Advertencia: todos los personajes son propiedad de George R.R. Martin.
Over my skin
"My skin has turned to porcelain, to ivory, to steel"
1.- Ansiedad.
Estaba atrapada, abandonada como una muñeca rota a la merced de los caprichos de Joffrey Lannister. Sola y sin nada, rodeada de enemigos, traidores que la matarían a la mínima ocasión. Sin nadie en quien confiar, sin nadie a quien poder recurrir.
Tenía miedo y estaba asustada. Su vida ya no le pertenecía; ahora era de ellos y podían usarla como quisieran; ella no podía rechistar. Podían cortarle el cuello, como a su señor padre; ya no le importaba, lo prefería a seguir así, viviendo amenazada, sintiendo como su corazón se aceleraba en cada ocasión que le veía, acobardado, temeroso de volver a sufrir, de ser dañado. Sólo quería que aquello terminase, dejar de sentir ese pánico irracional que sacudía su cuerpo cada vez que la mandaban llamar.
Su piel se había vuelto el cruel lienzo del rey, donde escribía sus traiciones e infligía sus castigos. Y ella sabía que lo merecía, que todo el daño que recibía era por su culpa, por no darle lo que ansiaba. Y el dolor la hacía sentir un poco más viva. La apartaba momentáneamente del mundo que la rodeaba, le permitía olvidar las miradas de desprecio y odio, las palabras amargas que eran susurradas cuando pasaba, los ojos viciosos del rey, su sonrisa retorcida y sádica.
Sintió que el mundo se le venía encima cuando el Perro entró en su habitación para llevársela, para que entretuviese el rey, aburrido de dispensar justicia. Su pecho se agitó, como un pajarito queriendo escapar de su jaula, batiendo rápido sus alas, pintando con el color del pánico sus ojos claros. Por unos instantes su alrededor giró, mareándola, volviendo su piel aún más pálida, de marfil. Quería huir, marchar lejos pero lo único que le quedaba era el dolor y las lágrimas.
