Era una de las últimas posibilidades de éxito: la fuente de Lanayru. Ella se había preparado, se encontraba en el ayuno tradicional y ataviada con su atuendo blanco, similar a las sacerdotisas que dedicaban su vida al cuidado y mantenimiento del templo del tiempo y de orar a las diosas.

Link la observaba desde un punto bajo un árbol cercano, pendiente a cualquier señal de algún enemigo en los alrededores, sin embargo, aunque el día estaba más silencioso de lo usual, no sentía la presencia de ninguna amenaza cercana. El sabía que los cuatro campeones estarían esperando por ellos al medio día, en el camino cercano que llevaba a los grandes puentes construidos en el recinto. La princesa aparentaba tranquilidad, pero no podía negar su verdadera desesperación por obtener el despertar de su poder, lo que sea que eso implicara.

El aire matutino se sentía fresco en su piel, Zelda se adentró a un punto dentro de la Fuente, y comenzó sus plegarias.

-"Diosas, me encuentro aquí de manera humilde, para solicitar su asistencia en tiempos de angustia, por favor, permitan que su sabiduría..."

De repente, en su cabeza se sintió una fuerte punzada, como si un rayo hubiera atravesado su mente, cerró fuertemente los ojos, y al abrirlos quedó horrorizada: el fuego consumía el campo al rededor suyo, el cielo estaba oscuro, varios de los guardianes construidos por los Sheika se encontraban brillando en un color rojo rutilante, provocando caos y destrucción. De pronto, vio una imagen de si misma parada en un sitio cercano y después lo vio a él.

-"¡Link! Esa no soy yo..." intentó gritar, sin producir sonido alguno, horrorizada al ver como un láser apuntaba justo al corazón del caballero, el cual tenía múltiples heridas en sus brazos y se encontraba cubierto de lodo y suciedad, estaba a punto de dar su vida por ella, o al menos un clon de ella.

-¡Detente por favor! ... Tenía que detener este sinsentido, corrió hacia Link lo que parecían horas, hasta el punto en donde el joven se encontraba protegiendo a su reflejo, no quería perderlo: no a él, su cuerpo reaccionó más rápido de lo que su mente podía cavilar, no concebía un mundo sin él.

De pronto, observando algo insólito, igual que ella su reflejo se posicionó frente a su protector, levantando una mano y produciendo una grán esfera de luz, sus cuerpos se atravesaron de manera simultánea, como si ella fuera un ser etéreo, mezclándose con su yo de ese lugar y liberando dicho poder en un haz de luz que recorrió todo el campo en el que se encontraban, el guardián frente a ellos y todos los demás cesaron su actividad, cayendo al suelo y tornando sus piezas en un color azul, azul brillante.

-"¡Zelda! ¡Zelda! ¡Princesa!" Exclamaba de rodillas el joven a su lado.

Lo primero que vió al abrir sus párpados fueron los azules ojos de su caballero designado mirándola a una corta distancia.

-"Azules... ahora son azules como ... tus... ojos"

Con un leve sonrojo, sin ponerse de pie Link tomó distancia prudente de la cara de la princesa y preguntó

-"Princesa, esa esfera... ¿Como fué posible? Al fin se ha manifestado el poder..." le dijo con una leve sonrisa.

-"Yo... ¿Qué me sucedió?... le preguntó al ver a Link mojado de la cintura hacia abajo, y al verse acostada bajo el árbol mismo donde él la esperaba.

-"Después de un rato, le miré levantar las manos, y una gran esfera de luz apareció en frente suyo, provocando una fuerte ventisca, la esfera explotó... después de eso colapsó al agua, y ... le traje hasta aquí" le explicó el joven, con ademanes exagerados de sus manos y con un brillo en su mirar.

Su mente daba vueltas. Recordó la escena donde se interponía entre el guardián y...

-"¡Link!" Gritó mientras, de manera sorpresiva, lanzaba sus brazos al rededor de él, enterrando su cabeza en su pecho, lágrimas comenzaron a brotar de una manera incesante, y varios sollozos rompieron el silencio de aquel lugar.

El joven no supo cómo reaccionar en un inicio, y sus manos permanecieron inmóviles, abrazándola de manera suave momentos después. Su llanto no cesaba, mientras entre balbuceos distinguió que ella mencionaba las palabras "No mueras por favor"

-"Princesa..." dijo, no muy seguro de cómo continuar la frase

-"Estoy aquí... no me iré, le protegeré ... siempre..."

Al escuchar a Link, la joven sintió algo caliente brotando en su pecho, las marcas de la trifuerza en su dorso comenzaron a brillar de manera espectacular, mientras que a su al rededor se manifestaba un aura de luz que comenzaba a lanzar viento, como si de ella emanase un torbellino, el cual hacía que su cabello y las hojas de los árboles cercanos se comenzaran a mover.

Esto rompió el abrazo en el que se encontraban, y al hacerlo, la luz cesó.

-"Yo... este poder..., sucede cuando..."

Y observando el dorso de su mano, cerrando sus ojos imaginó a su caballero una vez más, mientras su cara se sonrojaba fuertemente al abrir los ojos y observar que la marca volvía a resplandecer.

-"¡Las plegarias en la fuente de Lanayru al fin dieron resultado!..." Le afirmó Link, con sus ojos resplandeciendo, al ver cómo la princesa al fin había logrado su meta principal.

-"Es algo que... no lo esperaba de esta manera..." mencionó sonrojada, apartando su vista del joven, su corazón palpitaba fuertemente.

-"Tenemos que decírselo a los campeones, y al rey" dijo Link determinado, gustoso de la buena noticia, aunque le desconcertó un poco la reacción de Zelda, ya que se veía algo aprehensiva al respecto, como si no quisiera hablar acerca de ello.

-"Es casi medio día, si... lo mejor será que nos encontremos con Daruk y los otros" dijo algo cabizbaja.

A lo lejos observaron cuatro figuras esperando en el camino cercano, se encontraba la princesa Mipha, Revali, Daruk y Urbosa, todos a la expectativa.

Zelda llegó con una mirada de entre confusión y preocupación, aún meditando en si debía decirles que la fuente misma de su poder residía en sus ... sentimientos por Link

-"¿Y bien? ¡No nos dejes en suspenso! Dijo Daruk al verlos aproximarse.

-"Se manifestó... en mi, el poder de contrarrestar el mal... o al menos eso espero" dijo, mostrándoles como resplandecía su mano y expandiendo el resplandor un poco más allá, mientras su cara se volvía a sonrojar al ver por el rabillo del ojo como Link la observaba fijamente.

Daruk vitoreó, Urbosa y Mipha la observaban con una sonrisa, y Revali, observándola más de cerca, palpó su frente.

-"Espero no tenga fiebre, su majestad... su cara se ve muy roja y es probable que tanta conmoción pueda fatigarla" le dijo, mientras ella colocaba una expresión preocupada.

-"Yo... de hecho estoy bien... verán, en una visión... los guardianes se volvían en nuestra contra... y Link... debo decirte algo..." dijo de manera entrecortada, bajando la mirada, lo cual fué algo extraño para el caballero, ya que ella siempre era muy directa.

De repente un temblor azotó el lugar, varias aves volaron a lo lejos, parecía que el lugar se llenaba de un aire pesado de respirar, y lo observaron. Una nube de humo negro cubría el castillo de Hyrule. Los cuatro guardianes se miraron entre sí.

-"Princesa, no pudo haber mejor día que hoy para que despertara su poder" dijo Urbosa con una sonrisa. Y continuó -"Pronto lo necesitaremos"

-"Esperen... si como presiento, las bestias deben haber sido influenciadas por la maldad, es peligroso que vayan solos. Revali, llévanos a Vah Medo , debo hacer una comprobación"

De manera rápida, mediante la tableta Sheika, fueron teletransportados a un sitio cercano a la localización de Vah Medoh, y aplicando su poder, en efecto detectó la presencia maligna dentro de la bestia, un demonio, parte de Ganon. Formando un gran haz de luz, dirigido frente a ella, logró materializar fuera de la bestia la entidad oscura que ella moraba, fue entonces cuando Link, asistido por los demás, logró acabar con ella y dar el golpe final.

Anonadado Revali exclamó

-" Eso... podría haberse llevado mi vida fácilmente... estoy en deuda con usted, mi princesa" mientras se inclinaba rápidamente frente a la joven de pelo rubio.

-"Esto es trabajo en equipo, creo que a quien debes agradecer es al caballero en todo caso..."

Link, quien distraídamente limpiaba su espada maestra, solo volteó levemente, viendo cómo Revali le hacía una leve reverencia a regañadientes.

-"No te preocupes..." dijo con una risilla nerviosa, -"Debemos revisar las otras tres bestias"

Revali se incorporó rápidamente -" Me llevaré a Vah Medoh"

El resto de ellos se teletransportaron a donde se encontraba Vah Ruta, Vah Naboris y Vah Rudania respectivamente, desterrando el mal de sus centros.

La batalla en contra de la calamidad Ganon sería algo de lo que el pueblo hablaría por generaciones enteras. Si bien no todos resultaron ilesos, una gran mayoría logró sobrevivir aunque sus hogares necesitaran una completa reconstrucción.

Una vez al pie del semi derrumbado castillo, Zelda sólo quería ver que su padre estuviera bien. Corrió junto a Link por los amplios pasillos, hasta que divisó a una distancia a Impa, quien era seguida de varios médicos, con sus atuendos empolvados, quienes llevaban en sus manos varias plantas y elíxires.

-"Princesa, sígame" le dijo sin más, y todos corrieron a una de las habitaciones al fondo de la segunda ala del castillo.

Ahí, en una cama sencilla, y resguardado por dos guardias y un miembro del consejo se encontraba su padre, a pesar de que una sabana lo cubría, observó cómo seguía empapándose de sangre en su costado.

-"Papá... ¡padre!" Corrió Zelda hacia su regazo. -"¡Debemos llamar a Mipha! Estará aquí en un segundo, aguanta..." Dijo ella entre lágrimas

El rey, abriendo los ojos despacio, observó a su hija a su lado

-"Zelda... yo... lamento... debí pasar más tiempo..." y entonces le entró un ataque de tos, observando cómo en el pañuelo que portaba, expectoraba de manera sanguinolenta

_ "¡No importa papá! Yo estoy aquí, no te esfuerces... Link, por favor, encuentra a Mipha" dijo casi implorándole, mientras sujetaba la mano de su padre.

El caballero, sin decir una palabra, dio la vuelta y corrió fuera del castillo.

Los médicos le dieron un elixir de hada, lo cual calmó bastante la molestia por un momento.

"Hija... escúchame, mi tiempo ha llegado... he visto a las diosas... sólo quiero que me prometas... que cuidarás de Hyrule..."

"Siempre, ¡lo cuidaré siempre!" Dijo ella entre sollozos

"Y otra cosa... quiero que seas... que tengas... a tu lado..." y de manera lenta, la presión de la mano que sujetaba a su hija cesó.

"Padre... ¡padre! ... no, por favor, ¡papá! ...

Un médico corroboró que el rey no tenía pulso ya. El miembro del consejo había anotado todas las palabras que el rey había pronunciado, y la hora de la muerte.

El espíritu de Rhoam Bosphoramus Hyrule sólo pudo pronunciar en un susurro - "Qué seas feliz, y tengas a tu lado a quien te diga tu corazón" ascendiendo así al cielo, para el desconocimiento de todos los presentes.

Link se apresuró como nunca, encontrando a Mipha cerca de su padre y de su mentor, le tomó de la mano y apresuradamente la retiró a un lado - "Ven conmigo, te necesito" . La princesa zora, sonrojada lo siguió, dejando perplejos a su padre y a Muzu, su mentor.

Ambos fueron transportados por la tableta Sheikah a un punto muy cercano al castillo, Mipha corría tras de Link, sujetando fuertemente su mano, para ella era como un sueño.

"Se trata del Rey Rhoam, se encuentra muy mal" dijo él con expresión seria, mientras entraban al castillo, sin notar la decepción transitoria en la mirada de su amiga.

Llegaron, extrañamente Impa estaba afuera del jardín

"Link. No hay necesidad. El rey se ha ido."

"¡Pero...!

"Una vez que Ganon comenzó a invadir el pueblo, varias torres del castillo colapsaron, lo encontramos bajo una gran viga de madera, uno de sus pulmones tenía un sangrado interno muy severo... creo que resistió tanto tiempo sólo para ver a Zelda"

Link cabizbajo solo pudo voltearse y golpear la pared, recargándose sobre ella.

Mipha pasó su mirada de él, al cuarto donde probablemente estaba el rey, acercándose un poco pudo escuchar el llanto de la princesa Zelda desde lejos.

La ceremonia de lo que debió haber sido una celebración, pasó a un solemne funeral.

Se encontraban representantes de las cuatro regiones en la ceremonia, incluidos los campeones.

Fue algo sencillo, con toda la gente en carencias, no podían darse el lujo de un gran funeral, atrás del templo del tiempo, se llevó a cabo el entierro, muchas personas desfilaron, depositando sobre el ataúd flores de los diversos lugares de Hyrule. Algunos miembros de la tribu rito entonaban una melodía triste y solemne, digna de un rey.

Link se encontraba atrás de la princesa todo el tiempo, después de todo, él seguía siendo su caballero designado. Finalmente, cuando todo hubo acabado, Revali se acercó a la princesa

-"Su majestad, sepa que estaré siempre a su servicio, cuenta con mi lealtad, y la de mi tribu, espero no sea inconveniente que le preste una visita cada mes, para actualizarle cualquier avance"

"Vamos, sabemos que quieres seguir en contacto con la princesa" dijo Urbosa, provocando un sobresalto en el rito.

"De hecho no estaría mal, reunirnos cada mes, para cualquier novedad, que dicen, Daruk, Mipha... nuestra tribu Gerudo seguirá con los convenios de comercio como siempre, más ahora en tiempos de necesidad, designaré un escuadrón para que ayuden en la reconstrucción de Hyrule"

"Me.. me parece bien..." exclamó Mipha tímidamente "Podemos ... encargarnos de la reparación de los suplementos de abastecimiento de agua..."

"Espero no se olvide de nosotros, sus hermanos goron estamos para ayudar en cualquier cosa, su majestad... asumo que ahora nos referiremos a usted como... Reina Zelda"

"¡Daruk! No te apresures con las cosas..." le reprendió Urbosa rápidamente

"No... de acuerdo a la ley, no puedo tomar el cargo..." respondió con una triste sonrisa la princesa. - "Además siempre les he instado a que me llamen sólo Zelda, después de todo, somos amigos... Revali, Urbosa, Daruk, Mipha... gracias por estar aquí para mi y para mi pueblo"

Link permanecía en silencio atrás de ellos. Después de largas despedidas, se disponía a acompañar a la princesa de regreso al castillo, pero una tracción en su túnica le hizo detenerse.

"Link... hay algo ... importante que debo darte, ¿será posible verte en la entrada de la villa zora en... una semana?

"¿De que se trata Mipha? Sabes que la curiosidad no me dejará en paz" le respondió el con una cálida sonrisa. Ella, sonrojándose sin que se le notara dado a su color de piel solo le reafirmó

"En una semana, por favor..." y con eso corrió a reunirse con su caravana.

Las nubes empezaban a arremolinarse sobre Hyrule, parecía que iba a llover pronto, así que regresaron al castillo en caravana los guardias, el consejo real y la princesa seguida de cerca por Link. Al llegar, el consejo se reunió y le dieron el día libre a la princesa debido al duelo, antes de planear la estrategia para la reorganización de los recursos.

Ella no había dicho una sola palabra. Link le siguió pensando escoltarla a sus aposentos, pero vió que ella tomó un camino diferente hacia un pequeño paraje, un jardín rectangular a cielo abierto con una pequeña fuente en el medio, algunas florecillas habían sido plantadas de modo irregular.

"Yo... te agradezco mucho" dijo la princesa, volteando a verle de frente y de cerca, de una manera solemne, como a punto de dar un discurso.

"Sin tu ayuda, no sé lo que hubiera pasado..." una lagrima comenzó a rodar por su mejilla, ella bajó su mirada y su cabeza con ello, apoyando su frente en el pecho del caballero, el cual, sintió cálido, a pesar de la cota de malla que llevaba.

"Pensarás que aún soy alguien débil... es solo que..."

"No debe preocuparse" dijo, llevando sus brazos a los hombros de la princesa, dejándola llorar un poco más. Las gotas de agua caían suavemente sobre ellos.

Impa entró al patio despacio, como no queriendo romper esa atmósfera, pero ambos voltearon a verla, separándose un paso hacia atrás.

"Link, el consejo cree... que es mejor que te encuentres presente en la primer reunión"

"Claro, por supuesto" dijo él, tocando un hombro de la princesa y dirigiéndole una mirada de comprensión, se dispuso a ir a la sala de reuniones.

Zelda se limpió con la manga de su vestido las lágrimas que caían, y corrió a abrazar a Impa. "Llora, llora mi niña, pronto deberás seguir demostrando tu fuerza al mundo, por ahora llora" le dijo ella mientras acariciaba su pelo.

Él nunca había ido antes a una de las reuniones del consejo real. Estaban reservadas para los altos comandos, los miembros del consejo y el rey. En el momento en el que el héroe cruzó la puerta, se estaba llevando a cabo una acalorada discusión.

"¡No podemos modificar la ley sólo porque el rey quería que la princesa se hiciese cargo!"

"La princesa protegió el reino, no hay nadie más adecuado, y con sangre real para llevar a cabo el liderazgo de..."

"No olviden que la hermana del rey tiene un hijo varón, sucesor por derecho"

"Su hijo es solo un niño, tiene ocho años"

"Ese derecho aplica sólo si es que la princesa no contrae matrimonio en el próximo mes"

"¡Pero un matrimonio un mes después de un funeral! Eso no tiene sentido en la ética..."

Link pasó a sentarse al lado de la única cara conocida que observó, el comandante en jefe Van.

"Veo que ya estás aquí, verás, están discutiendo quién será soberano de Hyrule en estos momentos... ahora van a votar por la mejor opción"

"Quien opine que la princesa debe contraer matrimonio con su prometido de nacimiento, para que reine paz y prosperidad en Hyrule levante la mano"

Una gran mayoría de los veinte miembros del consejo levantaron la mano, exceptuando algunos.

Por la mente del héroe solo pasaba indignación. Esa estúpida ley que impedía a una mujer gobernar por si sola, a pesar de todos sus esfuerzos, a pesar de que si ella no hubiera despertado su poder, todos ellos estarían lo más probable... muertos. Nadie conocía Hyrule como ella, había viajado a todos sus rincones, y nadie tenía más derecho a obtener el liderazgo que ella.

-"Entonces, previa aprobación de la princesa, mandaremos un mensajero al reino de Altea, para contactar a su prometido el príncipe Marth"

Y cerrando la sesión todos se levantaron unos minutos.

El caballero asignado no podía creer lo que oía, forzar un matrimonio para beneficio del reino. -"No esperaba en realidad viajar con ella para siempre..." pensó para sí mismo.

"Y así es esto muchacho, nosotros como la defensa del pueblo no tenemos mucha voz ni voto en esos asuntos, a menos que se trate de algo reelevante para el ejército..." dijo el canoso general, tomando el sorbo final de su copa de agua frente a él.

"¿Porque me han llamado al consejo? No son asuntos que suelo... tratar."

"Yo lo solicité..., pienso retirarme pronto, la gente está muy agradecida contigo, y justo ahora eres la imagen del líder perfecto, incluso me atrevería a proponerte como nuevo Rey..." le dijo guiñando un ojo.

"Pero las cosas no funcionan así... debo nombrarte mi sucesor, he hablado con los capitanes y a pesar de tu corta edad, todos coinciden en que es lo mejor que podría hacer, en honor a tu padre..."

"No se que decir..." musitó el joven de ojos azules, imaginándose a sí mismo en la postura de comandante en jefe, vigilando los entrenamientos de los reclutas, asistiendo a esas juntas, y llevando a cabo todos los deberes en Hyrule, su idea del futuro era un poco... diferente.

"Mañana me dices, joven héroe, medítalo esta noche con la almohada"

El consejo discutió algunos otros asuntos, entre ellos el alojamiento de ciudadanos en un ala del castillo, el inicio de la reconstrucción de los hogares iniciando por la zona este del pueblo, el cultivo de granjas provisionales, entre otros, después de lo cual, se hizo una mención al somnoliento Link, quien recargaba su cabeza en una de sus manos, con el codo apoyado sobre la mesa.

"En lo que respecta a nuestro héroe aquí presente, elegido por la espada que desvanece el mal, lo menos que podemos hacer en agradecimiento es otorgarle el pago por sus servicios, y un cómodo hogar en la aldea Kakariko, provisto de todo el confort que se merece, mañana será anunciado, de elegirlo así, nuevo comandante en jefe de las tropas de Hyrule"

El joven sintió las miradas aprobatorias de varios ancianos del consejo y de otros miembros no tan viejos, sobre él y se le dio un leve aplauso, el solo optó por levantarse abruptamente de su asiento y realizar una leve inclinación frente al que le había dedicado dichas palabras.

Al salir, el entonces comandante en jefe le insistió en tomar el cargo al día siguiente, mientras que en su mente había algo que había revoloteado desde ese día, después del funeral: Zelda.

Él reposaba en una litera en el cuartel, aún con la vela prendida, varios soldados roncaban en las camas adyacentes a la suya. Se le había ofrecido alojamiento en el castillo, pero prefirió volverse al lugar donde siempre se había sentido tranquilo

Sin embargo, esta noche era diferente, el pensamiento del guerrero viéndose a sí mismo ligado para siempre a un cargo no le parecía ideal, aunque había algo que le molestaba aún más. El imaginarse a Zelda unirse a un hombre desconocido, que en su mente era un hombre viejo sin rostro... Reprendió dentro de sí mismo los pensamientos que le asaltaban constantemente, al ser algo impropios de un caballero frente a quien ahora sería su reina.

Se imaginó el tener que sentarse frente al rey extranjero y jurarle lealtad, ver como apartaba a la princesa de su lado y tener que encargarse personalmente del entrenamiento de los nuevos hijos reales, igual sin rostro en su imaginación. No. Era algo que no podía... no quería hacer.

-"Y qué hay si ella desiste en el compromiso..." otro pensamiento impropio. Estos no eran los deseos de la princesa, eran sus propios deseos.

"Creo que no debo dejar que mis propios sentimientos interfieran con mi trabajo... como caballero"

Y así se presentó al día siguiente, levatándose más temprano que de costumbre, y habiendo dormido muy poco, se introdujo a sí mismo en el castillo, pasando por él área donde los ciudadanos se habían alojado, encontró a quien no esperaba ver. La princesa, quien en ese momento se encontraba organizando a varios aldeanos que preparaban grandes ollas de desayuno, por el olor, parecían contener entre otras cosas, zanahorias briosas y un poco de hierba de Hyrule para darle aroma.

"¡Link! Tú... estás aquí..." dijo apresuradamente, arreglándose un mechón de pelo tras su puntiaguda oreja.

"Yo... he venido a rechazar el cargo... de comandante en jefe..."

Ella se dirigió hacia un lado, para evitar las miradas curiosas y los susurros de la gente al rededor, dándole un pequeño tazón lleno de la sopa que habían preparado los aldeanos.

"Entiendo... creo que mi caballero asignado por el rey tiene planes propios para su futuro" asintió con una leve sonrisa.

"Confío en que le han informado, acerca de su próximo... deber... matrimonial" no sabía cómo ponerlo en palabras, sin sonar extraño.

"¿Qué? ¿Deber? ¡¿Hablas del compromiso de nacimiento?!" Le contestó con una voz un poco más fuerte de lo que le habría gustado, ya que llamaron la atención de una madre con sus hijos que se encontraba por incorporarse a la fila de desayuno.

"No pienso casarme...¡ aún tengo diesiciete años...! el consejo deberá o nombrar a mi sobrino, o esperar un año... a que me decida si acepto o no el matrimonio con... algún príncipe" dijo esto ultimo dudosa, ¿Acaso estaba preguntándole el mismo Link acerca de su decisión de matrimonio? Será posible tan solo por un momento que él tuviera interés en...

Para Link, sus palabras fueron como un balde de agua tibia. De pronto se puso de mejor humor y disfrutó la sopa que le habían dado.

"Siempre me ha gustado la zanahoria briosa"