Supongo que esto sera como un Drabble, no sé ni porque lo escribo xD

en fin, Disfrutad~

Pelo.

Tokuchi no tenía manías muy concretas.

Era demasiado vago hasta para tenerlas, pero una vez que conoció al mocoso, y acabaron saliendo, empezó a notar cosas que tanto podían gustarle como no, una de las manías que surgieron fue el olor.

Olor a armas de fuego todo el día, hasta podría decir que cada vez que Hiruma venía a verle al hotel, dejaba la habitación completamente inundada por eso. No le molestaría mucho si hubiera pasado un par de veces, pero eso era cada día y para colmo, siempre que lamía su piel tenía ese sabor, acabó aborreciendo a las armas no solo por el olor, sino porque parecían tener más contacto físico con Hiruma que él.

Luego estaba la otra manía, aunque esa no era exactamente la definición correcta, más bien era su pequeña obsesión con el pelo de Hiruma.

Había encontrado que le gustaba mucho su pelo.

Engañosamente, parecía ser duro y puntiagudo, que al tocarlo se te quedaría la mano enredada dentro y no saldrías nunca, que de tan engominado que estaba sería igual a tocar plástico.

Luego, definitivamente, el pelo de Hiruma era lo más suave a parte de su piel que Tokuchi había tocado.

Había acabado creando una rutina de cada noche, después de unas rondas de sexo, abrazara a Hiruma para enterrar la cara en esa almohada incluso más cómoda que la suya. Y lo más increible de todo, su pelo nunca olía a las armas de fuego, siempre era un olor que no sabía definir con palabras exactas. Al igual que por la mañana, lo primero que su cara instintivamente buscaba era el pelo de Hiruma, así fue como empezó a tener esa manía-obsesión.

Y cada vez que veía algo fuera de lo común en el pelo de Hiruma, no dudó nunca en arreglarle el pelo, incluso si eso significaba quedarse horas para deshacer los nudos que tenía. La cara de Hiruma siempre acababa siendo de entre confusión y molestia de que el jodido fumador le tocara el pelo.

El día que el rubio más pequeño amenazó con cortarse el pelo, fue la primera vez que Tokuchi le amenazó de muerte si se atrevía a hacerlo. No es como si hubiera tenido un efecto en el demonio más joven, pero sí que le dio a entender una cosa que le hizo sonreír ampliamente.

Ya tenía un buen material de chantaje para ese puto fumador...

END.

Yo sigo sin saber por que e escrito esto, pero veré si puedo ir haciendo más drabbles xD