HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Dos años sin pasarme por fanfiction y en un momento de locura dije: why not? xDDD

Y aquí les vengo con esta nueva historia!

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN SOLO LA HISTORIA

Pasen y lean c;

Él era uchiha sasuke, segundo príncipe heredero al trono y lo tenían en esa fiesta aburriéndose.

Vestía de negro completamente, zapatos negros lustrados y una chaqueta con aplicaciones plateadas y cintas azules cruzadas adornando los brazos, se había quitado la capa de terciopelo hacía unos minutos, no aguantaba el peso de esta y menos tener que pasearse con ella por todo el salón, pero daba igual, después de todo aun así se veía presentable para los invitados, su cabello negro peinado hacia un lado se había alborotado, dándole un aire de libertad como decía su hermano mayor para no ofenderlo, sus ojos oscuros veían a la multitud frente a él con aburrimiento y algo de sueño.

Hoy cumplía exactamente 17 años, le faltaba solo un año para ser un adulto por completo, luego tendría que casarse con una mujer de buena familia y procrear para mantener su nombre. Pero eso no era todo, su hermano mayor estaba enfermo, podría morir antes de subir al trono y él sería quien tendría la responsabilidad de todo el territorio que reinaba su familia. Por eso ahora en este cumpleaños debía "elegir" en primera instancia a un grupo de damas para el día de su cumpleaños, cuando anunciaría el compromiso con una de ellas, pero sus padres bien sabían que su hijo no tenía intenciones de hacerlo, por eso le habían permitido, solo para que lo hiciera, elegir un hombre si lo prefería, o ambos, una mujer para procrear y un hombre para tener de amante o casarse si así gustara.

Pero no planearon que su hijo aceptara aquello, ese no era el problema principal, si no que su hijo acepto para que lo dejarán en paz de una vez, lastima por ellos pero su querido principe quizás nunca escogería entre tanto noble alguien con quien contraer nupcias y asegurar el futuro del reino.

Pero volviendo a aquella celebración, el salón decorado con colores dorados y rojos, solo con el afán de resaltar a los reyes y herederos al trono vestidos de negro o azul, como era la tradición familiar, el hermano mayor, Hitachi vestía un abrigo azul oscuro, con seda en las muñecas, sus zapatos de color azul con planta negra y una cita blanca ataba a su cabello, el conjunto le daba un aire de fantasma, como bromeaba, pero así se sentía él, un fantasma que podría desaparecer sin dejar nada bueno al paso. Los reyes vestían a juego, de negro con detalles dorados y perlas como aplicación en las costuras, pero lo que más resaltaba en aquella celebración es el ya mencionado cumpleañero, el príncipe menor, Sasuke, quien danzaba en la pista con una de las mujeres que su hermano le expreso hacer, ya que era la más bella a sus ojos.

Su nombre era Hinata, su cabello era del mismo tono del príncipe, pero largo y liso hasta su cintura, sus ojos blancos tenían curioso al joven, su delgado cuerpo y su figura era tan bella, llevaba un vestido celeste pastel, con encajes blancos , una capa a tono con el vestido y un collar de perlas en su cuello, realmente era la doncella más hermosa en el salón, pero no lo atraía en lo más mínimo, pero le agradaba que la muchacha se mostrara igual hacía él, por lo que entre baile y baile se hicieron cercanos, lo suficiente rápido para que el joven uchiha le permitiera llamarlo por su nombre, sin el honorifico.

-joven sasuke-dijo en voz baja la dama, tratando de llamar su atención- creo que debería llevara la pista a otras damas también, podría traerle problemas el solo hacerlo conmigo –su voz era respetuosa y melodiosa.

- mi estimada Hinata, si me permite llamarle así –ella asintió- como sabe, hoy debería elegir ese grupo de damas, pero como ya se dio cuenta no me interesa hacerlo y bailando es la única forma de escapar de ellas, usted lo hace de maravilla, permítame mantenerla conmigo hasta que no pueda más –dice tratando de ser considerado, llevaba casi una hora con ella, sabía que la pobre estaba agotada, pero también no quería tener que danzar con otras mujeres que lo mirarían con esos ojos que detestaba.

-pero ya casi estoy en mi limite –dice con precaución- eh sido lo más paciente que puedo, usted me agrada de amigo, pero necesito descansar, si gusta para no tener que hablar ni bailar con nadie del salón puede ir conmigo al balcón, no creó que se lo nieguen sus padres .

Sasuke encontraba que aquella dama era un ángel caído en su aburrimiento total, lo había entretenido mientras se aburria y le había comprendido, le debía una disculpa, así que asintió y con delicadeza camino con ella fuera de la sala, al balcón como sugirió y la ayudo a sentarse, colocándose a su lado.

-aaaah que agotada estoy, me sacare los zapatos, me están doliendo mucho los pies–dijo ella de manera informal viendo al joven príncipe, la verdad era que ellos se conocían desde niños, eran muy buenos amigos y casi confidentes, pero en frente de la multitud debían comportarse como lo que sus títulos les decía, el príncipe y una joven noble.

-lamento mucho hacer que sufrieras por mi culpa –dijo él, sentado cómodamente en el banco junto a ella, viendo a su alrededor, los guardias no dejaban que nadie se acercara a ellos, el lugar estaba rodeado de pilares de marfil, con diseño de pájaros, el suelo de cerámica con diseño de flores, el balcón estaba cerrado por una cerca del mismo marfil, que les llegaba a la cintura y a un lado de la banca donde se sentaron había una escalera que daba a los jardines del palacio, frente a ellos la entrada al salón, ahora cerrada con cortinas, quizás los guardias pensaron que debían darles privacidad, lo que agradeció bastante el príncipe.

-no te preocupes –dijo ella, quitándose los zapatos y dejándolos a su lado, luego se desabotono la capa y la coloco en hombros del joven, Hinata tenía personalidad de madre, como siempre le decía sasuke- no te la quites, hace frio y yo bajo este vestido estoy muy abrigada, necesito respirar aire fresco

- no quiero que te vayas a enfermar –dice viendo hacía el jardín con desgano, mientras la música se escuchaba de fondo, eso le agradaba además, hinata no lo obligaba a hablar nunca, para él la joven era como su hermana y sabia que ella sentía lo mismo, por eso no podrían casarse nunca, su lazo no se los permitía, se adoraban como hermanos, la sola idea de tener que embarazar a hinata hacia que el joven le dieran escalofríos, desechando la idea al instante.

- sasuke –le dice luego de unos minutos, tomando sus manos con una sonrisa de compasión- se que no te agrada tu situación, pero inténtalo por lo menos, no sabes que te podrías encontrar tras esa cortina… te lo digo como amiga, antes de que te impongan una mujer, elígela tu –al ver la cara de desagrado del pelinegro la joven río- o hombre, como gustes, la cosa es que trata… quiero que seas feliz

-escúchame hinata… su sabes muy bien lo que pienso de todo esto, me importa bien poco ser el rey –se soltó de las manos de ella con suavidad, para levantarse y caminar hacia la escalera viendo al jardín con pesar- no me casaré para ser rey… no quiero serlo y se que no te gustaría verme solo para siempre, pero es mi decisión no la tuya –se giro hacia ella, viéndola a los ojos con algo de molestía- eras la única que no me había dicho eso, no me presiones también

La joven suspiro, colocándose sus zapatos y camino hacia el, tomándose del brazo que le ofrecía el principe, sin decirse nada estaban a punto de bajar por la escalera, sabiendo ambos que irían al jardín a pasear cuando las cortinas se abrieron a su espalda y un guardia les hablo.

-su majestad, han llegado nuevos invitados y sus padres requieren de su presencia –el pobre hombre estaba asustado de haber interrumpido a los jóvenes, solo recibió una mueca del príncipe, quien se soltó de Hinata con pesar y camino otra vez a la luz del salón.

Ignorando las palabras de su amiga, que no entendió muy bien además camino por entre la gente del salón, esquivando a las mujeres que lo seguían y llego al trono, viendo a sus padres sentados aún hablando con una pareja y a su hermano mayor con un joven.

Ignorando la mirada de reproche de su madre se colocó a su lado, sentadose en la sillón que le correspondía, viendo a los extranjeros, el par que había visto de espaldas era un hombre con una mujer, nobles de un país lejano, él era rubio y ella pelirroja, ignoro sus nombres y solo saludo de forma cordial, con un movimiento de cabeza, porque su atención se la llevo otra persona, quien hablaba con su hermano, un joven rubio, su cabello alborotado hacía notar que no intento peinarse siquiera, sabía que perdería la batalla, era alto, no tanto como él pero le llegaría por lo menos a la altura de la nariz, delgado pero a través de la delgada tela de su traje de gala color blanco se podía apreciar que tenía un cuerpo bien trabajado, cuando sus miradas se encontraron por casualidad, se sorprendió por el tono azul de sus ojos, vivos, brillantes y llameantes, su rostro era de niño, pero sus ojos de un hombre por completo, el príncipe deseo que ese instante nunca terminará, pero fue el rubio quien rompió el contacto visual.

-alteza, les presento a mi hijo –el hombre rubio hablo a los reyes y a él, haciendo una seña al joven de blanco para que se acercara, el cual se colocó al lado de su padre, remplazando a su madre quien dio unos pasos atrás- mi primogénito, hijo… -dijo, haciendo una seña que le indicaba al rubio que se presentara.

Sasuke trataba de irradiar desinterés, aburrimiento y molestia , pero era lo contrario, no podía dejar de observar al joven ante él, ni sus ojos, aunque sus miradas ya no se encontraban, sentía un fuerte deseo de llevarlo a sus aposentos, apresarlo ahí y hacerlo suyo, tocar la piel bajo la molesta ropa, que los ojos azules lo vieran solo a él y escucharlo rogarle…

-mi nombre es Naruto Uzumaki, un placer conoceros al fin, su alteza-hizo una reverencia ante los reyes y el príncipe, cuando se levantó su mirada volvió a encontrarse con la el principe, quien a su parecer lo veía como si su presencia fuera una molestia, se sintió incómodo y desvió la mirada hacia los reyes.

"serás mío uzumaki" pensó el príncipe al escucharlo hablar, notando el nerviosismo del otro.