-Fight for this love.
Instituto McKinley, Lima, Ohio. Una chica de coleta alta, pelo oscuro, tez morena con evidentes rasgos latinos, cuerpo atlético y ojos oscuros; quién estaba en ese mismo momento corriendo por el campo de entrenamiento debido a un fallo en uno de sus movimientos de cheerio, y Sue Sylvester, su entrenadora, una mujer dura y que no daba descanso a sus chicas porque según ella ellas no eran unas perdedoras. Y ahí la entrenadora Sylvester lleva razón, Santana López no es una perdedora.
Tan ensimismada estaba la latina corriendo sus vueltas de castigo que no vio que otra cheerio estaba contemplándola correr. Una rubia, también atlética, de ojos azules y tez blanca.
Esa rubia de nombre Brittany S. Pierce quien rompió el silencio que solo era roto por las pisadas de Santana al correr sobre el césped.
-Hey, S! –Gritó Brittany-
Santana estaba tan concentrada pensando que trastabilló y cayó al césped aún húmedo por la lluvia reciente.
Brittany corrió a su lado preocupada.
-¡San! ¡San! ¿Estás bien?
-Sí, sólo me he mojado un poco el uniforme... –dijo Santana- ¡Mierda B! ¡Me asustaste y caí!
-Lo siento S, sólo quería llamar tu atención. –Respondió esta vez la rubia.-
-Bueno B, y ahora que me has encontrado… ¿Qué querías? –Torció la cara la morena-
-Emm… yo… -empezó la rubia bastante nerviosa-
La situación era bastante extraña puesto que Santana seguía en el húmedo suelo con Britt arrodillada a su lado y bastante nerviosa.
-Hey Britt, vamos, puedes decírmelo. –Comentó la latina-
-Pues verás San… Mis padres se van de viaje romántico a no sé dónde y pensé en dar una fiesta, tu sabes, ganamos las seccionales… que menos que celebrarlo con los Gleeks. –Dijo la rubia.-
-Pero Britt, ¿no celebramos hace poco una fiesta con los Gleeks? –Inquirió Santana- no es que no me apetezca pero tú sabes, algunos de nuestros compañeros NO saben divertirse. –Terminó rotunda-.
-Sí S, recuerdo la fiesta de Puck, pero yo quiero hacer una este fin de semana. –Sentenció Britt- San, para ti nadie que no juegue a la botella o cualquiera de esos juegos no sabe divertirse. –Y dicho esto le sacó la lengua- ¡eres una PERVERTIDA cariño!
La cara de Santana era de asombro y la de Britt de total risa, por lo que se levantó justo cuando Santana iba a golpearla graciosamente.
-¡Vamos San! –le sacó la lengua Britt mientras movía su mano en señal de que quería que S la persiguiera-
-¡B! ¡Deja de hacer el tonto! –Le reprochó la latina- tenemos que preparar tu fiesta y decírselo a los del Glee Club –le guiñó el ojo-
"¡Sí! –Se dijo Britt- Puesto que ella siempre conseguía que S hiciese lo que ella quería. –Me tiene demasiado cariño -se dijo- sino no accedería tan fácilmente"
Britt se lanzó encima de la latina provocando que esta volviera a acabar en el húmedo suelo. Y justo cuando iba a replicar, Britt fue más rápida y dejó un pequeño beso en los labios de la morena, para seguidamente levantarse y empezar a caminar hacia el Glee Club. Santana, también se levantó del suelo y siguió a Britt con una sonrisilla en sus labios debido al pequeño beso de la holandesa.
Ya en el aula, con todos sus compañeros Santana procedió a captar la atención de sus compañeros.
-¡Hey, losers! –gritó la latina sonriendo por los murmullos indignados-
-¡Chicos! Tengo algo que deciros –dijo esta vez la holandesa-
-Has encontrado por fin tu cerebro –susurró mordazmente una voz-
-¡Eh! –El grito furioso de Santana se escuchó por toda el aula, y todo el mundo se hundió en sus sillas-
Britt siguió su diálogo sin hacer caso al comentario sobre su persona, -Voy a celebrar una fiesta en mi casa este fin de semana, por nuestra victoria en las seccionales. –Sonrió cálidamente la rubia-
Murmullos de aprobación inundaron el aula y Puck dijo:
-Yo llevo las bebidas –sonrió el del mohicano-
El Señor Schuester entró en ese momento y empezó la clase, con las sonrisas de los Gleeks por la inminente fiesta, todos excepto uno.
Pasillo del Instituto William McKinley
Artie se dirigía hacía su taquilla cuando una cheerio rubia lo interceptó.
-Artie… –susurró- oye, lo siento mucho, yo te quiero…-
-Mira Brittany, tú solo tomaste mi virginidad como si no fuera nada, y además te has acostado con medio William McKinley –terció el chico-
-Lo sé pero, con ellos sólo era sexo, contigo es algo más. Quiero algo más. –Susurró la rubia arrodillada ante él-
Artie suspiró, puesto que él sí quería a aquella rubia, pero tenía dudas. Decidió darle una oportunidad, la última oportunidad.
-Está bien Britt, te daré una segunda oportunidad –sonrió el chico-
-Yay! –Gritó con alegría la cheerio- ¡Estoy tan contenta!
Y así, juntos, se dirigieron a su siguiente clase. Santana los vio y se quedó estática, no sabía que Britt había vuelto con Artie. Es más, esa idea la consumía por dentro.
"¡¿Qué? ¿Britt ha vuelto con Ruedas?¿Cuándo?¿Cómo?¿Por qué? –Santana se hacía estas preguntas en su mente- Pero.. no pueden estar juntos. N-no.. Britt no.. –Ni sus pensamientos eran claros, puesto que claramente ella sentía algo por Britt, a ver, es su mejor amiga. Pero le oprimía el pecho pensar que ese Artie podía estar tocando a SU Britt, y eso la ponía furiosa. Entonces, se dio cuenta de que no sólo sentía amistad por Britt, descubrió que sentía algo más fuerte por ella, amor."
En el aula con el Sr. Schue y los Gleeks, Santana bufaba por lo bajo al ver de reojo a Britt y a Artie riendo.
Puck que notaba su mal humor intentaba entablar conversación.
-Hey, guapa, ¿Qué te parece si quedamos después de clase? –elevó una ceja sensualmente-
Santana dejó de observar a Britt –y a Artie- y miró al chico del mohicano y con una mirada furibunda le sijo:
-¡¿Qué? ¡Ni de coña! ¡Vete a la mierda Puckerman! –y giró la cara hacía otro lugar, para no tener que soportar la escena de amor de –todos- los tortolitos y la cara de incomprensión de Puckerman. Decidió moverse y sentarse junto a Quinn, quien tenía la mirada clavada en Finn y Rachel, como si quisiera matarlos con su mirada. –Santana dedujo que miraba así a la Yeti, puesto que ella salía ahora con el quarterback, Finn.-
Ninguna de las cheerios se dijo nada, no lo necesitaban; no se molestaban la una a la otra y cada una fulminaba con la mirada a una pareja en concreto. –Quinn a Rachel y Finn, y Santana a Britt y Artie-
La clase transcurrió sin sobresaltos, y en cuanto pudieron irse, los gleeks salieron deprisa, excepto las dos cheerios quienes tenían cara de malas pulgas.
