~Soledad
Quizá esa taza de té llevaba ahí más de lo que cualquier otra hubiera sobrevivido en casa del chino, hacía tiempo que había dejado de emanar un fino hilo de vapor indicando que estaba justo a la temperatura para beberse, Yao había perdido el total interés en ella.
Su mirada era fría y distante, como si se hubiera perdido en pensamientos muy lejanos, de hace tantos años que ningún hombre a excepción de él pudiera recordar. De vez en cuando una pequeña sonrisa cambiaba la mueca constante en su cara, pero era extraño y sus ojos bailaban de un lado a otro de la habitación.
No había caído en la locura, no aun no, él lo sabía perfectamente, pero tampoco se encontraba reflexionando, era algo que llamaba tiempo para él. Sin embargo esas palabras estaban prohibidas cuando tenía visitas porque los demás lo tomaban como un "escape de la realidad" en especial cierto soviético que tenía la costumbre de ir a visitarlo con demasiada frecuencia.
-Yao-yao pasa mucho tiempo solo últimamente, ¿no estará planeando algo, da? – Le había dicho mientras se encontraban en el jardín de bambúes.
Habían ido ahí porque él sabía especialmente que Iván odiaba ese lugar, era muy pequeño para alguien de "complexión grande" como se llamaba a sí mismo, así que tal vez se iría rápido si se encontraba incomodo.
-No, solo quiero pasar un tiempo con mis pensamientos aru, es algo que no he hecho desde hace mucho-
Mentía… visitaba esa habitación cada día desde que Hong Kong se independizo de él, eso lo había destrozado, sentía que escapaba de él esa última parte que le quedaba como nación, como hermano mayor y que no podía hacer nada para remediarlo.
Y lo peor era la realidad de las cosas, su mayor temor… se había quedado solo…
Dejo que sus ojos bailaran por la pared nuevamente parpadeando un par de veces preguntándose muy en el fondo porque se torturaba así… pero una parte de él creía que lo merecía.
Cerró los ojos un momento, solo para contener las lágrimas que aparecían, no debía llorar… al fin de cuentas él había buscado ese final y aun así hubiera dado todo porque las cosas cambiaran… no lloraría, no en este momento.
Deslizo su mano por el piso de madera cerca de donde se encontraba la taza de té, antes de tocarla cambio la dirección hasta que sus dedos se encontraron con un liquido espeso, lo miro de reojo; era carmín, como el color de sus más finas prendas, seda teñida de un color parecido a ese, pero nunca logrando igualarlo. Sonrío con ironía, el rojo era su color favorito y es por eso que decían era de buena suerte… pues nadie creería que lo que pasaba era de buena suerte…
Aun así… ¿Sus hermanos se acordarían de eso?... procuro siempre decírselos, el rojo es de buena suerte, lo repetía una y otra vez hasta el cansancio siempre que algo salía mal y les ponía una prenda roja.
-Todo saldrá bien, ya estas usando algo rojo y es de buena suerte aru, veras que las cosas mejoraran aru- Una sonrisa y ya está, las cosas mejoraban para sus hermanos…
Suspiro aun sumido en sus pensamientos, todas sus banderas tenían algo rojo… amplio un poco su sonrisa pensando que esa era la razón de ello.
Un mareo comenzaba a invadirlo, prefirió cerrar sus ojos y pensar en los buenos tiempos, cuando eran pequeños, cuando eran una familia…
Se inclino, quedando recostado de lado con los ojos entre abiertos.
-Cuatro mil años son demasiados, incluso para un país Yao, aru – Se susurro mientras veía las banderas de sus hermanos colgadas en la pared, en su habitación…era lo último que le quedaba de ellos… y era lo único que quería ver en ese momento….
Cerró los ojos….
Bueno, espero les haya gustado, un oneshot algo triste ._. No sé, siempre he creído que un país si se siente solo puede llegar al suicidio, espero les haya gustado… porque aun no sé si continuare el otro XDU
-Crow Raven-
