N/A.- Hola gente. Este fic es una traducción de lo que fuera mi primer fic (que por alguna razón estoy escribiendo en inglés), así que si consideran la redacción un poco forzada, ya saben por qué es. Mi amigo Ferchoumaru (también publica aquí, dense una vuelta por sus historias) ha estado recomendando el fic...o eso dice él...pero me sugirió también subir una versión en español para aquellos que no saben inglés y pues aquí está, espero les guste.
Disclaimer: De momento nada es mío, todo pertenece a JKR, a eso del capítulo 18 empezarán a aparecer personajes míos.
Secreto en la Torre
Capítulo 1.- La boda Weasley/Delacour
Harry y Hermione se estaban quedando en la Madriguera con Ron para la boda de Bill con Fleur, después de cumplir el deseo de Dumbledore de que Harry visitara Privet Drive una vez más, por un solo día y en compañía de sus dos mejores amigos, para desgracia de Vernon Dursley. El día de la boda habría que usar túnicas de gala, pero los tres estaban ya muy crecidos como para usar las que usaran en cuarto año, así que hicieron una visita rápida al Callejón Diagon para comprar unas nuevas (Harry la compró con su dinero, los padres de Hermione pagaron por la suya y a Ron lo patrocinaron los más ricos de la familia Weasley: los gemelos). Se tomaron turnos para entrar en la tienda de Madame Malkin a petición de Hermione, ya que ella no quería que los otros dos vieran lo que compró hasta el día siguiente. Después de que terminaron volvieron a la Madriguera para alistarla y alistarse.
Antes de la boda cada quien se cambió en su cuarto. Por Ron y Harry no había mucho problema, ya que no tenía mucha relevancia para ellos lo que el otro se iba a poner, la que los dejó boquiabiertos fue Hermione, quien por fin les mostró sus compras. Su vestuario constaba de un sencillo pero elegante vestido azul, similar al anterior, con un escote ligeramente más grande de lo que ella hubiera querido, pero logrando el efecto pensado en el chico de la cicatriz que había sido desde hace tiempo el que poseyera su cariño y eventualmente amor. En realidad su deseo era, ya que la relación de Harry y Ginny había terminado, que él fuera suyo, y aun así se repetía a sí misma que era su mejor amigo, que estaba fuera del límite.
Su vestido lo complementaban un brazalete de plata, un collar del mismo metal con una joya similar a un zafiro, aretes, un poco de sombra en los ojos y una ligera capa de brillo en los labios, además de peinar su cabello castaño de tal manera que estuviera lacio y sedoso. La chica saludó nerviosa a sus amigos antes de salir al jardín donde tendría lugar la ceremonia.
-Caramba Hermione, ¿eres tú?- Ron preguntó sin dar crédito a sus ojos
-¡Claro que soy yo Ronald!- Hermione dijo fingiendo ofensa y golpeando el brazo de Ron de forma juguetona. -¿Cómo me veo?-
-Pues según yo pareces una chica- Ron dijo bromeando lo que le ganó un zape.
-Ya, en serio, ¿cómo me veo?- El tono de Hermione ya era más serio
-Pues…te ves…te ves bien- Dijo Ron, confirmando la teoría de que no era tu mejor opción si buscas un elogio, lo cual hizo que el comentario no afectara a Hermione, quien en vez de eso le preguntó a Harry, que estaba muy ocupado viéndola fijamente..
-Oye…oye, Tierra a Harry… ¡Tierra a Harry!- Su conciencia estaba de vacaciones al parecer.
No fue hasta que Ron le propinó un zape que notó que alguien le hablaba. -¡Auch! ¡Eso dolió Ron!-
-¿Cómo me veo Hermione?- Hermione le preguntó esperanzada.
-Ah si…te ves…eeh…te ves bien supongo- Harry dijo, de nuevo perdido en sus pensamientos.
La sonrisa de Hermione se desvaneció por un momento al oír eso, pero al verlo y notar que de nuevo la estaba viendo a ella con la boca abierta, tubo que contener la sonrisa de oreja a oreja que amenazaba con salir a la superficie.
Después de la boda se fueron por traslador a un salón donde tuvo lugar la fiesta. Ya que todos se sentaron en su mesa, vieron a la feliz pareja bailar su primera canción como marido y mujer antes de que se les unieran el resto de los invitados. Ni Harry ni Ron se pararon a bailar, al igual que Hermione, quien había rechazado a todo aquel que la quería sacar a bailar (y vaya que eran muchos y según ella varios muy guapos "Seguro son primos de Fleur" pensaba), con la esperanza de que cierto pelinegro se lo pidiera. Una mirada bastó para que Harry supiera las intenciones de su amiga. "¿Por qué yo? Odio bailar…" Pensaba él, y aun así el impulso fue mayor. Ella estaba ahí sentada, esperando por él, así que se armó de valor y fue hacia ella.
-Oye Hermione… ¿qui-quisieras bailar conmigo?- El estómago de Harry daba volteretas y sus labios estaban completamente secos.
Hermione al contrario le sonrió y dijo sí casi inmediatamente. Harry ofreció su mano, la cual aceptó y se unieron a los que ya estaban en la pista. Sus ojos se encontraron y lo demás dejó de importar. Harry contemplaba su rostro, sus finas facciones, sus ojos canela brillando, esos labios que tanto ansiaba probar, su cabello ahora arreglado pero siempre rebelde, lo cual le encantaba y de pronto se encontraba pensando "¿Cómo es que nunca noté lo bella que era si es tan claro como el agua?". Hermione estaba perdida en sus ojos color esmeralda, y no veía nada más. Harry después dudó un poco pero terminó pidiéndole que fuera con el a los jardines.
Ya afuera empezaron a caminar lado a lado sin verse ni hablarse, lo que lo tornaba algo incómodo hasta que Hermione rompió el silencio.
-Oye, Harry- Preguntó tentativamente. Cuando el pelinegro volteó ella continuó –Ya que estás de nuevo en tus cinco sentidos, ¿podrías contestar mi pregunta? ¿Honestamente?- Agregó cuando vio la cara de incomprensión de Harry. Ella aún quería su opinión, a pesar de que por su reacción cuando la vio la respuesta era más que obvia.
-¿Qué? Ah si, cómo te ves… ¿Por qué estás tan aferrada en saber mi opinión?-
-Ah, por nada importante realmente, sólo que tú y yo sabemos que Ron sería mas elocuente si le lanzaran un encantamiento silenciador y pues a ti te agarraron desprevenido… ¿entonces…?-
Harry no sabía que contestar. Por su cabeza pasó la idea de decir "Te ves hermosa" pero no sabía si sería una jugada inteligente, ya que a pesar de amar a Hermione (en secreto desde luego), no quería poner en riesgo su amistad a cambio de saber si el sentimiento era mutuo, así que dijo otra cosa.
-Creo que te ves bonita en ese vestido-
-¿En serio?- Su cara se iluminó cuando oyó la respuesta.
-Claro, te ves genial- Harry reafirmó, tratando de sonar tan normal como si hablaran del clima, pero no pudo evitar sonrojarse. "Gracias al cielo está tan oscuro aquí afuera".
-¡Gracias Harry!-
La castaña ya no se pudo controlar y se lanzó hacia los brazos de Harry y apenas y se abstuvo de besarlo de la euforia. Harry se paralizo, ya que no esperaba eso, pero con movimientos torpes logró envolver a la chica en un abrazo. Al separarse Harry pudo notar que la chica sonreía de oreja a oreja y sus ojos brillaban, a pesar de que las luces del salón estaban muy lejos detrás de ella.
Sus ojos se volvieron a encontrar y ya no se pudieron controlar. Se miraban fijamente uno al otro, y Harry tomó las manos de Hermione en las suyas.
"Qué suaves y cálidas" pensaba Harry, mientras sentía un ligero calor pasar por todo su cuerpo y un leve cosquilleo en sus manos y sin que ninguno de los dos lo notara, sus cuerpos se acercaban al otro, al igual que sus rostros. Sus corazones palpitaban a mil por hora, los ojos de Hermione se cerraron sin previo aviso, y cuando sus labios estaban a un centímetro de distancia, Harry reaccionó y murmuró
–Tal vez deberíamos ir adentro-
Hermione se vería decepcionada, pero forzó una sonrisa y respondió –Si, tal vez debamos irnos, nos deben estar buscando- "¡Diablos! ¡Estábamos TAN cerca…Hermione, estás hablando de tu mejor amigo!"
Caminaron en silencio de vuelta, lado a lado y sin siquiera pensarlo, la mano de Hermione buscó la de Harry, la encontró y entrelazó sus dedos con los de él.
A pesar de que debido a su misteriosa desaparición no era inesperado, a los primeros que encontraron Harry y Hermione al volver (habiendo soltado sus manos antes) fue a los gemelos, quienes tenían miradas de sospecha.
-Vaya vaya George, ¿qué tenemos aquí?-
-Parece que los tortolitos estaban charlando en privado en el jardín Fred-
-¡Por el amor de dios! ¡Somos…AMIGOS!- Hermione dijo por enésima vez en su vida, ruborizándose.
-Si claro…amigos…oigan, tenemos que irnos…- Comenzó George
-Pero cuidado con lo que bebes Harry, tal vez algún día le vendamos a Hermione una poción de amor- Terminó Fred con una cara de maldad y después dijo suficientemente bajo para que sólo su hermano lo oyera –O se la demos nosotros mismos-
Hermione rodó sus ojos y arrastró a Harry hacia las mesas, pero él la detuvo.
-Mione, ¿no estarás pensando en hacer eso verdad?- Preguntó Harry algo preocupado, recordando el incidente con Romilda Vane, los calderos de chocolate con poción y Ron, y se estremeció al recordar.
-¡Claro que no Harry! Eres mi mejor amigo y hacer eso sería caer muy bajo- Hermione se ofendió un poco por la pregunta.
Harry se disculpó instantáneamente, sonrojándose un poco, pero Hermione le sonrió, haciéndolo sonreír también. Harry confiaba en ella más que en nadie y si ella decía que no lo haría, él le creía. Brevemente acarició su mejilla, sintiendo de nuevo el leve calor irradiando de ella, pero rompió el contacto visual instantáneamente y ambos voltearon a lados opuestos para no dejar al otro ver que se sonrojaban.
Cuando la fiesta terminó (como a las 4 de la mañana), todos se fueron directo a dormir. A Harry le dieron de nuevo el cuarto de los gemelos para él solo. Se quitó su túnica de gala, se puso la pijama y se metió bajo las sábanas, tratando de dormir, pero sin poder sacarse de la cabeza la imagen de ellos dos a un centímetro de los labios del otro. Maldijo por lo bajo lo cerca que estuvo antes de sucumbir a un sueño lleno de imágenes de él y Hermione, que fueron interrumpidos por una pesadilla.
Hermione por otro lado, en la habitación de Ginny sucumbió de igual manera al sueño, para también tener pesadillas…la misma pesadilla.
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Hermione estaba tirada en el suelo de un cuarto oscuro con una cantidad enorme de dolor, intentaba pedir ayuda, pero no encontraba su voz. Una voz diferente llenó la habitación.
-Jajaja, ¿Te diviertes? Mientras esperamos a tu amado Harry, ¿qué tal si nos divertimos un poco más eh? ¡Crucio!-
Hermione sintió ese dolor invadir su cuerpo de nuevo, como si la acribillaran con miles de cuchillos. Cuando Voldemort retiró la maldición, Hermione respiraba agitadamente aún sintiendo los efectos secundarios, y aún así logró susurrar –Harry…ayúdame…- algo que quería gritar. En ese mismo momento la puerta se abrió de golpe y Harry entró al cuarto, sólo para ser aturdido por un mortífago. Despertó en otro cuarto, atado a una silla, con Ron y Hermione atados frente a él con un mortífago apuntando su varita a cada uno y detrás de ellos Voldemort viéndolo.
-¡Vaya, por fin despiertas Harry! ¿Qué tal si jugamos un pequeño juego?- Dijo Voldemort con tono burlón.
-SUÉLTALOS INMEDIATAMENTE HIJO DE…-
-Ah ah, nada de groserías Harry…- Voldemort sonrió maliciosamente –Ok, aquí están las reglas: TUS amigos están a merced de MIS amigos, y solo puedes salvar a uno de ellos…así que escoge rápido. ¿Quién se salvará? ¿Tu amigo el traidor de sangre o tu amada sangre sucia?-
-¡SUÉLTALOS A AMBOS!-
-¡RESPUESTA INCORRECTA! ¡MÁTENLOS A AMBOS!-
Dos rayos de luz verde surgieron de las varitas de los mortífagos, dando a Ron y a Hermione en el pecho, y otro salió de la Varita de Voldemort con dirección a Harry.
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-
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Tanto Harry como Hermione despertaron sudorosos y respirando agitadamente, como si hubieran corrido por todo el perímetro de Hogwarts. El reloj marcaba 5:30, pero Hermione no conciliaba el sueño de nuevo, así que salió silenciosamente del cuarto para no despertar a Ginny y bajó a la sala. Ahí sentada en el sillón con las piernas recogidas escuchó a alguien bajar las escaleras, y para su gran sorpresa, ese alguien era Harry, quien se sentó junto a ella.
-¿Qué pasa Mione?- Harry notó que la chica lloraba silenciosamente.
-N-no es nada- Respondió ella, secando sus lágrimas con el dorso de su mano y agachando la mirada, evitando la suya, pero Harry empujó su barbilla con su mano, forzándola a mirarlo a los ojos.
-Sabes que no eres muy buena mintiendo, así que mejor dime, ¿o no confías en mí?-
-No Harry, te confiaría mi vida, pero es una tontería…una simple pesadilla- Respondió Hermione, incapaz de contener el llanto.
Harry la atrajo hacia él, para que llorara en su hombro, la envolvió en un abrazo, le dio suaves palmadas en la espalda y acariciaba su cabello. Hermione lloró hasta que se quedó dormida, acurrucada en Harry, quien reposó su cabeza sobre la de ella, durmiendo también, percibiendo el aroma de la chica, que olía a vainilla.
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Hermione poco a poco recobró los sentidos conforme iba despertando, notando que estaba recargada en algo cálido y cómodo. Poco a poco abrió sus ojos y se levantó inmediatamente al darse cuenta de que estaba durmiendo acurrucada con Harry. No podía creérselo, se había quedado dormida después de aquella conversación. Rezando por que nadie los hubiera visto regresó a su cuarto silenciosamente para poder fingir que nada había pasado. Por otro lado a Harry lo tuvieron que despertar media hora más tarde.
-Harry…vamos… ¡despierta o te quedas sin desayunar!- Alguien lo zarandeaba violentamente-
-¿Eh, quiénes? ¿Quéhoraes?- Harry dijo bastante adormilado. Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue la cara pecosa de Ron viéndolo confundido.
-¿Qué hacías durmiendo en el sillón de la sala?-
-¿Eh? ¿Sillón?- Harry no entendía de qué hablaban, después recordó que se había quedado dormido con Hermione en sus brazos en el sillón de la sala de la Madriguera. –Ah…este…no podía dormir allá arriba-
-…Si tú dices…- Ron se fue con una cara de confusión que hizo que Harry agradeciera que su amigo fuera tan ingenuo.
Dos minutos después Hermione bajó las escaleras mientras veía a Harry tratando de recobrar sus sentidos al cien por ciento, y cuando lo hizo, fue a darle los buenos días.
-¡Buenos días Harry!- Saludó ella alegremente.
-¿Qué? Ah, buenos días Hermione, ¿cómo dormiste?- Harry saludó, sonriendo de igual manera.
-Bien ¿y tú?-
-Bien también gracias-
Ambos sonrieron, fingiendo ante el resto de la gente que su conversación de unas breves horas atrás nunca sucedió, a pesar de saber que había dormido en los brazos del otro, acurrucados en el sillón de la sala.
Pasados otros cinco minutos, Harry bajó de nuevo para desayunar ya vestido. Al entrar a la cocina vio que ahí sólo quedaban los dos Weasley más jóvenes y Hermione, y que discutían algo con interés. Al sentarse se incluyó en la plática.
-Hey chicos, ¿de qué hablan?-
-Difcutíamof-fi-ibamof-a-wegwefaf-a-Hogwaftf- Ron dijo con la boca llena como siempre.
-Ron, no te entendí nada-
-Eftawamof-difcutiendo…- Ron repitió más lento aún con la boca llena.
-¡Cállate Ron!- Hermione interrumpió –Estábamos discutiendo si volveríamos para nuestro último…sexto de Ginny…año de Hogwarts-
-Ah…eso…- La sonrisa en el rostro de Harry se borró en cuestión de un momento.
Hermione lo miró nerviosa y al desviar la vista hacia la ventana notó cuatro manchas que se hacían cada vez más grandes y se dirigían a la ventana de la cocina: lechuzas. La castaña corrió a abrir la ventana a tiempo para que las cuatro lechuzas entraran y aterrizaran frente a cada uno de los cuatro. Portaban cuatro cartas casi idénticas con el escudo del colegio en ellas. Harry le quitó la suya a la lechuza frente a él, que emprendió el vuelo inmediatamente. Abrió la carta y la leyó para sí mismo.
Profesora Minerva McGonagall
Directora Adjunta
Querido Sr. Potter
Nos complace informarle que el personal del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha decidido que la escuela mantendrá sus puertas abiertas a todo aquel que decida continuar sus estudios aquí. Si decide continuar, y sus tutores consienten a ello, se le solicita que se presente en el andén 9¾ para tomar el Expreso de Hogwarts el día primero de septiembre. Esperando que continúe sus estudios y pidiendo que confirme o rechace su asistencia antes del 31 de agosto, se despide de usted.
Minerva McGonagall.
Las cartas de Ron, Ginny y Hermione contenían el mismo texto, además de la lista de libros, pero el sobre de Harry se sentía pesado aún, así que lo volteó y una placa cayó en su mano, junto con un tercer pergamino que leía
Querido Sr. Potter
Me complace anunciar que ha sido elegido Premio Anual de Hogwarts, si es que decide continuar sus estudios. Si decide aceptar esta responsabilidad, se le solicita que confirme su asistencia al colegio antes del día 15 de agosto. En caso de aceptar, compartirá una sala común con el otro Premio Anual en una torre independiente y deberá presentarse en mi oficina el primer día después de clases para que se le informe sobre sus responsabilidades como Premio Anual.
Saludos,
Minerva McGonagall
-¡Rayos! Significa que tengo que regresar…- Harry murmuró
En cuestión de una fracción de segundo su vista se obstruyó gracias a una familiar mata de cabello castaño, ya que Hermione lo abrazaba fuertemente, igual que en quinto año, cuando pensaba que él había sido elegido como prefecto.
-¡Harry! ¡Siempre supe que serías tú!- Dijo la chica realmente emocionada.
-Yo no me lo esperaba. Pensé que sería Ron, o alguno de los otros prefectos en todo caso- Dijo Harry cuando Hermione lo soltó.
-Pero fuiste tú. McGonagall pensó que lo merecías así que a ti te nombró Premio Anual- Hermione refutó sonriendo –Además, mejor tú que Malfoy- Dijo haciendo reír a Harry; ambos habían olvidado que Malfoy había escapado luego de que Snape matara a Dumbledore.
-Cielos…una torre para ti y la otra Premio Anual- Dijo Ron sorprendido.
En ese momento un foco se prendió en la cabeza de Harry. –Pero ¿quién será la…- Sus ojos se posaron en Hermione, que tenía en su mano una placa similar a la suya –No es…tú…Premio…Hermione, ¿tú eres la otra Premio Anual?- Harry pregunto sorprendido después de recuperar el don del habla.
-Eso parece- Dijo Hermione abrazándolo de nuevo brevemente. Sus miradas se cruzaron de nuevo y Hermione sintió ganas de besarlo, ya su rostro se acercaba al de él, pero recordando que había público, cambió de parecer y mejor le dio un simple beso en la mejilla.
-Me alegro por ustedes- Dijo Ron, sacando a ambos de su trance. –Van a tener una torre para ustedes solos, y pueden vagar por el castillo pasado el toque de queda y bajar puntos y…-
Se detuvo de inmediato, dándose cuenta de que sus dos mejores amigos iban a dejarlo solo en la torre de Gryffindor, y sus zapatos de repente se tornaron interesantes, pero Harry puso una mano en su hombro diciendo
-Vamos Ron, ¿de veras crees que te vamos a abrir de esa manera? Ahora que lo pienso, no siempre estamos de guardia así que aún podemos pasar tiempo contigo. Además eres un prefecto, así que nos toca compartir algunas tareas-
-Supongo que esto significa que regresarán a Hogwarts- Preguntó la Sra. Weasley, que había oído toda la conversación.
Los muchachos interrumpieron su conversación para voltear a verla. Ron y Hermione asintieron de inmediato, pero voltearon a ver a Harry, quien se encogió de hombros y dijo –Pues supongo que sí-
N/A.- Bueno, eso es todo por ahora. En cuanto traduzca el capítulo 2 lo subiré. Por favor dejen un review, sólo no manden flames por favor.
