La estuvo mirando un buen rato y se fue. No podía quedarse ahí observándola. Ahí estaba ella junto a su yo humano y se la veía muy feliz. A quien miraba el Doctor era a Rose Tyler y el hombre que la acompañaba era el mismo dos regeneraciones atrás con sus mismos recuerdos y pensamientos que había nacido de una meta crisis en la TARDIS junto a Donna provocando que en algún momento de su vida hubiese tres doctores, Donna, su yo humano y el mismo el Señor del Tiempo. Hubiese querido acercarse a ella, a su querida y amada Rose, hablarle, decirle que seguía vivo, que pensaba en ella cada día pero no se atrevía o tal vez no podía. ¿Cuantas veces lo había intentado ya y siempre se había echado para atrás? Muchas, no se acuerda. Había dejado de contar ya las veces. Y dejándola ahí junto a él se fue de vuelta a su caja azul donde le esperaba Clara.

- ¿La has visto?

- ¿A quién?

- Vamos Doctor, a Rose Tyler. Por mucho que te hayas regenerado sigue siendo un recuerdo importante para ti y sé que la sigues amando. Ve a verla, atrévete a decirle soy yo, soy el Doctor.

- No puedo. He cambiado demasiado. Ella quiere a una versión mía y ahora mismo es feliz junto a ella.

- No lo dudo pero Rose está enamorada del Doctor y el Doctor eres tú, no el hombre con el que comparte su vida.

- Pero este hombre soy yo en otro momento en otro tiempo y sería un choc aparecer así de la nada y decirle Hola Rose amor mío he vuelto y he venido a verte. He cambiado dos veces de aspecto desde que te deje en el mundo paralelo pero mira aquí me tienes de nuevo. ¿Te quieres venir conmigo? No, Clara, eso es demasiado fácil y solo ocurre en los sueños.

- Sueñas con ella. Lo sé. Te oigo.

- Es solo un sueño. No es más que eso.

- Si pero en el fondo quieres acercarte a ella y hablarle.

- No, no quiero eso. Quiero más que eso.

- Lo sé. Pues díselo. Atrévete, eres el Doctor. Eres capaz de luchar contra una armada de locos daleks tu solo y sin embargo no puedes ir a ver a la mujer que más has amado en tu vida y amaras. No te conozco.

- Clara, por favor, no lo hagas más difícil.

- Soy la chica imposible, tu chica imposible.

- Chica imposible que cree en cosas imposible- dijo el Doctor dando un abrazo a su amiga.

- Es tarde pero prométeme que mañana intentaras ir a verla. Has venido al mundo paralelo para eso, para verla. Las razones que me has dado esta mañana cuando hemos emprendido viaje hacía Noruega no me las he creído. Se valiente y enfréntate a tus miedos. Eres el Doctor, lo entiendes, el Doctor. Eres el señor del tiempo, eres el hombre más inteligente y más increíble que haya conocido jamás y como amiga tuya que soy te digo que des un paso adelante y vayas a verla.

- Vale, a sus órdenes señorita Oswald

- ¡Oye, no te burles!

- Buenas noches mi chica Imposible.

- Buenas noches Doctor.

El Doctor se fue a dormir y como cada noche se durmió pensando en Rose Tyler. A pesar de que habían pasado varios años, que él se había regenerado dos veces ya, ella seguía siendo su gran amor, incluso más que River Song con la que había estado casado. Clara tenía razón, se estaba comportando como un cobarde y debía enfrentarse a sus miedos e ir a ver a Rose y hablar con ella. Tenía que darle igual lo que pasara. Si no iba nunca lo sabría...

- ¿Qué has decidido?

- Voy a ir i hablar con ella.

- ¿Pase lo que pase?

- ¡Si! Ven conmigo.

- No, tienes que ir solo. Yo no puedo. Además, ¿Qué pinto yo ahí? Nada.

- Me dejas desayunar antes por lo menos. Voy a necesitar fuerzas para ello.

- Sí, claro, ya te he preparado el desayuno.

- Gracias Clara. ¿Qué haría sin ti?

- Deja de hablar, desayuna y ve a verla.

El Doctor apenas probó el desayuno que le había preparado Clara y salió de la TARDIS para encontrarse con Rose Tyler. Hacía más de 10 años que no se habían visto. La última vez fue justo antes de regenerarse. Ella en aquel momento de su vida no lo conocía, no sabía quién era, nunca había oído hablar de señores del tiempo, de viajes en el tiempo y el espacio, del planeta Gallifrey y de Daleks y monstruos navideños. Este era el último recuerdo de Rose Tyler que tenía guardado en mente.

Se acercó de nuevo a la tienda donde trabajaba Rose como cuando la conoció por primera vez y esperó a que saliese para trabajar. Al cabo de unos minutos, apareció ella y paso a su lado. Él no le dijo nada pero la miró y le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa sorprendida que un desconocido le sonriera y se marchó al restaurante de comida rápida que se encontraba a la vuelta de la esquina. El Doctor la siguió y entró también ahí. Se sentó en una mesa en el fondo del establecimiento y pidió una taza de té. En realidad no quería tomar nada pero era la única manera para el de quedarse ahí, de observarla antes de atreverse a ir a hablar con ella. Sus miradas volvieron a cruzarse y el agacho la cabeza como si buscaba algo en sus bolsillos. Tenía ganas de levantarse, ir a verla, abrazarla, decirle cuanto la seguía amando pero no era ni el lugar ni el momento. ¿Y si el momento no llegaría nunca para hacerlo se preguntó? Y se levantó pero cuando estaba a punto de acercarse a ella, un grito se oyó, grito muy conocido por él y por Rose.

¡EXTERMINATE!

-Doctor, voy a matarte. Tu me has hecho así- dijo el Dalek.

- Salid todos ahora mismo y corred- grito el Doctor a los ocupantes del restaurante. Todos salieron menos una, Rose.

- Doctor, por fin nos encontramos.

- ¡Que rápido os habéis vuelto a crear! ¿Como habéis hecho?

- No nos hemos creado, he sobrevivido. Yo y unos cuantos mas. Por tu culpa soy así. Yo el gran creador de los Daleks, su padre.

- ¿Davros?

- El mismo. Mira en que me has convertido.

- Estás muy guapo. Ya eres un Dalek. El culto de Skaro al poder. Tu sólito. Que bien. No sabes lo que me alegro por ti. Vamos a tomarnos una cerveza juntos.

- Doctor, creare junto a los que sobrevivieron una nueva flota daleks mas fuerte que la anterior. Como antes nacerán de mi y me vengaré. He esperado años para ello.

- Oh que bien. Pues mira aquí me tienes. Matame si tantas ganas tienes. ¿A que esperas? No necesitas ninguna flota Dalek.

Al ver que Davros no le contestaba el Doctor lo miró.

- Perdona pero tengo prisa. Crea toda la flota Dalek que quieras, aquí estaré para combatirla.

Y dejandole se dirigió hacía Rose.

- Rose, amor mío ven conmigo - le dijo el Doctor cogiéndole la mano.

- ¿Quién es usted? – grito la joven intentando liberarse del Doctor.

- Rose, soy el Doctor y por favor ahora no me hagas ninguna pregunta. Solo te pido una cosa. Si me has querido y me quieres confía en mí.

- ¿Pero qué pasa?

- Por favor Rose, confía en mí.

Rose lo miró, lo observó y corriendo como nunca había corrido huyó junto al Doctor de Davros que había vuelto a disparar como un loco en todos los lados y gritaba como un poseso que iba a exterminar al señor del tiempo. Cuando por fin estaban en un lugar seguros, se paró y lo miró.

- ¿Quién eres?

- Rose, te lo he dicho, soy el Doctor.

- Pero mi Doctor es otro.

- Lo sé que tu Doctor es otro pero este otro después de cambiar dos veces está aquí de nuevo delante de ti.

- ¿Y cómo puedo creerme que eres tú?

Y entonces el Doctor le contó con todo lujo de detalles sus diferentes aventuras juntos, su viaje al final del universo, su encuentro con la Reina Victoria, Madame de Pompadour, Las enfermeras con cara de gato,…, sus despedidas en la bahía del lobo malo, la destrucción de la flota dalek a manos de su yo humano, que ahora vivía con ella. Cuando terminó, ella le miró y le dijo.

-¿Por qué ahora?

- Porque hasta ahora no me he atrevido, lo he querido hacer muchas veces pero he tenido otra vida después de dejarte en aquella bahía junto a mi yo humano. Incluso me he regenerado dos veces y he tenido otros compañeros. Ahora viajo con Clara Oswald la chica imposible. Si no es por ella, nunca me hubiese atrevido a venir a verte Rose Tyler y a decirte cuanto te sigo amando y cuanto te amaré siempre aunque sea la última cosa que te diga y te vayas ahora mismo.

- Si me has amado y me amas ¿por qué me dejaste?

- Pregúntale a mi otro yo que vive contigo. ¿Se lo has preguntado alguna vez por qué había aniquilado la flota Dalek?

- Por qué la habíais, erais dos, incluso diría que tres en aquel momento. No te olvides de Donna.

- No Rose, solo el destruyo la flota Dalek, ni Donna ni yo lo hicimos. Lo advertí, se lo dije pero él siguió adelante. Este yo no me escuchó y siguió adelante con el plan con la profecía trazada por Dalek Caan. Y por eso tuviste que marcharte para el mundo paralelo. Ahora por qué no he venido antes, no lo sé, es una pregunta que me he hecho cada día hasta ahora.

- ¿Y no podías haberte venido tu conmigo?

- No lo sé. En aquel momento las cosas se sucedieron tan rápidamente que fue incluso imposible pensar demasiado que hacer. Pensé en aquel entonces que entregándote a mi yo humano, aquel yo que podría envejecer junto a ti estaba haciendo lo correcto. Perdona si piensas que me equivoqué.

- Es que él no es tu.

- No pero sí. Mismos recuerdos, mismos sentimientos. Entonces explícame ¿cómo hubiese sido capaz de susurrarte te amo al oído si él no era yo? Te lo dijo porque el que te lo decía a través de él era yo y todo el que te dice y te ha ido diciendo a lo largo de los años te lo he dicho yo. He cambiado, soy otro hombre pero que sigue recordando aquel Doctor al que conociste con el que compartiste parte de tu vida y el me recuerda cada día que en algún lugar en un mundo paralelo vive una mujer extraordinaria a la que he amado y amaré siempre. Me regenero pero los recuerdos siguen y se quedan y tú eres el más importante.

- ¿Eres realmente tu con tus dos corazones?

- Acerca la mano y toca

Rose puso sus dos manos en el pecho del Doctor y sintió como latían sus dos corazones y sin pensárselo dos veces sin preocuparse si alguien la veía se acercó y lo besó. Y se quedaron abrazados.

- Te he echado mucho de menos, yo también he soñado cada día que aparecías por la puerta de la tienda y venias a verme. Pero al cabo de un tiempo dejé de hacerlo y me resigne a vivir con tu yo humano.

- ¿Tan malo soy de humano?

- No, no, no he dicho eso. Solo que es diferente. Me tratas muy bien, eres increíble conmigo pero eres humano, no eres señor del tiempo.

- Te entiendo pero así debe continuar. Solo estoy de paso, solo quería verte una última vez antes de seguir viajando.

- Pasa la noche conmigo, quédate.

- ¿Estás segura?

- Si y no lo he estado más Doctor.

- Sabes que mañana por la mañana me iré y no volverás a verme.

- Lo sé.

- Entonces ven… La cogió de la mano. Rose olvidándose que El Doctor humano la estaba esperando en casa se marchó con su Doctor, su señor del tiempo, su alienígena del planeta Gallifrey.