Esa mañana tenía un dolor de cabeza insoportable, mi humor no era el mejor, tampoco digo que yo esté todos los días de buen humor pero… hacía mucho tiempo que no estaba tan enojado apenas me levantaba. Estiré la mano por debajo de la sábana hasta la mesa de luz que se encontraba al costado de la cama, intentando hallar la cajetilla de cigarrillos en ella, pero al tomarla vi que no había quedado ninguno:
Xion:- Al parecer será un largo día- dije molesto y casi en un susurro.
Me levanté de la cama con toda la pereza del mundo, revolví mi cabello, bostecé y me dirigí al baño que se encontraba al lado de mi habitación. Al verme al espejo vi que había pequeñas ojeras bajo mis ojos, producto de haber dormido mal o no haber dormido las noches anteriores. Lavé mis dientes y luego me metí en la ducha:
Xion:- Tanto tiempo sin tener un baño relajante- apoyé mi espalda contra la pared y tiré la cabeza hacia atrás, sintiendo el agua tibia en mi cara.
Luego de ducharme y vestirme con el uniforme escolar, bajé a desayunar.
Desde que tengo 15 años vivo solo en la casa donde solíamos vivir mis padres, mi hermano y yo. Mis padres murieron días antes de mi cumpleaños en un accidente de tránsito, esos que son tan comunes hoy día. Mi hermano menor Shiki y yo quedamos a cargo de un tío de parte de mi padre pero… hemos tenido algunos problemas y terminó por llevarse a mi hermano con él. Hoy tengo 18 años, ahora que soy mayor decidí que es tiempo de recuperarlo y que sin importar lo que costara, iba a conseguirlo.
Preparé mi desayuno en la cocina y luego me senté en la mesa del living a comer. Miré todo a mí alrededor, a veces me resultaba triste esta situación y pensar que antes la casa estaba llena de gente. Detuve mi vista en la silla frente a mí, donde solía sentarse mi hermano:
Xion:- Me pregunto… ¿qué tan grande estarás…?- dije al unísono, con voz apagada.
Mi mente se dispersó pensando en cómo sería si Shiki estuviese conmigo, si mi vida sería tan monótona y vacía como ahora. De pronto sonó mi celular, que se hallaba junto a mi taza de té:
Xion:- ¿Si?-
¿?:- Buenos días, pensé que estarías dormido aún- escuché una voz femenina al otro lado, Saki.
Xion:- Anoche no dormí bien, así que me desperté temprano e intenté aprovechar el tiempo- terminé de comer y tomar mi té.
Saki:- Ya veo, en ese caso, te veo a la entrada de la escuela, bye- cortó la llamada.
Tomé las cosas que usé y las lavé muy rápidamente. Terminé de asearme, tomé el teléfono, las llaves, la billetera, el bolso y salí hacia la escuela.
Mi casa quedaba algo lejos de la escuela, por lo que debía dirigirme a la estación y tomar el tren. Si bien el camino a la estación era corto, el viaje a la escuela duraba unos 10 minutos y, generalmente, llegaba tarde a clases, aunque eso lo hacía por vagancia. Esta vez llegué a tiempo, de hecho llegué 5 minutos antes de que tocara la campana.
En el pasillo de la escuela había mucha gente, esos típicos chicos y chicas que se juntan en grupos para hablar y contarse hasta lo más mínimo que hicieron el fin de semana. Sin embargo, yo no era de esos, no es que no tuviese amigos sino que… reconozco ser algo amargado con esas cosas, no me gustan los grupos de gente y menos juntarme a hablar con ellos.
Mientras caminaba hacia el salón, escuché a alguien gritar mi nombre y luego colgarse de mi espalda:
¿?:- ¡Hey! Siempre haces lo mismo, siquiera saludas a tus amigos idiota- Aaron se paró frente a mí y golpeó mi cabeza levemente con su puño.
Xion:- No presté atención, siquiera los vi- instintivamente coloqué mi mano donde Aaron había golpeado.
Aaron:- Freya se encargará de regañarte la próxima que no saludes, ¿verdad?- le sonrió a ella.
Freya:- Claro, con gusto- rió ella levemente.
Aaron y Freya son amigos míos desde que tengo 8 años (ya que ellos tienen un año más que yo), y son los únicos amigos que tengo hasta ahora. A decir verdad, nunca creí necesitar más amigos que ellos de todas formas.
Aaron:- En fin, la clase ya va a comenzar, hablamos en el almuerzo- palmeó mi hombro y corrió como si fuese un niño hasta su salón, pero Freya me miró seriamente.
Freya:- Tienes ojeras y te ves cansado, ¿Has dormido bien?- dijo en un tono serio, parecía mi madre a veces.
Xion:- No mucho, es solo cansancio- intenté sostenerle la mirada para que me creyera.
Ella dudó un poco de mi respuesta, lo sé, pero no insistió y se fue su salón. Aunque sé que deberé hablar con ella nuevamente.
Las clases comenzaron normalmente, y como en la mayoría de las clases matutinas terminé durmiendo sobre mis cuadernos hasta el final de esta. Desperté por el sonido de la campana que anunciaba el almuerzo, y mi compañero de adelante me avisó que el profesor me había castigado. Eso significaba tener que quedarme a limpiar en la tarde.
Tomé mi billetera y compre un almuerzo, casi siempre olvido preparar mi bento. De camino a la azotea donde siempre nos juntábamos a comer, me crucé con Saki, que me observó con su típica sonrisa de querer insinuarme algo...
