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Prologo
La tierra fue dividida en tres grandes continente Sina, rose y maria , los reinos levantados para organizar a las personas, por el gran océano dejando unas islas de comercio y estacionase entre estos, que mayormente se encontraban dominadas por los piratas debido a la lejanía de los continentes, donde la corrupción y la afata de humanidad estaban servidos a la orden de día los cuales reproducían como pagas, lo cual daba lugar a grandes luchas entre las flotas de las tres coronas y los Piratas por el dominio de territorio en favor de cualquiera de los continentes cosa que solo pintaba as aguas de rojo.
Los piratas eran más que plagas, robaban los barcos comerciantes y saqueaban pequeñas islas las cuales dominaban, traficaban mujeres, oro, joyas y licor, todo para saciar su sed de lo que ellos llamaban "vivir a lo grande".
Los enfrentamientos contra los piratas comenzaban a afectar el comercio entre los continentes y se ocasionaban a haber roses poco amistosos entre estos, lo cual llevo a organizar matrimonios para conservar la unidad entre estos y así evitar una guerra que solo beneficiaría a los corsarios.
Por un don dado a algunos hombres para concebir hacia fácil las uniones entre los continentes, estos se conocían como hombres doncellas y solo se podía sabré su condición a partir de los 10 años de edad, por lo mismo eran educados cm hombres hasta esa edad y después se dividían para una educación más hogareña, la prueba era completamente gratuita.
Esto de cierta forma facilitaba las cosas para algunos marineros que aun tenían la loca idea de que n se podían llevar mujeres en los barcos, común mente los piratas tenían un grupo de este ti de hombres como grumetes en sus barcos que utilizaban como sus mujeres en alta mar, los cuales al tocar tierra podían ser remplazados para terminar como prostituta en el puerto o encerrado en la bodega de barco, pero ninguno podía sobrevivir por mucho tiempo en tales condiciones.
La joya del palacio
El sol estaba en lo más alto sin nubes a la vista dejando apreciar un hermoso cielo azul completamente despejado, la mar estaba tranquila el poco olaje mecía suavemente el barco lanzado un pequeño roció que humedecía el rostro y en el horizonte perecían unirse en competa armonía con las azules aguas, el viento frescos y salado le daba en la cara alborotando su castaño cabello que le hacía sentirse bien, desde pequeño siempre había soñado con navegar el gran mar y conocer las islas entre los reinos, ser libre para recorrer todo el mundo, pero como hijo único del reino de Maria y hombre doncella se lo prohibieron, alegando que su deber era otro, su madre Karla murió poco después de nacer, por eso no la recordaba, peros muchos dicen que se parece mucho a ella, y su padre el rey no se volvió a casar después de la perdida.
Era una lástima que su primera y posiblemente última salida en la mar fuera para ir a casarse con el rey de sina, era una obligación que tenia que hacer por el bienestar de su reino y su gente al mantener los lazos con el reino de sina unidos y así poder continuar con un comercio estable, claro mientras que los piratas no se tomaran las embarcaciones, hombre al cual a duras penas podía recordar el nombre, que ya le habían repetido consecutivas veces, cosa que no le daba nada de ánimo para una relación.
Sus sueños siempre fueron rompiéndose uno a uno a medida que crecía, primero quería ser capitán de un barco y surcar los mares antes de casarse con una linda princesa, cosa que termino cuando su prueba para determinar si tenía un útero salió positiva, se sintió mal y callo en depresión tener que dejar atrás las enseñanzas como hombre para comenzar a aprender a cocinar cocer, bordar, posturas y bailes, sin mencionar los incomodos pero debía admitirlo hermosos trajes, pero todo cambio cuando conoció al capitán de la fragata "Libertad" Erwin Smith además de comandante de la flota de su reino, donde ahora navegaba a casarse con un hombre que no era él.
El capitán Erwin Smith un hombre alto, rubio, apuesto y de unos hermosos de ojos azules como el cielo, cosa que le fascinaba, lo ayudo tanto en su depresión hasta el punto de poder robarle el corazón con pequeños detalles que a su parecer lo revivieron, fue él quien le prometió que lo llevaría en barco a navegar por todo el mar antes de casarse. El sentimiento era mutuo, ambos se querían casar, hasta su padre el Rey Grisha Jaeger había bendecido la unión y consiente de que el rubio sería un magnifico Rey, claro todo esto antes de los problemas con los piratas y le parecía crueldad de muchas formas que fuera ese mismo hombre el que lo llevara a cumplir su destino, por petición de su padre diciendo que nadie lo cuidaría mejor.
Faltaba alrededor de un mes antes de llegar al nuevo continente, aparte de los seis que ya tenían navegando, acompañado de su mejor amiga, sirvienta, confidente, cotillera y sobreprotectora guarda espalda Mikasa Ackerman, una chica la cual había salvado de las callea a los 5 años y ella tenía 6 desde ese día se había vuelto la persona más cercana al príncipe, también iban Armin Aret y Marco Botl sirvientes también y en la misma condición que el joven príncipe, caballeros doncellas, pero jamás se sintieron inferiores ya que el joven príncipe siempre los llamo amigos, por ello siempre fueron como una unida familia.
Estaba distraído mirando el océano y no se dio cuenta cuando el capitán se le acerco por la espalda.
-Mis felicitaciones joven príncipe Eren – dijo la ronca y masculina voz de Erwin que lo hizo saltar asustado – perdóneme si lo asuste.
-No, estoy bien – dijo pasando a sorpresa inicial - ¿y por qué a felicitaciones?
-Comúnmente el primer viaje para cualquiera, es la peor experiencia de su vida, el mareo por el movimiento de barco los hacen vomitar durante todo el viaje, después de eso no vuelven a subir a un barco en su vida, aunque caro siempre hay algo de licor para ayudarlos un poco – dijo riendo – pero usted lo tomo también que pareciera que navego coda su vida – dijo con sinceridad en los ojos.
-Gracias, es un alago viniendo de usted capitán – dijo tristemente, un silencio incómodo apareció entre ambos -Heee, ¿podríamos practicar con las espadas? – abrió los esos hermosos ojos verde agua que eran hipnóticos y tan profundos como el mar.
El rubio conocía el turco de memoria y aun así siempre terminaba cayendo en el mismo juego una y otra vez, lo utilizaba para conseguir cosas que por lo general se le tenían prohibidas en el castillo, dulces, ropas. Pero en el barco lo utilizaba con mucha frecuencia y consiguió desde que lo dejaran desde participar en los quehaceres de la tripulación, hasta que le enseñaran sobre el manejo de la espada en el periodo que llevaba en alta mar, todo por sus hermosos ojos.
-Jamás puedo decir que no cuando me vez con esos ojos – Camino hasta quedar en medio de la manga (1) - entonces consigue una espada y ven a enfrentarme.
Miro a un lado para buscar a un marinero, que le cedió la espada inmediatamente, comenzaron un enfrentamiento amistoso entre ambos, Eren había mejorado rápidamente en el poco tiempo que llevaba practicando, aunque no podría ganarle a un experto le era suficiente como para defenderse de un ataque, cosa que en realidad no necesitaba para eso tenía a Mikasa.
Las espadas chocaban rechinando a cada roce, mientras los marinos y acompañantes del príncipe formaron un círculo alrededor para apreciar la práctica.
-No utilices tanto tu fuerza, cuando estés luchando con una sola persona – le explico en un momento cuando se alejaron.
-¿Pero cómo lo hago si no me atacas? – dijo el príncipe con frustración usando una voz infantil.
-Entonces ten paciencia a esperar el ataque – dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
Se quedaron quietos a esperar las reacciones del contrario, pero no paso mucho tiempo cuando Eren se desesperó y ataco, Erwin ya sabía que no podría soportar mucho tiempo la espera y solo sonrió con la impaciencia del joven, si muchos problemas lo esquivo quitándose de su camino golpeándolo con su espada en la bien formada retaguardia del chico.
Eren chillo en protesta y se sonrojo debido al enojo y las risas de todos los presente no ayudaron mucho, se preparó para contraatacar, pero las velas comenzaron a hincharse con el aire, el tiempo que podían compartían se había terminado.
-Capitán viento a favor – grito Mike el contramaestre.
-Perfecto, alineen las velas con dirección suroeste, si el viento sigue favorable podremos llegar más pronto a nuestro destino – dijo guardando la espada mientras se encaminaba al timón.
-Bueno me retiro a mi camarote – dijo el joven sin poder ocultar su tristeza – nos vemos en la tarde.
Se fue siendo seguido por sus amigos para poder consolarlo, todos en el braco sabían de su historia y se lamentaban por lo ocurrido, les parecía injusto pero aun así nadie decía nada para no incomodar más a los pasajeros, sabiendo que no harían absolutamente nada al respecto a pesar de que si lo pedían, tendrían a la tripulación completa a su disposición para ayudarlos.
El capitán se quedó en cubierta para dirigir el barco con la cabeza en alto como si lo que sucedía no le estuviera afectando, mientras en el camarote Eren no pudo evitar llorar sobre sus almohadas recibiendo palabras de alientos de sus amigos.
-Calma Eren, vamos a estar bien – decía Armin con optimismo.
-No quiero casarme, no con ese hombre - decía entre lágrimas.
Eren yo te proteger así sea contra el rey si me lo pides yo lo matare sin dudarlo, siempre cuidare de ti - dijo con un tono voz lúgubre, monótono y muy sereno de Mikasa que dejo a los presentes completamente fríos.
-Qué manera de expresar tu aprecio Mikasa – comento Marco causando una gran risa a todos los presente, menos claro a Mikasa quien no decía más que la sincera verdad.
El resto del día se la pasaron en el camarote conversando acerca de lo que habían aprendido en el transcurso del viaje a su nueva vida en el reino de Sina, a Armin les fascinaron las cartas, los mapas sin olvidar su increíble invención en el diseño de barcos podía mejorar la velocidad con cálculos para nuevas velas, le habían quedado como anillo al dedo por su "facilidad", Marco por el contrario se ubicó más en el navegar solo con los astros, cuando ellos dos se ponían de acuerdo para encontrar un lugar en el mar nadie los podría parar, Eren en cambio las velas y estar en las alturas sobre los mástiles, lograba pasar de carrizo(2) en carrizo solo con dos cuerdas, aseguraba las velas rápidamente, pero la técnica requería no tener miedo a la muerte y riñones de acero para lanzarse del mástil más alto sin dudarlo, mientras que Mikasa era la mejor con las espadas, después del primer de viaje ningún marino quería enfrentarse a ella, pero cuando pidió ayuda para manejar dos la espada al mismo tiempo cosa que al principio la tacharon de loca pero igual la ayudaron en su locura, ahora su danza de las espadas nadie se le podía acercar mucho por que salía gravemente herido.
Llego la tarde y todos los del barcos se reunieron en la cubierta para poder apreciar la "joya del palacio" los colores del atardecer resplandecían en las nubes, Eren estaba en la baranda con la mirando a pues de sol, mientras el resto de la tripulación esperaba a un lado de mástil en un cómodo silencio, en un momento se dio la vuelta para encarar a los presente dejando ver sus ojos resplandecientes.
La luz de sol golpeaba las bancas velas y el reflejo de la luz sus retinas que se iluminaban en matices de azules, verdad y dorado, en el castillo se daban espectáculos del mismo modo en las fiestas y todos coincidían en que parecía el fulgor de una piedra preciosa, aunque el resplandor de sus ojos no tenía comparación loas joyas a su alrededor quedaban como simples piedras sin valor algún, por eso le dieron e apodo de la "joya del palacio", debido a la vergüenza de ser observado tan detenidamente, jamás miraba a nadie directamente y al mover sus ojos que conseguía era que cambiaran de tonalidad de estos, pero todo el espectáculo terminaba cuando el sol desaparecía en el horizonte, después todos se volvían a retirar a sus camarotes.
Manga: el espacio que existe entre estribor y babor o la izquierda y derecha del barco.
Carrizo: las cruses en los mástiles del barco, donde se sostienen las velas.
