Solo diré que: No soy buena con los plazos. No me abucheen.

Disclaimer: Naruto es propiedad de Kishimoto.

Aviso: Este fic participa en el "Reto: De amores y otras tribulaciones" del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.


Antes de que sea tarde…

Era un interesante y algo sofocante contraste.

De un lado, una aldea en plena reconstrucción, con sus edificios, calles, y establecimientos temporales construidos sobre un gran cráter, eso era el empiezo de una nueva era; o al menos así lo esperaban todos. Era tiempo de mejorar el mundo ninja mediante el entendimiento mutuo y el cambio de paradigmas. Todos y cada una de las personas tenían que cambiar para que eso fuera posible. Bienestar social, fraternidad, lealtad, tolerancia, compasión, amistad… y amor.

En especial este último sustantivo se notaba entre los miembros de la población. ¿Cómo no percibir esa atmósfera pre-festiva?, si por todos lados se notaba los adornos rosados y rojizos de corazones de papel; y el dulzón olor a chocolate de distintos tipos. Precisamente ese aroma, hacía que Naruto estuviera pensando en la posibilidad de recibir alguno este año.

Nunca había recibido uno.

Ni siquiera por compromiso de Sakura o de sus compañeras de clase en la Academia. Incluso en el pasado llego a odiar ese día, era como sentirse doblemente marginado. Incluso invisible. Y claro que no estaba contando unos chocolates laxantes que recibió una vez, enviados por un anónimo. ¿Qué tan mal de la cabeza debía estar alguien como para hacerle una broma así? ¡Justo ese día! Pero bueno, ahora las cosas eran diferentes, y veía a este día somo un buen momento para todos aquellos que tenían con quien festejar.

Caminando con la mano en el bolsillo, pateo una pequeña piedra.

Se supone que ahora la mayoría de la gente, sino es que toda, sabían de él. Pero eso no quería decir que fuera seguro que le dieran algo, o que se tomaran la molestia de hacerle un chocolate de San Valentín. Y sería peor saber que en el caso de recibir chocolates, estos fueran de compromiso…

Raro lo que le ocurría al pensar en esa palabra: Compromiso. Sonaba como a decir: "Te doy estos chocolates porque es mi deber dártelos, no porque realmente lleven algún sentimiento." ¿Quién invento eso? Algún tonto, eso seguro.

Con que le regalaran solo un chocolate pero sincero, estaría feliz.

Pero no recibió ninguno.

El día de San Valentín, fue el mismo en que estuvo fuera de la Aldea por una misión.

Hinata no sabía que hacer exactamente. Tenía los ingredientes para el chocolate del día del amor y la amistad listos, y la cocina de la casa principal a su disposición. Pensaba en hacer muchos chocolates de agradecimiento para todos los que habían cuidado de ella; pero realmente esos no eran el problema. En su mente radicaba la duda de hacerle chocolates a Naruto… los mismos que le hacía cada año y los que nunca tenían el valor de entregar. Lo repasaba una y otra vez en su mente porque esta vez, si los hacía, quería poder dárselos.

La duda principalmente era porque las pocas veces que había visto a Naruto este no le había mencionado ni una palabra sobre su confesión. El mantener silencio al respecto, ¿era una manera diplomática de rechazar sus sentimientos? De ser así, no quería molestarlo regalándole algo que no deseara. ¡Un dilema!

Pero al final de cuentas, lo hizo; como todos los años desde que conocía a Naruto. Eran unos pequeños chocolatitos en forma de la cara de él, no podía resistirse a hacer lo más especial posible aquellos pequeños dulces. Utilizo chocolates de diferentes colores y sabores para que quedaran bien, y trato de ser lo más detallista en las líneas, rellenos y bordes. Esperando que fuera del agrado de Naruto tomó una envoltura de celofán transparente e introdujo las golosinas, adorno con un moño plateado aquel envoltorio y lo puso junto con los demás.

Cuando hubo terminado de todo, empezó a recorrer la aldea entregando los chocolates que tenía para sus conocidos y amigos. Todos estaban encantados con recibir aquellos regalos de amistad. Esperaba poder darle a Naruto los suyos cuando terminara de darles a los demás. Dejaría para el final los chocolates que más le costaban entregar.

Llegado el momento, camino hacia el departamento de Naruto. Ese día era bastante frío, y el viento corría con bastante fuerza. Ella sujetaba el pequeño envoltorio apretándolo contra su cuerpo, así evitaría que se empolvaran y el viento se los arrebatara. Frente al edificio en el cual vivía el rubio se detuvo unos instantes, respiro profundamente y trataba de calmar el rápido latido de su corazón.

"Era ahora o nunca" Pensaba.

Subió lentamente las escaleras, y miro la puerta a la que debía de acudir.

Sacudió un poco sus ropas y alisó uno de los mechones de su frente; acomodo la bufanda que llevaba y prosiguió a dar tres golpecitos a la puerta.

Incluso podía escuchar el latido de su corazón en sus oídos. Pero nadie acudió.

Aunque sabía que podía ser de mal gusto, activo su Byakugan para ver al interior del departamento. Con eso se percató que Naruto no sé encontraba; ahora no sabía exactamente cómo proceder. Pero su resolución le hizo sentarse en las escaleras y esperar.

Espero hasta que amaneció.

Y Naruto nunca llegó.

"Los chocolates de San Valentín, deben darse en esa fecha", Hinata pensaba. "Unos chocolates a destiempo le quitan su razón de ser." Con todo el peso del fracaso camino lejos del departamento, acudiendo a un lugar para que le reconfortaran.

Fue a visitar a Neji.

Como era muy temprano por la mañana incluso sentía más frio, los dedos entumidos, la nariz helada, y dolor por la mala postura en la que estuvo toda la noche. Aun así decidió ir a visitar a su querido primo.

—Neji-nii-san, ayer yo intente regalarle chocolates. — Expreso son una tímida sonrisa frente a él. —Pero, igual que siempre… no pude dárselos.

Uno de sus mechones de cabello bailaba con el aire, y ella lo puso detrás de su oreja. Se hinco y puso los chocolates encima de la tumba frente a ella.

—¿Tu podrías… aceptarlos en su lugar? Sé que debí hacerte unos Nii-san, pero… yo…

No pudo aguantar más su llanto, unas gotas del salado líquido rodaron de sus ojos hasta sus mejillas.

—Pero yo estaba tan ilusionada con entregárselos que…— Limpió uno de sus ojos —Que olvide traer los tuyos. Perdóname Neji-nii-san.

Tapó su rostro con ambas manos, y las lágrimas siguieron cayendo.

—No pude dárselos…— Decía entre sollozos. —Perdón también porque no pude darte chocolates antes de que murieras Nii-san.

Toco los kanjis gravados en piedra que formaban el nombre de Neji, eso en forma de una muda promesa entre ambos, de que el año siguiente Hinata pondría todo su empeño en regalarle un chocolate de San Valentín a Naruto, en símbolo de todos sus sentimientos guardados.

Si pudiera hablar con ella, seguramente Neji le daría animo diciéndole: "Usted lo lograra Hinata-sama". Ella lo sabía, y le reconfortaba.

END


De antemano si leyeron hasta aquí muchas gracias. Me tocó el genero Drama, y no se me ocurrieron muchas cosas, por eso espero que no quedara tan mal y se apegara al genero.

Antes de que se olvide, les pediré que dejen review solo si de verdad quieren hacerlo y no sea por compromiso, con eso me conformo.

Hasta luego.