En esta noche de luna llena, dos robos se iban a efectuar. Siendo Kaito Kid el partícipe del mismo. Ese, quien anuncia sus robos y se dedica a aparecer en el horario acordado con su elegante y llamativo traje blanco, el cual es un ladrón de guante blanco que posee las habilidades y los artilugios para efectuar todos sus robos a la perfección, consiguiendo obtener la pieza indicada.
No obstante Kaito Kid es un ladrón que tiene una particularidad, devuelve lo que roba.
Es por esa razón que algunos piensan que solo lo hace porque quiere llamar la atención o por diversión o como dice Aoko burlarse de los policías. Sin embargo está equivocada, aunque hay ocasiones en que si se divierte como cuando engaña a los policías o a Tantei_kun, escapando con sus novedosas trampas. En realidad el objetivo detrás de todo este espectáculo que prepara al llevar a cabo su robo, es encontrar la anhelada joya Pandora.
Y esta noche fallo de nuevo al percatarse de que la joya que robo, no era la que estaba buscando. Es por eso que ahora mismo, después de escapar de los desesperados policías quienes están ansiosos por atraparlo, se iba hacia otro lugar con la intención de efectuar el segundo robo. Sin embargo, lo que ahora iba a robar, era algo que nadie se lo iba imaginar, cuando se presentó en el lugar en donde el robo seria realizado. Aoko se quedó sorprendida al ver a la persona que más odiaba estar en frente de ella.
Entretanto Kaito Kid con su galante presencia y esa sonrisa ladeada, hizo su saludo habitual, sacándose el sombrero y dándole una rosa. En cambio ella dio unos pasos atrás, antes de detenerse y mirarlo desafiante.
—Un gusto verla de nuevo señorita —Le dijo con esa sonrisa torcida, mientras el brillo de la luna y el viento que ondeaba la cortina de la habitación le proporcionaban una entrada espectacular.
— ¿Qué haces aqui? —Le pregunto Aoko a la defensiva, cruzada de brazos, mientras lo miraba retadoramente. No mostrando ninguna intención de aceptar la rosa.
—Vengo a llevar a cabo mi segundo robo —Le contesto sencillamente sin borrar esa misma que se había instalado en su rostro desde que llego, quien guardo la rosa al ver que no iba a aceptarla.
Ella se quedó estupefacta ante esa declaración, solo viniendo un solo pensamiento...
"¿Es que la iba a robar a ella?"
Pensó sumamente alarmada, pero luego de procesar en su cerebro lo que acababa de decir, lo retiro porque eso sería una locura. Sin embargo eso ocasiono que se preguntara que iba a robar y mientras se debatía mentalmente, no noto que el aludido se había acercado lo suficiente para que sus respiraciones se entremezclaran.
Entretanto el miraba su nariz y su barbilla, ante de posarla en sus labios y acortar la distancia. Por lo tanto terminó por unir sus labios con los de ella, provocandole que le quite en el proceso todo el aire que iba usar Aoko para recriminar que hacia aqui y se sonroje a mas no poder, quien para su disgusto, le agradó ese contacto suave y dulce.
Entonces cerró los ojos y se dejó llevar, olvidándose que lo odiaba y disfrutando esa sensación, que era proporcionado por los labios del ladrón. Luego de unos segundos, él se separó y abrió los ojos, mirando que se encontraba colorada y estática. Sonrió ante eso y dando pasos atrás, se despidió como usualmente lo hace y desapareció en la estrellada noche.
Dejando a Aoko petrificada y sin todavía reaccionar en el medio de su habitación, quien hace momentos sus piernas flaqueó, cayendo al suelo. Entretanto en esa posición sentía sus labios hinchados y palpitantes, los cuales levemente rozo con las yemas de sus dedos. No pudiendo creer aún lo que paso y sin asimilar que su beso, era lo que se había propuesto a robar. Sin embargo, como Kaito Kid es un ladrón que devuelve lo que roba, al robar un beso de Aoko, este...
Tendrá que devolverlo.
