De repente se me ocurrió y me dije a mi mismo "¿Por qué no?"
Así surgió esta historia :)
Erase una vez en un reino muy lejano, más que lejano era otra época, otra dimensión, en un mundo donde existía la magia y seres fantásticos, vivía un apuesto príncipe llamado Eren Jaeger.
Eren era un joven muy apuesto, alto, delgado, cabello castaño y alborotado, con unos enormes ojos verdes que si los mirabas detenidamente tenía destellos dorados, lo que tenía de guapo lo tenía también de impulsivo, nunca se quedaba callado, era del tipo de personas que dicen lo primero que se les viene a la mente, así es, él no pensaba antes de hablar, no podía conectar su cerebro con su lengua; por lo cual siempre se andaba metiendo en problemas sobre todo con sus padres.
Por otra parte Eren tenía muchas ganas de conocer el mundo, ser libre, viajar a diversos lugares, no tenía la intención de amarrarse a nada. Lamentablemente él estaba por cumplir 15 años, y según la tradición de su pueblo era la edad para contraer matrimonio. Y eso era exactamente lo que no quería, para él el matrimonio, era atarse a una persona lo cual afectaba sus planes, además de que aún no encontraba a una persona que fuera lo suficientemente buena para él, alguien que le cautivara su corazón como para casarse y estar siempre juntos. Así es, este lindo príncipe azul lo que tenía de guapo e impulsivo, también lo tenía de egocéntrico, para él nadie era la persona ideal, nadie estaba a su altura y todos eran un estorbo para su sueño de viajar.
A pocas semanas de que cumpliera sus 15 años su padre siempre intentaba persuadirlo de lo que se aproximaba, el siempre cambiaba el tema o escapaba simplemente. Sabía que es lo que le diría su padre pero intentaba ganar tiempo, ¿para qué? No sabía, simplemente quería más tiempo.
- Eren debemos hablar – le dijo mientras su hijo se encontraba en una de las torres más altas del castillo mirando al horizonte – ¿Eren me escuchas? – otro de los defectos de este apuesto príncipe es que era muy despistado y gustaba de soñar despierto – EREN! – dijo esta vez gritando para captar su atención.
- Oh, Padre – salió del trance en el que se encontraba – no te vi venir.
- Sabes Eren, deberías dejar de ser tan despistado, un día de estos algo malo te puede pasar.
- Lo siento, es que el cielo es tan hermoso, mas con estos atardeceres que lo tiñen de varios colores – se disculpo mientras volvía su vista al cielo y suspiraba – ¿Quieres decirme algo?
- Exacto, por eso he venido a buscarte – le pasa un brazo por los hombros – sabes, tu madre y yo hemos estado hablando y se acerca tu cumpleaños número quince – al escuchar eso Eren tenía ganas de salir corriendo de ahí, por eso Grisha apretó su agarre – Eren – hace una pausa – después de todo eres un príncipe, tienes muchas responsabilidades sobre tus hombros.
- No es como si se me hubiera preguntado, yo sólo quiero ser libre, conocer el mundo, salir de este reino y poder ver que hay mas allá en ese hermoso horizonte – dijo mientras se soltaba del agarre de su padre.
- Eren realmente quieres dejar a nuestro pueblo a su suerte – le dedicó una mirada fría a su hijo.
- Yo… sabes que no es eso – bajo la mirada, su padre siempre lograba hacerlo sentir culpable cuando se lo proponía.
- Piénsalo, aún quedan unas semanas para que ese día llegue – suspiro mirando al horizonte, realmente era una vista hermosa – sabes, tú amiga Mikasa, la princesa de nuestro reino vecino es un muy buen partido – le dio una sonrisa cómplice a su hijo – además de pequeños siempre se llevaron muy bien, ella no se separaba de ti, siempre te cuido, ¿sería una muy buena esposa no crees?
- Padre, la verdad Mikasa es muy linda, pero siempre la he visto solo como mi hermana, eso sería raro –frunció un poco el seño al decir eso porque realmente estimaba a esa chica, pero a veces llegaba al punto que no la soportaba porque llegaba a ser muy sobreprotectora con él.
- Solo era una sugerencia, deberías pensarlo, bien era todo por ahora, así que regresaré dentro, aún tengo algunos pendientes – dicho esto entro por la puerta y su figura desapareció de la vista de Eren.
- Tsk, maldición lo único que deseo es poder decidir mi propio destino, quisiera poder ser libre como el viento e ir a todas partes sin rumbo fijo – su mirada nuevamente se perdió en el horizonte, realmente amaba esa vista.
¿Qué les pareció?
Esto solo era la pequeña introducción, cualquier comentario hagánmelo saber y pues ya tengo escrito parte de la trama y pensado un poco mas, pero de repente me da flojera escribir tanto y de repente se me pasa, creo actualizar rápido :D
El rating puede cambiar después :v
