lord Ligan.
Anthony se sentía afortunado de estar sentado frente a la chica, quien se movía con timidez ante sus insistentes miradas. Archie y Stear cuchicheaban entre sí al darse cuenta de las actitudes de su primo. Eliza rompió el silencio.
- Candy, exactamente… ¿De qué parte de Escocia eres?- La pregunta comenzó a molestar a los chicos, quien al notar sus miradas comenzó a explicar.- Es que jamás te había visto en nuestras reuniones… - Su mirada comenzó a cambiar.
- Bueno… yo… - Candy no estaba preparada para contestar esa pregunta… Era algo que no le indicó la Tía Abuela, Candy la miró, pero ella ni siquiera se molestó en sacarla de ese aprieto. "Vieja Bruja". Pensó molesta.
- Eliza… deberías dejarla que…- Comenzó a decir Stear, pero ella lo interrumpió.
- Es solo que quiero conocer a nuestra prima un poco más… a fondo... y que se sienta en confianza con nosotros… - Insistió con un dejo de maldad que no pasó desapercibido por los chicos.
- Yo… no lo recuerdo… he vivido aquí… - Detestaba mentir sobre sí misma, tenía que recurrir a la mentira que tenía ensayada. - … en Londres desde que era pequeña… no he asistido a las reuniones familiares por estar estudiando… - Dijo por fin Candy.
- ¡¿Estudiando?!.- Se sorprendió Eliza.
- Si… yo estudio en el Real Colegio San Pablo…
- Eso no es cosa de mujeres. ¿Para qué necesitas estudiar?... Pronto serás la esposa de un hombre muy rico… que controla nuestras vidas a su antojo…- Intervino Neil con desprecio mientras tomaba su copa.
- Neil… discúlpate. – Ordenó Madame Ligan, a lo que su hijo hizo oídos sordos pidiéndo que se le llenara de nuevo su copa, para beberla toda de golpe.
- Es un internado... ¿No es así? - Preguntó Eliza mirando a su hermano de forma retadora.- Sé que es un muy buen colegio para educar a las damas… Lástima que mis padres no quisieron enviarme ahí por más que insistí… Hubiéramos sido buenas amigas…
- Supongo… - Dijo no muy convencida Candy al ver que los chicos miraban a Eliza con desaprobación. "Como quisiera que estuviera aquí Paty y Annie… Eliza es insoportable".
- Nos da mucho gusto conocerte por fin.- Dijo Sonriendo Stear al interrumpir a Eliza cuando vio que se disponía a seguir con su interrogatorio.- Lástima que no puedas salir del colegio tan seguido… Podríamos mostrarte muchos lugares…
- Espera un momento… - Interrumpió Archie a su hermano.- Creo…creo haberte visto hace unos meses en el muelle… junto a una chica que…
- ¡Candice White Ardley!.- Interrumpió La Tía Abuela al escuchar las palabras de Archie.- ¡¿Se puede saber de qué está hablando Archibald?- Ante esto último, el joven hizo un gesto despectivo, lo que logró hacer que Candy esbozara una ligera sonrisa al notar que detestaba que la anciana lo llamara así.- ¿Qué hacías en los muelles?- George estaba apunto de intervenir, pero Candy decidió hablar.
- ¿Recuerda que Lord Britter le escribió para que diera su permiso para que los acompañara el día de su viaje? Ellos partieron a Port Royal… el rey lo envió como Gobernador… De Jamaica… a Port Royal…
- Si… es cierto… ya lo recordé… - Contestó con cierta molestia. Olvidaba la clase de amistades importantes que Candy podría tener en el Colegio.
- ¿Cómo pudo aceptar un cargo en tierra de bárbaros?- Comenzó a decir la madre de Eliza. – Es lo más ridículo que he oído…
- Pues Su Majestad cree que tiene buenas utilidades expandir el reino hasta el Nuevo Mundo… - Dijo Stear.
- Dudo mucho que puedan civilizar a toda esa gentuza.- Intervino Neil sin mirar a los demás.
- Yo creo que…- Comenzó a decir Candy, pero la Tía Abuela la interrumpió. "La política no es cosa de mujeres… no hables de algo que jamás entenderías"… recordó los sermones que le diera la Hermana Grey cada vez que intentaba dar sus opiniones.
- Creo que es mejor cambiar de tema… - Y nuevamente comenzó a hablar de las reuniones familiares. Los jóvenes decidieron guardar silencio, mientras Neil y Eliza sonreían misteriosamente.
- Una última pregunta "Candice"…- Dijo concierta mordacidad su nombre Neil sin dejar de mover su copa y sin mirarla.- ¿Cómo es el Tío Abuelo William?... - Candy no supo que decir al sentirse incómoda ¿Porqué la habrá metido en ese aprieto la Tía Abuela al decir que era su prometida? Se dio cuenta que no era la única que no lo había visto… "¿Qué hago?". Solo contestó lo primero que se le ocurrió.
- Es… es una persona muy gentil.
"¡¡¡Vieja cabeza dura!!!… ¿Cómo se atrevió ha hacerme esto?..." Miró el canasto donde dormía plácidamente su mascota... "Anthony…" No dejaba de dar de vueltas por su habitación frustrada por el anuncio que hizo la anciana, y al mismo tiempo no dejaba de evocar la imagen del rubio… eso quería decir que había ignorado el plazo que le había pedido… "Así que regresando de Port Royal, el viaje a Escocia es para prepararme para la boda… ¿Por qué?... ¡¡¡Cómo la odio… los odio… a todos… todo ha sido un engaño!!!... Candice White Ardley, eres una tonta…" Terminó de vestirse, se asomó a la ventana, todas las habitaciones de la mansión estaban a oscuras, cerró su puerta con llave y salió por la ventana. Bajó con cuidado por la enredadera y se dirigió a los jardines. Quería pensar que hacer. Le gustaban los jardines, llenos de rosas. Su perfume la envolvía.
- ¿Qué haces aquí a estas horas?- La sorprendió una voz cuando se aproximaba a una fuente. Miró a su alrededor, había algo de neblina.
- ¿Quién… quién está ahí?- Preguntó con un poco de miedo. Comenzó a ver una silueta aproximarse, poco a poco distinguió a alguien, ella sonrió aliviada.
- ¡Anthony!
- Hola… - Se acercó a ella.- ¿Qué haces a estas horas y vestida así?- Preguntó con curiosidad.
- Yo… yo…
- Sé lo insoportable que es vivir al lado de la Tía Abuela… y créeme que muchas veces he pensado en escapar también…
- Yo no iba a…
- ¿Entonces?... - Anthony la miraba con cierta suspicacia mientras le sonreía. Ella no supo que más decir.- No te preocupes… no te delataré…
- Gracias… - Respiró aliviada.- Solo quería pasear un poco por los jardines… jamás he podido hacerlo…
- ¿Por qué?- Preguntó con curiosidad el joven. Candy se mordió con nerviosismo los labios, había hablado de más.
- Yo… - No quería mentirle a él, se sentía muy bien a su lado.- Todo este tiempo he estado en el colegio… Es la primera vez que visito la mansión.
- Tus padres si que son muy estrictos…
- Ellos… ellos murieron… - Dijo con tristeza, Anthony se sintió mal por sus palabras.- Hace algunos años…
- Lo siento mucho… - Le sonrió mientras le ofrecía el brazo.- Candy… ¿Quieres recorrerlos conmigo?... - Ella lo miró a los ojos. Sin decir nada aceptó con gusto.
- Me gusta… Ni siquiera los jardines del Colegio son tan hermosos… Nada se compara a estas rosas… Son muy hermosas… - Dijo mientras aspiraba su aroma.
- Mi madre las cultivaba…
- Como quisiera conocerla… - Candy no notó que él había hablado en pasado. Anthony se detuvo. Ella lo miró.- Anthony… - La miró en silencio.
- Te pareces tanto a ella…- Candy sonrió.
- Eso quiere decir que podríamos ser buenas amigas… ¿Por qué no estuvo presente en la cena? Me hubiera gustado mucho conocerla. No pude soportar la presencia de la tía Sara y Eliza… mucho menos la de Neil… Supongo que ella es tan gentil como tú…
- Ella murió hace mucho…
- Yo... discúlpame. Lo siento. Siempre abro la boca demás… - Dijo apenada. Anthony sonrió.
- Tú también le habrías agradado. Yo cuidaba los rosales después de su muerte… pero ahora que he entrado a la marina, no puedo hacerlo… por suerte el viejo jardinero sabe como… aprendió de mi madre… aunque parezca extraño. - Candy comenzó a reír pero recordando dónde estaban y la hora que era se calló abruptamente. Anthony rió suavemente al ver su expresión.
- Simplemente les da todo su amor… como lo hacían tú y tu madre. - Murmuró Candy mientras miraba el bello jardín.
- Supongo que si.- Siguieron paseando por un rato más. Unos ojos miel los observaban desde la ventana de su habitación, no podía descifrar los sentimientos que había comenzado a sentir. No había podido dormir, estaba impresionado por la chica… así que abrió un poco la ventana para respirar aire… ahí estaba ella, a pocas ventanas de su habitación, la vio descender por las enredaderas que adornaban los muros, sonrió ante su atrevimiento por las ropas que usaba. La forma y cuidado con el que se movía lo alteraba… hacía tanto tiempo que no sentía algo similar… "Señorita Gatita" pensó divertido mientas suspiraba, "Me gustas…". Pero descubrió que no era el único que pensaba en ella al ver a su primo entre la bruma.
- Milady… permiso… - Dorothy seguía llamando a la puerta suavemente. "Candy… no te habrás escapado ¿Verdad?", estaba asustada mientras colocaba la bandeja del desayuno en una mesa mirando a su alrededor para asegurarse de que Madame Elroy no anduviera por ahí, se apresuró a buscar la llave de la habitación en su bolsillo. Al abrir entró sigilosamente, se sentía un poco de aire… "Candy…por favor no… ¿Qué habrás hecho esta vez?…" continuó acercándose para buscarla afuera.
- ¡¡¡Dorothy!!!…- Escuchó la voz de Candy, se giró para ver de dónde procedía, estaba cubriéndose con su bata, así que supuso que estaba cambiándose. Sonrió.
- Es bueno verte levantada tan temprano… el colegio ha logrado disciplinarte un poco…
- Yo…- Sabía que la mucama la había descubierto, así que dejó de cubrirse.
- Candy… nunca cambiarás…- Dijo sonriendo al ver que ocultaba la ropa masculina.- ¿Se puede saber dónde andabas?
- Quería pasear un poco por los jardines, ya que la Tía Abuela no me deja hacerlo.- Dijo con pesar.
- ¿Por qué no me habías dicho que te casarías con Sir William?
- Por que ni yo misma sabía que lo anunciarían pronto… pedí un poco más de tiempo… me engañaron… - Dijo Candy con tristeza.- Todo ha sido una trampa… creí que no se atreverían…- Ya no pudo contener más el llanto, Dorothy fue a consolarla. - ¿Por qué me engañó así?...
- Yo no creo que él sea tan vil como para ayudarte primero y después querer cobrarse el favor obligándote a estar a su lado… - le Susurró con indignación Dorothy.- El no es así…
- ¿Lo conoces en persona?- Preguntó sorprendida, dejando de llorar. Dorothy se quedó un momento en silencio, como si estuviera pensando.
- No, pero mi madre si… por lo que sé, él no sería capaz de tal bajeza…- Siguió abrazándola para tranquilizarla.- No te preocupes… esto debe tener una explicación. – Le sonrió antes de soltarla para llevarle la bandeja del desayuno.- Apresúrate… tienes que estar lista…
- ¿Por qué?
- Tus primos lograron convencer a Madame Elroy de permitirles pasear, ellos tiene que regresar a sus puestos esta tarde.- Candy pegó un grito de alegría, Dorothy muy a su pesar tuvo que llamarle la atención, a lo que Candy respondió con un guiño.- Vamos, tienes que apurarte.
- Claro…
Al salir le costó mucho trabajo disimular su desagrado por la presencia de los hermanos Ligan que se encontraban también en los carruajes que los llevarían de paseo. Eliza estaba pegada a Anthony, por lo que Archie y Stear escoltaron a Candy alegremente, mientras Neil los miraba como si fueran insignificantes. Pudieron pasar una mañana agradable en el parque, una vez que los Ligan cambiaran de carruaje para acompañar a sus padres a Southampton, ya que Lord Ligan estaba enseñando a Neil el manejo de sus negocios…
Antes de llevar a Candy a la Mansión, el cochero llevó a los jóvenes al cuartel. Los tres la vieron partir con tristeza acompañada por Dorothy.
- ¿Qué es lo que sucede Anthony?- Preguntó con curiosidad Stear, al ver como contemplaba el carruaje.
- He… no es nada…- Respondió sin dejar de mirar el vehículo. Archie tampoco dejaba de observarlo mientras se perdía en la distancia.
- ¿Ustedes pueden creer que ella… esté dispuesta a desposarse con el Tío Abuelo?- Volvió a insistir.- Yo no lo creo… no es del tipo de jóvenes que…
- Es una locura… ella es tan joven…- Suspiró Archie.- ¿Cuántos años podrá tener el Tío Abuelo?... Es un anciano…
- Ahora lo comprendo… - Dijo misteriosamente Anthony mientras se dirigía a las barracas. Sus primos se miraban desconcertados.
En cuanto llegó a la Mansión escribió una carta a Paty, contándole todo lo ocurrido el día anterior. La Tía Abuela no estaba, pero había dejado dicho que preparara su equipaje, pues a la mañana siguiente partiría a Port Royal. Estaba entre emocionada y triste. Vería a Annie después de meses, pero también significaba que a su regreso, tendría que enfrentarse a lo que había preparado la anciana para ella y aún no sabía como escaparse de ello. "Si tan sólo pudiera ver al Tío Abuelo William… pero ni siquiera George me quiere decir dónde se encuentra… quiero saber el porqué de tantas cosas." Terminó de escribir. También escribió otra para sus primos, pues no tendría tiempo de despedirse. Con ayuda de Dorothy preparó sus baúles.
La mañana siguiente amaneció extrañamente luminosa. Sabía perfectamente que la Tía Abuela no la acompañaría a despedirla, eso se lo indicó de forma tajante la noche anterior. Sólo esperaba que Paty y sus primos pudieran hacerlo. Con tristeza salió de su habitación, recorrió los silenciosos y oscuros pasillos, salió de la mansión, sólo la servidumbre la despidió ceremoniosamente a pesar de que ella les había pedido que no lo hicieran. Dorothy y ella subieron al carruaje. Desde su habitación la Tía Abuela la veía partir.
En los muelles Paty la estaba esperando acompañada por la hermana Margaret y la hermana María, y para su sorpresa vio a sus primos llegar, así que comenzó a sonreír con alegría a todos.
- Te tenemos una sorpresa…- Comenzó a decir Stear en cuanto estuvieron frente a ella, pero Archie se le adelantó.
- Seremos parte de la escolta de tu barco…- Dijo sonriendo.
- Es… ¿Es eso cierto?- Preguntó mirando a Anthony, quien asintió, ella emocionada lo abrazó mientras reía.
- Creo que nosotros también merecemos un abrazo.- Dijo Archie.- Después de todo, fui yo quien convenció al capitán que…
- ¿Tú? Si no mal recuerdo fueron mis razonamientos lógicos los que…- Empezó a decir a su hermano, Candy los interrumpió al abrazarlos.
- Muchas gracias, chicos… ahora si será un viaje muy feliz…
- Candy… - Le habló Paty con timidez, Candy se acercó a ella para presentarla a sus primos.- Lo siento… estaba tan emocionada… ella es mi amiga Patricia O'Brien.- Quien se sonrojó cuando besaron su mano, especialmente cuando Stear se acercó a ella.
- Milady… será mejor que se apresure… - Dijo el Capitán.
- Tiene razón, el viento es propicio…- Dijo Anthony al ver las velas comenzar a hincharse y observarla aspirar el aroma del mar.
- Candy… te extrañaré…- Dijo Paty sin poder evitar que las lágrimas salieran.
- Paty… pronto regresaré…- Dijo mientras le daba un abrazo.
- Candy… extrañaremos mucho a nuestra chica traviesa.- Fue la despedida de la Hermana Margaret, quien se dirigió a la hermana María.- Por favor… cuídela mucho… y sobre todo que no olvide el buen comportamiento que se le enseñó en el San Pablo…
- No se preocupe hermana, sabré mantener su comportamiento.- Candy aprovechó y le entregó un sobre.
- Por favor hermana Margaret… ¿Sería tan amable de entregarle esto a la Hermana Grey?... Hubiera querido despedirme de ella personalmente… pero... - La monja le sonrió mientras lo tomaba.
- No te preocupes, yo se lo entregaré en propia mano.- De momento todos se quedaron callados, hasta que Stear reaccionó.
- Bueno… nosotros tenemos que ir a recibir órdenes… y revisaremos que todos sus baúles estén abordo… - Dijo mientras les daba ligeros empujoncitos a los chicos. Dorothy, las hermanas, Candy y Paty sonrieron al verlos irse.
- Candy… por favor, saluda a Annie de mi parte… Ambas conocerán un poco del Nuevo Mundo… ¡Que envidia!...
- No te preocupes… te traeré algo interesante…
- Candice… es hora… - Dijo la Hermana María al ver que les hacían señas, mientras Stear corría en su dirección seguido por Archie. Candy dio un último abrazo a su amiga y a la hermana Margaret.
- Lo sentimos mucho Candy, pero nuestras órdenes son que vayamos en el barco escolta…- Dijo Archie algo sofocado, mientras Stear le señalaba el barco y añadía: – Pero Anthony irá contigo…
- Que suerte tienen algunos… - Murmuró por lo bajo Archie, al tiempo que su hermano le daba un ligero codazo mientras sonreía como bobo a Paty. Ella lo miraba sonrojada.
- De acuerdo… tengo… tengo que partir… - Muy a su pesar, dio otro abrazo a Paty y la hermana Margaret y comenzó a subir por la rampa. Ellas les deseaban buen viaje desde el muelle sin dejar de llorar. Al llegar al barco, no resistió la tentación y corrió hasta el puente, para poder ver mejor a su amiga mientras el barco se ponía en movimiento, haciendo que la hermana María la retara por esa falta de modales.
- No te preocupes… yo te cuidaré… - Le dijo Anthony mientras sostenía el timón. No se había dado cuenta de que él estaba a su lado.- O no me lo perdonarían Stear y Archie. - Ella se acercó y deposito un leve beso en su mejilla, dejándolo muy sorprendido.
- Muchas gracias Anthony… veo que mi viaje será muy agradable después de todo. - Le susurró.
Mientras que en el barco escolta, Stear y el Capitán consultaban los mapas y trazaban la ruta a seguir, Archie se hacía cargo del timón. Odiaba haber perdido en el sorteo que habían realizado para acompañar a Candy y que hubiera sido Anthony el afortunado. Miraba con nostalgia al barco que iba a poca distancia de él. "Señorita Gatita… me gustaste mucho desde esa primera vez que te vi… pero parece inevitable que también a Anthony… ¿Y a ti?... no importa, trataré de ganarme tu amor… No creo en esa tontería de que seas la prometida del Tío Abuelo… no me resignaré a perderte". Stear había salido del camarote, por lo que se dirigió al puente en lo que el Capitán inspeccionaba todo. Observó a su hermano, por primera vez lo veía tan callado, con una extraña mirada, sonrió al recordar su insistencia por acompañar a Candy. Tomó el catalejo para ver que todo estuviera despejado, después de un momento le pareció distinguir un mástil a lo lejos pero era difícil de saber si era amigo o enemigo, "¿Quiénes serán?" Pensó con intranquilidad, revisó nuevamente a su alrededor, ningún barco más…
Continuará….
Hola a todas:
¿Piratas? ... ¿Por qué no? ... Después de todo están de moda ... Además sería muy interesante ... Esta idea surgió cuando cstaba escuchando la canción de Chayanne "Tu Pirata Soy Yo", e imaginé una historia alternativa para nuestra super heroína ... aunque creí que era algo disparatado ... Y por fin, años después pude escribir mi propia versión ... Espero que les agrade esta nueva historia de aventuras y romance ... es mi segundo fic ... Pero el primero en publicar aquí gracias a los ánimos de mi tocaya Myrian Catherine Guevara Paz, mejor conocida como myrslayer ( Hay algunas correcciones con respecto a la historia publicada en el grupo de yahoo por eso tardé tanto en subirlo ... tocaya: lo siento, pero por fin me animé;-P)
Se aceptan quejas, sugerencias, jitomatazos y demás ...
Que estén bien ...
Hanne ...
Atte. Miriam (NEP)
