15shipp. 17fin shippu. 19toneri – hiden - boda. 20 nace Sarada
Habían pasado ya poco más de dos años desde la gran cuarta guerra ninja, las pérdidas y daños habían sido cuantiosos y dolorosos, aun así, las aldeas se recuperaban rápidamente de los daños materiales, no así de los psicológicos, una peligrosa de aspecto cansado y pronunciadas ojeras se encontraba en un consultorio, las cosas se habían calmado bastante desde la boda de su mejor amigo y Hinata Hyuga, la verdad al terminar la guerra pensaba que su único trabajo sería hacerse cargo del hospital, su maestra le había cedido el mando, algo que le complació y frustro a la vez ¿Quién en su sano juicio le da el control de un hospital entero a una muchacha de apenas casi dieciocho años, por otra parte todas las misiones y la guerra la habían… no, los habían hecho crecer muy rápido a todos, no se sentía como una joven, de hecho estos últimos días su alma tenía una pesadez y tristeza que no podía ignorar, aún soñaba de vez en cuando con el breve pero importante momento en que fue secuestrada y cada vez su alma parecía secarse más, no por la acción del encierro, ciertamente ella pudo salir de eso sola, más bien por la última imagen que vio en el bosque cuando había derrotado a Kido, el había ido, tal vez apareció ahí por ella… o no, pero el desenlace había sido el mismo de siempre, dándole la espalda y alejándose de ella. Entendía por qué se había marchado a su viaje de redención, pero no por eso le gustaba. Ya había pasado mucho tiempo y sin embargo solo sabía de el por las cartas rutinarias que le enviaba al Hokage y que este amablemente le mostraba, brindándole así un poco de cercanía con el hombre que siempre había amado. Constantemente se reprendía con coraje por ser tan estúpida ¿Por qué seguía esperándolo? A estas alturas ¿Siquiera esperaba algo? Estúpida, estúpida, estúpida, se repetía cada que su mente conjuraba el recuerdo de el, ya ni siquiera se permitía pensar su nombre, y si por debilidad lo llegaba a pensar, se reprendía nuevamente. Tantas lágrimas derramadas, seguía siendo la misma de siempre, trabajo tan duro para ser fuerte, pero seguía siendo esa niña débil que lo seguía como un perrito faldero, desinteresadamente se preguntó ¿qué pasaría si se alejaba como él lo hizo? La aldea estaba repleta de sus recuerdos, los antiguos y los nuevos, soltó un bufido, ¿qué nuevos? Todos eran viejos y seguramente producto de su propia imaginación de niña. Suspiro pesadamente, y de repente un plan comenzó a formarse en su brillante mente. Alejarse. Eso era lo que tenía que hacer, se estaba volviendo amargada, y ella nunca tuvo la intención de ser así, estaba dejando que el odio y reproche se instalara en su corazón, incluso hacia aquel que siempre tuvo solamente su amor. El hospital estaba bien, le podía pedir a Ino que se hiciera cargo, probablemente renegaría al principio, pero era su mejor amiga, le contaría sus razones y al final le daría un abrazo y le diría que se tomara el tiempo que hiciera falta, Shizune y Lady Tsunade la apoyarían en la administración del hospital cuando hiciera falta, realmente había llegado la hora de ser un egoísta y darse tiempo de sanar, entre la creación y hacerse cargo del hospital de salud mental, el hospital general, las misiones y enseñar de vez en cuando en la academia no había tenido tiempo de sanarse ella misma, y ya era hora.
Con renovadas fuerzas salió de su consultorio y dirigió sus pasos a la oficina del Hokage, al fin de cuentas su sensei tenía que dar autorización, podía tener bastante influencia en la aldea y aun así no dejaba de ser tan solo una Jōnin al servicio de la aldea.
Camino por las calles de Konoha en dirección a la torre Hokage, saludaba a los aldeanos que la saludaban prácticamente cada tres pasos con una sonrisa que solo Sai reconocería como falsa, al darse cuenta lo que hacía se sitió fatal, esas personas no merecían una sonrisa solo por compromiso, había tratado a la mayoría de ellos y salvado a algunos otros, y la saludaban desde el fondo de su corazón, merecían ser tratados con respeto. Estúpida, estúpida, estúpida, se reprendió de nuevo y al instante cambio su sonrisa por una genuina, ahora veía con más importancia el alejarse un tiempo, y no descansaría hasta obtener el permiso, con una mirada determinada subió hasta la oficina de su maestro, toco la puerta y espero hasta obtener permiso para entrar.
-Ah, Sakura, llegas en un momento perfecto, acabo de recibir una carta de Sa…
-Disculpe la interrupción sensei – no dejo mencionar el nombre competo, cada que lo escuchaba su corazón se quebraba un poco más – vengo a tratar un asunto de suma importancia
-Claro, claro. Entonces dime. Cualquier cosa es mejor que seguir con estos informes – sonrió debajo de la máscara y decidió dejar pasar la interrupción de su alumna cuando mencionaba el nombre de Sasuke, hace días, no, semanas la veía decaída y cansada, y tenía la leve impresión de saber por qué estaba ahí en ese momento
-Yo… - suspiro y se dejó caer en uno de los sofás – necesito permiso para ausentarme de la aldea por motivos personales – rehuyó la mirada de su maestro y se concentró en un punto de la mesa, el Hokage no la interrumpió, dejó que continuara a su ritmo – La verdad es que no me he sentido muy bien, eeeh… anímicamente hablando – suspiro – como médico sé que necesito este descanso, desconectarme un tiempo y replantearme algunas cosas que me han estado molestando – Kakashi la observo realmente esta vez, había notado su apariencia desmejorada, pero no se dio cuenta hasta ese momento que tanto había decaído, su cabello no había sido cortado y lo sujetaba con una liga de cualquier manera, para una chica que se preocupaba constantemente por su aspecto, era algo preocupante, continuó con su escrutinio, a sus hermosos ojos jade les faltaba un brillo que siempre había estado presente, hasta en las misiones más peligrosas, debajo de estos, se posaban una ojeras más pronunciadas de lo que había notado. Ciertamente su peso estaba por debajo de lo recomendable para una kunoichi y un suéter verde que tenía puesto en ese momento le quedaba flojo de todos lados. Se sintió decepcionado de él mismo ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Una de las personas más importantes de su vida necesitaba apoyo, y debido a su negligencia como Hokage, sensei y amigo ella misma debía tomar cartas en el asunto, resignado suspiro, en ese momento lo único que podía hacer para apoyarla era ceder a su petición y esperar con todo su corazón que regresara pronto
-Debo reconocer que me sorprende un poco tu petición, lo máximo que llegué a pensar fue que pedirías una misión o un descanso de tus obligaciones con el hospital – cerro los ojos unos segundos y cuando los abrió su mirada de infinita ternura conmovió a Sakura casi hasta las lágrimas – Toma el tiempo que necesites… y recuerda que tienes a muchas personas que se preocupan por ti e irían corriendo en cuanto se los pidieras
-Gracias sensei – se abrazó su estrecha cintura y por primera vez desde que entro en el despacho miro a los ojos a su Hokage, tenía que pedirle un último favor – me gustaría que el verdadero motivo de mi ausencia quedara entre nosotros dos, y tal vez Ino –lanzo una carcajada con desgana - Kami sabe que no me dejará marchar hasta que le dé una respuesta concreta, en especial Naruto, es un recién casado, no quisiera preocuparlo
-Bien, si así lo quieres entonces así será – se le veía tan desvalida protegiéndose con sus propios brazos en ese sofá tan grande, no parecía que fuera una de las mujeres o tal vez la mujer más fuerte de la tierra – sin embargo también tengo una solicitud – la chica ladeo la cabeza en señal de pregunta – quiero que por lo menos cada dos semanas envíes una carta, solo para saber que te encuentras bien, en el momento en que las deje de recibir enviaré un escuadrón en tu búsqueda
- Oh, vamos. Sabes que me puedo cuidar sola –inflo los cachetes en señal de frustración y Kakashi por un momento alcanzo a vislumbrar un brillo en su mirada, suspiro internamente con satisfacción, tal vez en realidad no demorara demasiado en regresar
- Dale a este pobre viejo el gusto – frunció los labios y después dejo caer los hombros derrotada
-Bien, si así lo quiere el Hokage así será – hizo una pequeña reverencia sin levantarse del sofá
- Cuida tu tono jovencita – su sensei entrecerró los ojos – aún te puedo asignar una misión de encontrar gatos antes de que te marches – la joven abrió los ojos con espanto y negó con la cabeza hasta marearse, el peliplata se rio entre dientes – eso pensé, ahora largo de aquí, tienes muchas cosas de las que encargarte antes de partir – la chica se levantó con fuerzas renovadas y se encamino hacia la puerta
- Sensei – sin darse la vuelta una pequeña sonrisa surco sus labios – gracias
Sin decir más salió del despacho y se apresuró al hospital para dejar todo en orden y en manos capaces
- Sakura… lo lamento – el Hokage cerró los ojos y por primera vez en mucho tiempo sintió un nudo en la garganta.
