Siempre que levantaba la vista al cielo creía vislumbrar entre las nubes aquella misma sensación que sentía dentro del pecho cada vez que le veía partir en medio de la noche silenciosa.
Se quedaba sólo de nuevo. No es que su compañía llenara los vacíos, sino que éstos parecían importar menos en su presencia.
Estaba tan cansado de pasarse el tiempo en esa espera continúa de algo que no sabía lo que era… pero lo esperaba… como a la misma esperanza.
Sonrió levemente al sentirse tan patético, no podía evitarlo. Estaba siendo tan humano desde que les conoció. Desde que todo empezó a dar vueltas a su alrededor sin detenerse.
En Italia las cosas no eran iguales que allí. En Italia había muchas cosas que remediar de las cuales no quería saber ni un poco.
Cerró la puerta entrando a su apartamento. Sacó por mero reflejo, un cigarrillo de su chaqueta. Al encenderlo lo comprendió, superficialmente, pero por lo menos ya era más notorio para él. Estaba creando lazos… aquellos mismos que se prometió no crear. Se había jurado no confiar en los mayores… Pero qué podía hacer con aquellos que tenían la misma edad que él.
Miró el lugar con algo de detención. Tan pequeño, tan propio de él. Tan pasivo y tormentoso, tan repulsivo y molesto. Tan lejos del concepto de hogar, tan cerca de saber que era lo único que tenía realmente.
¿Qué pensaría el Décimo si supiera que su mano derecha pensaba en estas cosas tan melindrosas? ¿Acaso seguiría siendo su amigo? ¿Qué pensaría "él" si supiera que no era tan seguro como aparentaba?
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DC
Octubre 2010.
