Título: Moments of your life.
Claim: Todos/Todos.
Summary: Momentos. Fotografías que quedan en tu mente, memorias. Pedazos que nunca recordaste. Cosas que nunca supiste. Reto.


I: El hermano de su novio.

(Bree/Riley).


1.

Faltan sólo tres días para cumplir diez años y, por tanto, para su fiesta. Bree casi no puede creer que ya vaya a tener dos cifras (en lugar de una) en su edad.

Sin embargo, el hecho de cumplir diez años no evita que se ponga nerviosa cuando se acerca a Richard, toda sonrojada, a invitarlo a la fiesta. Le entrega la tarjeta, celeste y plateada, cuando llega justo frente a él y Richard la mira con ese aire de chico popular.

—Cumplo diez años —murmura apenada—, ¿irías?

Él sonríe como siempre lo hace, inclina la cabeza y responde.

—Por supuesto, Bree —acaricia el nombre con la lengua—. Pero deberé llevar a mi hermano mayor.

—No importa —replica—, puede ir sin problemas.

Se aleja, con las mejillas aún más incendiadas, hacia el baño. Cierra la puerta y chilla de emoción.

2.

Su vestido es blanco, suave y de seda; tiene una cinta azul rey a la altura de las costillas y llega hasta sus rodillas. Usa zapatillas, como las bailarinas de ballet, y tiene un lazo color blanco en el cabello.

Cuando sale, mira alrededor por toda la fiesta, buscando a Richard. Lo encuentra cerca de los bocadillos, junto a un chico mayor que supone es su hermano.

Se acerca, pasos de bailarina, confianzuda (aunque aún con las mejillas rosas) y parece que baila.

—Hola, Richard —la voz le sale melodiosa, le da un beso en la mejilla.

—Bree —y suena como que de verdad se alegra de verla—. Él es mi hermano, Riley.

Bree lo ve y no es como en las novelas, donde aparece un repentino amor hacia el hermano de tu chico especial. No, para nada.

3.

Días después, Richard le pide que sean novios. Bree chilla emocionada un gran y se abraza fuertemente a él.

Están en recreo cuando se dan su primer beso, en uno de los pasillos, dulce y casto, labios unidos y firmes.

No es como ella hubiera podido imaginarlo, no es tan bonito. No le da mucha importancia.

4.

Terminan su noviazgo tres meses después, por ciertas diferencias en sus gustos. Bree es más madura, Richard más misterioso, ella es más inocente y él más guarro, porque se la pasa con amigos de su hermano.

Casi nunca estaban juntos y, cuando lo estaban, no se lograban poner de acuerdo.

Bree sabe, muy dentro de sí, que ese no es el problema.

5.

Tiene catorce años entonces, cuando se va a comprar un café con leche en la cafetería de la esquina. Mottery's reza el anuncio afuera, en honor al apellido de la familia que dirige el local.

Pide su café con mucha leche y azúcar, la Señora Mottery inclusive le echa chispas de chocolate. Se sienta en la cuarta de las ocho mesas del lugar, y nota un cabello que se le hace conocido.

—Riley —le llama, y él voltea. Al mirarla, se le ilumina la cara, se levanta de su mesa (café y pastel en mano) y va hacia ella.

—Hola, Bree —no se ve incómodo hablando con la ex novia de su hermano menor, una niña de catorce en comparación a sus diecisiete.

Hablan de sus vidas durante un rato, y salen de la cafetería. La noche en Seattle está oscura, pero Bree tiene el consuelo de que Riley la proteja.

Meses después, ojos rojos y batalla por venir, es que llega a entender que la comodidad que ese chico le proporciona no es más que ese conocimiento inconsciente de que es parte de su pasado.

Y por eso siente tantas ganas de sollozar cuando descubre que ha muerto.