El Misterio de la Luna
Parte 1: Blanco y Negro
Capitulo 1: Claro Oscuro
"el mundo no se divide entre buenas y malas personas todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior"
- Sirius Black
La oscuridad caía sobre ella como el manto negro del ángel de la muerte, lo sentía calar hasta sus huesos, el frio penetraba a través de los poros de su piel congelando hasta su cerebro. Estrecho mas entre sus brazos al bulto ligero y frágil, la respiración de él bebé golpeo haciéndola sonreír Con los labios temblorosos.
Sabía que moriría tarde o temprano, pero si lo hacía allí en medio de aquel bosque su hija moriría con ella y eso no podía permitirlo.
El amor de su vida estaba muerto y ella era una prófuga, los aurores la deberían de estar buscando hasta por debajo de las piedras por eso había decidido entrar en el bosque, nadie entraba allí a menos que quisiera una muerte segura pero ella no había tenido otra opción. En eso pensó cuando cayó al suelo de rodillas, sin fuerzas, quería llorar, quería gritar pero no podía, todos sus músculos estaban estumesidos, miro a la bebé que dormía entre sus brazos, sintió un nudo formarse en su garganta.
Moriría.
Lo sabía pero no podía permitir que su hija muriese con ella. Con dificultad busco entre sus túnicas hasta encontrar su varita, no había hecho ningún hechizo por temor a que la encontraran pero ahora era justo lo que quería.
Unas chispas rojas iluminaron el cielo.
Miro hacia arriba donde la luna llena brillaba iluminándola tenuemente y sonrió
- ¿La cuidaras?
- Los guardianes lo harán por mi - respondió una voz de hombre
- Así que ya han nacido
- Sí, pero aún no han sido marcados
- A la final cumpliré tus deseos, será parte de todo- tomo asiento y se apoyo al tronco de un árbol abrazando contra su pecho a su hija- Es irónico que justamente tu unas a dos chicas a dos hombres
- No porque sea un eterno soltero quiere decir que no esté de acuerdo con el amor
- Prométeme que tendrá una vida feliz- murmuro pero nadie respondió, lo último que vieron sus ojos fueron dos puntos de luz cayendo desde la luna.
Una de ellas se acerco y cayó sobre la nieve que la rodeaba formándose un imponente lobo blanco. Los ojos cafés del lobo la observaron con un sinfín de emociones mezcladas, se acerco lentamente hasta la bebé y la olfateo. Miro hacia atrás donde la otra luz se había alejado y aúllo al cielo en una promesa que se reuniría con ella, luego el lobo blanco se desvaneció y en cambio la muñeca de la niña brillo dejándole una extraña marca. Una luna menguante
- ¡la he conseguido!-
a.- El dolor que le produjo la contracción la hizo gritar mientras la medico le pedía una y otra vez que pujara cosa que hacía con todas sus fuerzas.
-¡¿Dónde demonios está ese desgraciado?!- exclamó
- Su esposo no tarda en llegar Señora- respondió con suavidad una de las enfermeras.
Apretó los dientes y pujo con todo lo que tenia dejándose caer sobre la cama totalmente agotada pero algo no estaba bien lo supo en el momento en que no escucho a su bebé llorar. Abrió los ojos y se incorporo solo un poco para ver como la medico la mirada compungida. Negó suavemente con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Estiro los brazos hacia la medico que enseguida coloco a su bebe entre ellos. Le beso la frente una y otra vez y los sollozos ahogados se comenzaron a oír en la sala de parto.
- Mi hijo no, no, no- lo miro atentamente. El bebé más hermoso del mundo.
Las luces de la sala se apagaron pero no lo tomo en cuenta, tampoco como un pequeño punto de luz traspasaba las paredes ni como ante ella se formaba un imponente lobo negro pero si noto cuando este se acercaba a su bebé, sorprendida miro como el lobo lo olfateaba , miraba hacia atrás y aullaba para luego desvanecerse en el momento que la muñeca de su hijo brillo y el color se formaba en las mejillas de este, su diminuto pecho subía y bajaba con suavidad para luego llorar con toda la potencia de sus pequeños pulmones.
Todo eso lo vio, así como noto la que sería ahora la marca de nacimiento de su hijo. Una luna creciente.
Doce años después…
Apareció en una calle oscura vacía el silencio era demoledor y extraño en cierta manera acostumbrado como estaba a su bulliciosa familia estar en un lugar tan tranquilo parecía irreal aunque era justo lo que necesitaba. Se coloco la capucha sobre la cabeza, acomodo mejor el morral a su espalda y metió profundamente las manos en los bolsillos de sus jeans inicio su caminata saliendo de la tétrica calle para desembocar en otra mucho mas iluminada por las farolas que se ubicaban a cada lado de la misma, también estaba desierta excepto por una pareja.
James se detuvo y los observo de su posición a unos quince metros de distancia, para ellos el paso totalmente inadvertido seguramente por estar vestido completamente de negro y poder fundirse con las sombras o porque ellos estaban demasiado ocupados comiéndose la boca. En realidad ese hecho le parecía del todo normal después de todo el era un adolecente de diecisiete años con las hormonas revolucionadas, lo que le pareció curioso fue el hecho de la obvia diferencia de edad de la pareja. El chico probablemente era dos o tres años mayor que él, la mujer tendría de treinta en adelante, la madurez de su cuerpo la delataba , sin embargo no se podía negar que era guapa ¿o seria el hecho de que fuera rubia? No, la mujer era guapa sin duda. Lo que llamaba su atención es que normalmente era al contrario (el hombre más mayor que la mujer) lo que lo llevo a pensar que el chico la estuviera utilizando.
- Simplemente están enamorados- las palabras de su madre martillearon su cerebro cuando al separarse ellos se sonrieron ampliamente y a pesar de la distancia esas sonrisas iluminaban sus ojos.
Ese gesto James lo había visto en muchas veces en sus padres, sus tíos, en sus abuelos ¿alguna vez una chica lo miraría así? ¿Alguna vez él miraría así a una chica? Los Potter siempre consiguen a su chica desde muy jóvenes lo más seguro es que sea pelirroja, siempre son pelirrojas. A él no le gustaban las pelirrojas ¡por Merlín! Creció rodeado por pelirrojos sería el colmo que su "novia" fuera pelirroja.
Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos y avanzo alejándose a paso seguro hacia una pequeña plaza que se situaba al final de la iluminada calle, sin embargo, James opto por un banco alejado, oculto entre la poca oscuridad que brindaba un árbol. Se tumbo en el despreocupadamente y saco un blog y un lápiz de carbón que descansaban en su regazo mientras mantenía la mirada en algún punto perdido.
La noche era cálida como lo había sido el verano pero ahora el otoño se acercaba y con él alguna brisa fría se colaba y golpeaba su rostro desordenando aún más su cabello castaño. Observo la luna, un círculo perfecto en el cielo y por instinto ajusto la maga de su swetter, cerró los ojos fuertemente y suspiro. Tomo asiento y abrió el bolsillo pequeño de su morral sacando una cajetilla de cigarrillos. Con parsimonia se coloco uno entre los labios y lo encendió con un movimiento de varita, aspiro y saboreo el humo que llego a sus pulmones y luego expuso haciendo espirales que se perdían en el viento. No le gustaba ese vicio muggle que había adoptado tiempo atrás pero en noches como esa su ansiedad era mucho más fuerte que su voluntad.
Abrió el blog y bailo en lápiz en su mano derecha mientras la izquierda llevo el cigarrillo de nuevo a sus labios, sus ojos encontraron a alguien que no había notado. Una chica del otro lado de la plaza, se sorprendió, el nunca pasaba ningún detalle por alto y allí estaba aquella figura sentada e inclinada ligeramente sobre el banco escribiendo frenética en una libreta. El cabello oscuro ocultaba su rostro como una cortina pero la piel descubierta de sus manos era morena, no un moreno oscuro y brillante como el de la tía Angelina o Roxanne.
No. Era un moreno claro pálido.
Se sorprendió por la exactitud de su deducción y sin notarlo su mano comenzó a moverse trazando líneas gruesa y finas sobre el blog sin él apartar la mirada de la extraña. Cuando la chica se coloco en pie, observo a una muchacha alta, vestida al igual que él, completamente de negro pero lo que más llamo su atención fue la pulsera que colgaba de su mano izquierda donde un dije de una perfecta luna creciente brillaba. Frunció el ceño y bajo la mirada hacia el blog donde su expresión muto a una de total sorpresa. Nunca había dibujado a una persona, todos sus dibujos eran animales u objetos. Levanto la mirada pera ver su podía observar el rostro de la chica pero se llevo otra sorpresa esa noche. Había desaparecido.
