DISCLAIMER: Los personajes, territorios y conceptos presentes en la historia no son de mi propiedad, sino de Hiro Mashima, creador de la obra de la que provienen dichos personajes: Fairy Tail.

Esta historia es completamente mía; no he copiado nada de nadie y cualquier parecido es mera coincidencia (aunque sí puedo decir que me inspiré en algunos buenos autores; no significa que haya copiado directamente de ellos).

El objetivo de hacer esta historia no es lucrar, sino divertirme haciéndola. ¡Es solo diversión!

Una cosa más (y esto es para fans de Fairy Tail): hace tiempo que he notado que no hay muy buenas historias Cappy (HappyxCharle) en esta página. Es una de las razones por las que decidí empezar este fic y remediar la situación. :)

Sin nada más que decir, ¡relájense y disfruten de la lectura! (y si lo desean, ¡siéntanse con la libertad de mandar reviews y comentarios; acepto toda crítica constructiva!).

matiigo


Prólogo

Eran los cinco, mostrando falsa tranquilidad mientras miraban al presidente del Consejo de Magia, aquel hombre que llamaban Lahar. Uno de los Caballeros Rúnicos, que Happy reconoció como el hombre que los había asistido en Bosco, quiso hablar, pero Lahar lo calló en un instante. Sus ojos… ardientes con furia.

Nadie supo qué decir, qué hacer, qué pensar. En esos minutos, no había respuesta correcta ni incorrecta. Solo esperaban la sentencia.

"Cada uno de ustedes ha participado en un acto de traición de máxima gravedad. Han puesto en peligro la seguridad del país… de la comunidad mágica nacional. Sus intenciones iniciales ya no importan. Y tú, Doranbolt…"

Doranbolt, que nunca dejó de observar a su viejo amigo, por primera vez quitó la mirada y prefirió dirigirla al piso. El suelo no estaba húmedo con lágrimas, tampoco sus ojos… Se preguntó el por qué.

"… ¿ibas también a matarme?"

Memorias fugaces pasaron en su cabeza; de la noche anterior, del festival y las doncellas. Happy tuvo pensamientos similares.

La tierra humedeció.

"¡Exilio! ¡Exilio! ¡Exilio a Desierto! ¡Por traición a la patria y a la Comunidad de Magos!"

El clamor de la audiencia no se hizo esperar. El murmullo cargado de inquietud y rabia se había convertido en un ladrido ciego y terrorífico. Excepto que ya no sentían temor; no por la vergüenza, no por Desierto, ni siquiera por el futuro. Se impermeabilizaron a la lluvia de insultos que llegó desde todos los rincones del salón. Eran fuertes.

Pero sin ella…

"Carla…"

… no era el más firme.

Cuando los corazones de los dos bandos dejaron de mostrar duda, el aire rugió y destrozó las ventanas. Happy supo de inmediato que había pasado lo inevitable. Voló.