Sumario

Año 2003, Han pasado 5 años desde que London nació, en los cuales Harry la ha buscado con desesperación, a ella y a Hermione; sin embargo pareciera que alguien las está ocultando… De los señores Granger tampoco se sabe nada.

Ron y Luna se han casado hace dos años, en el reciente mes de Agosto fueron bendecidos con la llegada de su primogénita, a la cual le pusieron el nombre de Rory Leilani.

Mientras el ojiverde continúa una relación con Ginny, pero ella después de salir de Hogwarts tomó la oferta de unirse a la Selección de quidditch de EUA, para eso tuvo que mudarse a Salem,ciudad situada en el estado de Massachusetts, cerca de Boston. Ironía, en ésta última se esconden Draco y Hermione, bajo nombres y trabajos muggles. Hace poco más de 4 años que por fin son pareja, se casaron y ahora esperan un bebé.

Supuestamente el noviazgo de Harry con la menor de los Weasley pronto concluirá con una boda, esa tan esperada por el mundo mágico.

El mundo mágico, hablando de él… nadie salvo la Orden del fénix, y los mortífagos sabe que la tranquilidad de dos mundos, mágico y muggle, depende de una niña de cinco años. Pero a su vez sólo son pocas las personas enteradas que en las venas de esa pequeña corre sangre de los Potter.

1

Quién Diría

Que estaríamos juntos...

Quién diría, que el mink y la mezclilla.
Podrían fundirse un día, quién diría.
Tú caviar y yo tortilla, quién diría.
Parece que el amor no entiende de plusvalías.

Unos rayos de sol se filtraron entre las cortinas, por la ventana de la habitación de un departamento en Boston, y dieron de lleno en el rostro de un joven. Éste movió sus párpados perezosamente, renuente a abrirlos. Sin embargo la claridad con una inminente insistencia de no dejarlo seguir durmiendo, finalmente venció. Él se giró hacia a un lado, aún sin abrir los ojos aspiró en el aire el dulce e inconfundible aroma a rosas frescas que tanto lo embriagaba, con su mano buscó a su lado la suave piel que lo destilaba. Al no encontrar a la dueña, los abrió lentamente...

Pasó sus manos por su desordenado cabello rubio castaño, entonces sus pupilas grises se encontraron con las marrón de una joven de cabello castaño claro. Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios, ella también le sonrió. La chica venía entrando en la habitación vestida con un saco azul marino, blusa blanca, jeans y zapatos beige.

- Hola, Dragón -exclamó la joven, con una malicia traviesa.

- Buenos días también a ti, Fresita - respondió divertido. Hace mucho que en labios de ella el significado de su verdadero nombre le parecía agradable, y aunque sonase loco; también divertido. (Éste se había convertido en una broma de ambos)

La castaña fue hasta el tocador y tomó una peineta dorada, que se colocó en el lado derecho de su forzosamente cabello lacio.

- Hay un par de personitas que están desayunando, quienes dicen que tú prometiste llevarlas a comprar su disfraz de Halloween al centro comercial - dijo viéndole interrogante, y de cierta manera acusadora. Él asintió, mientras se ponía de pie y caminaba. Al parecer hacia ella, pero la pasó de largo, cerró la puerta que ella había dejado abierta al entrar.

Tú vas al banco yo prefiero la alcancía,
oigo Serrat y tú prefieres Locomía.
Tú vas al punto, yo voy por la fantasía.
Parece que el amor no entiende de ironías.

- No deberías faltar al trabajo, necesitamos el dinero, con tu sueldo y el mío apenas y nos alcanza... No quisiera pedirles prestado a mis padres - negó, volteándose a verlo.

- ¿Qué? - el rubio la miró con una expresión ofendida.

- Vamos Liv, No me humilles. Tengo el dinero para pagar lo que mis hijas quieran comprar, a la hora que lo quieran comprar - exclamó sin verla, con un dejo de indignación en la voz. La castaña lo observaba, lo conocía bastante para saber el motivo de su enojo; él aún no se sentía muy cómodo en el mundo muggle, donde sólo era un asalariado más, mientras que ella venía de una familia con posibilidades económicas fuertes.

- No me malinterpretes - se defendió la chica. - Lo siento, no quise decir… -se disculpó.

- Descuida, ya sabes… mis estúpidos complejos- la tranquilizó.

- ¿En qué estábamos? -continuó la ojimiel, retomando un tono de seriedad.

- En que llevaré a las princesas a escoger su disfraz para esta tarde -contestó, yendo hacia ella y rodeando su cintura; atrayéndola hacia él.

- Tienen que ir al colegio -dijo un poco ceñuda.

- Por un día que falten -soltó despreocupado, ella lo miró severa. - Sólo tienen 5 años, es el Kinder -seguía diciendo para convencerla.

- Es su último año -argumentó firme, la chica.

- Es un día especial para ellas -contradijo el ojigris, e hizo una cara linda.

- Bien, nos vemos en la plaza a las 3 para comer juntos -aceptó, a esa mirada gris no podía negarle nada.

- Oh vamos Hermione, diagonal Liv. Por qué siempre tienes que tener todo estrictamente planeado -comentó en susurro.

- Simple, yo trabajo con horas de reloj - dijo con suficiencia. - Y no me vuelvas a llamar Hermione, las niñas podrían oírte -añadió con gravedad.

- Aún no entiendo cómo es que tú y yo terminamos juntos -exhaló el rubio, poniendo expresión confusa.

- Ironías de la vida -respondió ella, con simplicidad.

- No, yo diría travesuras del amor -la cargó de improviso y la sentó sobre la cama. Herm respingó con sorpresa, él se quedaba hincado frente a ella.

Quién diría, quién diría.
Que son años,
los que ya llevamos juntos
de la mano.

- Increíble pensar que son cinco años juntos... -tomó su mano y la besó. Rozando con su dedo pulgar la sencilla sortija dorada que tenía una perla en el centro, mientras la veía y recordaba con alegre nostalgia el día que se la dio. Luego acarició el vientre poco notable de la chica. - ¡Qué mejor bendición que este bebé! -declaró sonriendo. Ella posó una mano sobre la de él, brindándole una angelical sonrisa.

Quién diría, quién diría.
Que lo importante
es aceptarte y que me aceptes,
como humano.

- Destiny... -exhaló el ojigris con un vocecita de ternura, que hasta hace unos años jamás se imaginó adoptar. - Porque es un regalo del destino. Creo no merecerlo… y merecerte - bajó la cabeza.

- ¡Has sido el mejor padre! - la castaña lo hizo verla, afirmando. El rubio la miró sorprendido.

- Para París, y sobre todo para London -continuó la ojimiel.

- Gracias por permitirme serlo. Y por dejarme entrar en tu corazón -dijo el chico, besó nuevamente su mano.

- Después de todo no me hubiese convertido en el hombre que soy, de no ser por ti -acarició su cabello, gesto ya involuntario y usual entre ellos.

- Gracias por sacarme de ese fango en el que crecí, ahora soy alguien respetable... No por el apellido que tenga, sino por mis actos. Con una hermosa familia - a ella se le iluminó el rostro, unas lagrimitas se anidaron en sus ojos marrón.

- London, París y tú. Las tres mujeres de mi vida... Además muy pronto llegará él. ¡Muero de ansias por tenerlo aquí! -esta vez besó el vientre de su esposa.

Si que te amo y que ames,
es una ironía.
Qué bendición la mía,
despertar junto a ti cada día.

- ¿Sacará tus ojos? -acarició la cara de la chica, a la altura de sus cejas.

- París tiene el color de los tuyos, en sí es idéntica a ti. Hasta en su forma de ser -observó la ojimiel, con una sonrisa de orgullo.

- Entonces quiero que Destiny sea idéntico a ti, En Todo -enfatizó el rubio.

- London es... -esta vez fue la castaña quien bajó la mirada.

- Es nuestra hija, y tiene nuestro amor -él la tomó por la barbilla con delicadeza, e hizo verlo.

- Pero... -titubeó la joven.

- Hermione, no importa el pasado. Lo que importa es el presente, en el cual nos amamos. Nunca dejaré de agradecerle a la vida la enorme bendición que me dio al poder despertar junto a ti cada día -la besó suavemente en los labios.

Yo trovador y tú estudiante de economía.
Tú con los números, yo con la filosofía.
Y aunque suena imposible en teoría,
al amor le importan poco las utopías.

- A pesar de que en Hogwarts yo era el arrogante y despreocupado, mientras que tú eras la estudiante modelo. Aunque nadie hubiese imaginado que nosotros terminaríamos juntos... Para el amor no existen los imposibles y ya nos tenía contemplados para ser sus víctimas -dijo mirando directamente esos ojos marrón, con un brillo de sinceridad y amor.

Dice la gente que tú y yo no hacemos compañía.
Por ser agua y aceite, qué ironía.
Si fuésemos iguales, qué apatía.
No tendríamos de qué hablar

Cada siguiente día...

- Por eso no me importa lo que diga la Lunática que tienes por amiga -soltó intencional.

- ¡Justin! -regañó la chica.

- Bien, tu amiga Luna -corrigió, sonriendo malicioso y burlón.

- Sé que siempre fuimos de carácter e idealismos diferentes, y me alegra porque finalmente eso nos unió. Si Pansy viviese, ya nos hubiésemos mandado mucho a... -se detuvo al percatarse de que su hija había entrado en la habitación. Hermione también regresó a ver, y se puso algo nerviosa.

- Hola papi, ¿ya nos vamos? -preguntó una niña de rubios cabellos y tan blanca como él, lo miró pestañeando a través de unos preciosos ojos grises.

- Sí, París -respondió el rubio.

- Sólo deja que papá se dé una ducha -apuró con seriedad la castaña.

- ¡Oye!, me bañé anoche -protestó el ojigris. París soltó una divertida risita.

- Entonces él se topó con la significativa mirada de Liv (Herm) - Tienes razón, espérenme cariño -avisó a su hija. La niña asintió y se dirigió de nuevo a la sala.

Quién diría, quién diría.
Que son años

Los que ya llevamos juntos
de la mano.

- ¿No te quieres bañar conmigo? -susurró pícaro en el oído de la joven castaña. Apretó suavemente su mano.

- Draco... -sus mejillas se sonrojaron tenuemente.

Quién diría, quién diría.
Que lo importante
es aceptarte y que me aceptes,
como humano.

Si que te amo y que ames,
es una ironía.
Qué bendición la mía,
despertar junto a ti cada día.

Cuarto para las diez, en la entrada de una editorial todos se despedían de la ojimarrón.

- Portéense bien -dijo Liv (Herm), dando un beso en la frente de sus hijas. Primero a París y luego a London.

- Nosotras siempre, mami -dijo con ingenuidad, la rubia.

- Adiós, bebé -decía con una linda vocecita London, besando el vientre de su mamá.

- Justin (Draco), se despidió de su esposa con un corto beso en los labios, pero no dejaba de ser tierno.

Notas de la autora: Cambié los nombres de Draco y Hermione a Justin Mackenzie y Liv Grabeel, también varié su color de cabello, para darles un poco el anonimato.

Elegí el trabajo de Justin Mackenzie como fotógrafo en una agencia publicitaria, porque Boston es un centro editorial y de artes gráficas de primer orden.

Los papás de Hermione los ayudaron económicamente cuando decidieron ir a esconderse en Estados unidos, lo irónico es que Draco en el mundo muggle no tenía dinero y ella era de clase acomodada.

Los Nombres de París y London, fueron sacados de la canción Wake Up de Hilary Duff. Sus segundos nombres son Drew y Danielle, los cuales los tomé de otra de mis actrices favoritas: Drew Barrymore, cuyo personaje en "Por siempre cenicienta", una de mis movies favoritas es "Danielle"

Destiny es un nombre tanto para niño como para niña, y se me hizo muy apropiado para ese bebé.

Sorpresivo el comienzo después del final de A tu lado, ¿cierto?

Pero todo esto más adelante será importante para la trama.

Gracias por su tiempo para leer, y más por esperar la continuación...

Anyeli Potter Granger.

(Personajes como Harry, Hermione, Draco, Ginny, Ron y Luna y demás

pertenecen a Rowling, yo sólo los tomo para desarrollar esta historia.)

Song: Quién Diría / Cantante: Ricardo Arjona