Aladanny Y La Lámpara Maravillosa

Danny Phantom no me pertenece; es obra del Sr Butch Hartman yo solo lo uso como referencia para una historia divertida sin fines de lucro.

Capitulo I.- Aladanny El Ladronzuelo

Hace mucho tiempo en una ciudad allá en el lejano oriente había un sastre reconocido en el pueblo su nombre Mustafak que tenía una linda esposa y un hijo varón llamado Aladanny. Poco tiempo una plaga se cernió sobre la ciudad y varios de los habitantes murieron entrando en una gran decadencia.

Unos cuantos años después el chico se convirtió en un hábil ladrón, aunque solo robaba a los más ricos que no habían sido afectados por los precios que crecían aún más, en los bajos distritos era conocido como el fantasma. El regresaba todas las noches con su madre quien había quedado en cama por la plaga.

– Danny no deberías robar, ¿que pasara el día que te descubran?–

– Necesitamos el dinero madre o no poder comprarte tus medicinas. Por cierto ya es hora de la de hoja negra– dijo tiernamente dándole a su madre un jarro con un líquido negro– Si tan solo papa hubiera tenido esta medicina a tiempo–

– Él nos amaba cariño y nadie sabía en ese momento que era la cura para la plaga–

– Bueno. Es hora de dormir, buenas noches madre–

– Igualmente hijo–

Mientras tanto en un lugar muy lejos de ahí un hombre estaba frente a. una fogata lanzando polvos e invocando a los espíritus del aire, era el mejor mago de toda la región pero su corazón solo conocía la codicia de más poder, ahora solo le faltaba una de las reliquias más antiguas que contenía lo que él deseaba.

– ¡Oh espíritus del aire respondan mi llamado! ¿Dónde se encuentra la lámpara que estuvo en la cabecera de Salomón?– grito alzando los brazos entonces tres remolinos se formaron frente a él.

– Insignificante mortal– del primer remolino surgió una voz cavernosa y se transformó en un hombre fornido sin ojos en sus cuencas– no sabes que está prohibido hacer esa pregunta pero ya lo has hecho y nosotros los esclavos tenemos que cumplir–

– Sucio insecto–gruño con voz de trueno el segundo remolino transformándose en una mujer hermosa con tatuajes en su rostro– la lámpara que buscas está en una ciudad al este de aquí después del desierto, se encuentra en una cueva que solo el ojo del monarca puede abrir y ningún ser oscuro puede entrar, así que tu avaricia es tu perdición–

– Entonces tercer espíritu ¿quién puede entrar a la cueva para traerme ese tesoro?– pregunto el mago de cabello gris

– Rastrera alimaña– dijo el remolino resbalando las letras, convirtiéndose en un hombre con la piel pegada a los huesos– solo hay alguien que puede hacerlo, puede que sea un ladronzuelo pero su corazón es tan puro como el del profeta y puede usar el ojo del monarca para abrir la cueva de las maravillas y sacar la lámpara. Su nombre es Aladanny hijo del sastre Mustafak– al terminar los espíritus se desvanecieron dejando al hombre solo frente al crepitante fuego

– Pues que la diosa fortuna me sonría para encontrar a ese chico y obtener la lámpara– lanzo arena al fuego y tomo las riendas de su caballo para ir a la ciudad que los espíritus le habían señalado.

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La luz nuevamente caía sobre la ciudad; ya en ese momento Aladanny estaba en la plaza del pueblo robando a los comerciantes y a los compradores que dejaban al descubierto sus bolsas de monedas.

Un instante después un gran gong sonó en el aire y todos en el lugar se echaron a tierra con la mirada pegada al suelo; los chicos no entendían, minutos después un sequito de guardias reales empezó a caminar por delante de una caravana.

Danny veía desde lo alto de una de las casa el desfile y supo que el Sultán es el que viajaba en la cabina que varios hombres de color soportaban en sus hombros. Miro más detenidamente y en un hueco pudo divisar un rostro angelical de una bella muchacha.

– ¡Hey! Ustedes– grito un guardia

– Es mi señal para huir– dijo el chico

Con una destreza dado por los años de pillaje corrió entre las casas hasta llegar casi a las afueras de la ciudad donde sintió un escalofrió. Volteo a ver y allí estaba un hombre de cabello gris, aspecto de extranjero y una larga túnica que cubría su cuerpo; iba montado sobre un corcel negro como la noche y unos ojos inusualmente rojos.

– Busco a Aladanny hijo de Mustafak en sastre; ¿Lo conoces?– su voz se oía imponente al igual que su postura; Danny conocía a ese tipo de personas, un mercader.

– ¿Qué buscas con él?–

– Sé que ha caído una plaga en esta ciudad y sé que él se ha quedado huérfano–

– Pues no es asi; mi madre aún vive–

– Asi que eres tu; ¿tu madre vive? Entonces mi querido hermano ha muerto–

– ¿Quién es usted?–

– Mi nombre es Vladalí el mercader de hierbas y un gran curandero; tu padre era mi medio hermano y hace mucho hizo un viaje donde me lo encontré por casualidad y me pidió que si algún día el faltara me encargara de su familia. Me dijo que me casara con su esposa y tomara a su hijo como el mío–

– ¿Eh? ¿Eso es en serio?–

– Si pequeño; llévame a donde vive tu madre, quiero verla–

– Muy bien–

Danny llevo al hombre hasta su casa, el reviso a su madre y le dio algunas yerbas. Entonces tomo su hombro y le indico que salieran dejando que la madre de Aladanny durmiera un poco.

– La plaga dejo muy afectada a tu madre y al parecer puede curarse por completo–

– ¡Qué bien se oye eso!– dijo entusiasmado pero la siguiente frase le hizo perder la sonrisa

– Pero hay una cosa que tengo que pedirte para curarla–

– ¿Eh?– él lo sabía, el mercader no lo haría gratis

– Hay una cueva en esta ciudad donde hay una lámpara vieja que es muy valiosa sentimentalmente para mí pero yo no puedo tomarla por diferentes cuestiones; quiero que tú me la traigas y a cambio de eso te daré la cura para tu madre–

– Y si me niego– respondió un poco hosco

– Tu madre podría morir chico; ¿lo vas a permitir?– entrecerró los ojos y un brillo antinatural a lo que el chico le dio un poco de mala espina

– Lo hare; pero solo porque se trata de la salud de mi madre–

– Bien hecho chico– el hombre busco en su túnica y saco un anillo con una gema azul engarzada– Ten esto y te veo al alba en las afueras de la ciudad donde me encontraste por primera vez– el hombre subió a su caballo y se fue

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El palacio del Sultán se veía vastamente iluminado y con una gran algarabía por la llegada de un príncipe de la ciudad vecina que venía a pedir la mano de la princesa; solo que ella no estaba tan feliz por ese compromiso; ella quería enamorarse como lo habia hecho su madre. Una doncella de servicio entro al cuarto de ella.

– Princesa Samarti; su padre la espera para poder dar formalmente su mano al príncipe Gregrib– dijo la chica

– Otro pretendiente más que se ira en cuanto yo le muestre la verdadera clase de princesa que soy– una sonrisa apareció en su rostro

– Eso es lo que crees su alteza; su padre me ha pedido explícitamente que le advirtiera que no hiciera nada para ahuyentar a su nuevo pretendiente– el consejero real era un hombre de edad avanzada con una gran barba blanca.

– Giafar pero yo quiero vivir mi vida; aun no quiero casarme–

– Las leyes antiguas dicen que una princesa debe estar casada antes de su cumpleaños número 15–

– Esta bien, pero no me hago responsable de nada mas–

Notas del autor: Gracias a mi novia por ser mi Beta Reader y darme sus puntos de vista y gracias a ustedes por leer las locuras que escribo.

Se despide de ustedes el no muerto Assamita

Huachi_Sama