Renuncia: todo de DC.
n.a: son mi otp perdón por ser así u_u
advertencia: considerando que los escritores de Batman arruinan sus pjs cada entrega el ooc no existe en este fandom bye! okay hay una pizca de ooc, en mi defensa Jason&Stephanie interactuaron UNA VEZ en todo el mugre canon y en el fondo ambos son sappy as fuck, no tengo pruebas pero tampoco dudas
En un minuto Jason siente un moderado dolor que se propaga por todo su cráneo y el mundo está borroso en las orillas— casi a punto de volverse negro— y al siguiente sin darse cuenta de cuándo todo es blanco y el sol moribundo de la tarde le acaricia el rostro, junto con una mano pequeña (más pequeña que la suya al menos) pero firme.
Ya no se escuchan gritos de pánico por parte de los rehenes ni los aburridos monólogos que soltaban los secuestradores (seguro los sacaron del reverso de una caja de cereal porque, qué tristes eran) y si agudiza el oído cree distinguir el sonido de patrullas y ambulancias, lo suficientemente lejos, y de quien suena como alguien discutiendo algo muy cerca de él. No sabe qué con exactitud, no detecta enojo en su voz.
Jason abre los ojos con lentitud, y se fija en que se encuentra recostado sobre una superficie suave: un sofá, un sofá en una safe house que no es la suya. Diablos.
Suelta un gruñido, la mano en su mejilla se tensa y su tacto de algodón desaparece. Se percata ahí de que la mitad de su helmet está roto. Doble diablos.
La voz cesa, oye un apresurado "ya todo está en orden O, lo juro. Prosigue tu trabajo, yo me haré cargo de él" con tintes de... ¿vergüenza? Parpadea y una cascada de cabellos dorados y ojos de océano a mitad de tormenta cubren toda su visión, es Stephanie sentada a su lado. Acaba de terminar una llamada en su comunicador.
Ah, le informaba a Barbie, yep...
Ya no está tan desorientado, y comienza a recordar. Juzgando el ceño fruncido de ella lo que le espera no será agradable.
— ¡Eso fue completamente estúpido!, ¡al cien por ciento! —es lo primero que dice Stephanie. Por supuesto es lo primero que dice—. ¿Qué diablos pensabas allá al actuar de ese modo Red Hood? Creí que habías dejado esa actitud de "yo puedo contra cualquiera sin ayuda de nadie" cuando decidiste hacer las paces con B.
En su defensa fue así. Todos lo tienen en claro, incluso sus enemigos.
— Yeah —responde, con la voz un tanto grave y rasposa; tose y lo intenta de nuevo—, eso hice.
Preferiría no hablar del tema, siendo honesto. Por lo menos con ella. Stephanie frunce todavía más las cejas y joder, está enfadada. Por qué luce tan guapa estando enfadada.
Ahora que presta atención ve un par de moretones en donde su traje no la cubre y algunos rasguños con sangre seca en donde sí, ninguno de extrema gravedad por suerte. Si recapitula, vale, ella está enojada y herida y no obstante luce más hermosa que nunca.
No puede ser, qué coño.
Jason se frota las sienes y evita mirarla.
— Me encuentro bien Blondie. Y no importa, ¿derrotaste a esos villanos de pacotilla, no es cierto?
— Vino como refuerzo Tim... —admite ella—. Incluso era su día libre y su patrullaje ni siquiera cubre esta área de la ciudad.
— Entonces no hay problema. Ganaste, esos fulanos de mierda perdieron, a Babybird se le arruinó el día y yo tuve la desgracia de volverme daño colateral. Nada del otro mundo.
Stephanie se muerde los labios, frustrada.
— No tenías que volverte daño colateral.
Y él suspira. Lo amenaza una jaqueca, lo cual tal vez no es algo particularmente bueno en esa circunstancia.
— ¿Quieres dejarlo de una vez?
— Pero es cierto. Estábamos bien, estábamos haciendo un buen trabajo conteniendo a tres de ellos y sólo faltaba inmovilizar al cuarto, podíamos esperar a Tim, er, Red Robin un par de minutos en caso de necesitar refuerzos– ¡que no era el caso! y aún así tú fuiste por él por tu cuenta estando yo atrás de ti. A duras penas noté cuando te noqueó, sólo vi cómo te desplomabas y después tuve que traerte súper rápido en mi moto yo sola porque seguías inconsciente–
— Steph.
No es común que la llame por su nombre y menos si están en el uniforme
(—¿alguna vez Batman ha permitido que le llamen Bruce Wayne, uh?
—nah, aunque ese es B siendo un amargado.)
pero no conoce otra forma de confortarla, menos si es su culpa.
Stephanie parece comprenderlo y niega vehemente.
— No te atrevas a decir nada, cualquier excusa es inútil. ¡Fuiste impulsivo e idiota, punto! Creí... durante un efímero segundo yo creí... Tienes suerte Hood —cambia de tema, tensa y fingiendo despreocupación— te hice un chequeo médico con asistencia de Babs y no sufres ninguna contusión ni nada por el estilo. Necesitamos nada más un botiquín de primeros auxilios y una reprimenda de Alfred, lo usual.
— Genial —dice sarcástico, pero de alguna manera lo siente, en alguna parte de su corazón de metralla.
(ahí, donde había miedo real hacía tal vez una hora. No ha revisado su reloj y no sabría precisar.)
Y no es del todo mentira. Es un alivio— es bueno— seguir con vida. Que ambos sigan con vida.
Una muerte para los dos es suficiente.
Jason pone su brazo a un costado, dignándose a observarla. No trae su máscara y el flequillo (largo, necesita ya un corte de pelo, debería comentárselo a Cass y ella gustosa se lo arreglaría) le impide ver su expresión, sin embargo está apretando sus nudillos.
Hay sangre en sus manos, en la de todos.
Lady Macbeth les tendría envidia.
— Eres un estúpido Jay —murmura Stephanie.
Está a nada de responderle:
¿Cuándo no lo soy, con sinceridad?
Pero cambia de opinión en el último segundo.
No sea tan cretino Señor Jason, en especial con las mujeres, diría Alfred.
— Disculpa —protesta él, fingiendo un tono ofendido— quizás no sea un maldito genio como Babybird o Barbie pero soy bastante inteligente Blondie, seguro me hubiese graduado con increíbles calificaciones de la escuela más prestigiosa en Gótica de no haberme tomado unas vacaciones dentro de un cofre. ¿Y qué pasó con tu regla de "cero nombres civiles al usar el traje"?
Ella suelta una risita, y es algo histérica pero es algo, antes de golpearlo ligeramente en el hombro.
Auch.
— ¡Lo digo en serio, bobo! —y le enseña todos los dientes en una sonrisa algo torcida a la izquierda, es como una luna llena, una de las escasas cosas bellas que hay en esa alcantarilla de ciudad. Pero su estrés es demasiado obvio asimismo—. Había... había mucha sangre entre ese villano y tú... sus rostros... tu helmet se quebró como si fuese papel y pensé...
En ese punto debate con seriedad los pros y los contras de decirle la verdad.
Podría ofenderla. Podría irritarla más. O podría tranquilizarla.
A Jason no le agrada mentir, ni tiene el talento necesario— con eso de cargar con sus emociones como un par más de pistolas para bien o mal— y por ello a veces siente que debe simplemente omitir algunas cosas de otros. No obstante— se lo debe.
Y no es justo que ella se martirice por la ignorancia de no saber.
Eso, eso sí es imperdonable.
Es su turno de fruncir el ceño.
— No era mía, la sangre —admite. Stephanie voltea a verlo, guardando silencio—. El tipo– este soberano hijo de puta– tenía un cuchillo. Como si no le bastase que él y todos sus compinches fuesen capaces de envenenar a cualquier ser vivo con una toxina letal de sólo tocarlo– tenía un cuchillo y planeaba usarlo contigo, atacándote de espaldas, mientras luchabas contra los otros. Yo lo vi y me dio pánico– lo cual claro que fue una estupidez en retrospectiva– y lo primero que se me ocurrió fue interponerme. Le di un cabezazo quizás un poco fuerte para apartarlo y ponerlo a dormir su siesta y caí con él. Eso fue lo que ocurrió, sólo eso. No quise robar la atención de la prensa siendo el vigilante solitario ni tuve un ataque de ira, no hoy al menos —tiene un mal sabor en la boca al terminar.
Las patrullas y ambulancias suenan más lejos todavía, sus sirenas como ecos distantes.
— No tenías qué —es todo lo que ella dice.
Claro, no tenía qué. Stephanie en el pasado ha luchado batallas injustas y salido victoriosa, Stephanie sabe armar soluciones rápido, Stephanie puede defenderse y probablemente lo hubiese visto a tiempo igual, Stephanie probablemente lo hubiera conseguido esquivar sin problemas— es decir, Stephanie no necesita un príncipe que la salve del peligro. Es Batgirl, después de todo.
Y con la vida que llevan, ella y él y ellos y cualquiera... lo sabe.
Stephanie no es frágil y también lo sabe— pero una parte de Jason preferiría ser usado como saco de boxeo antes que presenciar cómo alguien la lastima sin que ella pueda primero dar pelea.
Si el mundo te muerde, muérdelo con más ímpetu.
— Lo sé. Fue un error —reconoce.
— ¿Error?
—...Asumir que no ibas a poder manejar la situación.
Ella vuelve a negar.
— Hood– Jay, no me molesta que me protejas de vez en cuando, o si me cubres las espaldas en medio de la conmoción. Okay sí me irrita un poquito, pero lo entiendo, yo hago lo mismo contigo. Así como el pequeño D con Dick y Tim con Cass. Ese es el punto, ¿entiendes? somos un equipo. Yo te cuido y tú me cuidas —Stephanie vuelve a colocar la mano en su mejilla, la que está expuesta, y le delinea los pómulos con su índice. A Jason se le calientan los huesos—. Me molestó que menospreciaras así de fácil tu seguridad por la mía. Qué diablos, no hagas eso. Menos tú, que conoces la muerte tan de cerca. Somos héroes y corremos riesgos pero no significa que debamos ir corriendo literalmente hacia ellos y que esto te lo deba recordar yo de entre todas las personas es... gah. ¿Cómo puede Batgirl encontrarse bien si Red Hood– si Jason Peter Todd– sale herido?
Le es inevitable sonreír entonces, porque Stephanie casi es asesinada (de nuevo) y sigue preocupándose por él. Típico de ella.
Son gajes del oficio supone. Lo único lastimado ahí es su orgullo, muchas gracias.
— La madurez se te ve rara Blondie.
— ¡Ey, intentaba–!
— Pero no puedo debatir contra tal lógica —continúa Jason. Gira la cabeza, recargando la mejilla en su palma, y cierra los ojos. Permitiéndose relajarse por primera vez desde que todo el lío comenzó con los secuestradores y su derrota posterior.
Stephanie contiene el aliento, y se quita un peso de los hombros igual. Refleja su sonrisa como un espejo de inmediato.
— Claro que no, bobo. Mis argumentos son irrefutables.
— Ahá.
— Y me debes algo a cambio del susto de hoy. Una cena de preferencia. Con muchos waffles, ¿entendido?
— Ahá.
— Nos pusiste en un ambiente tenso por nada, y me duele la espalda por cargarte acá, responsabilízate.
— Ahá.
—... Luces igual que un gatito así sabes.
— Aha– ugh. No, detente. Eso es simplemente cruel —ignorando sus maldiciones ella ríe y es como un trueno. Le llena de magma el pecho a Jason y ni siquiera siente el frío de la tarde con ella a su lado. Aún cubiertos ambos de heridas menores, aún con la sombra de un peligro que pudo suceder apenas disipándose, aún atados al honor-condena de volar junto al murciélago sin la certeza de nada, se encuentran a salvo (ahí, ahora) y eso es lo único que le importa.
Stephanie se agacha, recargando la cabeza en su pecho y rodeándole el vientre con los brazos.
— Me alegra que estés bien, por cierto.
Devolviéndole el abrazo Jason la respira.
Huele a sudor y miel y sangre y frambuesas.
(...Es dulce.)
— Lo mismo digo, Steph.
