1.- Nueva adquisición

Podía oír voces a su alrededor, susurros. Notaba el duro y frío suelo en el cual se encontraba tirada. No veía nada, era como si su cuerpo si hubiera desconectado de su mente y lo único que pudiera hacer era escuchar. Escuchaba susurros los cuales no podía distinguir.
De repente una risa macabra retumbó en todo el lugar, antes de sumirse en la completa inconsciencia.

Bellatrix Lestrange se encontraba impaciente en medio de la amplia sala, en ella no había más que un par de retratos y muebles que la adornaran. En medio de esta se podía distinguir un pequeño y delgado bulto.

La ansiosa bruja no podía aguantar su excitación. Pronto llegarían todos y su amado Lord la recompensaría por su buen trabajo.

- Bella - Lucius Malfoy apareció por la chimenea. Se le veía preocupado y cansado, grandes ojeras asomaban bajo sus ojos, su rubio cabello se encontraba despeinado y parecía no haberse afeitado en días. Tenía un aspecto un tanto deplorable.

- ¡Lucius, que agradable sorpresa!- Dijo irónicamente clavando sus ojos en él sonriendo.- Veo que recibiste la noticia.- sonrió ampliamente.

De repente antes de que pudiera contestarle comenzaron a aparecer el resto de los mortífagos que faltaban, por ultimo Lord Voldemort hizo su aparición. Todos los presentes se inclinaron ante él como signo de respeto y lealtad.

- Mi querida Bellatrix- Su siseante voz consiguió erizar los vellos de la mayoría de los presentes. - He oído que conseguiste atrapar a un sujeto muy importante para nuestro querido Potter.-

- Sí mi Lord, puede comprobarlo usted mismo si le parece.- dijo sonriendo de manera psicópata y señalando el bulto que se encontraba detrás de ella.

El cuerpo inconsciente de Hermione Granger se encontraba tirado en el suelo. Salvo por el leve movimiento de su pecho acompasado con su respiración, podría incluso decirse que mas que inconsciente parecía estar muerta.

Voldemort clavó sus ojos rojos en ella mientras se acercaba lentamente y se inclinaba para estudiarla. Una sonrisa se fue formando en su pálido rostro mientras terminaba de observarla.

- Esto nos dará mucha ventaja- sonrío y volviéndose para sus seguidores dijo - Démosle la bienvenida a nuestra nueva integrante a los mortifagos -

Todos en la sala se quedaron asombrados, pero ninguno se atrevió a mencionar una palabra del asunto.

Bellatrix miraba con los ojos bien abiertos a su señor y se atrevió a preguntar.

- Mi...mi Lord... ¿podría explicarnos que es lo que quiere ...de..decir?- estaba asombrada como todos los presentes. ¿ Que es lo que quería decir el Lord ? ¿ Como una sangre sucia iba a estar en sus filas ? ¿ en que estaría pensando?

- No es complicado de entender- suspiró - ¿Qué le aria más daño a Potter que ver a su amiga en contra suya, torturando, matando y descuartizando a cada uno de los suyos? - dijo soltando una carcajada.

Era cierto, ¿Cómo no habían pensado antes en eso? ver a Potter descompuesto al ver a su querida sangre sucia matando a todos sus amigos, era simplemente delicioso el imaginarse tal situación.

- Pero mi Lord ¿cómo vamos a hacer para que eso suceda?... es decir, ella no lo permitirá, ¡no podemos fiarnos de ella!- Dijo Walden Macnair exasperado y antes de que pudiera darse cuenta se encontraba tirado en el suelo retorciéndose de dolor.

- Cuida tus modales Macnair, soy tu señor y debes tratarme con más respeto- le dijo amenazadoramente al mago que ahora se encontraba jadeante en el suelo.- Y respondiendo a tu pregunta, solo bastará con un simple obliviate, solo tendremos que eliminar sus recuerdos muggles, a Potter y al resto de sus amigos de ellos. Después de esto será entrenada.-

Voldemort miro a casa uno de sus seguidores. Debía encontrar a la persona a adecuada que hiciera de ella toda un ser sin escrúpulos.

- Malfoy, espero que tu hijo se encargue de ello.- su sonrisa se hizo aun mas grande cuando este se tensó.

- Lo hará con mucho gusto mi señor.- respondió con una leve inclinación.

Se hizo el silencio durante unos minutos en la sala, solo se escuchaban lo jadeos de Macnair el cual aun no se recuperaba de la maldición.

- Bien, pues en ese caso solo queda...- dijo dirigiendo su mirada a una persona en concreto- ¡Severus!, encárgate de que nuestra nueva adquisición recuerde lo justo y preciso. Ya nos encargaremos de recordarle su "vida" cuando despierte

El aludido se adelanto a los demás presentes hasta colocarse justo en frente de su insufrible ex-alumna y lanzándole una mirada de asco, susurró el hechizo.

-Obliviate.