Disclaimer: Los hermosos y carismáticos personajes de SNK desgraciadamente no me pertenecen… pero como siempre se agradece al gran Hajime Isayama por crear algo tan perfecto como Levi… un uke tan perfecto xDD ok'no mejor me callo y las dejo leer ;3


King of Ice

Por DarkEmi

–Es tiempo – sedosa masculina voz se arrastró por el gran salón. Los dos tronos de hielo goteaban arruinando el perfecto y hermoso diseño que ahora se derretían por culpa del inminente verano. El pequeño hombre que había hablado se encontraba en medio del salón, su fría mirada vagaba por el cuarto observando severamente como todo lo que había construido ahora… se derretía, en vano el pelinegro toco el suelo, solo fue un pequeño momento el que duro el congelamiento antes de que volviese a convertirse en agua.

–Debe descansar– comento alguien, aun que sonó más a una orden, los fríos ojos verde-oliva se volvieron en su dirección y por un segundo creyó que su poder de congelamiento también podía funcionar sin ser tocado ya que estuvo seguro que su sangre se detuvo por varios segundo. Carraspeando bajo la mirada al tiempo que volvía a hablar –Sé que es inoportuno y osado decirle esto majestad, pero si sigue atrasando lo inevitable muy pronto todo esto solo servirá para regar los bosques ubicados bajo nosotros–

El ceño del hombre más bajo se arrugo, girándose hizo ondear su capa y por primera vez en mucho tiempo noto la belleza de este hombre. Su rostro cansado ahora dejaba los siempre duros rasgos más suavizados, su siempre pálida piel era surrealistamente más blanca pero incluso así su rostro era bello. No, hermoso herá más apropiado. Su pequeño cuerpo tenía todos los músculos desarrollados donde debían de estar, sus hombros anchos no eran débiles como uno pensaría, no, esos hombros no solo cargaban con el deber de proteger a una ciudad completa, esos hombros cargaban la maldición, el desprecio y el odio vivido en todos estos años. La cintura estrecha era una tentación que estaba seguro a muchos hombres les gustaría poder tener entre sus manos, los pantalones que se ajustaban tan perfectamente a esas caderas eran envidia entre mujeres. Y no podía olvidarse de esas esbeltas piernas, comenzando desde los redondos montículos bajando por los apretados muslos y terminando en los pequeños pies…

Todo en el hombre era magnetismo puro, no importaba si eras hombre o mujer, todo de él te llevaba a la locura de querer poseerlo… pero lo que muchos se preguntarían es porque está solo, porque siendo tan hermoso y deseado, su cama se encontraba fría y vacía todas las noches, bueno eso se debía a…

–Si no dejas de babear te congelare las bolas y te las arrancare de tu puto cuerpo– no quedaba duda de porqué.

–Lo siento majestad– bajando la cabeza enderezo la espalda al tiempo que se apresuraba a abrir la puerta para que el elegante hombre pasara, todo el tiempo evitando los fríos ojos.

–Prepara mi habitación, iré a tomar un baño– ordeno antes de que con rápidas zancadas se alejara por el pasillo, dejándolo con el "si su majestad" en la boca. Suspiro, ni en dos años podría acostumbrarse a estos tratos, pero aun así amaba secretamente al hombre… si solo este se diese cuenta.

Cerrando la puerta tras su espalda se quedó observando por unos minutos a su alrededor. La habitación del Rey siempre lo sobrecogía era tan grande y fría, ninguna pintura o imagen que le diese vida a ese monótono blanco, nada en este lugar parecía albergar algo del antiguo hombre que años antes sonreía y reía junto a su gente. En esta habitación solo se podía apreciar y sobre todo sentir lo frio, vacío y solo que estaba realmente el hermoso Rey. Inspirando hondo camino dentro de la habitación hasta la gran cama oculta tras el dosel, las blancas y sedosas cortinas eran tan trasparentes que parecían visillos además de que eran una de las más caras y exquisitas en el mercado, como es de esperarse solo gente como la realeza podría llegar a albergar algo tan hermoso y oneroso. Sintiendo la seda acariciar sus manos se maravilló como todos los días al poder sentir tal riqueza en sus dedos, suavemente las aseguro en uno de los cuatro postes. Continúo con la cama, abriéndola por el lado donde el Rey siempre dormía y dejo al descubierto las negras como la noche sabanas. Aliso con sus manos cualquier tipo de arruga que pudiese existir y cuando no noto nada que pudiese alterar a su rey se alejó hacia los grandes ventanales, soltando las grandes y pesadas cortinas dejo que estas ocultaran como cada noche la privacidad de su Rey.

La habitación se sumió en un silencio ensordecedor por lo que brinco del susto cuando las puertas se abrieron y el ahora aún más limpio Rey entro en la alcoba. Inclinándose respetuosamente espero a que el hombre le diese alguna indicación, no espero mucho.

–Quiero que mañana mandes a llamar a Erwin– tuvo el ferviente deseo de levantar la mirada cuando el sonido de ropa cayendo al suelo inundo la habitación. Pero como siempre mantuvo su cabeza baja, si su Rey llegaba a encontrarlo mirándolo desnudo seguramente le cortaría la cabeza ya que nadie tenía permitido ni tocar, ni mirar desnudo a su rey, no cuando su castidad estaba en juego –El momento ha llegado. Podes retirarte–

Sin levantar la mirada se acercó a la cama, cerro el dosel dejando dentro de sus confines al pequeño hombre e inclinando un poco la cabeza se giró para retirarse de la habitación.

–Que descanse. Mi Rey– sin esperar una respuesta que sabía no obtendría cerro la gran puerta y una vez fuera fue capaz de soltar todo el aire de sus pulmones. Pero esto era lo que más amaba de su trabajo, ser el último y primero a quien viese cada día, era algo insignificante para su Rey pero era la felicidad de cada uno de sus días.

Terminando de escribir la carta busco una paloma a la cual en su pequeña pata derecha amarro el pequeño mensaje para el príncipe Erwin. Abriendo la ventana dejo volar a la paloma, la cual rápidamente emprendió vuelo en medio de esa oscura noche. Suspirando dejo salir el gran pesar que sentía al saber lo que seguramente pasaría mañana. En esos dos años que llevaba al servicio de su Rey nunca había estado un día sin verlo, saber que ahora no podría verlo durante todo un año era angustiante y doloroso en el mayor de los casos, pero…

La verdad fuese dicha, él no estaba seguro en qué era lo que sucedería. Si había dicho lo que dijo en el gran salón solo fue porque el príncipe Erwin le había dicho que si eso pasaba debía decirle al Rey que descansase, tenía un pequeño presentimiento de a que se debía pero si solo se debía a descansar ¿porque debía irse por tanto tiempo?

Nadie le había comentado que era lo que tenía que hace su Rey, solo había escuchado rumores de que el Rey desaparecía por un año en donde el príncipe Erwin quedaba a cargo y transcurrido ese tiempo el hombre volvía como si nada. Nadie sabía a donde iba ni porque desaparecía por tan largo tiempo pero estaba claro que eso sucedía cada dos o tres años.

Caminando a su habitación no dejo de pensar en cómo extrañaría a su Rey. Si solo el pudiese hacer algo…

Tres meses después…

–Tenéis que ordenar tres habitaciones, poned las mejores sabanas y los mejores candelabros, dejad todo limpio y ordenado. Lo invitados del príncipe llegan hoy y no puede haber ninguna falta– ordeno para después girarse y caminar hacia la cocina, donde ordeno ocupar los servicios de plata y servir los mejores cócteles.

Los invitados de hoy eran la segunda familia más prestigiosa después de los Ackerman, los Reyes del país colindante, la familia Jaeger. Vendrían los dos reyes y su único hijo. Por lo que todo debía ser perfecto.

Sin poderlo evitar camino por el pasillo hacia una puerta en específico, no se atrevió a apoyar la mano en la puerta ya que esta estaba tan fría que si la tocabas seguramente te congelarías junto a ella. Después de tres meses aún seguía recordando el último día que vio a su Rey, y fue dentro de esa habitación.

Flashback

–Quiero que todos escuchéis lo que tengo que deciros– Dijo claramente el Rey quien sentado en su trono de hielo los observo a todos. Erwin quien estaba a su lado se mantenía de pie a su lado como la mano derecha de este –Me iré por un año, donde mi hermano quedara a cargo y espero que todos vosotros le hagáis caso– todos asintieron entendiendo –Cualquier ofensa que le hagáis a él, será tomada como una hacia mi persona. La cual será castigada severamente por cualquier tipo de castigo que os ponga mi hermano, ¿os he sido claro? – sentencio al tiempo que todos los allí presentes asentían rápidamente –Eso es todo podéis retiraos– espere a que todos salieran para él igual retirarse y así dar privacidad a su Rey pero… –Farlan, quédate– espero a que todos se retiran y cerrando la puerta se acercó lo que tenía permitido a su Rey.

– ¿Es el quien cuidara la puerta esta vez? – pregunto Erwin sentándose con toda confianza en uno de los brazos del trono.

–Sí, ha estado dos años conmigo. Creo que puedo confiar en él, ¿es así Farlan? – los fríos ojos ahora color mercurio lo traspasaron como si pudiese leer su mente.

–Sí, su majestad– confirmo mientras se arrodillaba sobre su rodilla derecha.

–Bien– lo vio levantarse del trono pero solo dio dos pasos antes de que se tambalease, fue Erwin quien tomándolo del brazo evito que callera duramente contra el suelo, los escucho discutir bajo mientras seguían caminando y salían por la puerta que estaba tras el trono. Siguiéndolo se dio cuenta que se dirigían a la habitación prohibida, según tenían entendido ningún empleado del castillo podía acercarse a esta ya que era castigado con veinte latigazos. Sin quererlo se detuvo antes de que el Rey y príncipe se detuvieran frente a esta.

Desde donde estaba observo como es que abrían la puerta, lo raro era que esta no tenía mango por lo que no entendía como la abrirían… sus ojos casi se salen de sus cuencas cuando el Rey sin más apoyo su mano en la pared y la puerta se abrió sin hacer ni un ruido. Los vio entrar como si fuese algo de todos los días.

–Farlan– brincando del susto levanto la mirada al príncipe el cual le devolvía la mirada con una suave sonrisa, como si no fuese la primera vez que esto sucedía –No te preocupes puedes entrar– dubitativo se acercó a la habitación y cuando entro y vio todo lo que estaba allí no supo cómo reaccionar… era un ¿laboratorio? así era como creía que se llamaban esas habitaciones llenas de botellas con diferentes tamaños que contenían líquidos de diferentes colores ¿no?

Perdido como estaba al observar todo lo que esa habitación tenia dentro se olvidó de la principal razón por la cual estaba allí. Fue el suave toque en su brazo que lo hizo volver la mirada a un molesto Rey que lo observaba, levanto la mirada al príncipe quien fue el que lo todo y quien ahora le sonreía. Caminaron un poco más profundo en la habitación y fue cuando el príncipe descubrió una capa gigante que su boca se abrió en asombro, esa cosa de cristal era Enorme.

–Farlan quiero que escuches atentamente– comenzó Erwin quien ayudaba al Rey a desvestirse, el cual se veía casi dormido –Levi por lo que sabes es el Rey con el poder de congelar todo lo que toca ¿no? – el asintió siguiendo la mirada a su Rey quien solo gruño al escuchar las palabras de su hermano –Bueno, como veraz mi hermano a estado debilitándose ya que le hielo que conforma el trono se ha estado derritiendo– volvió a asentir ya que eso era algo que todos habían notado pero no sabía que se debía a la condición del rey –Levi deberá dormir por un año para que sus poderes vuelvan a recuperarse, mientras tanto el estará dentro de esta tipo capsula hasta que pueda despertar, el que Levi duerma aquí hará que el castillo no se derrita por completo, es por eso que necesitamos que tu vigiles que nadie se acerque a esta habitación– incrédulo observo como su Rey quien ahora solo llevaba una camisola entraba en la capsula. Sus ojos se agrandaron cuando lo escucho dar un suspiro y después el hielo se extendía a su alrededor dejándolo encerrado dentro, era como ver una muñeca de porcelana dentro de una caja de cristal –Él está dormido, pero te sugiero que una vez que salgamos no te acerques mucho a la puerta– dijo el príncipe mientras se daba la vuelta y salía de la habitación, sin saber que más hacer lo siguió, aun cuando estaba totalmente confundido. El príncipe lo esperaba fuera de la habitación.

– ¿Qué…?– antes de poder formular una pregunta escucho un ruido, girándose observo como la puerta por la que recién había salido se cerraba y como una capa de hielo se sobre ponía ante ella.

–Farlan, te recomiendo que no acerques a la puerta– dijo el príncipe observándolo fijamente –Puede que Levi te dejase como su guardián pero nada impedirá que te congeles si te acercas o tacas esa puerta– y sin nada más que decir se fue tranquilamente del lugar.

Fin flashback

Ahora se encontraba nuevamente observando esa puerta, no debía tocarla pero cada vez que la observaba se hacía más ferviente la necesidad de hacerlo. Saber que el hombre que amaba se encontraba dentro lo molestaba y tranquilizaba al mismo tiempo. Lo molestaba el hecho de que tan hermoso hombre perdía años de su vida encerrado dentro de ese cilindro de hielo pero, al mismo tiempo eso lo tranquilizaba ya que su corazón dejaba de inquietarse por saber si alguien le arrebataba los pocos momentos que pasaba con su Rey.

Girándose volvió al gran comedor para ver cómo estaba quedando la decoración del lugar. Solo esperaba que todo esto terminase rápido.

–Dicen que el joven príncipe es incluso igual de guapo que nuestro Rey– cotilleaban las sirvientas al tiempo que reían picaras. Los rumores habían corrido rápido aun cuando se suponía que solo algunos sabrían sobre la visita de la familia Jaeger. Si su rey llegase a saber que esto había pasado todos ellos hubiesen sido castigados, ya que solo aquellos que trabajaban en el castillo fueron informados de tal visita, pero el príncipe Erwin no dijo nada antes esto por lo que los chismes se supieron incluso en los otros países.

–Cerrad sus bocas si no queréis ser castigas– reprocho al tiempo que las miraba fríamente. Parándose en toda su altura les dejo saber que no quería escuchar ninguna palabra más sobre las visitas, miro el camino de piedra y espero de pie junto a los otros sirvientes, llevaban cinco minutos esperando a que el carruaje apareciese parecía ser que la familia Jaeger no era muy puntual. Bajando la mirada observo su reloj de bolsillo pero la levanto rápidamente al escuchar el pequeño grito de sus compañeras, fulminándolas con la mirada una última vez en advertencia volvió su mirada hacia el camino.

Tres carruajes venían por el camino rodeados de diez caballeros a caballo que eran seguramente los guardias, esperaron pacientemente a que los carruajes se posaran frente al castillo antes de inclinarse casi noventa grados, como su Rey les había enseñado, y esperaron a que el príncipe Erwin junto a su mayordomo personal hicieran entrar a los invitados. Escucharon el ruido de puertas abrirse, de cómo suaves damas saludaban y caballeros golpeaban suavemente sus espaldas. Solo cuando la masculina voz de Mike, el mayordomo de Erwin, los invito a entrar fue que ellos levantaron la mirada y bajaron los escalones para ayudar a entrar las maletas de los invitados.

–Ya sabéis cual es la habitación de cada uno, no os equivoquéis– ordeno observando como todos comenzaban a moverse rápidamente, observo nuevamente su reloj… solo tenían diez minutos antes de servir la cena.

De pie junto a Mike observaron desde la puerta como los invitados y el príncipe Erwin cenaban en medio de una suave charla que parecía entretienes a todos menos a un joven castaño quien aparentaba estar más aburrido que hambriento. Malcriado. Fue lo primero que paso por su cabeza al observar como el mocoso solo movía su tenedor sobre la comida que les llevo toda la mañana preparar. La joven que se encontraba a su lado lo observaba atentamente y cada cierto tiempo le preguntaba si algo iba mal a lo cual el muchacho simplemente la miraba de reojo y bufando negaba.

–Príncipe Erwin– dijo de repente el muchacho poniéndose de pie, todos en la mesa se giraron a mirarlo –Ruego me disculpe pero, parece que el viaje me ha cansado más de lo normal– su inocente cara rogó por que el hombre lo dejase salir de esa aburrida cena.

–No os preocupéis, podéis retiraros– dijo el Príncipe Erwin con su siempre suave sonrisa. Dando una pequeña reverencia el mocoso se dirigió a la salida –Pero, me dejareis más tranquilo si Farlan os guía a su habitación Eren– poniéndose rígido miro una vez al príncipe Erwin antes de asentir y seguir al malcriado.

–No es necesario– murmuro el mocoso ganándose una mirada reprobatoria de sus progenitores –Pero os agradezco su preocupación– y acercándose a él, Eren se dejó guía por el castillo.

Abriendo la puerta dejo que el mocoso saliese primero antes de seguirlo y cerrar suavemente la puerta tras él.

–Seguidme por aquí– le dijo inclinándose levemente y señalando suavemente con su mano la dirección a seguir. Rodando los ojos el mocoso comenzó a caminar.

En silencio adelanto al muchacho para que este no se equivocase de camino. Caminaron tranquilamente por los grandes pasillos del castillo, noto como el muchacho observaba los pocos cuadros que había en los pasillos e incluso veía en sus ojos las preguntas acerca del hombre pálido y hermoso que salía en algunas pero aun así este no pregunto.

Su Rey.

Cuanto deseaba poder verlo en este momento, ver como con una sola de sus miradas dejaba a ese mocoso tiritando de miedo y respeto ya que nadie podía osar interrumpirlo en medio de una charla con sus invitados mucho menos un mocoso que apenas entraba en sus veinte. Tan concentrado iba en sus pensamientos que solo fue cuando se detuvo en una esquina a verificar que el mocoso le seguía que se dio cuenta que en realidad iba solo, incrédulo miro el gran pasillo por el cual no se veía ni un pelo del mocoso que se creía príncipe.

Volviendo observo los pasillos por los que el malcriado podría haberse ido, pero en ninguno se veía al mocoso. Solo cuando quedaba un pasillo por ver se dio cuenta que el primer pasillo que debió revisar debía haber sido ese, en donde estaba su Rey durmiendo. ¿Qué si el mocoso había tocado la puerta y ahora estaba congelado? No quería ni pensar en eso, rogando porque no estuviese allí apresuro el paso.

Grande fue su sorpresa al llegar al pasillo prohibido.

Dios no, el mocoso no podría haber entrado es esa habitación ¿o sí? Pero eso era imposible, nadie había podido entrar, incluido Erwin el hermano del Rey. Corriendo se encontró con que el niñato si logro entrar, incluso estaba husmeando en una habitación que inclusive para él estaba prohibida.

–Joder, esto se ve como un hombre real tras una gran capa de hielo– el jovencito murmuro maravillado mientras caminaba alrededor del pequeño cilindro transparente donde el Rey se encontraba.

–Señorito Eren, no debéis tocar nada y por su seguridad le pido que os retiréis o llamare a los guardias– sus nervios estaban a flor de piel ya que se suponía que nadie podía entrar en esta habitación. El hecho de que este jovencito pudiese… solo no podía pensar en ello.

–Oh dios mío– el gemido ahogado que dio el moreno lo hizo levantar rápidamente la mirada hacia adelante. Por lo que pudo ver y entender, por qué el muchacho sonaba tan asustado.

–Joder, qué ha hecho– más que pregunta su voz sonó agresivamente en acusación. Sin saber cómo reaccionar simplemente se quedó allí observando como su Rey que se suponía dormía, ahora observaba sin pestañear al mocoso quien aún mantenía una mano sobre el cristal del cilindro.

Supo que Eren sería un obstáculo cuando el hielo de la capsula se derritió y el fino cristal que mantenía a su rey confinado dentro de este se abría. Sin ningún temor el moreno se acercó a la pequeña escalera, subió dos escalones y estiro su mano a su pálido Rey. Sonrió viendo venir lo que pasaría ya que su Rey no tocaba a nadie por su maldición, mas sin embargo su quijada toco piso cuando los pequeños y finos dedos de su Rey se enroscaron alrededor de las morenas y más grandes manos de Eren.

Y todo se confirmó con el hecho de que el moreno no se congelara, lo que significaba que el Elegido había regresado.

Lo que significaba que su Rey tendría consorte.

Cuando el Yin encuentre a su Yang, será cuando despierte de su negra oscuridad. Mostrando su luz y guiándolo hacia la felicidad...


No tengo nada que decir además de que siento mucho decirles que ni yo misma se cuando voy a continuar con ¿¡Como que no!? sé que muchas lo esperan pero la verdad es que… después de que mate al bebe de Armin pareciese ser que mi inspiración de ese fic se me fue… solo espero que me tengan paciencia y no me odien por crear nuevos fic :´)

Bueno volviendo a este fic *mira hacia arriba* la verdad es que no sé qué mierda es esto XD sé que desde que salió Frozen lo tengo guardado y solo ahora me dio por finalizarlo. No puedo decir que será un gran fic ya que pienso que solo será de dos capítulos. Aclaro que cuando lo comencé había pensado en poner a Eren como el "mayordomo" pero después cuando conocí a Farlan dijo wow tu eres lo que yo estaba buscando.

También quiero que esperen otro fic que tengo ya casi en punto del cual su portada esta en mi página *w* se llama "One Heart" solo les puedo decir que trata de dragones… seee dragones que más podría hacer una loca de la mitología como yo XD

Bueno mis amores esperando que no me odien más de lo que ya me odio yo misma, nos vemos en unos días con "One Heart"

¡Las amo!

DarkEmi