Flightless crows
Tsukishima Kei
Confianza
Kei detestaba muchas cosas.
El sol, la escuela…sus molestos compañeros de equipo. Truskishima no podía dejar de pensar lo asombroso que era el que estuviesen jugando en el mismo lado de la cancha sin matarse o destruir algo en el camino. El único que podía pasar, incluso con algunos problemas, era Yamaguchi, pero ambos habían pasado demasiados tiempos juntos y Tsukki ya estaba acostumbrado.
Kageyama era un odio normal, es decir ¡La mayoría del equipo no lo trataba! Era gruñón, demandante y endemoniadamente talentoso. Incluso Sugawara (quien era un ángel caído del cielo) ocultaba el remordimiento y su temor antes las habilidades del Rey. La tierra temblaba bajo los pies de Kageyama y ellos solo se movían atentos a las maravillas que podía hacer.
Prefería mil veces cortarse la lengua a admitir que también, en cierto modo, lo admiraba. Cualquier persona normal sabría que aquel idiota había sido bendecido por dios, como si al momento de nacer éste le hubiese tocado con el dedo diciendo "Hijo, tú vas a jugar Voleibol".
Pero era completa y rotundamente predecible que el mundo se sintiera así frente a una persona de su calibre, Tsukishima no tenía problema en la inferioridad cuando las habilidades eran evidentes (además, a Kageyama le faltaba un largo camino por recorrer con su actitud).
No, Tsukki no tenía problemas con odiar al Rey de la Corte.
Su mayor y profunda aberración era para Hinata.
Si, a Ese Hinata.
Aquella pequeña parte de hombre cuyo único trabajo era abrirle paso a los demás jugadores importantes. Esa persona que nunca podía para de hablar, comer o gritar, haciendo los entrenamientos más molestos de lo normal. Ese enano que llegó autoproclamándose un "Ace". El imbécil que no dejaba de saltar y correr, teniendo esperanza de que algún día lograría ser como el pequeño gigante.
Ese, el que creía en todo, incluso de que podían ganar.
Tsukishima recordaba la primera vez que lo vio, y supo en el instante los problemas que traería, puesto que con la mirada encendida y su pequeña estatura solo podían recordarle cosas tristes del pasado.
Pero no lo odiaba solamente porque era pésimo, enano y gritaba mucho.
Era esa actitud de seguridad que envolvía la cancha cuando la pisaba, y arrastraba a los demás a unírsele en el vuelo. Como si en un segundo, Hinata se convirtiera en el líder de la parvada incluso cuando no intentaba estar al frente. Tsukishima se recordaba una y otra vez que el Voleibol era para personas altas, con grandes habilidades monstruosas como Kageyama.
No para enanos con el corazón lleno de sueños.
Y Kei no era un soñador, por favor. Sabía que los sueños, al igual que los héroes, se volvían patéticos con el paso del tiempo. Pero Hinata estaba de pie…no, volando por los aires demostrándole lo contrario.
Debía estar en la banca, llorando. Debía lamentarse por no haber nacido con la estatura promedio. ¡Debía abandonar el juego!
Tsukki siempre era elogiado, admitido en cualquier equipo y lo dejaban jugar la mayoría del tiempo. ¿Por qué sentía entonces como si hubiera perdido?
Alguien como él, bendecido. Con talento y el cuerpo necesario.
¿Por qué era quien estaba fallando?
Tenía miedo.
Miedo de repetir errores y situaciones, de enfrentar las cosas y de ver sus esperanzas muertas. Miedo a sentir dolor por algo a lo que pudo haber renunciado antes.
Miedo ante las personas que luchaban por sus sueños. Ya conocía el precio de no conseguirlos.
Sabe que es un estúpido, y aquellos molestos idiotas no son más que sus amigos. Ellos son un equipo y ninguno lograría llegar lejos solo por aquellos talentos dispersados.
Hinata podía ser la carnada, Kageyama un génio y Asahi un Ace, pero Tsukishima bloquearía todos los ataques que vinieran hacia ellos de tal manera que nadie pudiera pasar. Se convertiría en la barrera que detendría hasta el más fuerte del lugar.
Porque entiende que tenerle miedo a Ushijima es tonto y tiene a un grupo de extraños a los que llama amigos a su espalda, esperando y confiando en él.
Tsukishima lo detendría, sin miedo, la próxima vez que clavara.
Y confiaría en él, como todos lo hacían.
¡Hola! sé que me matarán en otros fandoms por dejar abandonado todo, pero sentí el llamado del deber por Haikyuu!
soy nueva aquí y me es un gustote poder tener inspiración de escribir sobre estos pequeños cuervos.
Creo que es claro que los amo y ésto va a ser una serie de cada uno de los chicos sobre sus defectos, preocupaciones y talentos que los están llevando a volar.
Jamás había visto una serie tan, PERO TAN buena e inspiradora. En serio, mis respetos al mangaka por tantos personajes (que no son míos) maravillosos.
un saludo y espero que les guste muchísimo tanto como yo disfruto en escribir.
con amor, Kura.
