Cap. 01

Verdad o reto


Finalmente se gozaba de la paz. Los santos dorados habían regresado a la vida desde hacía ya un año, y el grupo de 16 santos se había vuelto muy unido. Se había vuelto bastante normal que la Torre de Jamir se llenara de gente, rompiendo la paz que usualmente reinaba, o que todos decidieran irse juntos de viaje, (dejando a Saori con un tremendo coraje, pues los santos dorados abandonaban sus templos) y aquél día, o mas bien, desde hacía tres días, los santos estaban volviendo completamente desquiciado a Tatsumi, puesto que esta vez, el punto de reunión había sido la mansión Kido.

Pero no era una reunión cualquiera, Saori se encontraba en un largo viaje de negocios acompañada por Julián, y volvería en cuatro días, exactamente en el día en que Athena había encarnado, por lo que sus santos estaban preparando una pequeña fiesta sorpresa, aunque el hacer eso no era del agrado de muchos.

- Bah, claro que recuerdo los cumpleaños de Saori, nos decían "La ilustre y amable señorita Kido va a cumplir años, por lo tanto, todos ustedes, chiquillos despreciables deberán hacerle un regalo, no importa como"

- Cálmate Seiya, no eres el único al que le desagradan esos recuerdos.

- Pues bueno, Aioria me preguntó que cual era el cumpleaños de Saori que mas recordaba, pues es ese.

Aioria sonrió al igual que los demás santos, mientras Afrodita se acercaba con su enorme pijama blanca con dibujos de rosas y tomaba un trago de la bebida que le habían conseguido, (Aunque en realidad solamente era cerveza en una copa, lo habían engañado, ñaca, ñaca)

- ¿Quién sigue?

- Yo creo que ya mejor nos dormimos.

- No seas aburrido Mu¡Este juego es genial!

Afrodita tiene razón, ya sabemos la fantasía secreta de Camus, que Shaka no es tan santito como creíamos y ahora, sigues tu Afrodita.

- ¡Excelente!

Afrodita se sentó totalmente emocionado y palmeando, creando una ligera gotita de sudor entre los demás santos. No entendían como era que el santo de Picis se comportara tan altanero en algunas ocasiones, y tan emocionado y aniñado en otras.

- ¡Escojo a Maski-Chan!

- Por que será que no me sorprende.

Todos los santos soltaron una ligera risita, lo mismo que Máscara Mortal, el cual le dio un último trago a su cerveza, eructó, y sonrió.

- ¿Y ahora que quieres Afrodita?

- ¡Verdad o reto?

- Verdad.

- ¿Qué opinas de los santos de bronce...

Máscara mortal rodó sus ojos fastidiado, y se escuchó más de una queja por parte de los demás, pero Afrodita aún no terminaba su pregunta.

- ...íntimamente?

Los ojos de Máscara Mortal prácticamente se desorbitaron y los demás santos tiraron la carcajada.

Entre los santos de bronce, hubo un ligero atragantamiento de saliva general. Seiya se encontraba sentado entre Saga y Kanon, Hyoga con Camus e Ikki con Shaka. Shun había caído rendido casi desde el principio de la noche y dormía en las piernas de su hermano, al igual que Shiryu, el cual dormía con la pierna derecha de Seiya como almohada.

- De acuerdo, pensamientos íntimos sobre los niños de bronce...de Seiya, creo que tiene una cara bastante linda, sin embargo, me interesa tanto su vida, como me interesa la mugre de mis uñas. (Seiya: ¬¬) Hyoga, pues... tiene bonita figura, pero igual, me va y me viene lo que haga con su vida. Ikki, bah, no tengo pensamientos sobre él, Shun me parece un niño bonito, pero demasiado mimado (Ikki: ¬¬, mas te vale) y de Shiryu, pues...

Una sonrisa libidinosa apareció en los labios de Máscara Mortal, el cual de inmediato recibió la mirada penetrante de Dokho y de alguien más, aunque no supo de quien.

- Bueno, el dragón, aprovechando que está dormido, debo decir que tiene una carita y un cuerpo preciosos, su voz es suave, lo mismo que su piel.

- ¡Momento, momento, Maski-Chan¿Insinúas que te gusta Shiryu?

- No, como crees Afrodita, no seas estúpido.

Máscara Mortal sonrió cínicamente.

- Me parece excelente como para pasar el rato, y estoy seguro de que ese precioso trasero virgen podría traerme horas de placer.

- ¡No digas esas cosas de Shiryu!

Dokho se puso de pié de un salto y apuntó con su dedo a Máscara Mortal, el cual sonrió tranquilamente.

- Oh vamos, no es para que te pongas así.

- ¡Estás insultando a mi discípulo!

- Estamos jugando, Dokho, así que cálmate, además creo que más de uno piensa que tu discípulo es encantador¿No es así, Shura?

Dokho clavó sus ojos en el santo de capricornio, el cual se puso completamente rojo.

- ¿Lo ves? Shiryu es bastante apetecible, créeme, no hay nada que yo desee mas que estar detrás de él, sosteniendo sus caderas y jalando ese largo cabello que tiene, lo he intentado antes, pero el niño no se deja¡JAJAJAJAJA!

Todos estaban con la boca abierta y en total estado de shock, cuando de repente, un cosmos se incrementó con furia, y Máscara mortal salió volando de la habitación, rompiendo la pared en el proceso.

La mirada del grupo se volvió totalmente de asombro, ninguno se creía lo que había visto.

Parado en medio del círculo, con su cosmos aún ardiendo, y su brazo extendido debido al golpe que había mandado, se encontraba Mu de Aries, con un semblante enojado NUNCA nadie le había visto.

- ¡Pero que demonios!

No pudo continuar cuando su cuello fue tomado por la mano derecha del santo de Aries, el cual le miró de forma asesina.

- Vuelve a insultar a Shiryu de esa manera, y te enviaré por el mismo abismo por el que él te mandó hace años¿Entendiste?

- Claro, claro, pero que gruñón me saliste.

Los santos observaron la escena con los ojos muy abiertos, nadie había visto a Mu de esa manera y no tenían ni idea de como tratar la furia del caballero de Aries, por lo que las miradas se dirigieron a lo más obvio... Aldebarán.

- ¿Qué¿Por qué me miran de esa forma?

- ¡CALMA A MU!

Y en menos de lo que tarda tronar los dedos, Aldebarán ya se encontraba frente a su muy enfadado amigo.

- Eh, oye¿Mu?

- ¿Qué?

- ¿No crees que a Máscara Mortal no le queda el azul en la cara?

Mu estrechó sus ojos mientras apretaba con todavía más fuerza el cuello del otro santo, el cual comenzaba a pasar del azul al morado. Aldebarán comenzó a asustarse, lo mismo que Afrodita, el cual comenzó a gritarle a Mu que soltara a su adorado "Maski-Chan", hasta que finalmente, Aldebarán tuvo una idea.

Subió su mano a todo lo que pudo y puso mucha atención a la respiración de Mu, le escuchó jalar aire, y en cuanto lo soltó, le dejó ir un tremendo manotazo que le golpeó en la espalda, haciéndolo perder todo el aire de un golpe, y soltando de paso a Máscara Mortal.

- ¡Pero amigo, por que no nos habías dicho que te gustaba Shiryu!

- ¿Eh?

El rostro de Mu se transformó de golpe, y un leve sonrojo apareció en sus mejillas.

- E-esque, yo...

Hubo un ligero suspiro general. Así que era eso, Mu estaba enamorado de Shiryu, y escuchar a Máscara mortal no le había echo ninguna gracia, pero por lo menos ahora el santo de Aries se encontraba tranquilo.

- Bueno, yo...

- ¡Caramba carnerito!

Máscara Mortal se sobó un par de veces el cuello.

- Me saliste más bruto de lo que pensé.

- Yo, lo siento, Máscara Mortal, no debí comportarme de esa manera.

- ¿Estás bien, Maski-Chan?

- Si, si, estoy bien, no fastidies.

Afrodita hizo una linda carita de perrito tierno, por lo que el santo de cáncer sonrió levemente y le dio un corto beso en los labios.

- Te preocupas demasiado por mí, estoy bien¿De acuerdo?

El santo de Picis sonrió y le dio un tierno beso en la mejilla a su pareja, haciendo que todos les abuchearan.

Mientras tanto, Mu continuaba en silencio, observando la escena. Por un momento se imaginó a si mismo como máscara Mortal y a Shiryu abrazándole tiernamente, sin embargo, no era mas que su imaginación.

Alargó su mano y tocó con un dedo la pared, la cual en tan solo unos segundos, quedó reparada.

Se acercó para sentarse de nuevo, sin embargo, Seiya le llamó antes.

- Mu, es cierto que no me afecta en lo mas mínimo tener dormido a Shiryu, pero con él encima no puedo cumplir retos¿Lo cuidas tu?

El santo de Aries se mantuvo en silencio unos segundos, y finalmente sonrió. Se sentó a un lado de Seiya, haciendo que Kannon se quejara de que lo apretaban, lo empujaban y lo movían. Con cuidado, el santo de Pegaso tomó a su amigo y lo colocó en los brazos de Mu, el cual le tomó protectora mente, recargando la cabeza del dragón en su pecho.

- Ahhh, pero que tierno.

- Si, si, tiernos, ahora...

- ¿mmm?

Shiryu bostezó y abrió lentamente sus ojos. Parpadeó y miró a Seiya frente a él, por lo que le dedicó una pequeña sonrisa, para después caer nuevamente dormido en los brazos del santo de Oro.

- ¡Que liindo¡Abrázame así, Maski-Chan!

Y tras decirlo, Afrodita se dejó caer a los brazos de su pareja, el cual no hizo ni el más mínimo movimiento por recibirle, y lo dejó caer hasta el suelo, creando una carcajada general.

- Bueno, es mi turno, yo escojo a...

- Hey, espera, espera.

Milo sonrió.

- ¿En serio vamos a seguir con este jueguito tan idiota cuando tenemos todo un festín delante de nosotros?

Los santos sonrieron y voltearon a ver inquisitivamente a Mu, el cual comenzó a ponerse nervioso ante todas las miradas sobre él.

- ¡CONFIESA!

- ¿Desde cuando te gusta?

- ¿Cuándo te enamoraste?

- ¡LO HAS BESADO?

- ¿Tu si has logrado meterle mano?

- ¡Maski-Chan!

- ¡Tienes razón, máscara Mortal!

- ¿QUÉ?

- ¿Le has metido mano a Shiryu?

- ¡Un momento, MU, LE HAS METIDO MANO A SHIRYU¡PERO COMO PUDISTE!

- ¡SEIYA, ESTÚPIDO, SE LO ESTÁN PREGUNTANDO, NO ES UNA AFIRMACI"N!

- ¡A QUIEN LE LLAMASTE ESTÚPIDO!

- ¿ACASO VES A OTRO AQUÍ?

- Yo veo a varios, de hecho, a muchos.

- ¡QUE QUISISTE DECIR CON ESO, IKKI!

En ese instante, los caballeros se lanzaron sobre el caballero fénix, el cual no hallaba ni como defenderse sin despertar a su hermano, en tanto que Mu se dedicó a bajar su mirada y observar fascinado al santo del dragón, el cual se había acurrucado a su pecho.

El único que les puso atención fue Seiya, el cual no pudo evitar sonreír al ver la inconsciente actitud de Shiryu y los ojos de Mu, los cuales tenían una mirada que él conocía perfectamente, y era la que Shaina le dedicaba cada vez que le tenía en sus brazos.

El santo de Pegaso no pudo evitar transportarse a meses atrás, en un recuerdo del pasado.

--Flash back---

Seiya se encontraba en su departamento, disperso en cualquier cosa y pensando sinceramente en nada. En ese instante, alguien tocó a la puerta, y el chico acudió.

- ¿Si di...¡Hola Shiryu!

El joven dragón sonrió, y pasó tal y como le indicó Seiya, sin embargo, no dijo una sola palabra, simplemente tomó la mano de Seiya y le jaló un poco, haciendo que este le siguiese camino a su habitación.

- ¿Qué haces? Oye¿estás bien¿A dónde vamos?

Sin decir palabra, Shiryu empujó a Seiya para que se sentase en la cama, para después colocarse él en el suelo y mirar fijamente a su confundido compañero, el cual observó como los ojos de su amigo se ponían vidriosos.

- Seiya... ya no soporto.

- ¿No soportas que?

- Necesito verle, reflejarme en sus ojos...

- Hablas de...

- No digas nombres... por favor.

Seiya se mantuvo en silencio unos segundos, iba a decir algo más, pero Shiryu le interrumpió.

- Le amo tanto Seiya... ¿Por qué tiene que estar prohibido el que yo le ame...?

Y fue en ese instante cuando Shiryu se recargó en las piernas de su amigo y comenzó a llorar en silencio, a lo que Seiya respondió acariciando sus largos cabellos negros.

----Fin de Flash back-----

Tiempo después se había enterado de que Shunrei había dejado a Shiryu quien había llorado varias horas sin decir ninguna palabra, y ahora, al verlo en brazos de Mu, le parecía que todas las heridas del Dragón podrían ser curadas, y un enorme futuro podría esperarles, así, como se encontraban... juntos.


¡HOLA!

VUELVE LA PRIMERA HISTORIA DE SAINT SEIYA DE LADY GRAYSON!

Nada mas un poquito de paciencia, por que ahorita no cuento con todo el tiempo que desearía para escribir a mi antojo, pero pronto¡Toda la historia arriba con nuevo capi!

Lady Grayson