Entonces... El destino de los incorpóreos es diluirse en la oscuridad?

Como meros utensilios...

Podríamos decir que acabaremos muriendo, pero nisiquiera estamos vivos. No tenemos corazón, no tenemos sentimientos...

No existimos, nunca hemos existido y nunca existiremos como seres completos.

Roxas! Roxas! Roxas

-Roxas! Me oyes?- Poco a poco fui despertando de mi reparador sueño y vi la cara de Axel.

-Qué hora es?- pregunté. El día anterior había sido bastante agotador, nos pasamos toda la tarde recolectando corazones, como de costumbre... No hago otra cosa, sólo me utilizan para eso.

-Son las doce, debes levantarte ya- me dijo Axel. Le hice caso, y me levanté de la cama, pero al hacerlo nuestras caras quedaron a escasos centímetros y pude sentir su respiración en mi boca. Pasaron unos segundos mientras ambos nos mirábamos.

-Quita de en medio- dije mientras lo empujaba amigablemente. Salí de la habitación rumbo al baño, necesitaba una ducha que me despertara totalmente.

El día de hoy no iba a ser diferente al de ayer, y si no fuera por Axel no sé cómo habría sobrellevado esto de ser un incorpóreo. Sé que nosotros no tenemos sentimientos, por el simple hecho de que no existimos, pero aún así, yo noto que Axel es mi amigo, y es una amistad muy fuerte. No sabría explicarlo, mas que nada, porque nisiquiera yo lo entiendo. Podríamos decir que lo quiero. Quiero a Axel, es el único que ha estado a mi lado desde que entré en la organización, el único que me ha sido de apoyo, es él.

Salí de la ducha, sienta bastante bien refrescarse de esa forma por la mañana. Mientras me dirigía de nuevo a mi habitación oí a alguien hablando en el pasillo de al lado y me paré a escuchar.

-Tenemos que deshacernos de él-

-Cuanto antes lo hagamos mejor-

Seguí andando para no levantar sospechas. Juraría que las voces eran de Saix y Marluxia quizás? De quién querrían deshacerse?. Al principio pensé en mi, pero obviamente me necesitan, así que descarté la posibilidad.

Llegué a la sala central del castillo, y comenzé a buscar a Axel para que me acompañara a la misión de hoy. No estaba por ninguna parte, así que decidí preguntar a Saix.

-Sabes dónde está Axel?- pregunté en un tono bastante hostil.

-Axel ha salido- respondió del mismo modo.

-A dónde?- Nuestro odio era mutuo. A Saix nunca le había gustado que la organización dependiera de mi.

-No lo sé- dijo mientras se daba la vuelta y se iba.

-Cuándo volverá?- pregunté. No obtuve respuesta.

Me senté en uno de los sillones a esperarlo, no iba a hacer la misión sin Axel, lo necesitaba.

Dieron las dos, las tres, las cinco... Axel no volvía.

Eran las nueve, Axel no había vuelto, y era hora de acostarse, me fui a la cama preocupado porque él no se ausenta sin motivo durante tanto tiempo. Supuse que mañana estaría durmiendo en su habitación, y esta vez me tocaría despertarlo a mi. Supuse...