Sueños rotos

1. Un millón de años atrás

ASH POV'S

Sé que se dice que de los errores se aprende, pero hay veces que un error te cuesta la felicidad completa de tu vida, tener el supuesto 'valor' de arriesgarse y perder todo en el intento, por una equivocación que al final de cuentas no es culpa tuya pero fue la consecuencia de precipitadas decisiones que no fueron meditadas como se debía, el creer hacer lo correcto cuando eso era todo menos lo correcto ¿No se supone que las decisiones se deben tomar juntos? Egoísta de mí. Mi culpa si fue a haber echado todo por la borda, estropear todos y cada uno de mis planes a futuro, todos los sueños que habíamos construido en lugar de enfrentarlos con la persona que amo, y que amare por sobre el resto de mi vida, que al final de camino yo sabía que me apoyaría ante cualquier situación, pensar que estaba en lo correcto pero más que eso, era lo que nos destruiría.

Tenía miedo tengo que admitirlo, tenía miedo de volver a aquello que una vez deje atrás, por mi cobardía, por mi tonta inmadurez, no pensé que un día tendría que volver hacerles frente pero el destino se encargó de colocarme en mi lugar y ahora todos esos recuerdos me traían a la mente, una y otra vez repasando una película en mi interior. Jure dejar todo atrás pero como si tuviera que pagar cada uno de mis errores el pasado venia hacerle frente a mi presente, el pasado que fue tan lleno de color ahora se mezclaba con un mi presente gris, tan oscuro, como mi propio interior. Estaba de nueva cuenta, recordando todos esos sueños rotos que noche tras noche venían a visitarme.

La ira me consumía, ya no sabía qué hacer, sabía que huir era de cobardes pero que más me quedaba por hacer, ella no merecía esto, no ella no, ella merecía más, y es que simplemente el hecho de pensar que podría ver su frágil rostro quebrándose ante mí. No. No podía soportarlo. La suerte ya estaba echada y no había ningún pronóstico alentador de mi lado.

Ella necesitaba a alguien que pudiera darle seguridad, alguien que realmente la hiciera feliz, alguien que le diera estabilidad, y no alguien como yo. Semanas, largas semanas me había tomado tomar aquella decisión pero después de haber confirmado mis sospechas y desde que lo había decidido comencé a portarme distante con ella. Me odiaba a mi mismo por hacerle esto, pero le evitaría menos dolor al que yo sabía que empezaba a sentir, pensaba que de esa forma, con la relación fría sería más fácil el siguiente paso.

Había días que ponía de pretexto los múltiples torneos que se estaban llevando a cabo en la ciudad, argumentando que tenía que revisar que todo estuviera baja control desde su inicio hasta su final, dejar todo listo para el día siguiente para así poder llegar hasta tarde a casa y evitarla lo más posible. Recuerdo muy bien lo que una noche me dijo y que sin ella viera me hizo romper en llanto "Es que ya no me amas" su dulce voz con aquel hilo de dolor y melancolía se asomó en la habitación, en la que cama que compartíamos, lo único a lo que atine hacer fue a salir corriendo de la habitación y dormir en el estudio para que no percatara mis lágrimas y el dolor agonizante que se instalaba en mi pecho. Ya no podía hacer más, ya estaba todo decidido y no había marcha atrás, tenía que dar paso veloz.

El timbre del teléfono interrumpió mis pensamientos, no estaba seguro de contestar, deje que sonara varias veces hasta que por fin levante el auricular sin ver el número en el identificador

Buenos días conteste sin mucha gana ¿Quién habla?

Ash, soy yo Era ella ¿Quién más podría alterarme de esa manera con el simple hecho de escucharla?, su melodiosa voz tan inconfundible, mi corazón se aceleró, mis manos comenzaron a temblar, era música para mis oídos, una sonrisa momentánea se dibujó en mi rostro para pocos segundos después volver a la realidad.

Oh Mist ¿Que sucede? Estoy a punto de salir a una junta, sabes, ando de prisa y… junte las primeras palabras que se me cruzaron por la cabeza, cualquier pretexto para evitar hablar con ella, no quería hacer las cosas más difíciles.

Si amor, no te quitare mucho tiempo... ella corto lo que yo decía antes de que me pudiera dar oportunidad de que mi excusa sonara más convincente. Pude notar el cambio en su voz, y casi la pude imaginar con su rostro afligido, me odiaba a mí mismo, era el peor hombre sobre la faz de la tierra.

Dime dije mostrando interés, tratando de anestesiar al menos por unas horas el dolor. Como si eso fuera a ser posible.

Recuerda la cena de esta noche, tengo una importante noticia que darte así que espero que puedas llegar tempranodijo emocionada, me sorprendía el cambio tan variado de emociones a la cual podía someterse.

– No te preocupes, Mist, yo también tengo cosas que hablar contigo, ahí estaré puntual. A las ocho de la noche, como habíamos acordado – le conteste y otra vez esa punzada de dolor se instaló en mi pecho, agradecí que ella no estuviera frente a mí para que se diera cuenta.

De acuerdo, Ash entonces te dejo. Cuídate, te amo... dijo en forma de despedida, y supe que tal vez fuera la última vez que la escuchaba decir que me amaba.

Ok, yo también te amo – tenía que decírselo y no pude evitar que mi voz se llenara de todo el cariño albergado en mí. Ella colgó y yo deje caer el teléfono...

Aquel día tendría que decirle la verdad no podía retrasar más esto, porque no sabía lo que podría ocurrir en un futuro cercano, Misty tenía que estar a salvo, no podía dejarle que sufriera por mi culpa. No jamás. No dejaría que derramara ni una sola lágrima por mí, más valía que me crea egoísta a que arruinarle la vida. El resto del día paso con lentitud, quizás demasiado, las manecillas del reloj se tardaban mucho en dar vuelta, los segundos, los minutos, las horas. Las horas. Se acercaba la hora de partir por última vez mi hogar y romper con los sueños que con tanta ilusión comencé hace dos años atrás en compañía de la mujer que más he amado y amare el resto de mi vida.

No deje ningún pendiente ya que mañana mismo partiría hasta Kalos, iría en busca de uno de mis mejores amigos, Brock. Ahora estaba allá superándose cada día como Doctor Pokemon, mientras yo iba a hundirme en esta cruel realidad. Revise por última vez todos los papeles y los deje sobre mi escritorio, Richie, mi amigo y compañero de trabajo sabría que hacer al día siguiente. Tome las llaves del auto y salí rumbo a casa.

Conduje de manera rápida, entre más pronto llegara y me quitara este pesar tan horrible y absurdo sería mejor, no quería ver a Misty llorar, pero sabía que al menos por hoy tendría que verla derramar lágrimas por mi culpa, pero solo sería hoy, porque a partir de mañana no tendría ni un solo motivo para hacerlo, jamás, porque no volvería a saber nada de mí, yo mismo me encargaría de que pensara lo peor de mí, era lo mejor a que sufriera por algo que nadie podía evita. Después de unos minutos de trayecto ya estaba en frente de lo que hasta hoy había sido mi hogar, ese sería mi último día ahí. Ese hogar que con tanto amor construimos, hoy se derrumbaría a pedazos de dolor.


MISTY'S POV

Hay veces que la vida nos juega mal, creemos tener todo, estar viviendo en un cuento de hadas, todo lo que un día soñaste de repente se vuelve realidad, en tu rostro resplandece una enorme sonrisa y sabes que comienzas a vivir el primer día del resto de tu vida. Pero de repente todo ese mundo color de rosa se viene abajo, cayendo pedazo por pedazo y ni siquiera eres capaz de darte cuenta cómo empezó todo porque nunca se está listo para eso. Tu interior comienza a desgarrarse, como si fuera un duro golpe a tus entrañas, y de repente la realidad aparece en frente de nosotros haciendo trizas todos nuestros sentimientos, y esa ilusión que en realidad siempre fue un espejismo.

Era feliz, en verdad era feliz, no le faltaba nada a mi vida, todo lo que había soñado lo tenía, mis anhelos desde niña ahora eran mi presente, presente que en el pasado creía un futuro casi imposible, pero la vida se había encargado de brindarme esa dulce oportunidad de poder ser feliz al lado del hombre que he amado siempre, al único hombre en toda mi vida. Era demasiada perfección, tanta felicidad, que se instalaba a mi alrededor por eso supongo que un día más temprano que tarde se tenía que acabar, quizás no estamos destinados a ser felices por siempre. Y es que ni siquiera lo vi venir, ¿Ingenua? Quizás pero lo cierto era que nadie podía creer que aquella vida de ensueño pudiera durar para siempre.

Ahora apenas y podía recordar, era como si se lo hubiera tragado la tierra. Era lo mejor, todo mi pasado tuvo que quedar atrás y yo, a marchas forzadas tuve que crecer y afrontar el dolor para poder abrir los ojos y enfrentarme a nueva vida. Ahora era como si hubiera pasado un millón de años.

La emoción recorría mis sentidos, la mejor noticia que me pudieran haber dado, lo único que le faltaba a mi vida, mi cuento de hadas se estaba haciendo realidad, el final feliz que tanto esperaba se estaba acercando, si no es que más bien ya lo estaba viviendo.

Contemple mi reflejo sobre el espejo y coloque las manos sobre mi vientre, el fruto del amor que tanto nos teníamos, si eso era, aquella personita que estaba comenzando a vivir dentro de mí, comencé a ponerme nerviosa, como se lo iba a decir, como lo iba a tomar.

Un montón de preguntas comenzaron a rondar por mi cabeza, ¿Qué tal si no le parecía? Eso no estaba en nuestros planes pero cuando lo hablamos yo podía notar la sonrisa en su rostro, sé que le ilusionaba la idea de ver a nuestra familia crecer, quizás de la misma forma que a mí. Pero ¿Y si no? "Por favor, Misty, a Ash le va a encantar la idea, veras que él será el más feliz con todo esto" me convencí a mí misma, imaginando el rostro de mi esposo al saber que nuestro amor había germinado. Después de toda ¿Qué persona no estaría feliz de saber que tanto amor había dado fruto?

Aunque sabía que algo desde hacía un tiempo no estaba bien entre nosotros, comenzaba a comportarse distante conmigo, frio, había días que llegaba a casa y directo se iba a la cama, sin siquiera decirme Buenas Noches, ¿Cómo estás? Nada, tan solo oía sus cansados pasos subiendo las escaleras dirigiéndose hacia la habitación. Recuerdo aquella vez que le pregunte que si aún me amaba, él no me contesto tan solo salió corriendo de la habitación y al día siguiente cuando desperté él ya se había ido a trabajar, pensé que quizás se debía a motivos de trabajo, tal vez alguna junta o cualquier otro asunto de improviso, uno nunca sabia, esa fue la justificación que mi mente decidió utilizar a favor de Ash. Mi mente no podía encontrar otra explicación a la actitud de Ash durante las últimas semanas, ya pesar de que quise indagar sobre ello en más de una ocasión todos mis esfuerzos fueron inútiles, era como si no estuviera ahí, como si su cuerpo estuviera presente pero su mente estuviera en otra parte.

Lo había decidido, aquel día seria el indicado para comunicarle esta gran noticia a Ash, que cambiaría nuestra vida y la llevaría a un rumbo mucho mejor. Recuerdo cuando solía soñar con esta vida que ahora era mi realidad, en aquel entonces tan solo era una niña llena de ilusiones y sueños por cumplir, pero estaba segura que ni aun en mis sueños más hermosos la felicidad que ahora se apoderaba de mí se podría comparar. Sonreí ante aquel hecho.

Volví a la realidad y deje mis pensamientos de lado, baje las escaleras para ir a la cocina, estaba preparando una cena especial para aquel día, era obvio que no podía ser como cualquier otro. Lo que estaba cocinando marchaba bien, en una hora aproximadamente estaría listo, justo a tiempo para recibir a Ash, eso me daba tiempo para prepararme, tenía que estar impresionante para celebrar que nuestro amor estaba a punto de dar frutos.

Aunque antes de cualquier otra preferí llamarlo, no fuera hacer que tuviera alguna junta o algo por el estilo. Marque los números que ya estaban programados en el celular, fue breve, y fue fría su contestación como ya se estaba volviendo una costumbre, pero supuse que a partir de aquel día las cosas comenzarían a cambiar, si claro que sí. Subí hasta la habitación, ya había elegido la ropa para aquella noche, un ligero vestido color azul, Ash me había dicho que le gustaba como resaltaban mis ojos con el puesto. Tome todo lo necesario para mi baño y estuve entretenida arreglándome durante un buen rato. Quería lucir perfecta, no podía pasar por alto una noche tan importante como esa, sería como empezar a escribir una nueva etapa en nuestras vidas.

Aunque tenía todo calculado, en unos cuantos minutos bajaría a la cocina y apagar el horno, la comida estaría lista a tiempo. Ya todo estaba listo, pero falta lo más importante, solo faltaba el.

Mientras esperaba me vi en un espejo, sonreí y me sentí orgullosa ante lo que se asomaba en aquel reflejo. No podía negar que lucía bien, debo admitir que parte de aquella figura que resplandecía frente al espejo había sido obra de mis hermanas, ella se habían encargado de hacerme todo un cambio antes de casarme con Ash, habían dicho que todo eso me sentaría bien, que Ash estaría de acuerdo y que le agradaría los pequeños cambios que harían en mí. Y tuvieron razón, cuando Ash me vio quedo deslumbrado, sus ojos centellaron con un fulgor. Amaba a Ash, cada parte de él, era parte de mí, de mi vida. Estaba convencida que no quería una vida que no fuera sin él. Deje a un lado mis pensamientos y me dispuse a preparar la mesa, un suave mantel de seda con delicadas velas eso era lo único que se ofrecía de iluminación con un poco de música suave para amenizar el ambiente, las notas danzaban con gracia sobre la estancia todo estaba perfecto.

Oí el motor del auto acercarse, sabía que se trataba de Ash, los nervios se apoderaron de mi como si fuese la primera cita que tuviera con él, recordaba aquella noche mágica que por primera vez salimos y formalizamos nuestra relación, también me recordaba un poco a la noche que Ash me pidió en compromiso.

"Ya Misty tranquilízate" esa vocecilla interna hablo de mi controlando mis emociones, debía estar lista y no dejar que Ash se diera cuenta de aquello hasta el momento de terminar la cena, ese sería el momento justo e ideal. La puerta del coche se cerró, venia hacia acá, hacia mí, hacia el hogar que por tres años habíamos compartido que ahora comenzaba a crecer con amor. Nadie podría quebrar aquel maravilloso mundo construido por ambos. Nadie.


N/A:

Hola, pues bien, sé que este fic ya tiene tiempo publicado si es que alguien lo ha leído pero me atrevía rehacer un poco el primer capítulo ya que ya estoy preparando el segundo, es que solamente no puedo dejar morir esta idea porque en cuanto historias fue la primera que tuve pero no sé, algo no me animaba a publicarla.

Sé que también tiene mucho tiempo que no aparecía por aquí, pero este es como mi regreso. Así que si, Liz está de nuevo por aquí. De antemano les comento que este fic tendrá mucho drama, ya saben que eso es lo que se me da, tratare de no sea tan cliché, y bien, también siento si desilusiono a alguien por lo que escribo, si consideran que tal vez esto no pasaría pero bien, después de todo por eso son fanfics, y pues puede pasar de todo. Y quiero agradecer a las chicas, Andy, Are, Kass, Bego,Sumi, Elphie y Sofi, amigas tal vez no lo sepan pero por ustedes me anime a volver a escribir después de casi dos años en silencio.

Las canciones que inspiraron este fic fueron de The Reason de Hoobastank & When you're gone de Avril Lavigne.

Canción que inspiro este capitulo Million Years Ago de Adele, se las recomiendo escucharla mientras lo leen.

Nos vemos pronto.