Bueno, la historia de Edward y Bella ya la tenemos, se llama Saga Crepúsculo. Pero y si Bella hubiera elegido vivir? Si Bella hubiera elegido intentarlo con Jacob? He aquí mi perspectiva. Es a partir de Luna Nueva, de la página 381 exactamente. Cuando Bella se debate si intentarlo con Jacob era lo correcto, ya que sabía que no podía vivir sin él.
Capitulo 1- Paris
Fragmento extraído de Luna Nueva, propiedad de Stephenie Meyer, nuestra mente maestra.
...Tendría que comprometerme, entregar todo lo que quedaba de mi, cada pedazo roto. Era la única manera de ser justa con él.¿Lo haría? ¿Podría hacerlo?
¿De verdad estaba tan mal que intentase hacer feliz a Jacob? Incluso si el amor que sentía por él no fuera más que un eco debil del que era capaz de sentir, aunque mi corazón se encontrase lejos y ausente, malherido por mi voluble Romeo,¿tan malo era?
Jacob detuvo el coche en frente de mi casa, que estaba a oscuras y apagó el motor; de pronto, reinó el silencio. Como tantas otras veces, él estaba en consonancia con mis pensamientos de ese momento.
Me abrazó y me estrechó contra su pecho, envolviéndome con su cuerpo. De nuevo, esto me hizo sentir bien. Era casi como ser otra vez una persona completa.
Creí que pensaba en Harry, pero entonces habló y su tono de voz era de disculpa.
-Perdona. Sé que mis sentimientos y los tuyos no son los mismos, Bella, pero te juro que no importa. Me alegro tanto de que estés bien que siento ganas de cantar, y eso, desde luego, es algo que a nadie le gustaría escuchar.
Se rió con su risa gutural en mi oído.
( a partir de aquí, copio lo que me interesa e introduzco mi versión)
Mi respiración pareció lijar las pareces de mi garganta hasta excavar un agujero...
Jake presionó su mejilla cálida contra la parte superior de mi cabeza.
Sabía sin lugar a dudas qué sucedería si ladeaba el rostro y presionaba mis labios contra su hombro desnudo...Sería muy fácil. No habría necesidad de explicaciones esta noche.
Pero, ¿sería capaz de hacerlo?¿podría traicionar a mi amado ausente para salvar mi patética vida?
Las mariposas asaltaron mi estomago mientras pensaba si volvía o no el rostro. Cerré los ojos y moví mi cabeza para apoyarla en su hombro, y le besé. Jacob se quedó ahí a pesar de su sorpresa inicial. Un sentimiento empezó a surgir, llamémosle valor, o llamémosle idiotez.
Me separé un poco de él y le miré. Él me miró, y me di cuenta de lo que iba a pasar, pero traté de que todo fuera como tenia que ser. Se acercó poco a poco dándome tiempo a rechazarle, y al ver que no me movía rozó sus labios con los mios. Una marea de sensaciones me golpeó, casi como cuando había caído al mar, y respondí acercándome a él. Su calor era impactante, casi me sentí febril. Apretó sus labios contra los mios y me sentí flotar. Evitaba pensar en los labios que había besado antes, aunque el contraste era evidente. Sentí su pasión, su fuego, no era nada contenido. Nos separamos y nos miramos, y las lágrimas vinieron a mis ojos. Oculté mi cara en su pecho y lloré durante un minuto. Lloré por la etapa que cerraba, con ese beso, y porque había podido hacerlo.
Me calmé y miré hacia arriba, sus ojos brillaban. Sonreía más de lo que le había visto sonreír nunca, y me contagió con una facilidad increíble. Me soltó y me agarró una mano.
-Ahora mismo no quiero hablar de esto. Tengo mucho que decirte, pero ahora nos necesitan más en otra parte. Es mejor que entre en casa.
Él abrió la puerta y salimos de la camioneta. El corazón me latía muy rápido, era otro tipo de subidón distinto a la adrenalina. Sentía que podía caer y acabar de romperme en cualquier momento, pero él me agarró de la mano y mis piezas parecieron juntarse de nuevo, al menos provisionalmente. Era duro hacer esto, pero había tomado mi decisión. Fui caminando poco a poco sin darme cuenta y llegamos a la puerta de casa. No quería soltarle. Sentía que si lo hacía, caería en el arrepentimiento y se echaría atrás, así que habló. Miró al suelo.
-Me gustaría...-el aire no le duraba mucho, y mi garganta escocida no me hacia cómodo hablar.-ahora mismo me gustaría que te quedases aquí, conmigo, hasta que llegue Charlie.-sintió un escalofrío-Necesito estar bien cuando regrese.- Le miré casi sin valor, con otra mirada, otra esfera totalmente distinta.
-Me quedaré aquí, si me necesitan me llamarán, y puedo acercarme a casa de los Cleawater cuando llegue Charlie.- Se sintió un poco cohibida al darse cuenta de que él la miraba y seguía siendo el mismo, la que lo veía de otra forma era ella. Abrió la puerta y entró por delante, encendiendo las luces. Jacob entró y ella miró hacia la sala. Necesitaba sentarse con urgencia.
Después de una media hora de escuchar la TV de fondo mientras estaban recostados, Jake la rodeaba con los brazos para darle calor, mientras hacía un gran esfuerzo por dejar de temblar. No era el frío ya, estaba nerviosa. Miró el reloj y se dió cuenta del tiempo que llevaban allí.
-Lo mejor será que me de una ducha caliente.- El asintió.-Si quieres cualquier cosa sírvete, estás en tu casa, yo bajaré en unos minutos.-Empecé a levantarme y me quedé sentada a su lado
-Si, tranquila, sé donde está todo. Tómate el tiempo que necesites. Aún tienes los labios violetas.-Dijo mientras acercaba su mano a ellos y ella rió. Bueno, algo estaba pasándole por la cabeza y no quería ponerle nombre.
Subí a mi cuarto y me miré en el espejo, aún seguía con algo de hipotermia. Me acerqué al armario y cogí unos vaqueros y la sudadera verde que solía ponerme los días de frío, ropa interior y fui al baño. Allí abrí la ducha y me desnudé. No sabía que demonio tenia dentro, pero el pecho casi no me dejaba respirar al pensar en que Jacob estaba abajo y estaba allí, desnuda. Me metí en la ducha y cuando el agua corrió cálida sobre mi cabeza, me sentí más relajada. Me esforcé en que el calor penetrase en mi, y me enjabonó para quitar la salitre.
Cerré los ojos y me di cuenta de que pasar página había marcado un antes y un después en mis heridas. Aún sentía algo de recelo por lo que estaba haciendo, pero esto solo podía ir a mejor. Con Jacob, haciéndole feliz, y puede que en el proceso se hiciera feliz a si misma. Salí y me sequé, dejé el pelo húmedo, suelto y me vestí. Mientras bajaba las escaleras sentí hambre, y al llegar a la cocina, cogí unos vasos, algo de refresco y al girarse encontró a Jacob en la puerta de la cocina.
-Vaya, has tardado poco. Iba a por algo de comer-Y sonrió.Aaaaaaay Jacob Jacob...
-Pues estaba pensando en hacer algo de cenar para cuando llegue Charlie, quizá le suba el ánimo. -Puso los vasos sobre la mesa y se dispuso a buscar ingredientes para ver las posibilidades culinarias. Mientras él seguía mirándola como si nunca la hubiera visto bien. Quizá aún no se lo creía. Yo tampoco.
Luego de encender el horno y acabar de preparar los canelones, mientras hablábamos animadamente, caí en la cuenta de la perdida de Charlie. Ahora más que nunca tenía que estar a su lado y darle todo su apoyo. Puse el temporizador y dejé que el plato se hornease, y volvimos a la sala con unos nachos y bebida.
Me recosté de nuevo en su hombro, y le cogí la mano. Empecé a hacer círculos en su piel, y le di la vuelta. Tracé con los dedos las lineas de sus manos, y él cerró los ojos. Suspiré. Aún dolía, pero no podía evitarlo.
-No estás muy habladora-Me dijo-¿Deberíamos hablar ahora de esta situación?- Me paré en el recorrido y levanté la mirada.
-Prefiero no tocar el tema hoy, si te parece bien. Prefiero dejar el tiempo pasar, estar contigo, sentirte cerca...es todo lo que quiero.-El asintió
-Pero cuando llegue tu padre y nos vea así, puede que se de cuenta, puede que no le guste...-
-No creo que le disguste, desde que empecé a verte me sentí mejor, pero de momento es mejor no ser muy expresivos delante suya. Ha muerto Harry, y ahora tenemos que ayudar y, cuando pase, podremos relacionarnos como lo que somos.
-¿Y que somos?- Aprovechó Jacob, y se dió cuenta del error.-Tienes razón, mañana. Oye, huele muy bien, debe faltar poco.-Me levanté, un poco aturullada, y fui a la cocina. Antes de llegar ya sonó la alarma del horno. Saqué la fuente y la dejé en la encimera. Preparé la mesa para Charlie y para mi.
Jacob se quedó mirando a ninguna parte, y agradeció el ruido del canal de deportes. No pensaba que iba a conseguirlo aún, él había peleado con todo lo que tenía, y simplemente no podía esperar más. Casi la había perdido por su insensatez, y ahora...ahora estaba en sus brazos. Era increíble.
Sintió el ruido del coche de Charlie y me avisó.
Los dos nos acercamos a la puerta. Y cuando entró, miré a mi padre. Esperé un segundo, después de llevarme una gran impresión al ver su cara. Jacob le tocó un hombro y habló primero.
-¿Como están en la casa Clearwater?- Mi padre, apesadumbrado, habló por debajo de su tono normal
-Bueno, están preparándolo todo para el funeral. Casi todos se han pasado por allí.-
-Bueno, ahora es mi turno- Dijo Jacob- Se giró hacia mi, me miró y miró a Charlie- Nos vemos pronto-
Charlie ni siquiera se dió cuenta de que el coche de Jacob no estaba aparcado fuera. Empezó a quitarse la chaqueta y hubo un atisbo de reacción al olor.
-He hecho canelones, por si te apetecía comer algo.- y le señalé la cocina.
-No traigo mucho apetito,pero...-Y se encaminó.
Comimos, con silencio, pero sin incomodidades. Al final se comió un buen plato y tenia algo de mejor aspecto.
-Voy a tener que sacar mi traje, el entierro será mañana a las cinco.-Y se levantó
-Ya lo hago yo, no te preocupes. Lo preparo y me voy a acostar.-
Temía ese momento.
Fregué los platos mientras Charlie hacia algunas llamadas, y luego se fue a la sala. Yo subí arriba con una infusión relajante en las manos. La dejé enfriarse mientras sacaba el traje negro de Charlie. Olía un poco a cerrado y lo dejé fuera para que ventilara. Me encaminé al baño, me lavé los dientes y procuré no pensar mucho en todo lo que había hecho hoy. La etapa irresponsable había acabado. Ahora era plenamente consciente de que Charlie me necesitaba, y yo tenía que seguir con mi vida, aunque fuese día a día.
Mientras bebía la infusión, fui mirando mis tareas pendientes y haciendo algún ejercicio.
La idea de las hierbas la había tenido en casa de Emily, viendo su colección y oliendo algunas que preparaba de vez en cuando. Iba a probar suerte.
Me metí en la cama, temiendo un poco menos por mi vida, al saber que la manada entera estaba haciendo su mejor esfuerzo para encontrar a Victoria.
En algún momento, me dormí.
