Disclaimer: Shingeki no Kyojin así como sus personajes pertenecen a Hajime Isayama. Ésta historia es para entretenimiento, sin fines de lucro. Queda prohibida la copia o re-subida a cualquier otro sitio o plataforma sin mi consentimiento.
Advertencias: Esta historia contiene Riren (LevixEren) y avanzará de manera lenta aunque los capítulos puedan ser relativamente cortos. Uso de Ooc, Au, lenguaje soez, violencia y actividades ilegales. Recuerden, esto no es nada más que mera ficción, en ningún momento fomento o aliento la realización de cualquier comportamiento o actividades acá descritas.
Notas: Quiero agradecer a mi Beta MagiAllie, sin su apoyo, ayuda y animo esto no hubiera salido nunca a la luz.
Dedicatorias: A mi hermosa MoonLess, mi musa perdida Letty, Luisa, a mí líder de FighterS "Ryven" por permitirme usar su "nombre", al "centro del universo" por leerme y a todas esas lindas personitas que estuvieron soportando mi spam en FB.
Capítulo 1
Era una tarde muy ajetreada en la sala de emergencias del hospital Maria, un hombre de cabello castaño y con aspecto cansado se prepara para salir de su consultorio.
— Doctor Jeager, el señor Ryven está esperando—. Su rubia asistente le avisa entregándole un expediente médico. Aquel hombre se quita las gafas masajeando el puente de su nariz cansinamente.
— ¿Pospongo su cita para mañana?
— ¡Oi! Grisha
Un joven de traje negro y gafas oscuras permanece recargado en el marco de la puerta.
—Señor…— la asistente está a punto de replicar el motivo de su intromisión.
—Nanaba, déjanos solos, señor Ryven, por aquí. — dice indicándole con la mano a tomar asiento en un mullido sofá de cuero.
—Doctor Jeager, hoy es miércoles, Eren…
— Eren puede esperar, si llama, hazle saber que estoy ocupado— saca a la asistente cerrando la puerta tras de sí.
—Eso de la paternidad no se te da nada bien, vejete…— Sisea curveando a penas los labios sin suavizar su ceño fruncido.
—¿Qué es lo que quieres, Levi? Ya te dije que no puedo cubrir el cargamento…
—Estoy perdiendo la paciencia — interrumpe la excusa de aquel hombre — a decir verdad, ya no me interesa el cargamento.
Grisha lo mira confundido, espera leer entre líneas de aquellas palabras. Levi se levanta y se acerca lentamente, a pesar de su figura delicada luce amenazante. Con un movimiento veloz de su mano derecha lo toma firmemente por el cuello de la camisa y acerca su rostro hasta su altura.
—Dos días — dice, con ese tono ronco e iracundo.
— ¿Q-qué? — intenta no titubear y mantener su semblante calmo.
—Tienes dos días para pagar toda tu deuda…
—Ke-Kenny n-no…
—Escucha bien, YO no soy ese viejo de mierda, ahora estoy a cargo del negocio y las cosas se hacen a mi modo.
—No te tengo miedo… tampoco tengo miedo de morir — Grisha retoma nuevamente la confianza en sí, Levi se quita las gafas oscuras para mostrar su típica mirada afilada, aquella que da la sensación de poder asesinar a cualquiera, clava sus ojos grises en aquellos castaños.
—Mmm no lo creo, no soy nada benevolente —. Le dice con calma, pero cada palabra apuñala a su receptor.
Grisha sabe por cuenta propia los métodos que aquel frío y calculador hombre puede emplear para hacer cumplir sus amenazas, por primera vez tiembla delante de un Ackerman. Sudor frío recorre sus sienes, Levi afloja lentamente su puño, la puerta del consultorio se abre de pronto.
— ¡Grisha! — un hombre alto y rubio lo saluda animadamente. Aquellos hombres se separan con rapidez. — ¿Algún problema, caballeros? — lo dice mientras fija sus ojos azules en Levi, su mirada aguda lo barre de arriba abajo leyendo la situación de posible peligro.
—E-Erwin, no pasa nada — intenta parecer tranquilo mientras acomoda su ropa.
— ¡Tsk! — Levi chasquea la lengua disgustado, camina hacia la salida — King's Palace, viernes a las 10pm — No ha sido necesario que mirará atrás, su tono de voz le indica a Grisha que no desistirá sobre su amenaza. El rubio lo mira marchar.
— ¿Quién era ese, Grisha? ¿Te está dando problemas? — con esa voz serena, analiza la situación.
—Ryven, sobrino de Ke-Kenneth, un viejo amigo y colega… e-está de visita en la ciudad — da un suspiro largo para recomponerse —, lo invité a cenar el viernes, por los viejos tiempos.
—Parece bastante joven para ese tipo de formalidades — mira a Grisha con sus penetrantes ojos azules.
—Bueno — carraspea un poco metiendo unos archivos en su maletín de cuero café, aparenta restarle importancia al asunto. —, él es como un hijo más, aún recuerdo cuando los cuatro íbamos de pesca, Eren lucía tan feliz…
—Grisha, no imaginaba que fueras tan nostálgico… — lo dice con curiosidad, con la intención de que su viejo amigo hable sobre cosas que él aún no sabe.
— ¡Oh! Vamos, trivialidades de un viejo, no me hagas mucho caso — ríe más para sí mismo con la esperanza de evitar que Erwin siga escarbando en su pasado. Afortunadamente su celular personal comienza a sonar, interrumpiendo al fin la conversación de aquellos hombres.
—Eren, mi móvil es sólo para emergencias, ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? — afloja más el nudo de su corbata, sabe que tendrá una charla acalorada con su hijo.
— ¡Papá! ESTO es una emergencia, voy tarde al campo de tiro ¿Dónde carajos estás?
—No me hables así, tienes un ensayo está tarde, no te…
— ¡No me importa el estúpido ensayo! ¡Yo tengo que ir a las prácticas! — interrumpe molesto el sermón de su padre.
—Sí estás muy ocupado podría llevar a Eren personalmente al cuartel — con un deje divertido, es casi como si estuviera aguantando una carcajada.
— ¿ES EL COMANDANTE ERWIN? — Su enérgico grito se escucha en aquella pequeña habitación —, ¡Papá! ¿Qué pensará de mí? ¿Dónde está todo mi compromiso y responsabilidad?
—Eren, quédate al ensayo con tus amigos, nos vemos para la cena. — corta la llamada antes de que pueda volver a protestar, se acomoda nuevamente en su silla y se peina un poco el cabello con las manos.
— Realmente puedo llevar a Eren al campo de tiro. — Dice sereno pero divertido, encuentra las interminables peleas de aquellos dos bastante entretenidas.
—El día de hoy ni si quiera estás en servicio, no quiero que mi fastidioso hijo te cause problemas. — Camina hasta él para invitarlo a salir de su consultorio.
—No hay ningún problema, somos amigos, me dirigía al cuartel después de pasar a saludar. — dice mostrándole algunos documentos con una sonrisa franca.
—Gracias, Erwin, realmente eres un gran amigo. — Le pone una mano sobre el hombro como muestra de gratitud.
—0—0—0—
Grisha camina nerviosamente por aquella concurrida calle, no deja de mirar su reloj de muñeca, va unos minutos tarde. De la nada un joven con un elegante traje negro se coloca muy cerca de él.
—Actúa natural, ya es bastante tarde — apunta el cañón de su arma en la espalda del contrario. — ¿Planeabas escapar?
—Farlan, mira cuánto has crecido. Conozco el camino, nunca he faltado a mi palabra.
Aquel joven suelta una débil carcajada relajándose un poco, vuelve a guardar su arma y sigue caminando muy cerca de Grisha para guiarlo hasta una lujosa mesa privada dentro del restaurant.
En aquella, Levi mueve impaciente los dedos, parece ignorar a una pequeña pelirroja que no para de hablar enfurruñada.
— ¡Oh! Lizzy, querida, estás hermosa… — Grisha se inclina para besarle la mejilla a aquella chica que se animó por el cumplido.
— ¡Isabel! Es hora de trabajar, largo. — Levi corta de tajo el buen ánimo de todos. Se asegura que sus subordinados tomen sus puestos estratégicos para poder hablar con plena seguridad.
—Siempre has sido muy duro con esos chicos… — Dice acomodándose en la silla.
—Al grano, Grisha, ¿Traes todo mi dinero? — Levi hace un ademán con su mano indicándole al mesero traer las bebidas que ordenó previamente.
—Levi… — se aclara nerviosamente la garganta antes de continuar. — Yo… no tengo tu dinero, ¿De dónde podría conseguir esa suma…?
— ¿Cómo podría saberlo? Cambia de empleo, trafica órganos, en el mercado negro son muy bien pagados. — dice totalmente molesto.
—Lev… — Grisha es interrumpido por el mesero quien deja dos vasos de bourbon sobre la mesa.
—Estoy harto de tu actitud, te lo voy a explicar una vez más: si no me produces ganancias, no—me—sirves… — Levi enfatiza ésta última frase para dejar en claro su amenaza.
—Pe…
Grisha guarda silencio cabizbajo, medita sus palabras antes de continuar, la situación en la que se metió es muy peligrosa, aferra con más fuerza el cuero del maletín en sus piernas, un sudor frío recorre su frente, siente la impaciencia de su anfitrión.
—Bien, no hay opción, te dejaré pudriéndote bajo tierra, ¿O prefieres ser carnada de pez? A ningún otro le he dado el privilegio de escoger, te tengo cariño… — dice mientras hurga con su mano derecha dentro del bolsillo de su saco en busca de su celular.
El tono frío y sarcástico con el que expresa sus amenazas lo hace dudar de su respuesta, pero ha tomado una decisión, no puede echarse para atrás.
—Eren… — suelta en un hilo de voz apenas audible, levanta por fin la mirada encontrándose con esos afilados ojos grises que lo observan con rabia. — M—mi hijo… te pagaré con mi hijo.
— ¿Qué mierda estás diciendo? ¿De qué me sirve la mierda de tu hijo? — Levi finalmente está exasperado, ansía acabar con aquel viejo hombre frente suyo.
—Prostitución, sus órganos, tú lo dijiste, en el mercado negro pagarían muy bien por él. — Grisha se remueve nervioso sobre la silla, no está seguro de captar su interés.
—Eres una escoria. — Lo dice totalmente divertido mientras juega con el vaso de su bourbon. — déjame ver si entendí, ¿Me estás ofreciendo a tu hijo para que lo destace? Es una broma, ¿Cierto?
— ¡Sí! ¡No! — Titubea. — No me refiero a eso, te doy a Eren porque sé que le sacarás mucho provecho — se seca nervioso el sudor de la frente y se aclara la garganta — Está en prácticas de tiro, tiene entrenamiento militar, aún es un hobby para él pe…
— ¿Piensas que cambiaré a mis mejores hombres por una mierda como él? — Levi lo interrumpe y carcajea burlonamente frente aquel hombre quien es un mar de nervios.
Algunos comensales buscan curiosos el provenir de aquel alboroto. No tienen éxito.
— ¡Escúchame Levi! Tienes que aceptar mi trato por tu bien, por el bien de todos… — Grisha se inclina desesperado sobre la mesa, sabe que no solo su vida está en riesgo, sino también todos sus años de arduo trabajo.
—Grisha… estoy harto de tus bromas… — Levi desbloquea finalmente su celular, teclea un número en la pantalla.
— ¡No es ninguna broma!¡Maldición! — grita ansioso deteniéndolo, ha vuelto a atraer la atención. — Todos estos años mi lealtad ha estado con los Ackerman, gracias a mi silencio nadie sabe sobre nuestros negocios. Acepta mi último trato, por favor, te lo ruego.
La expresión de repudio no ha cambiado ni un poco en Levi. Grisha pone al fin el maletín de cuero sobre la mesa, lo empuja hasta tocar las manos del otro, éste las aparta molesto.
—Espero que haya una buena cantidad de billetes dentro — Levi observa aquel maletín, no le apetece ponerle una mano encima.
—Es algo mucho mejor, te lo aseguro, si lo aceptas juro que no te arrepentirás. — En sus ojos se refleja la ansiedad que siente. Pasan de su anfitrión hasta aquel preciado objeto sobre la mesa y nuevamente mira a su alrededor como si alguien lo siguiera.
Levi es un hombre hábil, heredó la compañía de su tío, pero no heredó su extraño gusto por hacer amistades fraternales con aquellos clientes potencialmente importantes, sus habilidades sociales están por debajo de lo normal, aunque en éste negocio no son muy necesarias, después de todo, un día estás disfrutando de una buena copa de vino en uno de los mejores restaurantes cinco estrellas y al siguiente, pudriéndote entre las bolsas de basura de algún callejón, sin embargo, Kenny si le había dejado una cosa bien en claro: "confiar en los Jeager significan grandes y jugosos beneficios". ¿Era éste uno de esos "beneficios" o un intento desesperado por salvarse el culo?
—Bien — toma el maletín —, ojalá esto cubra la mitad de tu deuda.
—Quizás esté saldada… sólo una cosa más — Levi lo fulmina con la mirada, ya no está para soportar más de la misma mierda. — Esta petición no es por mí, es por la memoria de Carla. Ella quería que Eren fuera alguien famoso, verle brillar en un escenario, verás…
— ¡Al grano…! — Levi golpea su puño contra la mesa, los vasos de cristal tintinean.
—Un año, espera hasta la mayoría de edad de Eren, lo he obligado a tomar clases de teatro, haz lo mismo, después de ese año ocúpalo en lo que más te plazca, ¿De acuerdo? — Grisha suaviza su voz, espera que Levi esté dispuesto a cumplir sus extrañas peticiones.
— ¿Acaso soy una puta niñera? — dice más enojado que antes.
— ¡Hazlo por Carla! ¡Por favor! — suplica una vez más.
—Eres una porquería. Nuestra sociedad se terminó, sabré si sueltas la lengua, esas extrañas amistades que tienes no son de fiar, siempre están buscando la excusa perfecta para cazarme. — Levi termina por beberse el bourbon, mete su celular nuevamente al bolsillo de su saco.
—Nunca podría delatarte, yo tampoco estoy limpio… — Grisha bebe de un solo trago el bourbon que no había tocado en toda la noche.
—Si lo haces, yo mismo me encargaré de que te tragues esas bolas inútiles que no te sirven ni para engendrar un buen hijo. — Levi se levanta e inmediatamente aparece Farlan con su abrigo. — Te haré llegar una dirección, Isabel y Farlan lo escoltarán. Asegúrate de cerrar esos huecos emocionales porque no lo volverás a ver.
Grisha se queda sentado en aquella lujosa silla, ve como esos tres jóvenes se alejan, al fin respira aliviado, no está seguro como tomará Eren éste asunto. Ahora ese es el menor de sus problemas.
—0—0—0—
La mañana siguiente Eren tenía una de las peores rabietas de su vida. Objetos salían volando por doquier, cada muda de ropa empacada era devuelta violentamente al piso.
—Eren, basta — Grisha ha intentado calmarlo durante más de media hora —, no puedes perder el vuelo.
— ¿Cuándo? ¡¿Desde cuándo has estado planeando esto?! — Eren toma bruscamente la ropa que Grisha puso dentro de la maleta.
—Eso no importa, ya está decidido… — pone un par de zapatos nuevamente dentro de aquella valija.
— ¡¿Por qué quieres deshacerte de mí?! — suelta molesto la bola de ropa en sus brazos para sacar sus zapatos.
—Nunca he pensado eso, te irás con tu tío Hannes a estudiar teatro en una de las mejores escuelas… — Grisha lo mira con cansancio, no quiere perder la paciencia con su enfurruñado hijo.
— ¡No! ¡Mi deseo es unirme al cuerpo policiaco y atrapar tipos como los que le quitaron la vida a mamá! — Eren vuelve a estallar en coraje, arroja con violencia su equipaje al suelo.
—No puedes hacer eso… — le dice su padre con la mayor calma posible.
— ¡Claro que puedo! Tengo las habilidades necesarias y el mejor entrenamiento del comandante Erwin… — éste se para frente a su padre dispuesto a confrontarlo a golpes si es necesario.
— ¡Basta! Tienes 10 minutos para empacar lo necesario, saldrás por las buenas o te sedaré y te llevaré a rastras. Haz tu elección. — Grisha retoma la autoridad que tiene como su padre.
Eren baja por fin con una abultada mochila y sube al coche donde Grisha lo ha estado esperando. El ambiente tenso dentro del coche convirtió un viaje de un par de horas en uno de los más largos que hayan hecho.
—Toma Eren — Grisha rompe el silencio poniendo una pequeña llave plateada frente a él, la mira con intención de ignorarlo. — Anda, tómala, será muy útil para ti. — Eren extiende la mano y se la arrebata para guardarla en un bolsillo de su mochila. Baja del auto, no pretende despedirse de su padre.
— ¡Eren! — Éste voltea a verlo — Toma tu pase de abordaje, te quiero hijo — Lo ha dicho con la sonrisa más sincera que tuvo jamás. — Una cosa más, guarda muy bien esa llave, podría salvarte la vida en un futuro.
Eren se aleja sin decir una sola palabra, no vuelve a mirar atrás. Aquel hombre que alguna vez intentó ser un padre ejemplar lo mira marchar, sabe que será la última vez que verá a su hijo, al menos en ese papel fraternal, la vida de su primogénito no volverá a ser la misma.
Notas Finales: Muchas gracias por leer. Éste será oficialmente mi primer Fanfic publicado en alguna plataforma, así que si eres nuevo por acá o un visitante curioso te agradeceré que le des una oportunidad, y porque no, amor también.
Si todo sale bien, la siguiente actualización será dentro de 2 semanas.
