Sinopsis
La noche pasaba tranquilamente, mientras la Luna resplandecía en la oscura tela negra del cielo, al mismo tiempo que un montón de jemas llamadas estrellas adornaban aquel peculiar lugar.
Un camino largo y verde brillaba en torno al lago que estaba a unos cien pasos de la cabaña de la familia Tao. En la esquina del puente estaba sentado un chico de cabello achocolatado y corto, quien portaba un elegante traje negro con su saco totalmente abierto el cual descubría su camisa blanca desabrochada hasta la mitad. A su lado estaba un joven de larga cabellera chocolate, que portaba un impecable traje gris con camisa negra. Ambos habían permanecido callados durante largo tiempo, simplemente contemplaban la belleza que aquel lugar les brindaba.
De pronto a lo lejos se escucharon unos pasos que se dirigían en su dirección, al minuto un joven de cabello azulado y mirada fría apareció vistiendo un extraordinario traje en azul marino y camisa negra, se paró a mitad del hermoso puente tallado en madera fina. Sin embargo ninguno de los dos se movió al sentir la presencia de aquel chico de ojos dorados.
Cada uno estaba perdido en una dirección opuesta a la otra. El chico de cabello chocolate y dulce mirada veía intensamente al agua. El joven de larga cabellera y mirada seria veía con intensidad al oscuro bosque, y finalmente el nuevo acompañante no dejaba de ver el hermoso espectáculo de estrellas en la noche.
El frío viento se desató provocando que el amargo silencio se rompiera en un instante, y por fin, después de varios minutos que parecieron eternos, alguien comenzó a hablar.
-Ella siempre ha sido mi amiga- Decía Yoh con una cálida sonrisa en su rostro.
-Ella siempre ha estado conmigo- Respondía tranquilamente Hao.
-Pero ustedes no pueden estar con ella- Contestaba Ren con una mirada maliciosa.
Al instante los tres chicos se miraron con mirada asesina, dieron una leve sonrisa y los tres contestaron al mismo tiempo: A ella la quiero para mí.
-No importa que tenga que hacer- Decía Yoh.
-No importa que tenga que perder- Respondía Hao.
-No importa a quien ame de verdad- Contestaba Ren.
"Ella será mía", pensaban los tres al mismo tiempo. Continuará…
