Esta historia es un cross-Over entre varias series :DDD
Las series son: Soul Eater, Magico, Kamisama Hajimemashita, Inuyasha y Fushigi Yugi

Ojala os guste. No la he terminado pero estoy en ello :DD

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Los siete guerreros de la leyenda


"Cuando la chica del otro mundo cruce el umbral se liberara el poder de los Vientos y la tierra será salvada"


Capitulo 1: La chica de la leyenda.


El cielo estaba encapotado. Algo bastante normal en la ciudad de Salomilla, una pequeña ciudad en la que siempre parecía hacer mal tiempo. El verano era fresco y el invierno era bastante frio pero soportable si eras como Maka.

Maka corría a través de las anchas callejuelas de adoquines negros como el carbón como alma que lleva el diablo. Eran poco más de las ocho de la madrugada y tenía clase de dibujo artístico dentro de 15 minutos.
Su respiración agitada y los golpes de sus deportivas eran los únicos ruidos que se percibían por las silenciosas calles a esa prácticamente desiertas.

"No te compres una bicicleta que tu eres muy madrugadora" había dicho su padre después de haberla dejado en un pequeño piso y con una buena cantidad de dinero en la cuenta. Como hubiera querido recordarle en aquel instante esas palabras.

Pudo ver a lo lejos el Miffusen, su colegio de arte donde cursaba 2º año de dibujo artístico. Era uno de esos edificios antiguos que siempre han estado en la ciudad, de estructura barroca y hasta con varias gárgolas en la azotea que a veces servían como modelos para varios trabajos.

Maka había arrugado la nariz cuando las vio por primera vez, le habían parecido como demonios que la vigilaban con sus ojos de piedra, pero ya se había acostumbrado a su presencia. Ahora simplemente los ignoraba.

Subió las escaleras de dos en dos y al llegar al largo pasillo donde se encontraba su clase se paro para coger aire y no parecer desesperada al entrar.
Se colocó bien su flequillo y sus dos coletas de color rubio cenizo con rapidez, algo que solía hacer inconscientemente y agarro el pomo de la vieja puerta marrón y tiro de él, entrando en la clase donde varios pares de ojos se fijaron en ella.

Maka camino hacia su sitio, al lado de la ventana y colocó sus cosas mientras empezaban los cuchicheos en voz baja de los demás alumnos, sobre todo de Elie y su grupito de chicas que se colocaban al fondo de la clase.

Desde que había llegado a aquella clase, por alguna razón que Maka desconocía y que no podía imaginar, les había caído mal a aquellas chicas. No necesitó mucho tempo para comprender que no merecer su consideración era como no existir para las demás chicas y chicos de la clase.

Pero eso a Maka no le importaba, ella asistía a las clases y luego se iba a la comodidad de su pisito, sin molestar a nadie y lo que dijeran o pensaran los demás, que fuera para ellos. Ella sabía que la mitad de lo que decía no era cierto o incluso era absurdo.

-Albarn, ¿Por qué siempre vas dando pena por todas las esquinas?-Elie podía ser muy malvada cuando quería y eso a Maka le ponía de muy mal humor.

Elie parecía un ángel, con el pelo rubio platino y liso como una plancha. Pero detrás de la fachada de buena chica había una chica orgullosa y similar a un pequeño diablo rubio.

La chica agarro a Maka por la corbata de rayas que llevaba, los ojos azules de Elie se encontraron con los verdes de Maka, que indiferente la miraba.

Aparto de un manotazo la mano que la sujetaba, recogió su carpeta con sus dibujos y ante la mirada estupefacta de Elie y los demás chicos, Maka abandonó la clase.
Naturalmente eso ocasionó más confusiones y rumores inventados sobre la chica de pelo cenizo.

Llovía cuando salió del edificio, Maka suspiro cansada y abrió su paraguas para volver a su casa. A esa hora había mucha actividad en las calles, muchas señoras vestidas con delantales hacían la compra para sus familias, niños que salían de los colegios y ancianos que se sentaban en los bancos para ver pasar a la gente.

Maka se desvió de su rumbo para dirigirse hacia el parque Halo, un parque donde le gustaba pasar las tardes cuando no quería ir al piso. Sus grandes árboles y plantas diversas le daban la sensación de que estaba en el interior de un bosque.
Se sentó en un banco debajo de un gran árbol y echo la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.

La brisa le acaricio la cara. Olía a hierba recién cortada, seguramente hacia poco tiempo que la habrían cortado. Maka se relajó un par de segundos, le vinieron a la mente los hechos ocurridos con Elie. Aun no comprendía porque la odiaba tanto aquella chica, es más, tenían varias cosas en común. Cuando dibujaban tomaban el mismo objeto como modelo y algunos de sus autores favoritos eran los mismos.

Un sonido procedente de detrás de donde estaba sentada la trajo de vuelta a la realidad. El sonido era como un maullido o un gruñido, seguramente de algún animal.

Maka se levanto y miro por encima del banco. En efecto, hacia un matorral esponjoso y algo estaba detrás de él, una bola de pelo, pensó Maka.

Acercó la mano para apartar las ramitas del matorral para ver mejor.
Lo que vio seguramente quedaría grabado en su retina por el resto de su vida.


Capitulo 2: Lo que encontré detrás de un matorral.


"Un conejo negro" fue lo que paso por la mente de Maka cuando encontró a aquel animalito entre los arbustos del parque.
El animal en verdad parecía un conejo, ya que tenía unas largas orejas peludas pero su cuerpo y cara era la de un gato, con los ojos más amarillos que Maka había visto nunca. Su cola era larga, más larga que la de un gato y terminaba en punta.
Lo más sorprendente no era solamente aquella especie de mezcla de razas si no que en su peludo lomo había unas alitas que parecían tener plumas de algún material brillante.

Maka no había visto nunca un animal así, ni un conejo con cabeza de gato ni un gato con orejas de conejo. Quizá estaba teniendo una alucinación causada por el estrés.
El animalito emitió otra vez un sonido quejumbroso y Maka se percato de que algo le pasaba al pequeño animal. Quizá estuviera herido.
Los ojos del animal la miraron fijamente, pero no escapo ni se movió del sitio donde estaba, como si estuviera esperando que ella hiciera algún movimiento. Que lo ayudara de alguna manera.
Maka recogió al animalito y lo arropo con la chaqueta negra que llevaba en la cintura. Al hacerlo descubrió que el pequeño tenía una herida en una de las alitas y en una pata.
Con la chaqueta cubrió las alas y el cuerpo del animal para que nadie lo viera, así cubierto, se dirigió con paso rápido a su piso para así poder curarlo.

Mientras ella corría hacia su casa, en el parque, más justamente, en el banco donde había recogido al extraño animal, un vertiginoso remolino de plata cayó al lado del árbol y durante unos instantes movió las copas de los arboles asustando a algunas personas que estaban cerca de allí.
Del remolino surgió una sombra, que se deslizo suavemente en la brisa y aterrizo detrás del árbol.
El misterioso personaje recogió una carpeta del banco y sonrió entra las sombras.

-Maka Albarn-La sonrisa se hizo aún más marcada mientras observaba la carpeta que la chica se había dejado sin querer minutos antes.- ¿La elegida?

Sus ojos resiguieron el camino que había tomado la chica y el viento se deslizo en torno a su figura desordenando un cabello blanco como la nieve.

Ajena a todo, Maka había llegado a su piso y después de vendar la pata y de desinfectar el ala del insólito animal que se había encontrado se disponía a hacerse una infusión de menta, que era lo único que podía calmarla en aquellos instantes.

Abrió el armarito que usaba para guardar todo tipo de infusiones, le encantaba tomar una diferente para cada estado de ánimo que pudiera tener, inclusive mezclaba algunas y creaba sus propias recetas. Pero sin lugar a dudas su preferida era la de menta.

Calentó agua en una pequeña taza y echo varias hojas de menta para darle más sabor a la mezcla cuando escucho un ruido metálico cerca de su ventana.

"¿Un ladrón?" pensó Maka algo asustada acercándose al salón. Vio dos cosas. Primero fijo su mirada en el animalito que dormía sobre varios de sus cojines en el sofá y a un chico tremendamente extraño mirándola fijamente con unos penetrantes ojos rojos como la sangre.