Lenguaje de señas

Para nadie era un secreto que las fiestas de Ino eran una locura, pero está en especial era una total locura para Sakura, la desquiciada de su amiga había invitado a nada más ni nada menos que a su ex novio, Sai. Cuando Ino le comento a que comenzaría a salir con él, Sakura no tuvo ningún problema, el problema era, que salieran o estuvieran en el mismo lugar con Ino, y su ex novio, entonces cuando se acercó el cumpleaños de Ino y con esto su fiesta, Sakura no pensó en el regalo que le daría, ni tampoco que le tocaba pedir permiso en su trabajo para estar libre para la fiesta, no, en lo único que pensó fue en como ir a la fiesta de Ino y evitar, a su ex novio, Sai. Por suerte o desgracia, el mesero más sexy, se encontraba en la fiesta, pero no hablaba…

PROLOGO

Se sentó en su cama a meditar, coloco las manos en la misma posición que Shikamaru solía hacer, suspiro, cerró los ojos y pensó en una solución. A Shikamaru le funcionaba, ¿Por qué no le funcionaria a ella?

Ino salía con su ex novio, Sai. Ino haría una fiesta, en esa fiesta estaría Sai. Ella también estaría, muy sexy y guapa hay que resaltar. Pero

Pero

Pero

Pero

No quería ver a Sai ¿Por qué? No, no le gustaba Sai. Es mas terminaron con esa excusa, él no se sentía como al comienzo de nuestra relación y yo no sentía nada por él. La razón por la cual no quería verlo, era, de algún modo, simple. Era el cumpleaños de Ino, su amiga desde que tenia memoria, su hermana, quería que ese día fuera perfecto, entonces no quería estar cerca de Sai porque un ex nunca es una buena cosa grata de ver, ella solo quería no verlo mas y divertirse en la fiesta de su amiga. Era tanto pedir, suspiro de nuevo, ¡Por Dios! Ni que estuviera pidiendo la paz mundial, la cura del cáncer o sida.

No había otra solución, iría a esa maldita fiesta, bebería alcohol hasta desfallecer, bailaría como nunca y se divertiría. Pero evitaría a Sai, a toda costa.

Con cierta pereza se levanto, la fiesta seria mañana, mejor buscar las prendas que se pondría. Estaba pensando en un vestido negro pegado aunque uno rojo nunca pasa desapercibido.

-¡Mamá, ayúdame acá por fa!- Grito

Recostado en su cama, leyendo un libro, se encontraba el emprendedor y segundo sucesor de la gran cadenas de hoteles Uchiha's , Sasuke Uchiha, un chico de tan solo 17 años, tenía encima de su espalda un montón de metas y expectativas por cumplir, comenzando mañana, desde lo mas bajo, como un maldito mesero de mierda. Tiro el libro, contra la pared. Sabía que en menos de dos minutos llegaría su amada y amable madre, a darle a conocer que su estricto y dolor en culo de su padre lo llamaría para echarle el maldito discurso "Para ser un gran empresario, debes de pasar por todas las tareas que este proyecto requiere, ¿Cómo vas a reprender un lava lozas, si nunca haz lavado tu unas? Por esa razón, mañana servirás en el bufet de la fiesta, de nuestro aliado en arreglos florales, de la familia Yamanaka. Puedes retirarte, no hagas mal tu trabajo o te exiliare"

¿Cómo sabia eso? No, no era un maldito loco con poderes o dones psíquicos ni nada por el estilo. Su hermano mayor, Itachi Uchiha, había venido despedirse echándome el cuento este, solo para joderme. No me sorprendería en lo mínimo si hubiera sido Itachi el de la absurda idea, sabe que me fastidia estar rodeado de gente, sabe que no soy amable, si soy mesero tendría que ser amable, ni si quiera tiene sentido hacer todas estas tareas cuando es obvio que la cadena de hotel quedara a cargo de Itachi.

En el tiempo en que estaría en ese bufet, que sería mucho, porque había escuchado de esas fiestas por el bocaza de Naruto, y sabría que se terminaban tarde, demasiado tarde. Él podría estar no se, durmiendo tal vez, leyendo, estudiando quien sabe. Algo que si fuera productivo.

Agudizando su oído, oyó los pasos tranquilos y pausados de su madre, un segundo después, los dos golpeteos en la puerta, para proceder a su cuarto.

-Sasuke-Kun, tu padre se solicita en su despacho, por favor ve, no lo hagas esperar.

Sasuke pensó en muchas maneras de responderle groseramente a su padre, pero no tendría sentido herir a una mujer inocente en estos abstractos actos de atrocidades contra su vida. Dramático ¿No?

-Ya voy, madre.

Odio a mi hermano.