Condenada

¡Condenada! ¡Condenada a vivir eternamente en un infierno!

¡Literalmente, mi misión es mandar gente al infierno!

Todos los muertos se van a un lugar, pero mi alma se quedó para siempre entre los mundos de vivos y muertos.

A veces creo que las cosas serían diferentes si Sentarou hubiera dejado que me mataran cuando llegó el momento del sacrificio.

¿Me habría ido al infierno o al paraíso?

¿Estaría en algún lugar o todo sería oscuro, sin nada en lo absoluto?

El dolor me consumió por dentro cuando vi a mi amigo de la infancia tirando la tierra en el agujero donde me enterraron.

Esos recuerdos me lastiman, aun ahora que han pasado más de 500 años.

Tengo la esperanza de que mi condena se acabe y vuelta a la tierra que no me tragó ese día: el día en que morí.

Pero, también creo, que la venganza es el momento donde el espíritu humano despierta.

Las personas creen que la venganza los ayuda, más está sólo los destruye poco a poco.

Esto fue lo que aprendí y confió en los humanos que me invocan para apoyarlos algún día a que descubran este hecho.

Aunque lo pagarán muy caro cuando llegue el momento en que morirán, tengo la ferviente esperanza de que puedan comprender el valor de la vida y lo terrible que resulta ser la venganza.

Yo fui condenada y ahora yo condeno a gente al infierno.

¿Podré ser liberada alguna vez de este sufrimiento?

No, la respuesta es no.

Sin embargo, mientras, observaré como la gente sufre y en su deseo de liberarse se condenan más.

Siento lástima por aquellos que me invocan y aceptan el trato que les ofrezco: prefieren vender su alma para hacer que otro sufra.

¡Qué estúpidos podemos ser los seres humanos!

Bueno, yo no soy humana. Al menos, no ahora.

Mi único deseo ahora, es que quede claro que…

Yo nunca quise este camino para mí.

FIN

No es precisamente una historia, más bien un drabble, pero es lo primero que escribo de este fandom.