Prólogo
El último año de instituto está terminando, se ha pasado volando; ahora es tiempo de mirar universidades y de despedirse de las personas que más aprecias. Richard y yo caminamos por central Park hablando de nuestros sueños.
-¿En serio Kate? No te veía yo como actriz pero soy tu amigo y te apoyaré siempre.- mi amigo es increíble además de atractivo, guapo, inteligente, con mucho sentido del humor y esos preciosos ojos azules.
- Y tú, ¿Qué tienes pensado estudiar?- Rick se rasca la cabeza pensativo, los profesores le aconsejaron que se metiese a una carrera de literatura ya que se le da muy bien escribir.
- Pues me gustaría ser policía, de esos que van con chalecos y pistolas; tiene que molar mucho.- le miro y me río; mi amigo también se ríe. Llegamos a mi casa y nos sentamos para hacer los deberes.
- Hola chicos, ¿queréis tomar algo?- Mi madre aparece con dos refrescos, me besa y luego a Rick.
- Hola Johanna, ¿qué piensas acerca de los policías?- Las dos le miramos como si mi amigo estuviese loco.
- Pues que viven para salvar a las personas inocentes, yo creo que es un trabajo estupendo pero a la vez peligroso, ¿por qué lo preguntas?
- Mamá, mi querido amigo dice que quiere ser poli, el calor le ha trastocado el poco cerebro que tiene.- mi amigo me saca la lengua y continua haciendo sus deberes; está anocheciendo.
- Bueno, será mejor que me vaya a mi casa, antes de que mi madre envíe una foto mía y la pegue en los cartones de leche.- acompaño a mi amigo a la puerta, últimamente hemos pasado mucho tiempo juntos; nos conocimos el primer año y desde entonces somos inseparables.
- Hasta mañana Kate.
- Buenas noches Rick.- me besa en la mejilla y se marcha.
Esa fue la última noche que estuvimos juntos, la muerte de mi madre me afectó muchísimo; dejé la carrera de interpretación, todo lo que tenía, mi personalidad, mi casa, todo lo abandoné.
-Kate, lo siento mucho.- Castle me toca el hombro mientras yo continuo llorando delante del ataúd de mi madre, ¿por qué? ¿Quién haría algo así? Empieza a llover pero yo no quiero marcharme, ¿adónde iría? Mi padre no puede venir hasta dentro de dos semanas, y en mi casa no puedo quedarme.
- Oye Kate, puedes venir conmigo, estarás a salvo.- miro a mi amigo el cual me presta su paraguas.
- No, necesito estar sola, adiós Richard.- y abandono el cementerio sin saber muy bien qué es lo que voy a hacer a partir de ahora.
