Esta es la historia de dos mafias enemigas, estas controlaban todo konoha, hablamos de las mafias Hyuga y Uzumaki. Estas solían ser tan organizadas como la mafia italiana, pero lo curioso es que en la organización Uzumaki, Kushina era la líder operativa, y Minato el líder financiero.

En fin, estas mafias tenían a sus herederos, nada más y nada menos que Naruto Uzumaki y Hinata Hyuga, Naruto siempre se la pasaba con sus amigos Sakura y Sasuke; Hinata por el contrario siempre frecuentaba la biblioteca, algunas veces estaba con su asesora y psicóloga Kurenai Yuhi y rara vez salía a divertirse con sus 2 amigos: Kiba y Shino.

Cierta noche, Naruto se fue al antro al que suele ir con sus amigos, solo que esta vez fue solo, se sentó en la barra cuando la vio entrar, cabello negro cual oscuridad, ojos albinos ligeramente platinados, piel blanca como la nieve, es obvio que se trataba de Hinata, que lucía hermosa con ese vestido entallado de color negro con vivos en plata.

El se quedo estupefacto solo de verla, parecía hipnotizado, cuando ella lo vio de reojo, el no pudo evitar sonrojarse, pero solo fue por unos minutos, porque se armo de valor, se acerco a ella y le invito una copa.

-es extraño que un desconocido me invite una copa- dijo Hinata con un ligero sonrojo en sus mejillas.

-pero eso se pude arreglar, mi nombre es Naruto- dijo el rubio con una sonrisa.

-gusto conocerte Naruto- respondió la de mirada albina.

Unas horas después, ellos habían salido a caminar y casi al amanecer volvieron al estacionamiento donde se habían quedado los carros de ambos, tras haberse subido Hinata a su carro, Naruto quiso despedirla.

-cuídate chica misteriosa- le dijo el rubio algo amigable.

-me llamo Hinata- respondió ella.

-ok, te veré en mis sueños Hinata- le dijo el coquetamente.

-creo que… igual te veré en los míos… Naruto- le respondió ella ligeramente sonrojada y luego puso el auto en marcha.

Al ver el Toyota blanco ser pequeño por la avenida, Naruto sonrió de lo mas tontamente enamorado, no podía creer que hace unas horas estaba con la chica perfecta, aquella que le robo el corazón solo con el primer contacto visual, o como todos lo llaman amor a primera vista; acto seguido, el fue donde su carro para volver a su hogar, la mansión Uzumaki, al llegar ahí, estaciono el carro y lo mas silenciosamente que pudo se escabullo para llegar a su cuarto sin que su madre se diera cuenta.

Cerca del medio día, Hinata estaba en el jardín de la gran mansión Hyuga tocando la flauta sentada con las piernas cruzadas cuando una mujer de traje rojo y cabello oscuro se le acerco.

-por lo visto dormiste muy bien anoche- le dijo Kurenai, ella al verla, soltó la flauta, se puso en pie y la abrazo -muy bien Kurenai, anoche que me fui yo sola de antro conocí a un chico-.

-¿y cómo era?- pregunto la mujer.

-es alto, rubio, de ojos azules y muy guapo- respondió la joven con una ligera sonrisa y un ligero sonrojo que a simple vista era notorio.

-valla, por lo visto aquí hay amor a primera vista- dijo Kurenai con una sonrisa.

-¿Qué? ¿Acaso estás diciendo que me enamore de Naruto?- preguntó la joven con los ojos ampliamente abiertos y aun mas sonrojada.

-valla, con que se llama Naruto- le respondió la mujer, mientras Hinata la miraba como sintiéndose descubierta –si, solo que no me dijo su apellido- respondió encogiéndose de hombros.

Mientras tanto, Naruto nadaba en la piscina de la mansión mientras pensaba en Hinata, cuando su padre interrumpió sus pensamientos –no esperaba encontrarte en la alberca tomando en cuenta que llegaste al amanecer-.

-¿Cómo lo supiste?- pregunto el rubio a su padre.

-soy tu padre, te conozco mejor que Kushina- le respondió Minato.

-puede ser, pero no quería que mama se diera cuenta de la hora a la que llegue- respondió Naruto.

En fin, ambos tienen una sonrisa tras haberse conocido, mas su amor deberá pasar por varias pruebas para llegar a ser eterno.