Bueno, que es algo tristón xD y corto; pero que me dio de repente por escribir, y no me guardé el impulso de hacerlo.
Espero que guste.
Ah, y por supuesto:
"Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son exclusivamente de J. K. Rowling." (Hombre, que si fueran míos jamás hubiera dejado morir a Sev T~T)
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Pasos largos que caminan bajo el resplandor de la luna llena, en ondas oscuras de su vestimenta que hacen de camuflaje entre las sombras, y en el eco de sonidos lúgubres que bailan a su alrededor. Susurran palabras que no son más que las suyas propias. Palabras que calla su quejumbroso corazón.
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El viento trae aromas del pasado. Le hace recordar y añorar. De igual forma es lo contrario, cual martirio para su vida, que pasa y sigue su curso, consumiéndose en delirios y penas guardadas en lo más profundo de su alma.
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Lágrimas que no han de ser vistas, y en el silencio de su congoja se va apagando la existencia… Existencia que parece tener establecido un destino.
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La fantasía recurre a él en intervalos donde la soledad se vuelve gran peso y presión –donde no hay qué ni quién la llene- y se dibuja a sí mismo en un tiempo donde las cosas son distintas, donde ciertas palabras no fueron pronunciadas y eran reeplanzadas por términos delicados y tiernos, llenos de devoción y cariño, acarreando consigo la intención de una confesión, y por qué no, al fin, la declaración en sí.
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Se vio -aún en ensueños- siendo correspondido, con igual lealtad y pasión, donde la fuente del fruto de su amor les trajese más dichas que infortunios, teniendo la fuerza imparable de hacer frente a cualquier adversidad, sabiendo que toda herida sería sanada recíprocamente.
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E incluso yaciendo en aquellos brazos se imaginó, y con la vehemencia que le mana desde su eterno afecto conducirse a un frenesí del que hasta la muerte, y probablemente más allá, compartirían.
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Pero nuevamente despierta -o tal vez sea que en un sueño perpetuo se halla- y mira a su entorno con un rostro que muestra indiferencia por fuera (otros dirían más bien un estudiado autocontrol), pese a que por dentro se desgarra y los pedazos se diseminan cual hojas secas que caen de los árboles en otoño. Tan frío y tan hostil, siente, piensa y sabe que ese hermoso atardecer no le pertenece, ni jamás lo hará.
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Y así, cae la noche, y la esperanza se la lleva el viento…
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Espera un día sea devuelta a su corazón, quizá en un amanecer, enviándole también una nueva primavera, donde hojas frescas lleguen a reverdecer… Del árbol de su vida, la cual -no obstante a su presunto destino- anhela no perder.
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FIN.
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Muchas gracias por leer ^ ^
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